El premio Nobel

 

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Hughes Aircraft Company.

 

No me gustan los honores. Lo aprecio por el trabajo que hice, y sé que hay muchos físicos que utilizan mi obra. No necesito nada más. No creo que exista ningún sentido en nada más. No veo que tenga sentido que alguien en la Academia Sueca decida que esta obra es «lo bastante noble» para recibir un premio. Ya he tenido el premio: el premio es el placer de descubrir, el efecto del descubrimiento, la observación de que otras personas lo usan. Estas son las cosas reales.

 

– BBC, «El placer de descubrir», 1981

 

¿Sabe usted? Este trabajo lo hice en 1949. Supongo que se quedaron sin ganadores y revisaron el material antiguo.

 

– South Shore Record, 28 de octubre de 1965

 

Y así, ustedes, pueblo sueco, con sus honores, y sus trompetas y su rey... perdónenme. Porque finalmente comprendo: estas cosas proporcionan entrada al corazón. Usadas por un pueblo sabio y pacífico, pueden generar buenos sentimientos, incluso amor, entre los hombres, incluso en tierras muy alejadas de la propia. Por esta lección, os doy las gracias. Tack![24]

 

– «Los premios Nobel en 1965» [Fundación Nobel], Estocolmo, 1966

 

Así, pues, ¿qué le ocurrió a la vieja teoría de la que me enamoré cuando era joven? Bueno, yo diría que se ha convertido en una vieja señora, a la que le queda muy poco atractivo y que a los jóvenes de hoy en día no les latirá el corazón cuando la miran. Pero podemos decir lo mejor que podemos para cualquier vieja señora: que fue una muy buena madre y que dio a luz algunos hijos muy buenos. Y doy las gracias a la Academia de Ciencias Sueca por elogiar a uno de ellos. Gracias.

 

– Nobel Lectures, Physics 1963-1970, Elsevier, Ámsterdam, 1972

 

Una de las cosas agradables de obtener el premio es tener noticias de antiguos estudiantes.

 

– Carta a Loren A. Page, noviembre de 1965

 

También me encantó cuando supe del premio Nobel, pues pensé, como hizo usted, que finalmente se me reconocía que tocara los bongos.

 

– Carta a Sandra Chester (Perfectly Reasonable Deviations from the Beaten Track, pp. 163-164)

 

Hubo todo tipo de cosas, serias y divertidas, telegramas y cartas. Y en cada una de ellas yo vi felicidad por parte de la gente que las enviaba y una sensación real de afecto, que me abrumaba y me hacía sentir amor real por todas estas personas, porque todas parecían tener muy buen corazón y estar muy contentas por las felicitaciones. No me había dado cuenta de que cuando todo ocurre de golpe, como así fue, hace que uno se sienta realmente bien. De modo que esta fue la parte buena de todo, las cartas. Esta fue la parte buena.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

No hemos comprobado cuantitativamente esta teoría con los gluones; podría estar equivocada. Solo hemos hecho unos pocos experimentos para comprobar el bosón W... que podría estar equivocado. Por otro lado, ¿por qué parece que podría ser la misma cosa repetida? Uno: el límite de la imaginación del hombre. Cuando ve una teoría nueva y un fenómeno nuevo, intenta encajarlo en aquella teoría, y hasta que ha hecho suficientes experimentos, no sabe que no funciona. De modo que cuando imparte una conferencia en 1979 en Nueva Zelanda, ¡piensa que funciona!

 

– «Electrodinámica cuántica: nuevos interrogantes», conferencias sir Douglas Robb, Universidad de Auckland, 1979

 

Un tipo que hizo muchísimo dinero con la dinamita quiere hacerse famoso y dio su nombre al gran premio, de modo que todos recuerden el nombre Nobel, y por esto tendría que estar enojado. ¡Al diablo con ello!

 

– «El premio Nobel: la otra cara de la medalla», The Los Angeles Times, 7 de octubre de 1983

 

Apariencias, cena con el rey, audiencia con el rey, concesión del premio, tatata, todas estas cosas, ¿ve? Y lo peor de todo era que yo ridiculizo a los reyes y cosas como estas. Me burlo de la ceremonia. Solía hacerlo. Todavía lo hago. Me río de estas cosas. Y aquí tengo que ser parte de ello. No es muy consistente burlarse de esto cuando lo hace alguna otra persona, pero cuando eres tú quien está en ello, porque recibes un premio, etcétera, tendrás que consentirlo sin una especie de... ¿Sabe usted?, solías reírte, y aquí estás, el Gran Tipo, justo en medio de todo esto, y ya no ríes, ¡ja, ja, ja!

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

La equivocación real que uno hace cuando gana un premio es tomárselo demasiado en serio, por ejemplo este discurso. Me preocupó mucho (¿es apropiado dar un discurso así? No supone ninguna maldita diferencia). Realmente, no es muy serio. No supone ninguna diferencia lo que digas. Después de todo, ¿puedo recordarle que nunca, en toda mi vida, he leído el discurso del premio Nobel de nadie? Están publicados, pero ¿quién los lee?

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

Si alguien me dice: «Necesitamos un ganador del premio Nobel para firmar una carta a Rusia sobre los judíos», le contesto: «Estoy dispuesto a firmar una carta a Rusia sobre los judíos, pero no estoy dispuesto a ser un ganador del premio Nobel que firma una carta a Rusia sobre los judíos».

 

– Entrevista con Charles Weiner, 4 de febrero de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

Ahora resulta que después de ganar el premio, se supone que tienes que dar una charla sobre lo que hiciste para ganar el premio. Cabría pensar que sabían la razón cuando te dieron el premio, pero aparentemente están un poco inseguros o algo así.

 

– Charla en el CERN, diciembre de 1965

 

[Al enterarse del premio Nobel]: Sonó el teléfono, y el tipo dijo que era de alguna compañía de comunicación. Me fastidió mucho que me hubiera despertado. Esta fue mi reacción natural. ¿Sabe?, uno está medio dormido, y está molesto. De modo que el tipo me dice: «Nos gustaría informarle de que ha ganado el premio Nobel». Y yo pienso para mí (sigo molesto, ¿saben?) y no lo capto. Así que le dije: «Podría habérmelo dicho por la mañana». Y él me dice: «Pensé que le gustaría saberlo». Bueno, le dije que estaba dormido y colgué el teléfono.

 

– «El premio Nobel: la otra cara de la medalla», The Los Angeles Times, 7 de octubre de 1983

 

Me considero un tipo ordinario, y odio ser descubierto. Odio descubrir que la manera como me considero no es la manera como me retratan. Me tienen como una especie de ganador del premio Nobel, pero realmente no he comprendido todavía que sea diferente de lo que era antes.

 

– Entrevista en Future for Science

 

Me fastidia que todos eligen siempre a «los ganadores del premio Nobel» como ejemplos importantes de científicos. ¿Por qué prestamos tanta atención a la elección que han hecho los miembros de la Academia Sueca? Esto puede estar bien para el público desconocedor, pero seguramente un profesor de ciencias puede hacer sus propias elecciones independientes de qué científicos excitan su imaginación y sobre qué hombres le gustaría llamar la atención de sus estudiantes.

 

–  Carta a Stuart Zimmer, febrero de 1982 (Perfectly Reasonable Deviations from the Beaten Track, p. 340)

 

Ya me he cansado de ser un «ganador del premio Nobel» de vez en cuando.

 

– Carta a Stuart Zimmer, febrero de 1982 (Perfectly Reasonable Deviations from the Beaten Track, p. 340)

 

Es muy duro que te saquen de la torre de marfil; la luz es tan fuerte que hace daño. Lo que hace más daño todavía es pensar en mí en frac recibiendo algo del rey de Suecia, mientras las cámaras de televisión observan.

 

– Carta a Betsy Holland Gehman, noviembre de 1965 (Perfectly Reasonable Deviations from the Beaten Track, p. 187)

 

Bueno, es emocionante saber de antiguos compañeros de la escuela; es una de las mejores partes de ganar el premio Nobel. Toda clase de personas a las que conocía y apreciaba, y de las que no había oído nada desde hacía mucho tiempo, salían de debajo de las piedras.

 

– Carta a Wanna M. Hecker, noviembre de 1965

 

Yo antes iba a cualquier instituto y contestaba las preguntas que se me hacían en los clubes de física. Pero ahora, ni siquiera me piden que vaya. Tienen miedo. No quieren pedirle a un premio Nobel de física que dé una charla en un club de física. Y si finalmente algún estudiante reúne el valor para hacerlo, lo que ocurre es que yo acepto. Y cuando voy allí, no está solo el club de física, sino todo el maldito instituto. El director descubre, o el profesor de física descubre lo que el chico del club de física ha hecho, y dicen: «¡Oh!, es un hombre tan importante que todos tienen que estar interesados en este tipo». Es algo fuera de proporción. No lo aguanto.

 

– «El extraordinario Dr. Feynman», Los Angeles Times Magazine, 20 de abril de 1986

 

[Acerca de ganar el premio Nobel]: No puedes librarte de ello. Un tipo te llama en medio de la noche, y mi primera reacción fue: no lo aceptaré. Pero entonces me di cuenta de que si hubiera dicho esto hubiera montado un escándalo mayor que si lo aceptaba. Estás atrapado. No es justo quedar atrapado de esta manera. No hay razón para que esto interfiera en tu vida privada y en todo.

 

– «El premio Nobel: la otra cara de la medalla», The Los Angeles Times, 7 de octubre de 1983

 

[Después de ganar el premio Nobel]: Tuvimos cientos de cartas, de amigos de todo el mundo, y de parientes; como un familiar mío que estaba en un barco, ¿sabe usted?, viajando desde España hacia algún lugar, y que prácticamente estalló de alegría y envió un gran telegrama. Recibí llamadas telefónicas de Ciudad de México que no pude oír porque el sistema telefónico no era bueno. Aun así intenté contestar la llamada y decirle a aquella persona que realmente me había gustado y que gracias por la llamada, pero no sé la dirección, de manera que estoy atorado. Fue difícil oírlo, pero finalmente comprendí quién era. Todo tipo de cosas demenciales. Cartas muy amables. Estaban llenas de... una especie de alegría. Todo el mundo estaba emocionado. Cada carta indicaba emoción en la casa, fuera quien fuera.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

En el baile posterior (¿sabe?, tuve que liberarme algo de las formalidades) me excedí. Cuando me pongo informal, entonces actúo alocadamente, ¿sabe? De modo que cuando empezó el baile, empezamos, bailé con mi esposa; después bailé con alguna otra, la hermana de un ganador del premio Nobel. No llegué a bailar con la princesa, porque tuve un... ¿sabe?, ni siquiera lo intenté.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

Cuando bailé con mi esposa, cuando bailé con la hermana del ganador de un premio Nobel, sacaban fotografías, continuamente: clic, flash, flash. Cuando bailé con aquella chica, que lo hice el doble de veces de las que bailé con todas las demás juntas, no hubo fotografías. Nada. No en el periódico. Ni una fotografía. Nada. Aparentemente hay algo malo en esto, ¿sabe?, y protegen a los ganadores del premio Nobel de sus estúpidas idiosincrasias. Pero esta era mi idea de relajarme, de informalidad. Yo tenía que hacer algo porque tenía que salir de debajo, ¿sabe lo que quiero decir? Fue una broma. Fue divertido.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física

 

El premio fue una señal para permitirles expresar sus sentimientos, y para mí conocerlos. Cada alegría, aunque sea una emoción transitoria, repetida en tantos lugares, supone una suma considerable de felicidad humana. Y cada nota de afecto enviada así, una tras otra, me ha permitido darme cuenta de una profundidad de amor para mis amigos y conocidos que nunca había sentido antes de manera tan enternecedora.

 

– «Los premios Nobel en 1965» [Fundación Nobel], Estocolmo, 1966

 

Diablos, si yo lo pudiera explicar a la gente común, no habría valido el premio Nobel.

 

– People, 22 de julio de 1985

 

[A un periodista, después de que lo despertara para decirle que había ganado el premio Nobel]: Es una hora de mierda. Podría haberlo sabido más tarde, por la mañana.

 

– California Tech, periódico de los estudiantes del Caltech, octubre de 1965

 

Sí, «denos una frase» es realmente lo que quieren decir. Y yo no podía imaginar una manera de decirla. Gradualmente desarrollé una manera, pero ya era demasiado tarde, diciendo que había trabajado en la interacción entre la radiación y la materia. Suena bien y no dice nada.

 

– Entrevista con Charles Weiner, 28 de junio de 1966, Biblioteca y Archivos de Niels Bohr en el Centro para la Historia de la Física