Día 275

El humilde y el honrado

Lucas 18:1–14

Esta historia es para inspirar a las personas a orar siempre: «Había un juez que no temía a Dios ni respetaba a la gente.

Él se negó a ser justo con una viuda. Pero ella regresaba con él una y otra vez. “Por ley, debes ser justo en este asunto”, ella decía.

Finalmente, el juez dijo: “Yo no respeto a nadie. Pero esta viuda es una molestia. Entonces seré justo en su caso. Sus peticiones pronto me fastidiarán”.

Pongan atención a lo que dijo este juez injusto.

Ahora, ¿no creen que Dios será justo cuando oren? ¿Esperará?

No. Él actuará rápidamente. No obstante, cuando yo regrese, ¿hallaré a alguien orando en fe?».

Luego, Él contó otra historia. Es para quienes piensan que son puros y menosprecian a los demás: «Un fariseo y un recolector de impuestos estaban orando.

El fariseo se levantó y oró: “Gracias porque no soy como Ese recolector de impuestos. Yo siempre llevo a cabo mi tarea religiosa”. A lo lejos, el recolector de impuestos ni siquiera volteaba hacia el cielo. Con pena, él oraba: “Ten misericordia de mí. Soy un pecador”.

Escuchen, Dios lo aceptó a él, no al fariseo. Alábense y serán humillados. Sean humildes y serán honrados».

Preguntas: ¿Qué desea Jesús encontrar cuando regrese? ¿Qué sucederá si nos alabamos a nosotros mismos?