En un mundo perfecto, todos pasaríamos tiempo en la cocina cocinando despacio y a fuego bajo, dejando que las salsas adquirieran lentamente su sabor en la estufa mientras que un asado se ablanda durante horas en el horno. Sin embargo, mi realidad es probablemente muy similar a la suya ¡y me considero afortunada de poder reservar incluso treinta minutos a la cocina para preparar una comida antes de desplomarme en el sofá!

Es por eso que decidí dedicar todo un capítulo a la preparación de comidas rápidas. Creé las recetas en este capítulo para que funcionen con mi estilo de vida y con mis gustos. Todas ellas le permitirán obtener sabores maravillosamente frescos y robustos en un tiempo rápido: en menos de treinta minutos, para ser exacta.

Ya sea que esté al final de un largo día o atendiendo a una visita inesperada, cuando se trata de comida sobre la marcha, por lo general no tengo un plan. Recurro a las ensaladas, sopas, platos rápidos de mariscos, pastas y salteados en wok, utilizando ingredientes que tengo en mi refrigerador y despensa (vea los ingredientes indispensables de la despensa aquí). Esto no quiere decir que no haya recetas rápidas en otros capítulos, sino que estas son diferentes porque son mis favoritas de todos los días, la comida que preparo cuando necesito algo reconfortante, satisfactorio y rápido.