Tejido que se aja
quedamente,
un jirón cada día, una rotura
por los bordes,
el desgaste metódico del centro.
¿Es ese entonces el incauto
final del contendiente,
sus últimos recuentos de derrotas,
estragos, decadencias?
Atrofia del destino: tiempo que se erosiona,
la luz atenuándose entre indicios
de negligencias y contravenciones,
las exequias innobles de la edad.