Día 63

La muerte de Moisés

Deuteronomio 34:1–12

«Hoy cumplo 120 años –Moisés le dijo a Israel–. El Señor ha dicho que no entraré en Canaán.

Entonces ha llegado mi tiempo de morir.

Pero el Señor irá a la tierra con ustedes.

Así que sean fuertes y valientes, y siempre guarden la ley de Dios. El Señor no les fallará ni los abandonará».

Moisés entonces entró en el tabernáculo con Dios.

El pilar de nubes permaneció sobre la puerta de la tienda.

Ese día, Moisés se marchó a solas del campamento. Lentamente subió el monte Nebo. Ahí pudo ver Canaán.

Dios le habló a Moisés. «Esta es la tierra que le prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob.

Puedes verla desde aquí, pero no puedes entrar».

Y Moisés miró la tierra prometida al otro lado del río.

Él todavía estaba fuerte y sus ojos estaban sanos.

Pero se recostó en la montaña y murió tal como Dios deseaba. Nadie estuvo ahí para enterrarlo, así que Dios hizo el trabajo. Nadie sabe dónde está enterrado.

Nunca hubo nadie como Moisés.

El Señor lo conocía cara a cara. E Israel estuvo de luto treinta días.

Preguntas: ¿Por qué Canaán es llamada la tierra prometida? ¿Por qué murió Moisés?