Vir es la palabra latina para “hombre”. La palabra “virtud” proviene del latín “ virtus ”. Para los primeros romanos, virtus significaba virilidad, y virilidad significaba valor marcial. 4 Demostrar la virtus significaba mostrar fuerza, coraje y lealtad a la tribu mientras atacaban o se defendían de los enemigos de Roma.
Conforme los romanos tenían más éxito y su civilización se volvía más compleja, dejó de ser necesario que todos sus hombres cazasen o luchasen. El combate tenía lugar en el borde del perímetro, y el límite de lucha de la civilización romana se desplazó hacia el exterior. Para los hombres que estaban en la parte más interna del círculo, la virilidad cada vez se hizo más metafórica 5 . Los hombres que realizaban otros trabajos podían satisfacer su necesidad de ser vistos como hombres, entre hombres, luchando metafóricamente, demostrando valor social, dominando sus deseos y comportándose éticamente. El significado de la palabra virtus y la idea romana de la virilidad se expandieron para incluir valores que no eran simples virtudes de supervivencia, sino también virtudes cívicas y morales.
Las definiciones de virilidad se expandieron para incluir otras virtudes, conforme las civilizaciones crecían. Sin embargo, estas otras virtudes son menos específicas de los hombres, a diferencia de las virtudes de lucha, y varían más de una cultura a otra. La virtud “civilizada” consiste en ser una buena persona, un buen ciudadano, un buen miembro de una sociedad en concreto. Las virtudes principales deberían estar directamente relacionadas con la virilidad. Las virtudes que los hombres de todo el mundo reconocen como virtudes principales son las virtudes de la lucha. Las películas épicas y de acción funcionan bien porque apelan a algo básico en la condición masculina —un deseo de luchar y ganar, de pelear por algo, de luchar por sobrevivir, de demostrar tu valía a otros hombres.
Las virtudes específicamente asociadas con ser un hombre esbozan una tosca filosofía de vida, una forma de ser que es también una estrategia para prevalecer en tiempos peligrosos y desesperados. El Camino de los Hombres es una ética táctica.
Si estáis luchando para seguir vivos y estáis rodeados de amenazas potenciales, ¿qué necesitáis de los hombres que están peleando con vosotros?
¿Qué necesitáis de nosotros para repelerlos a ellos ?
Si comer significa afrontar el peligro juntos, ¿a quién queréis llevar con vosotros?
¿Qué virtudes necesitáis cultivar en vosotros mismos y en los hombres a vuestro alrededor para tener éxito en las tareas de caza y lucha?
Cuando vuestras vidas y las vidas de las personas que os importan dependan de ello, necesitaréis que los hombres a vuestro alrededor sean tan fuertes como sea posible. Vivir sin la ayuda de tecnología avanzada requiere de espaldas fuertes y esfuerzo. Necesitaréis hombres fuertes para repeler a otros hombres fuertes.
No querréis que los hombres de vuestra banda sean imprudentes, sino que sean valerosos cuando haga falta. Un hombre que corre cuando el grupo lo necesita podría poner vuestras vidas en peligro.
Querréis hombres que sean competentes, que puedan llevar a cabo el trabajo. ¿Quién quiere estar rodeado de imbéciles y metepatas? Los hombres que cacen y luchen tendrán que demostrar dominio de las habilidades que vuestro grupo use para cazar y luchar. Un poco de inventiva tampoco haría daño.
También necesitaréis que vuestros hombres se comprometan. Querréis saber que los hombres a vuestro lado son nosotros y no ellos . Necesitaréis poder contar con ellos en momentos de crisis. Queréis tipos que os cuiden las espaldas. No se puede confiar o depender de hombres a los que no les importa lo que otros hombres piensen de ellos. Si sois listos, querréis que los otros hombres prueben que están comprometidos con el equipo. Querréis que demuestren que se preocupan por su reputación dentro de la banda, y querréis que demuestren que se preocupan por la reputación de la banda entre otras bandas.
Fuerza, Coraje, Maestría y Honor.
Estas son las virtudes prácticas de los hombres que deben confiar entre sí en el peor escenario posible. Fuerza, Coraje, Maestría y Honor son virtudes simples y funcionales. Son las virtudes de hombres que deben responder ante sus hermanos en primer lugar, ya sean estos hombres buenos o deshonestos. Estas virtudes tácticas apuntan hacia el triunfo. Son amorales, pero no inmorales. Su moralidad es primitiva y reside en un círculo cerrado. Las virtudes tácticas no se preocupan de cuestiones morales abstractas sobre el bien y el mal universales. Lo que está bien es lo que gana y lo que está mal es lo que pierde, porque perder es morir y el final de todo lo que importa.
Fuerza, Coraje, Maestría y Honor son las virtudes que protegen el perímetro; son las virtudes que nos salvan. Estas son las virtudes que los hombres necesitan para proteger sus intereses, pero también las virtudes que deben desarrollar para ir en busca de lo que quieren. Son las virtudes del defensor y del atacante. Fuerza, Coraje, Maestría y Honor no pertenecen a ningún dios, aunque muchos dioses las reclaman. Sea lo que sea por lo que luchen los hombres, Fuerza, Coraje, Maestría y Honor son lo que deben exigirse entre ellos si quieren ganar.
Fuerza, Coraje, Maestría y Honor son las virtudes alfa de todos los hombres del mundo. Son virtudes masculinas fundamentales, porque sin ellas no se pueden considerar las virtudes “elevadas”. Necesitáis estar vivos para filosofar. Podéis añadir a estas virtudes y crear reglas y códigos morales para dirigirlas, pero si las elimináis de la ecuación no solo estáis dejando atrás las virtudes específicas de los hombres, sino las virtudes que hacen posible la civilización.
Los hombres que son fuertes, valerosos, competentes y leales serán respetados y honrados como miembros valiosos del equipo “ nosotros ”.
No se puede contar con hombres extraordinariamente débiles o temerosos. Los hombres que son ineptos en algún aspecto importante deben encontrar una manera de compensarlo —y lo intentarán si son leales y honorables, si quieren ayudar con la caza y la lucha— o encontrar otra tarea que acometer en la tribu. Un hombre de lealtad cuestionable, al que no parece importarle lo que otros hombres piensen de él o cómo se percibe a su tribu, no tendrá la confianza de la banda de lucha y caza. Los hombres que no puedan cumplir con el rol principal de hombres, por uno u otro motivo, serán apartados del grupo de caza y lucha y enviados a trabajar con las mujeres, los niños, los enfermos y los ancianos.
Los hombres tienen diferentes vocaciones, aptitudes y temperamentos. La mayoría de los hombres tienen la habilidad de adaptarse al rol de cazar y luchar, de vivir en el límite del perímetro, pero algunos no serán capaces de dar la talla. Serán valorados como menos viriles y considerados menos hombres. Algunos hombres se sentirán dolidos. No es justo, pero la justicia es un lujo que raramente pueden permitirse los hombres en momentos desesperados.
Los hombres que quieran evitar ser rechazados por la banda, trabajarán duro y competirán entre ellos para ganarse el respeto de esta. Los hombres más fuertes, más valerosos y más competentes por naturaleza, competirán entre ellos por un status más alto dentro del grupo. Mientras haya algo que conseguir logrando una posición más elevada dentro de la banda —ya sea mayor control, más acceso a los recursos o solo la estima de los compañeros y la comodidad de estar más alto en la jerarquía que los tipos de la base— los hombres competirán entre ellos por una posición más elevada. Sin embargo, como los humanos son cazadores cooperativos, el principio del grupo-banda se reduce hasta el nivel individual. Al igual que los grupos de hombres compiten entre sí pero se unirán si creen que pueden conseguir más cooperando, los individuos competirán dentro de una banda cuando no haya amenazas externas mayores, pero después aparcarán sus diferencias por el bien del grupo. Los hombres no están programados para luchar o cooperar; están programados para luchar y cooperar.
Comprender esta habilidad para percibir y priorizar los diferentes niveles de conflicto es esencial para comprender El Camino de los Hombres y las cuatro virtudes tácticas. Los hombres cambiarán constantemente de marcha, de la competencia intragrupal a la competición entre grupos o contra una amenaza externa.
Es bueno ser más fuerte que otros hombres dentro vuestra banda, pero también es importante para vuestra banda ser más fuerte que otra banda. Los hombres retarán a sus camaradas y pondrán a prueba su coraje, pero, en muchos aspectos, estos retos intragrupales preparan a los hombres para afrontar la competencia entre grupos. Al igual que es importante para los hombres el demostrar a sus compañeros que no se dejarán ridiculizar, la supervivencia de un grupo puede depender de si éste está dispuesto o no a enfrentarse a otros grupos para proteger sus propios intereses. A los hombres les encanta exhibir nuevas habilidades y superar a sus colegas, pero dominar muchas de las mismas habilidades será crucial en las batallas contra la naturaleza y otros hombres. Los deportes y juegos que más practican los hombres requieren de la clase de pensamiento estratégico y/o virtuosismo físico que haría falta en una situación de supervivencia. La reputación de un hombre puede evitarle enfrentamientos dentro de su grupo, y la reputación de un grupo puede hacer que sus enemigos se lo piensen dos veces antes de crear animosidad.
Los sociólogos y los expertos en bandas callejeras hablan, de forma pintoresca, con menosprecio arrogante y confuso acerca del exceso de preocupación por la reputación o el deseo de vengar “afrentas”. Pero la realidad es que los hombres se han comportado así durante la mayor parte de la historia de la humanidad, y los motivos estratégicos del por qué deberían resultar obvios para cualquiera que no confíe en la protección policial. Si nadie va a venir a salvarte, será mejor que seas duro o lo parezcas, y probablemente querrás tener a tu lado tipos duros, listos y dispuestos para guardarte las espaldas.
No tengo ni idea de cómo la gente se las apaña para hacerse un lío con algo tan sencillo y obvio, pero estoy bastante seguro de que nuestros ancestros los habrían matado y les habrían quitado sus pertenencias.
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Los cuatro próximos capítulos desarrollarán lo que yo entiendo por Fuerza, Coraje, Maestría y Honor. Estas simples palabras tienen muchos significados, y quieren decir cosas diferentes para personas diferentes. Las virtudes masculinas representan conceptos tan universales que incluso los débiles, los cobardes, los ineptos y los indignos luchan por encontrar formas para también poder sentir que personifican esas virtudes. Con cada una de las cuatro, mostraré por qué están específicamente relacionadas con los hombres, cómo encajan las mujeres en el cuadro y como se relacionan las virtudes entre sí. Algunas de las virtudes también tienen múltiples aspectos que merece la pena analizar.
Después de que hayamos examinado cada una de las virtudes tácticas y las hayamos considerado amoralmente, abordaré temas de moralidad y ética de nuevo, y explicaré cuál creo que es la diferencia entre ser un buen hombre y ser bueno siendo un hombre y por qué no es lo mismo.