Kat sintió la tensión en cuanto entró en el despacho de Susan. Nick y Susan estaban sentados uno enfrente del otro en la mesa de conferencias, como adversarios de un partido de hockey donde había mucho en juego.
—Buenos días, Kat. Cambio de planes. No asistirás a la reunión de la Junta Directiva después de todo. Tienen cosas más importantes que tratar en este momento.
Susan le pasó el comunicado de prensa y le hizo señas de que se sentara a la mesa.
Una absorción. ¿Qué otras sorpresas guardaba Liberty? Porter Holdings, una empresa de la que Kat nunca había oído hablar, se ofrecía a comprar todas las acciones pendientes. Kat leyó el papel y miró sorprendida a Nick y Susan.
—¿Cómo es posible? —preguntó—. ¿Cómo puede alguien montar una absorción sin una mayoría de las acciones? Con Nick y el trust controlando la empresa, ¿cómo puede hacerse Porter con el control?
Kat había dirigido la pregunta a Susan, pero la contestó Nick.
—Eso no va a pasar. No tengo ninguna intención de perder la empresa que construyó mi padre. Porter no irá a ninguna parte con esta basura. No perderé Liberty. —Nick golpeó la mesa con el puño.
Kat notó que había omitido mencionar a Henry Braithwaite, el otro cofundador de la empresa. Morley Racine, el padre de Nick, no había montado la empresa solo. Y Liberty no era propiedad de Nick. Era de todos los accionistas. Él solo tenía una parte mayor que los demás.
Nick tampoco había contestado a la pregunta.
—¿Pero cómo…? —preguntó Kat.
Susan la interrumpió y se dirigió a ella como si fuera una niña pequeña.
—Porque el trust está haciendo de las suyas. Al menos eso es lo que pensamos. El trust busca a alguien lo bastante generoso como para sobornar a bastantes accionistas de clase B para poder formar una mayoría con ellos.
—Pero juntos tampoco tienen acciones suficientes —declaró Kat.
Nadie la escuchaba. Tanto Susan como Nick la ignoraron.
—He invertido demasiado trabajo en la empresa para perderla ahora sin luchar —dijo el segundo.
Kat no pudo evitar intervenir.
—Nick, quizá esto sea una estratagema para aumentar el precio de las acciones. Algunas corporaciones asaltantes hacen amagos de absorciones solo para agitar las aguas. Cuando suben las acciones en respuesta al anuncio, venden las suyas y se alejan con un buen beneficio. Como ni el trust ni usted pueden bloquear esa venta, tienen pocas probabilidades de éxito y muchas de ganar dinero rápido. A menos, claro, que el trust o usted se quieran librar de Liberty. ¿Es así?
—Por supuesto que no. ¿Por qué demonios voy a querer yo eso?
—No digo que lo quiera. Pero es extraño que vayan a por Liberty y no a por una empresa que es propiedad de más gente, donde podrían convencer a los accionistas —dijo Kat.
Nick la miró con el mismo desdén con el que miraría a un escarabajo pelotero. La apuntó con un dedo.
—Usted limítese a sus números. No entiende cómo funciona el mundo de los negocios.
Kat no estaba de acuerdo con eso. Ella no había nacido en una familia rica y sabía mucho más que él. Nick no había trabajado nunca en ningún lugar aparte de Liberty. La rabia que ardía en la boca del estómago de Kat amenazaba con explotar. Pero guardó silencio porque necesitaba cobrar.
—Tiene cierta razón, Nick —intervino Susan—. No sería la primera vez que ocurre eso. Además, ¿por qué iba a intentar Porter algo así cuando hay un bloque de control de acciones que no aceptará la oferta? Tú no vendes las tuyas y, por lo que me has dicho de Audrey Braithwaite, el trust tampoco. Sabes que la absorción no tendrá éxito. Yo también lo sé, pero el público no. Las acciones han subido ya un veinte por ciento desde que abrió el mercado. Independientemente de lo que pase o deje de pasar, Porter se lleva una buena suma por las suyas. Y nosotros también.
Nick la miró de hito en hito.
—Tú tienes tus teorías y yo tengo las mías. A diferencia de ti, yo no tengo el lujo de pensar todo el día en ello. Tengo que volver a la reunión de la Junta —repuso Nick, cortante. Se levantó y salió del despacho de Susan.
Kat esperó a que se marchara y se inclinó hacia Susan.
—¿Estás segura de que Nick votaría que no? —preguntó.
—Ya lo has oído. A mí me ha resultado bastante convincente.
Kat pensó con cinismo que los puñetazos en la mesa tendían a crear esa impresión. Aparte de añadir melodrama.
—¿Y el trust?
—Los beneficiarios son los herederos de Alex Braithwaite y Audrey. Con Alex muerto, Audrey es probable que haga lo que recomienden Nick y la Junta Directiva.
—Quieres decir que la Junta está unida en contra de la absorción.
—Por lo que dice Nick, parece que sí. Van a recomendar que se rechace la oferta. Nick se ha mostrado muy firme en eso.
—Pero Susan, suponiendo que Porter no se tome todas estas molestias solo para subir el precio de las acciones, si saben que es improbable que tenga éxito la absorción, ¿por qué intentan hacerse con Liberty?
Susan hizo una pausa algo larga antes de contestar. Se inclinó hacia Kat y habló casi en susurros.
—Eso es lo que me preocupa. Las absorciones son demasiado caras y largas para hacer una a menos que vayas en serio, y creo que Porter va en serio. No intentaría algo así si no esperara ganar. Nick no quiere ver la realidad. La Junta está trabajando en una estrategia para bloquear la absorción, pero no será fácil. Con esta oferta sobre la mesa, habrá mucha presión de los otros accionistas para que acepten. O, como mínimo, para que encuentren una oferta mejor en otra parte.
Tendió a Kat una copia del documento de divulgación 13D que Porter había presentado el día anterior ante la Comisión de Bolsa y Valores. Las leyes de valores exigían que una empresa comunicara su intención de compra cuando poseía el cinco por ciento o más del total de acciones. El documento 13D indicaba que la intención de Porter era, o comprar Liberty directamente, o asumir el control de la empresa.
—No comprendo —comentó Kat—. ¿Por qué iba a mentir Porter en el 13D? Eso le causaría muchos problemas legales.
—No mentiría. Aquí ocurre algo más.
—O sea que, mientras Nick y la Junta recomiendan rechazar la oferta, ¿tú crees que hay negociaciones por detrás?
Tal vez la Junta Directiva no estuviera tan unida después de todo.
—Una absorción sería imposible. —Susan respiró hondo—. Es decir, a menos que Nick o el trust Familia Braithwaite quieran que ocurra. Ellos controlan la empresa con sus acciones y pueden cambiar el voto. El que quiera hacerse con el control de Liberty tendría que conseguir el control de una mayoría de acciones de clase A. Y nadie sabrá cómo votan en realidad Nick o el trust con sus acciones.
—¿No se sabría por el número de acciones que votaran a favor?
—Si el setenta y cinco por ciento o más aceptaran la oferta, significaría que los dos han votado que sí. Pero eso sería después del hecho. Si el porcentaje fuera menor, eso implicaría que uno de ellos había votado a favor de la oferta de Porter. Pero cuál de ellos seguiría siendo un misterio.
O sea que Nick podía hacerse el bueno y votar después a favor de la oferta sin que nadie lo supiera. Kat estaba dispuesta a apostar a que Nick conseguía lo que quería.