VENID A LA LUZ DEL ALBA

Esa luz en que anidan las alondras,

que irradia de la lluvia y del sudor

de los cuchillos, que incumbe

al alba y a sus macilentas

predicciones,

                ¿es la misma que ahora

arriba desde el mar, transita

entre los pájaros, profana

la intimidad de los cristales?

Sellan las sombras sus litigios

y todo ronda al fin la mansedumbre.

Vida mía y mi descanso,

venid a la luz del alba.