Día 206

Nehemías: el constructor de la ciudad

Nehemías 1:1–2:9

En los días de Esdras, vivía un hombre llamado Nehemías. Él le servía vino al rey persa, Artajerjes.

Pero Nehemías amaba a Jerusalén más que al palacio del rey. Una vez, cuando llegaron hombres de visita de Judea, él preguntó: «¿Cómo está Jerusalén?».

«La gente es muy pobre –le dijeron a Nehemías–. Nadie los respeta. El muro de Jerusalén está derribado y sus puertas quemadas».

Más tarde, Nehemías escribió: «Cuando escuché estas palabras, me senté y lloré. Dije: “Oh, gran y asombroso Dios, escucha mi oración. Tú prometiste reunir a tus hijos en Jerusalén de debajo de los cielos más lejanos. Oh, Dios, tú los trajiste con gran poder.

Yo le diré al rey acerca de esto. Haz que él me otorgue mi petición».

«Cuando le serví al rey su vino, él observó que me encontraba triste. “No estás enfermo –dijo él–. Entonces, ¿por qué estás triste?”. Oré en silencio.

“La ciudad donde mis ancestros están enterrados está en ruinas”, respondí. “¿Qué deseas”. “Envíame a Judea, donde mis ancestros están enterrados. Permíteme reconstruir la ciudad”. El rey estuvo feliz de enviarme a Jerusalén».

Preguntas: ¿Qué escuchó Nehemías acerca de Jerusalén? ¿Qué deseaba hacer Nehemías?