Día 168

El arrepentimiento de Manasés

2 Reyes 21:1–20

El hijo de Ezequías tenía doce años cuando se convirtió en rey. Su nombre era Manasés. Él hizo cosas malas. Reconstruyó los altares de ídolos y adoró a Baal, e incluso colocó ídolos en el templo.

Manasés quemó a sus propios hijos como ofrendas y practicó hechicería. El pueblo siguió a Manasés hacia el mal. Ellos se volvieron más desagradables que las demás tribus que Israel había expulsado de Canaán.

Llevaron a Dios a una gran ira.

«Traeré mucho mal a Jerusalén. Cuando el pueblo lo escuche, sus oídos retiñirán. Los entregaré y desecharé a mi pueblo.

Ellos me han provocado a ira desde el día que salieron de Egipto».

Manasés ignoró las palabras de Dios. Él fue capturado por el ejército asirio; y fue llevado en cadenas a Babilonia.

Ahí fue atormentado. De manera que regresó a Dios. El Señor escuchó su oración y lo regresó a Jerusalén como rey.

Entonces Manasés supo que el Señor era Dios.

A salvo en Jerusalén, Manasés destruyó a los ídolos.

Él comenzó a adorar verdaderamente a Dios y ordenó que Judá sirviera al Señor. Manasés murió luego de cincuenta y cinco años como rey.

Preguntas: ¿Por qué Dios estaba enfadado con Manasés? ¿Por qué Manasés volvió a Dios?