Amor

 

p119.jpg

 

Cortesía de Michelle Feynman y Carl Feynman.

 

Es necesario enamorarse de una teoría, y al igual que enamorarse de una mujer, esto solo es posible si uno no la comprende totalmente.

 

– Charla en el CERN, diciembre de 1965

 

Rubia hermosa o no rubia hermosa, sigo sin estar casado, de manera que todavía puedo trabajar en física.

 

– Carta al Dr. Ted Welton, octubre de 1948

 

Si estoy sentado junto a una piscina y alguien se lanza al agua y no es demasiado hermosa, de modo que yo pueda pensar en alguna otra cosa, pienso en las olas y en las cosas que se han formado en el agua.

 

– BBC, serie de televisión Qué divertido imaginar, 1983

 

Hay otras cosas en las que los métodos científicos serían de algún valor; son perfectamente evidentes, pero cada vez es más difícil discutirlas; cosas tales como tomar decisiones. No quiero decir que tengan que hacerse científicamente, de la misma manera que en los Estados Unidos la compañía Rand se prepara y realiza cálculos aritméticos. Esto me recuerda la época en que era estudiante de segundo año en el instituto, en que al hablar sobre mujeres descubrimos que mediante el uso de terminología eléctrica (impedancia, reluctancia, resistencia) teníamos una comprensión más profunda de la situación.

 

– Simposio Galileo, «Cuál es y cuál debería ser el papel de la cultura científica en la sociedad moderna», septiembre de 1964

 

[Acerca de lo que se sentía más orgulloso]: Pude amar a mi primera esposa con un amor todo lo profundo que yo podía dar.

 

–  Los Angeles Times, 16 de febrero de 1988

 

Mi madre me instruyó, me dijo que debía bajar primero del autobús y ayudarla a bajar a ella, y todo eso, y yo estaba preocupado: ¿de qué le hablaré? Todavía recuerdo de qué hablamos. Es tan tonto, porque, ¿sabe usted?, era la primera experiencia. Me preguntó si yo tocaba el piano, y le dije que había intentado aprender, y que había tomado lecciones durante un corto período. Después ya era mayor; después de muchos largos meses de eso yo solo podía tocar algo llamado «El baile de las margaritas», o hadas o algo parecido, y esto no me parecía una cosa muy buena, de modo que no seguí con el piano. Hablamos de esto y de aquello. Después, cuando nos despedíamos, ella dijo: «Gracias por una velada encantadora». Yo estaba muy impresionado. Yo estaba muy feliz. Después descubrí, en mi segunda cita, que la chica dijo: «Gracias por una velada encantadora». En mi tercera cita, cuando nos dimos las buenas noches, a la puerta de su casa, le dije: «Gracias por una velada encantadora», y ella quedó paralizada, incapaz de decir nada, porque esto era lo que ella iba a decir. De modo que pronto aprendí a distinguir lo formal de la verdad, ¿ve usted?

 

– Entrevista con Charles Weiner, 4 de marzo de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

Me asustaban las chicas cuando fui allí. Recuerdo cuando tenía que repartir el correo. Solo estoy intentando contarle las diferencias. Es interesante la manera en que se desarrollan las actitudes sociales. Cuando yo tenía que repartir el correo y recoger el correo del piso de arriba. Era una época en que algunos de los estudiantes de tercero del instituto tenían unas cuantas novias, dos novias. Allí estaban, sentados en las escaleras y hablando, y yo no tenía la menor idea de cómo iba a poder llevar aquellas cartas pasando entre ellos. Las chicas me aterrorizaban. Todo esto me asustaba.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 5 de marzo de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

[Sobre su primera esposa]: Esto probablemente le ocurre a todo el mundo, pero en cualquier caso para mí era algo independiente y personal, que su dulzura femenina y su visión distinta del mundo (y ella también era una artista), de lo que era valioso, de lo que era hermoso, etc., eran cosas por las que de ordinario yo no tenía interés, como la falta de interés por las humanidades, en cierto modo. Pero debido a su interés en estas cosas y al amor que se estaba desarrollando entre nosotros, presté mucha atención a estos temas, y me ablandé. Me convertí en mejor persona como resultado de la relación y de escuchar sus ideas.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 5 de marzo de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física