1 Reyes 17:1–7
Cuando Acab era rey, un gran profeta salió de Galaad. Ese era Elías el tisbita. Él le dijo a Acab: «El Dios de Israel vive. Yo estoy con Él.
No habrá rocío ni lluvia si yo lo digo». Entonces, Elías se dirigió al Este y se escondió en el arroyo de Querit. «Cuando tengas sed, bebe del arroyo –Dios le dijo–. Les he ordenado a los cuervos que te alimenten cuando tengas hambre».
Los cuervos le llevaban a Elías carne y pan en la mañana y en la noche. Él bebía del arroyo. Pero pronto se secó, porque no caía lluvia en la tierra.
Preguntas: ¿Qué le dijo Elías a Acab? ¿Por qué se secó el arroyo?