MADINAT AL-ZAHRA

Los que un día fundaran la suma fastuosa

de estos palacios y jardines,

¿vislumbraron acaso su efímera grandeza,

fueron conscientes de su fugacidad?

Y los que ahora mismo tratan de sustraer

de incurias y saqueos

tantas magnificencias devastadas,

¿saben que sólo unos vestigios les sobrevivirán?

Los hijos de los hijos

de quienes desentierran los despojos,

¿sospecharán también que nunca

alcanzarán a preservar

los pavimentos y artesones, las columnas y frisos,

baños, salones, acueductos, patios,

ese esplendor inmensurable

que hace mil años deslumbrara al mundo?

Quien ahora pasea entre escombros y atisbos

inusitados de belleza, musita de repente

una plegaria justiciera:

                                        dejad

que las ruinas perpetúen su rango de ruinas,

que las piedras repelan a otras piedras innobles,

dejad piadosamente

que los muertos entierren a sus muertos.

(MARGUERITE YOURCENAR,

Andalucía o las Hespérides)