“Medellín merece el premio eterno de la belleza”
Asombrados, los poetas inundan la ciudad con sus versos. La respuesta del público ha sido masiva, por lo que se ha registrado lleno total en casi todos los escenarios.
Son las 6:15 de la tarde. El calor del verano se asienta en las calles. Un tropel se acerca al auditorio. Ya no hay sitio. Todo está lleno. Corriendo, un grupo entusiasta da media vuelta y sale rumbo a otro lugar donde posiblemente la puerta esté aún abierta. Pero no, allí tampoco, las butacas no alcanzaron para todos los que deseaban escuchar a los poetas. La única alternativa: ir más tarde a un parque para disfrutar la noche de luna oyendo los poemas de esos soñadores que con sus palabras permiten entrar a lo más profundo de sus sentimientos, conocer sus cuitas, alegrías y preocupaciones. Y es que en Medellín ha estallado la poesía con toda la fuerza expresiva de cincuenta poetas provenientes de dieciséis países en el III Festival Internacional de Poesía, convocado por la revista Prometeo.
El miércoles en la noche, el Teatro Metropolitano agotó localidades. Personas de todas las edades y condiciones se hicieron presentes en la fiesta de la palabra: el alcalde Luis Alfredo Ramos Botero abrió el certamen que calificó a la capital antioqueña como ciudad del verso: “Medellín es un poema para todos”, dijo.
En la apertura se supo que no todos los poetas tienen coraje y que, ante las noticias de los acontecimientos de esta tierra, prefirieron quedarse en casa.
Allí estaban los demás: Tony Harrison, de Inglaterra; Margaret Randal, de Estados Unidos; Alfonso Romano de Santana, de Brasil; Fernando Arbeláez, de Colombia; Claribel Alegría, de Nicaragua; Oswaldo Sauna, de Costa Rica; Marcos Silber, Jorge Ariel Madrazo, Paulina Vinderman, Daniel Samoilovich y Jorge Bocanegra, de Argentina; Jorge Enrique Adoum, de Ecuador; Santos López, de Venezuela; Eduardo Llanos, de Chile; Marcelo Adoum Ruiz, de Bolivia; Gloria Gervitz, de México.
La revista Prometeo invitó a un grupo de poetas colombianos al festival: Giovanni Quessep, Omar Ortiz, Juan Manuel Roca, Juan Diego Tamayo, Daniel Jiménez, Carlos Patiño, Henry Luque Muñoz, Raúl Gómez Jattin; Álvaro Rodríguez y Miguel Méndez Camacho, entre otros.
Con verdadero asombro, los poetas se han sentido a sus anchas en Medellín. Los ha conmovido el silencio reverente del público, las ansias de los jóvenes por conocerlos y sentirlos cerca; las grabadoras que se alzan entre el auditorio para tomar de cerca la palabra.
“El calor humano que he recibido me golpea”, dice el poeta iraní Djahanguir Nazhary, mientras coloca su mano en el pecho con fuerza, y cuenta que un poeta soñó hace dos siglos si sería posible que se poemizara el mundo, y cómo ahora Medellín está tratando de volver realidad ese sueño.
Fue emocional la noche inaugural. Alfonso Romano de Santana estremeció al público con su poema “Los desaparecidos”. Margaret Randal dijo, antes de iniciar la lectura de sus poemas, cómo la llenaba de esperanzas una noche así, algo nunca visto en su país. Defraudó un poco al público no poder escuchar la traducción de los poemas de Tony Harrison y tener que contentarse con la lectura deficiente de las traducciones de los poemas de Margaret Randal, que felizmente al día siguiente sí tuvieron una buena lectura, en el parque de El Poblado.
El Teatro Camilo Torres, en la Universidad de Antioquia, se colmó para la lectura de poemas de Claribel Alegría, Djahanguir Nazhary, Marcos Silber y Giovanni Quessep.
A las 6:30 los auditorios de Comfama y de la Cámara de Comercio fueron insuficientes para tanto público. En este último lugar, Henrique Sánchez Hernani manifestó su asombro ante el festival y dijo: “Un pueblo que ama tanto lo poesía, merece el premio eterno de la belleza”.
Bajo las estrellas
Bajo el domo estrellado del Planetario se hizo una lectura de poemas; en la penumbra, el público escuchó al peruano Pedro Granados, al hondureño Rigoberto Paredes y a los colombianos Luis Eduardo Rendón, Juan Diego Tamayo y Daniel Jiménez. El viernes cultural, al caer la tarde, fue en el Paraninfo de la Universidad de Antioquia y en el parque Cristo Rey, en Itagüí.
Varias entidades se han vinculado al III Festival Internacional de Poesía, con actividades complementarias como el Planetario, donde se exhibe una parte del proyecto que adelanta la Casa de Poesía Fernando Mejía Mejía, con fotografías, textos cortos biográficos y muestra poética de figuras destacadas en el ámbito universal.
En el Recinto Quirama, ayer, se cumplió el programa Poesía de Ciudad, un coloquio con la participación de todos los poetas invitados al festival, con entrada libre para el público.
Para hoy se espera la lectura de poemas en el Jardín Botánico en las horas de la mañana; y una tarde de fiesta poética en el Cerro Nutibara.
Ángela García, organizadora del certamen manifiesta sentirse “muy contenta por la presencia de los poetas que se sienten rebasados por las expectativas que tenían del festival y por la inmensa participación del público”.
El estallido poético en Medellín no termina. Los destellos literarios continuarán mañana, con lecturas de poemas en las bibliotecas Comfama y en la Pública Piloto; el martes habrá un recital para sordos en EAFIT; nuevamente, Comfama será escenario para la poesía, y se cerrará la fiesta poética en el Coliseo Cubierto, en la noche del martes.
Si se escucha un estruendo no se asuste, es el eco de un recital poético en Medellín.
EL ESPECTADOR, JUNIO 6 DE 1993