Horacio Guarany

“El padre del folclor es el pueblo”*

Vibrante y emotivo, a pesar de una leve baja de presión, Horacio Guarany, el poeta músico y cantor argentino, habla de su vida, sus canciones, el valor de la poesía, la necesidad de la risa y el folclor. Su voz vigorosa, con el dejo característico de su tierra, ha inundado muchos ambientes y escenarios con el canto sentimental y testimonial, como una afirmación rotunda de que no va a callar el cantor, para que no calle la vida...

En su primera visita a Medellín, Horacio Guarany debió cantar anoche en el teatro Pablo Tobón; unas horas antes de subir al escenario se preguntaba, algo inquieto, si habría público para escucharlo en el teatro. Él cree que es muy desconocido en nuestro medio; en Colombia se conocen muchas canciones suyas, las han interpretado artistas nuestros, pero muy pocos son los que saben que el autor es este poeta gaucho; como aquella de “por qué no olvido tu canción, será porque tanto te amé...”.

El personaje

Horacio Guarany nació en el chaco santafecino, en 1925, en un hogar de quince hermanos, en el cual sus padres tenían que luchar para sacar la familia adelante; Horacio ha dicho: “En casa se cantaba; por tristeza, por alegría, pero se cantaba siempre”. Él, que desde los cinco años cantaba, se vio obligado por la necesidad a salir de casa a los dieciséis y aventurar, con el deseo de cantar en algún sitio, pero no encuentra la oportunidad; tiene entonces que trabajar en cualquier cosa, en lo que encuentra, como carbonero, estibador..., se embarca y navega por el interior del país; luego en un carguero navega el Atlántico y recorre varios puertos europeos. Casualmente, al regreso conoce a Herminio Jiménez, quien lo oye cantar y lo contrata para su orquesta.

Así, como tirado por el destino, empieza la carrera de Guarany, y se van descubriendo en él sus dotes de folclorista y compositor, que lo han llevado a la fama en su país; lo han hecho “el mimado de su pueblo”, según sus propias palabras.

La poesía

Antes que un buen cantor, Guarany es un gran poeta, y como tal habla de este arte con propiedad y conocimiento. Anota que quiere buscar afanoso, en Medellín, al poeta Carlos Castro Saavedra, porque alguna vez leyó algo de su obra y le ha gustado tanto que quiere conocer a su autor.

Dice Horacio Guarany que el fenómeno de que la poesía a nivel mundial no se edite tanto ahora, no se debe a que le guste poco a la gente. Aclara que la poesía es tremendamente peligrosa –la buena poesía– porque cultiva el músculo de la mente; “la poesía sensibiliza, esclarece, ubica al hombre en su terreno exacto, en su dimensión; y cuando un hombre tiene posibilidad de entrar en la poesía, en dominio de ella, indudablemente que ya ese hombre no puede ser manejado tan fácilmente.

“Por eso es que se hace todo lo posible para que la poesía no guste, para que la poesía no llegue, no se edite, no se conozca, y añadió, se ha idiotizado a la gente con una poesía que no gira sino en yo soy tu amor, tú eres mi amor, sin salirse de ahí; eso lastima y destruye al hombre porque se le está robando la alegría”.

Horacio Guarany recalcó que se está viviendo una confusión completa en el arte del mundo entero, en la poesía, porque se conquista el alma, el sentimiento, como si se conquistaran países. “Ahora se conquista al pueblo por adentro”, anotó el poeta, y prosiguió: “Nos hacen gustar más danzas, música, costumbres, vestimenta, mucho más las ajenas que las propias, y nos hacen renegar de nuestro propio patrimonio”. Aceptó Guarany que debemos conocer la música y las costumbres de otros países, pero no olvidar por completo lo propio, por nada del mundo dejar a un lado la música.

Política y folclor

Cuando se insinúa a Guarany cuál es su posición política, anota que todos en el fondo somos políticos, “yo no soy un político, yo soy un artista que vive del arte, que trabaja por el arte, toda la vida no he hecho más que arte, si es que es arte lo que yo hago...”.

En este punto, se ha insinuado a Horacio Guarany si su canción “Cuando calla el cantor” se está refiriendo a la situación latinoamericana. Él dice: “Con eso quiero decir que no es solamente la letra, el canto, quise decir que la actividad del hombre, ese canto de su actividad, no se quede, sino que construya y continúe. Por eso digo que si se calla el cantor calla la vida, porque la vida misma es todo un canto”.

Guarany dice que él no tiene competidores en el género musical folclórico, solo tiene colegas. “Yo soy un hombre que quiere cantar, escribir, trabajar, andar, pero yo no compito con nadie”. En el campo del folclor, Horacio Guarany no quita a nadie valor, pero tampoco asigna la paternidad del folclor a ningún artista. “Para mí, el padre y el maestro del folclor argentino es el pueblo argentino; para mí el padre del folclor que yo hago es ese pueblo argentino, su geografía y todos sus componentes”. Guarany cita muchos nombres que han interpretado y compuesto música folclórica, unos con más popularidad que otros, pero se reafirma en su premisa de que el pueblo es el padre del folclor.

La gente y la risa

Se puede percibir la alegría interior de Horaco Guarany, él dice y siente que reír es una propuesta que se hace día a día, porque no se debe dejar caer el ánimo por dura que sea la situación. “Pienso que hay que reír siempre, y yo construyo la risa todos los días. Se gana más con un beso que con una cachetada, como dice la canción”.

Uno y otro, para él la gente vale por sí misma, cualquiera que sea su edad o su trabajo, lo que vale en ella es su sentir y sus actos, nada más.

Con esta alegría permanente, a pesar de las dificultades que ha pasado para llegar a ser lo que es hoy, Horacio Guarany irradia optimismo y musicalidad; nos parece siempre va cantando mentalmente ese trocito de una de obras que dice: “Camino mirando siempre de frente, el que trampea en la vida derechito va a la muerte. Ay, del destino del caminante…”.

EL ESPECTADOR, NOVIEMBRE 16 DE 1979