Primera parte 1 Reyes 9:1–9
Una noche, después de terminado el templo, el Señor le apareció a Salomón: «He escuchado tu oración –Dios le dijo–, y he santificado esta casa.
Esta será mi casa, y yo moraré ahí. Camina conmigo como tu padre David lo hizo. Haz lo que yo deseo.
Entonces tu reino durará para siempre.
Pero si dejas de seguirme, yo abandonaré esta casa.
Dejaré que los enemigos de Israel destruyan el templo que me has construido».
Israel fue más grande que nunca con el rey Salomón.
Muchos países enviaron a sus príncipes a visitar a Salomón y ver sus riquezas. Ellos se asombraron con su sabiduría y entendimiento. Algunos dijeron que era el hombre más sabio del mundo. Salomón escribió muchos de sus dichos sabios en el libro de los Proverbios. Otros se han perdido. Se dice que escribió 1,000 canciones.
El palacio de Salomón se encontraba en el monte Moriah, debajo del templo. Tenía tantos pilares de cedro que parecía un bosque. Se le llamaba «la casa del bosque del Líbano». De ahí se levantaba una ancha escalera de piedra hacia el templo. Salomón utilizaba las escaleras cuando subía para adorar.
Preguntas: ¿Qué le estaba advirtiendo Dios a Salomón? ¿Qué decía la gente de Salomón?