TRATADO DE ANATOMÍA

Cuerpo, árbol triste, piedra

desmantelada,

                        ¿en qué interino

rincón de la memoria has ido almacenando

tus anhelos, tus lastres, tus malditas

condescendencias con la soledad?

Las mermas sucesivas de los años,

sus fases de ufanía, ya son sólo

constancias azarosas:

                                        allí una luz presunta

amagando en lo oscuro, aquí un atisbo

de pasión apenas persuasiva,

por todas partes esa mezcla

de contumacia y de incredulidad.

Cuerpo baldío: vida devaluada.