Día 99

Dios elige al rey de Israel

1 Samuel 9:1–25

Saúl, un adinerado benjamita, era un joven alto y bien parecido. Saúl y un siervo estaban cerca de Zuf, buscando asnas perdidas. El siervo dijo: «Un profeta vive en esta ciudad. Él puede saber dónde están las asnas».

El día anterior, el Señor le habló a Samuel.

«Mañana, un hombre vendrá de Benjamín. Hazlo el rey de Israel. Él salvará a mucha gente de los filisteos». Cuando Samuel vio a Saúl subiendo la cuesta, Dios habló de nuevo.

«Este es el hombre del que te hablé ayer».

Saúl le preguntó a Samuel: «¿Dónde vive el profeta?».

«Yo soy el profeta –respondió Samuel–. Ven conmigo y comamos juntos. Y no te preocupes por las asnas.

Ya las encontraron. Sabes que Israel tiene su esperanza en ti y en la casa de tu padre?».

«Yo soy de Benjamín –respondió Saúl–. Esa es la tribu más pequeña de Israel. Mi familia es la más pequeña de Benjamín. ¿Por qué me dices eso?».

Pero Samuel llevó a Saúl al banquete, donde le dieron el mejor asiento. Su comida era lo mejor de todo lo que se sirvió.

Preguntas: ¿Por qué Saúl fue con Samuel? ¿Saúl pensó que era especial?