Chandogya-Upanishad



[El Chandogya-Upanishad pertenece al Sama-Veda. Es un texto muy extenso. Comienza con la identificación de la música del Sama-Veda con la realidad máxima. Después, todo el Sama-Veda se identifica con la realidad máxima. Más adelante, en este Upanishad aparece la famosa afirmació: “Eso eres tú”, en la que el yo individual se identifica con el yo supremo. Aparece un gran número de historias muy interesantes diseminadas a lo largo del texto. Las conocidas enseñanzas Upanisádicas acerca del Brahman, que trascienden el mundo fenomenal, son presentadas en estas historias. Las partes más importantes en el Upanishad son aquellas en donde Svetaketu recibe de su padre la enseñanza de la identidad del yo individual con el Supremo y en donde Sanatkumara le enseña que ese deleite es la máxima realidad.

El Santi es el mismo que en el Kena.]

EL UDGITHA COMO ALIENTO

En la primera sección aparece la glorificación del canto del Saman, llamada Udgitha. Esta Udgitha se describe como la esencia del Veda. Esta sección trata principalmente acerca del canto del Om y de ciertas sílabas que se utilizan sólo para cantar pero que no tienen ningún significado.

(I, ii, 1)

Cuando los dioses y los demonios, ambos del linaje de Prajapati, lucharon juntos, los dioses se apoderaron del Udgitha, pensando: “Con esto les daremos un mayor poder”.

(I, ii, 2)

Entonces ellos alabaron al aliento en la nariz como el Udgitha. Pero los demonios lo traspasaron con el pecado. Por eso, uno percibe con ella el buen olor y el mal olor, porque fue traspasada con el pecado.

Entonces, ellos alabaron al lenguaje, al ojo, al oído y a la mente como el Udgitha, con el mismo infructuoso resultado.

(I, ii, 7)

Entonces, ellos alabaron al aliento en la boca como el Udgitha. Al golpear contra él, los demonios fueron destruidos, al igual que (una bola de tierra) se destruye al golpear contra una pieza de roca sólida.

Varios sabios alabaron eso como el Udgitha.

(I, ii, 13)

Baka, hijo de Dalbha, aprendió eso de esa forma. Se convirtió en el sacerdote Udgata entre aquellos que residían en el Naimisa (bosque). Cantó para ellos todos los deseos.

EL UDGITHA COMO AKASA

La siguiente anécdota nos brinda una idea de las discusiones que se llevaban a cabo sobre materias filosóficas en la antigua India.

(I, viii, 1)

Había tres personas bien versadas en el Udgitha: Silaka, hijo de Salavan, el hijo de Cikitana, del Dalbha Gotra, y Pravahana, hijo de Jivala. Ellas decían: “Estamos, ciertamente, bien versadas en el Udgitha. Pues bien, tengamos una plática acerca del Udgitha”.

(I, viii, 2)

Consintiendo en eso, se sentaron. Entonces Pravahana, hijo de Jivala, dijo: “Discutan primero ustedes dos, dignos de alabanza. Escucharé las palabras de dos Brahmanas discutiendo”.

(I, viii, 3)

Entonces, Silaka, hijo de Salavan, dijo al hijo de Cikitana, del Dalbha Gotra: “Pues bien, ¿puedo preguntarte?” Él contestó: “Por favor pregunta”.

(I, viii, 4)

Él preguntó: “¿Cuál es el propósito de los Samans?” Él contestó: “La nota”.

Entonces él preguntó acerca del fin de las notas y se le dijo que es el prana. Pero no pudo detenerse ahí. Por medio de un cuestiona- miento sucesivo supo que el alimento es la meta del prana, que el agua es la meta del alimento y que el mundo celestial es la meta del agua. El hijo de Cikitana no pudo guiar a Silaka más allá de esto.

(I, viii, 6)

Entonces Silaka, hijo de Salavan, le dijo al hijo de Ciki- tana, del Dalbha Gotra: “Tú, del Dalbha Gotra, el Saman no está bien establecido en ti. Si ahora alguien dijese: ‘Tu cabeza caerá’, entonces tu cabeza se caería”.

(i, viii, 7)

Él dijo: “Pues bien, me gustaría aprender esto de ti”. Él contestó: “Por favor, apréndelo”.

Él le dijo que este mundo es la meta del mundo celestial. El tercer disputante no está satisfecho con esta posición y le dice que su cabeza caería por su imperfecto conocimiento del Saman. Y propone ofrecer la enseñanza que conoce. Lleva la meta hasta el Akasa y la anuncia como el conocimiento impartido por Saunaka a Sandilya.

la historia de usasti

La siguiente es otra interesante historia:

(i, x, 1)

Cuando el país de los Kurus fue destruido por los truenos y el granizo, Usaste, hijo de Caer, junto con su muy joven esposa, vivía en condiciones muy miserables en la aldea de un propietario de elefantes (es decir, alguien que era rico).

(I, x, 2)

Le suplicó al propietario de los elefantes, que estaba comiendo frijoles por alimento. Él le dijo: “No tengo más que los que ahora están aquí conmigo”.

(I, x, 3)

Entonces él dijo: “Por favor, dame una parte de estos”. Él se los dio. Y entonces él dijo: “Aquí hay agua para beber”. Él subrayó: “Me bebería las sobras (si me bebo esta agua)”.

(I, x, 4)

Él dijo: “¿No son sobras también estos?” Él contestó: “Ciertamente no viviré si no los como”. Y él añadió: “Puedo obtener toda el agua que quiera para beber”.

(I, x, 5)

Habiéndoselos comido, le dio a su esposa lo que sobraba. Ella ya había comido bien anteriormente. Al recibirlos, ella los guardó en un lugar seguro.

(I, x, 6)

Por la mañana, al dejar (su cama), él dijo: “Alas, si tan sólo pudiese conseguir un poco de alimento, podría ganar un poco de riqueza. El rey llevará a cabo un sacrificio. Me elegirá para todas las casas sacerdotales”.

(I, x, 7)

La esposa le dijo: “Oh, mi señor, aquí están esos frijoles”. Él se comió esos frijoles y acudió a ese mismo sacrificio que se llevaría a cabo.

(I, x, 8-9)

Ahí, se sentó en la platea, cerca de los sacerdotes del Udgata, que cantarían. Le dijo a un sacerdote Prastota: “Oh, Prastota, esa deidad que pertenece a tu canto, si cantaras sin conocerla, tu cabeza caería.

Él hace una afirmación parecida a los otros sacerdotes del Udgata.

(I, xi, 1)

Entonces, el sacrificador le dijo: “Me gustaría saber tu cargo”. Él contestó: “Yo soy Usaste, el hijo de Caer.

(I, xi, 2)

”Yo quise elegir tu cargo para todas las casas sacerdotales. Ya que no pude asegurar tu cargo, elegí a otros. Que tu cargo sea complacido para reunir a todas las casas sacerdotales”.

(I, xi, 3)

Él dijo: “Que así sea”. Entonces añadió: “En ese caso, con mi permiso, que estas personas canten sus alabanzas. La misma riqueza que le den a ellas, la misma riqueza me darán a mí”. El sacrificador dijo: “Que así sea!.

Los otros sacerdotes le preguntaron acerca de las deidades que pertenecen a sus respectivas canciones y él contestó que son Prana, el sol y el alimento. El también les dijo que si hubiesen cantado sin conocer a las deidades, sus cabezas hubiesen caído.

LA HISTORIA DE JANASRUTI

En la siguiente historia, las personas que son ricas en el sentido terrenal y quienes realizan actos de beneficencia pública son conservadas para que estén en un nivel inferior en comparación con aquellos que son ricos en el conocimiento del Brahman y son indiferentes a las riquezas terrenales.

(IV, i, 1)

Había una vez (un rey), un descendiente de Janasruta, su bisnieto, que daba ofrendas con fe, que daba ofrendas libremente, que ofrecía (a sus huéspedes) una gran cantidad de alimentos preparados. Hizo construir lugares de descanso en todas partes, pensando: “Así podrán comer mis alimentos en todas partes”.

(IV, i, 2)

Una noche, algunos cisnes pasaron volando. Uno de los cisnes le dijo a otro cisne: “Hey, hey Bhallaksa, Bhallaksa, el esplendor del descendiente de Janasruta, su bisnieto, se ha extendido también por el cielo. No hagas contacto con él para que no te queme”.

(IV, i, 3)

El otro le respondió: “Oh, Kambara, hablas de él, que tan sólo es como Raikva con la carreta”. El primero preguntó: “¿Cómo es este Raikva con la carreta?”

(IV, i, 4)

“Como (en el juego), todas las figuras inferiores le pertenecen a aquel que tiene el Krta, que es el número ganador, de igual manera, cualquier cosa buena que la gente hace, todas ellas le llegan a él. Así me lo ha dicho aquel que sabe lo que sabe”.

(IV, i, 5)

El descendiente de Janasruta, su bisnieto, escuchó esto. Él, tan pronto como dejó su cama, habló a su sirviente: “Oh, amigo, me hablas de la misma forma que lo hace Raikva con la carroza”. (Él preguntó): “¿Cómo es este Raikva con la carroza?”

(IV, i, 7)

El sirviente lo buscó y regresó diciendo: “No pude encontrarlo”. A él le dijo: “Oh, ahí donde se debe buscar a un Brahman, ahí debes buscarlo”.

(IV, i, 8)

Se acercó a uno que se estaba rascando su picazón debajo de una carreta. Él le preguntó: “¿Eres tú, usía, Raikva el de la carroza?” Él contestó: “Oh, ese soy yo”.

El sirviente regresó, diciendo: “Lo he encontrado”.

(IV, ii, 1-2)

Entonces, el descendiente de Janasruta, su bisnieto, fue hacia él llevando consigo seiscientas vacas, un adorno y una carroza con mulas. Y se dirigió a él: “Oh, Raikva, aquí están seiscientas vacas. Aquí está un adorno. Aquí está una carroza con mulas. Por favor enséñame, usía, esa deidad a la que tú adoras”.

(IV, ii, 3-4)

El otro le respondió: “Uf, uf, quédate con el adorno y con la carroza junto con la vaca, oh, enceguecido”.

Entonces, una vez más, el descendiente de Janasruta, su bisnieto, fue a él llevando consigo mil vacas, un adorno, una carroza con mulas y a su hija. A él se dirigió: “Oh, Raikva, aquí están mil vacas. Aquí está un adorno. Aquí está una carroza con mulas. Aquí está una esposa para ti. Aquí está la aldea donde tú vives. Por favor, enséñame”.

(IV, ii, 5)

Levantando el rostro, dijo: “Oh, enceguecido, me has traído esto. Tan sólo por este rostro puedes hacerme hablar”.

Estas son las aldeas llamadas Raikvaparnas en el país de las Mahavrsas, donde él vivía.

Entonces instruyó al rey.

LA HISTORIA DE SATYAKAMA

En la siguiente historia, la fe y la penitencia se muestran como antecedentes requeridos para el conocimiento del Brahman.

(IV, iv, 1)

Satyakama, el hijo de Jabala, se acercó a su madre: “Venerable dama, deseo dirigir la vida de un estudiante religioso. ¿A qué Gotra pertenezco?”

(IV, iv, 2)

Ella le dijo: “Oh, hijo, no sé a qué Gotra perteneces. Te tuve en mi juventud, cuando viajaba mucho y era una doncella. Así que no sé a qué Gotra perteneces. Mi nombre es Jabala y tú eres Satyakama. Por lo tanto, dirás que eres Satyakama, hijo de Jabala”.

(IV, iv, 3)

Él se acercó a Gautama, hijo de HaridrUmata, y dijo: “Deseo dirigir, en tu honor, la vida de un estudiante religioso. ¿Puedo acercarme, usía?”

(IV, iv, 4)

Él le dijo: “¿A qué Gotra perteneces?” Él dijo: “No sé a qué Gotra pertenezco. Se lo pregunté a mi madre. Esto es lo que ella me respondió... ”

Dio la información que había recibido de su madre.

(IV, iv, 5)

Él le dijo: “Alguien que no sea Brahman, no puede hablar así. Oh, amado, trae un objeto de sacrificio. Te iniciaré. No te has apartado de la verdad”.

Después de iniciarlo, sacó cuatrocientas vacas flacas y débiles y dijo: “Oh, amado, sigue a estas vacas”.

Haciéndolas avanzar, dijo (de nuevo): “No regreses sin mil vacas”. Él se alejó por varios años, hasta que las vacas se convirtieron en mil.

(IV, v, 1)

Entonces, un toro le dijo: “Oh, Satyakama”. Él contestó: “Usía”. Él dijo: “Ahora nos hemos convertido en mil”. Llévanos a la casa del maestro. Y yo te explicaré las partes del Brahman”. Él dijo: “Usía, por favor dime”.

El toro mencionó los cuatro puntos cardinales como parte del Brahman. Entonces, el fuego le mencionó la tierra, el interespacio, el cielo y el océano como partes del Brahman. Un cisne le mencionó el fuego, el sol, la luna y los relámpagos como partes del Brahman. Finalmente, un ave acuática le mencionó a prana, el ojo, el oído y la mente como partes del Brahman.

(IV, ix, 1)

Llegó él a la casa de su maestro. El maestro le dijo: “Oh, Satyakama”. Él respondio: “Oh, usía”.

(IV, ix, 2)

Él dijo: “Oh, amado, brillas como si conocieras el Brahman. ¿Quién te lo ha enseñado?”

Él contestó: “Otros seres distintos de los hombres”. (También agregó): “Usía, es mi deseo que tú mismo me hables (acerca del Brahman).

(IV, ix, 3)

”Ciertamente he escuchado decir a algunas personas como usía: ‘El conocimiento puede ser el más eficiente sólo si es adquirido por parte de un maestro’”. Él le dijo sólo esto: “Aquí no existe nada que se omita”.

LA HISTORIA DE UPAKOSALA

La siguiente historia explica la adquisición del conocimiento del Brahman de otra manera.

(IV, x, 1)

Upakosala, el hijo de Kamala, dirigió la vida de un estudiante religioso bajo la dirección de Satyakama, el hijo de Jabala. Él asistió a sus fuegos durante doce años. Cuando permitió que los otros discípulos regresaran, sólo a él no le permitió regresar.

_ (IV, x, 2)

Su esposa le dijo: “Él asistió a los fuegos con penitencia, como un estudiante religioso. No permitamos que los fuegos te culpen. Instrúyelo”. Pero aun sin haberle impartido la enseñanza, se alejó.

(IV, x, 3)

Él decidió romper con la aflicción. La esposa del maestro le dijo: “Oh, estudiante religioso, por favor come. ¿Por qué no comes?”

Él dijo: “En esta persona hay muchos deseos no cumplidos de diferentes maneras. Estoy lleno de aflicción. No comeré”.

(IV, x, 4)

Entonces los fuegos dijeron entre sí: “Este estudiante religioso nos ha prestado mucha atención con penitencia. Instruyámoslo”.

Los distintos fuegos le enseñaron a identificar al Brahman con varios objetos.

(IV, xiv, 1)

Ellos le dijeron: “Oh, Upakosala, oh, amado, esto es lo que sabemos, el conocimiento del yo individual. El maestro te guiará hacia la senda”.

Entonces vino su maestro. Y a él se dirigió el maestro: “Oh, Upakosala”; él respondió: “Usía”.

(IV, xiv, 2)

(Él dijo): “Oh, amado, tu rostro se ve como alguien que conoce al Brahman. ¿Quién te ha instruido?” (Él contestó): “Oh, ¿quién habría de instruirme?” Así, él ocultó el hecho, por así decirlo. Entonces señaló a los fuegos, diciendo: “Ciertamente, estos que son de cierta naturaleza, se han convertido en otra”.

(IV, xiv, 3)

(Él preguntó): “Oh, amado, ¿Qué te han enseñado en realidad?” Él contestó: “Esto”. “Ciertamente, ellos te han enseñado acerca de los mundos. Pero te enseñaré cómo las acciones pecadoras no se unen a él, que ya lo sabe, al igual que el agua no se adhiere a la hoja de un loto”.

(IV, xv, 1)

(Él dijo): “Que usía me lo diga”. Él le dijo: “Esa persona que es vista con los ojos, es el yo individual”. Así dijo. (Él agregó): “Este es el inmortal, el intrépido. Este es el Brahman”.

LA HISTORIA DE SVETAKETU Y EL REY PAÑCALA

En la siguiente historia, se establece que sólo los Kastrillas, y no los Brahmanes, fueron los primeros guardianes de la doctrina secreta concerniente al yo individual.

(V, iii, 1)

Svetaketu, el nieto de Aruna, acudió a la asamblea del reino de Pañcala. Prat, hijo de Jivala, le preguntó: “Niño, ¿tu padre te ha instruido?” (Él contestó): “Sí, venerable señor”.

El le hizo algunas preguntas acerca de la muerte y del más allá, y acerca del regreso a la vida; no conocía nada de esto. Así lo dijo.

(V, iii, 4)

“Entonces, ¿por qué dijiste que habías sido instruido? Aquel que no conoce de esto, ¿cómo puede decir que ha sido instruido?”

Desconcertado, acudió a la casa de su padre. Y le dijo: “Usía, aun sin haberme instruido me has dicho ‘te he instruido.’”

(V, iii, 5)

“Simplemente por parentesco, ese Ksatriya (no siendo un verdadero Ksatriya) me hizo cinco preguntas. No pude contestar ni siquiera una de ellas”. Él contestó: “Como no me has hablado de ellas, no conozco ninguna”.

(V, iii, 6)

Entonces Gautama acudió al lugar del rey. (El rey le dijo: “Oh, venerable Gautama, acepta como obsequio cualquier riqueza que un hombre posea”. Él contestó: “Oh, rey, que la riqueza que un hombre posea sea tuya. Esa palabra que has pronunciado en presencia del chico, dímela”.

(V, iii, 7)

(El rey) le dijo: “Tal como me dijiste, oh Gautama, este conocimiento no ha ido a los Brahmins antes que a ti. Por tanto, este sigue siendo la enseñanza de los Ksatriyas.

Entonces el rey lo instruye acerca de la muerte y del más allá. Sólo el conocimiento lleva a la liberación final. Aquellos que llevan una vida bondadosa, regresan a los mundos superiores después del placer.

LA HISTORIA DE SVETAKETU Y SU PADRE

En la siguiente historia, Svetaketu recibe instrucción por parte de su padre acerca de la realidad y de la creación del mundo.

(VI, i, 1)

Svetaketu era el nieto de Aruna. Su padre le dijo: “Oh, Svetaketu, vive la vida de un estudiante religioso. Oh, amado, no ha habido nadie en nuestra familia que, sin el estudio Védico, se haya convertido en un Brahmana por parentesco (no siendo él mismo un verdadero Brahmana)”.

(VI, i, 2-3)

Él, que tenía doce años de edad, se acercó (a un maestro) y cuando tenía veinticuatro, regresó después de haber estudiado todos los Vedas.

Su padre le dijo: “Oh, Svetaketu, ahora eres presuntuoso al considerarte docto en los Vedas. ¿Has pedido esa instrucción en donde lo que no se escucha es escuchado, lo que no se piensa es pensado y lo que no se conoce es conocido?” (El hijo preguntó): “Oh, venerable señor, ¿Cómo puede haber tal instrucción?

(VI, i, 4)

“Oh, amado, por una pieza de barro se puede conocer todo aquello que está hecho de barro. La modificación es sólo un nombre que depende de una palabra. La verdad es que eso es el barro”.

Él le da una mayor instrucción acerca de lo original y de las modificaciones.

(VI, i, 7)

“Esas venerables personas, ciertamente, no sabían esto. Si lo hubiesen sabido, ¿por qué no me lo habrían dicho?” Él agregó: “Usía puede decírmelo”.

(VI, ii, 1)

Él dijo: “Que así sea. Oh, amado, en el principio esto era sólo como la existencia, uno solo sin un igual. Otros dicen que en el principio era sólo como la no existencia, uno solo sin un igual. A partir de esa no existencia se creó la existencia”.

(VI, ii, 2-3)

Él dijo: “Pero, oh, amado, ¿cómo puede ser? ¿Cómo podría crearse la existencia a partir de la no existencia?” “Oh, amado, esto sólo era en el principio como la existencia, uno solo sin un igual. Esa (existencia) pensó: ‘Permíteme nacer como muchos’. Eso creó la luz”.

De la luz nació el agua y de las aguas el alimento. Existe una descripción de los seres triples que nacieron de huevos, que nacieron de seres vivos (en el útero) y que nacieron de (raíces) por medio de la germinación. Entonces la vida entró en todos estos seres.

En la secuela, Svetaketu recibe de su padre la gran instrucción acerca de la identificación del yo individual con el supremo en la afirmación: “Eso eres ”. Él le enseña primero acerca del sueño, del hambre y de la sed. Dice que la esencia de todo es el yo individual. Entonces el padre le enseña esta verdad a través de ilustraciones adecuadas.

(VI, ix, 1-2)

“Oh, amado, al igual que las abejas fabrican la miel, ellas se reúnen en la esencia de los árboles situados en diversos lugares y al igual que ellas (las esencias), bajo esa condición, no comprenden su distinción en la forma. ‘Soy la esencia de este árbol, soy la esencia de este árbol’, de la misma manera, ciertamente, todas estas criaturas alcanzan lo real y aun así no saben que han alcanzado lo real”.

(VI, ix, 3)

“Cualquier cosa que sean aquí, un tigre, un lobo, un verraco, un gusano, un pájaro, un jején o un mosquito, vuelven a ser eso”.

(VI, x, 1-2)

“Oh, amado, estos ríos fluyen del oriente al este y del occidente al oeste. Desde el océano alcanzan hasta al océano. Incluso se convierten en el océano. Así como no saben que ‘Yo soy esto, yo soy esto’, de la misma manera, oh, adorado, todas estas criaturas surgen de lo real y aun no saben que provienen de lo real”.

(VI, xii, 1)

(El padre): “Por favor, trae una grana de la India.” (El hijo): “Aquí está, venerable señor.” “Por favor, córtala.” “Está cortada, venerable señor.” “¿Qué es lo que ves ahí?” “Oh venerable señor, algo que parecen pequeñas semillas.” “Querido, por favor corta una de estas.” “Está cortada, venerable señor.” “¿Qué es lo que ves ahí?” “Nada en absoluto, venerable señor.”

(VI, xii, 2)

(Su padre) le dijo: “Amado, en este minuto, aquello que no ves, es, a partir de este minuto, oh amado, aquel que hará florecer una enorme higuera. Escúchame con fe, oh amado”.

(VI, xii, 3)

“Aquello, que es la sutil esencia, todo esto tiene la naturaleza de aquel. Eso es verdad, eso es el yo individual. Eso eres tú, oh, Svetaketu”.

El individuo, que se encuentra disuelto en lo absoluto, es comparado con la sal en el agua, lo cual no puede verse de distinta manera a la sal. El individuo, en la ignorancia, buscando su camino hacia el Supremo con la ayuda del maestro, es comparado con un hombre que, viéndose perdido en un desierto, obtiene de alguien el rumbo de su ciudad natal y, preguntándoles a las personas de aldea en aldea, finalmente llega a su hogar.

La siguiente sección trata del Bhumavidya (conocimiento del grande). El deleite es declarado como el más grande.

LA HISTORIA DE NARADA Y SANATKUMARA (VII, i, 1)

En una ocasión, Narada se acercó a Sanatkumara, diciendo: “Venerable señor, por favor instrúyeme”. Sanatkumara le dijo: “Ven a mí (diciendo primero) lo que ya sabes. Entonces te diré lo que hay más allá”.

(VII, i, 2)

Él dijo: “He estudiado el Rg-Veda, el Yajur-Veda y el Sama- Veda; al Atharva-Veda como el cuarto; a la Epica y a la Mitología como las quintas; el Veda de los Vedas (Gramática); la ciencia de la adoración ancestral; las matemáticas; la ciencia de los prodigios; la ciencia del tiempo; la lógica; la política; la etimología; los tratados Védicos secundarios como la fonética, la ciencia de los espíritus; la ciencia de las armas; la astronomía; la ciencia del encantamiento de las víboras; las bellas artes. Venerable señor, he estudiado todo esto. Venerable señor, conozco solamente los textos, no al yo individual.

(VII, i, 3)

”He escuchado de personas como usía, que aquel que conoce al yo individual, rebasa a la aflicción. Aquí me encuentro en aflicción. Podría usía llevarme al otro lado de la aflicción”. Él le contestó: “Todas estas cosas que has estudiado son sólo nombres”.

(VII, i, 5)

(SanatkUmara dijo): “Medita sobre el nombre”. (Narada preguntó): “¿Acaso existe, venerable señor, algo más grande que el nombre?” (Él contestó): “El Lenguaje, ciertamente, es más grande que el nombre”.

De esta manera él habla de cosas más grandes, principalmente de la mente, la determinación, la inteligencia, la meditación, el conocimiento, la fortaleza, el alimento, las aguas, la luz, el éter, la memoria y la esperanza. Entonces él prosigue:

(VII, xv, 1)

“La Vida es más grande que la esperanza. La Vida, ciertamente, es todo esto”.

Un hombre que conoce esto y lo dice, habla de cosas trascendentales. Pero aquel que habla realmente de lo trascendental es aquel que habla de la verdad última. Entonces Sanatkumara guía a Narada a través del conocimiento del entendimiento, del pensamiento, de la fe, de la conducta firme, de la voluntad y del deleite de la verdad última.

(VII, xxiii, 1)

“Lo que es grande es el deleite. No hay deleite en lo pequeño. Lo grande es un deleite en sí mismo. Lo grande en sí mismo es aquello que se desea conocer”.

Después aparece una descripción de lo grande como aquello en donde uno no observa nada más, no escucha nada más y no entiende nada más.

Sanatkumara concluye la enseñanza de lo Grande así:

(VII, xxvi, 2)

“Aquel que (en realidad) ve, no ve la muerte, a la enfermedad ni aun al dolor. Aquel que (en realidad) ve, ve todo y alcanza todo de cualquier forma.

”Por medio de la pureza del alimento se obtiene la pureza del intelecto; por medio de la pureza del intelecto se obtiene la memoria firme; por medio del recuerdo, todos los nudos se rompen”.

(De esta manera), venciendo todas sus dolencias, Sanatkumara le mostró la otra orilla de la oscuridad.