Día 236

El poder para perdonar los pecados

Lucas 5:17–26

Llegaron fariseos y maestros de todas las aldeas de Galilea. Vinieron de Jerusalén a Capernaum.

Jesús les estaba enseñando, y el poder de Dios estaba con Él para sanar. En ese momento, algunos hombres se acercaron cargando a un hombre paralítico en un lecho.

Ellos intentaron llevarlo a la casa con Jesús, pero estaba demasiado llena. Entonces subieron al tejado y quitaron algunas tejas. Ellos bajaron al paralítico hacia la casa.

Ahí estuvo él frente a Jesús, en medio de la multitud.

Jesús vio que estos hombres tenían fe. «Amigo –dijo Él– tus pecados te son perdonados».

Los fariseos cuestionaron esto. «Él está diciendo herejías –ellos susurraron–. Nadie puede perdonar los pecados excepto Dios».

Jesús conocía sus pensamientos: «¿Por qué cuestionan esto? Es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o: “Levántate y anda”? Quiero que sepan que tengo poder para perdonar los pecados». Entonces Jesús le habló al hombre paralítico: «Levántate, toma tu lecho y ve a casa».

Y el hombre lo hizo, adorando a Dios.

Todos estaban asombrados y adoraron a Dios. «Hemos visto grandes cosas hoy», dijeron ellos.

Preguntas: ¿Por qué los hombres bajaron por el tejado al hombre paralítico? ¿Qué dijeron los fariseos cuando Jesús perdonó el pecado del hombre?