La vida aguarda agazapada
en burdeles, tabernas, cuartos
de hotel,
en cantinas, mazmorras,
salas de espera de hospitales.
Absorta y disponible, allí está ella,
la puta más esquiva
de la noche, oficiando de gran devoradora
del día de mañana, haciendo trizas
el pasado, ufanándose
de la más borrascosa de las filantropías:
la que convierte al timorato en justo,
reviste de heroísmo al impostor.
Ya sólo aspiras a la recompensa
que un destino inconcluso aún te debe:
¡un día más en vísperas del último!