MARE TENEBROSUM

¿Conoces por ventura la irreparable historia

del navegante solitario

que una vez consumada la proeza

de dar la vuelta al mundo en un velero, prosiguió

circunvalando el mar incalculablemente?

Trastornado tal vez por los conjuros de Poseidón,

surcó sin otro afán que el del instinto

los ignotos periplos de los vagabundos de la mar,

sólo acaso mirándose en la cara del agua,

hasta que al fin se extravió

justo donde también se neutralizan mutuamente

los puntos cardinales.

Perteneciente con toda probabilidad

a la casta irrestricta de los argonautas, no consintió

aceptar otro futuro que el de esa postrera

obstinación

                        y así nadie supo jamás

en qué acuático abismo

mereció finalmente cumplir con su destino.

(Abyssus abyssum invocat.

DAVID, Salmos, XLI, 8)