Aunque paso la mayor parte del tiempo en la cocina de mi casa, de corazón soy una cocinera de restaurante. Me encanta es-tar allí: la presión, el caos, el hecho de cocinar. Cuando abrí mi primer restaurante, un pequeño lugar de ocho mesas en el Distrito de Diseño de Miami, tenía un presupuesto limitado, no tenía inversionistas y tenía mucho corazón y ambición. Recuerdo que fui a las empresas locales, una por una, tocando literalmente en sus puertas e invitando personalmente a la gente para que fuera a comer a mi restaurante.
Después de seis meses de pasar largas horas frente a la estufa, podía contar con una cola de gente afuera de la puerta, esperando una mesa. Pronto pasé de ocho a catorce mesas y luego a un espacio nuevo y más grande. Pero cuando empecé a pasar más tiempo en un estudio de televisión que en mi cocina, grabando El arte del buen gusto, Cocine y Sazón con Lorena García, en lugar de contratar a alguien para que se hiciera cargo, decidí retirarme del negocio de los restaurantes. Ahora que Lorena García Cocina, mi restaurante de comida rápida, casual y saludable, está en marcha y funcionando en el aeropuerto de Miami, estoy emocionada de haber encontrado un feliz término medio.
Los platos de este capítulo representan mis creaciones alegres y personales, como la sopa de plátano cremosa y sabrosa, el suculento filet mignon enriquecido con maracuyá semiglaseado y queso azul y las costillas estofadas increíblemente decadentes pero reconfortantes con salsa de laurel y grosellas. Cada plato es único y hace hincapié en grandes sabores con un toque latino, y todos son lo suficientemente sencillos para preparar una comida entre semana o una de fin de semana disfrutada con amigos.