Gracias a las muchas personas maravillosas que me ayudaron a traer este libro al mundo.
Stephanie Delman, agente extraordinaria, cuya fe en esta novela no tiene igual. Erin Wicks, la persona más trabajadora que conozco, quien vertió su corazón y su alma en cada aspecto de este proyecto. A todos en Harper and Sanford J. Greenburger Associates, quienes me ofrecieron su sabiduría y apoyo a lo largo del camino.
Daniel Camponovo, Howard Simmons, Todd Summar y Ken Gerleve, en cuyos primeros comentarios encontré la guía. Brian Zimmerman, quien me convenció de que Maisie necesitaba su propia novela y se quedó con nosotras. Sophie Brochu, cuyos textos nocturnos, ojo editorial y disposición a reunirse conmigo a comer hot cakes a cualquier hora del día fueron vitales para mi proceso de escritura.
Jason Kalajainen, Mitch Kohl y el resto del equipo de Luminarts Cultural Foundation y la Union League Club of Chicago Library.
A mis tutores del CCC, Audrey Niffenegger, Joe Meno, Sam Park y Nami Mun, por su sabiduría, paciencia y cuidado con mi obra.
Dick y Denise Berdelle, por su amor, su apoyo y por haber sido niñeros de última hora. A Nora, Chrissy, Tom y Pat, los mejores porristas.
A Phil y Barbara Fine, quienes me enseñaron a amar el lenguaje. A mis hermanos Aaron y David, que siempre están presentes. A mis padres, Michael y Susan Fine, todo mi éxito es gracias a su amor y apoyo.
A Rick, mi roca, y a Elliott, que creció junto con este libro. Los amo mucho.