Empieza la temporada. Las chicas bajan del autobús y entran en el pabellón de deportes. Nadia, en cambio, tiene que esperar para llevar las bolsas de todo el equipo. "Aquí las novatas también llevan el equipaje." Le explicó Kilma. A su lado está Karin, otra joven jugadora que se ha incorporado este año proveniente de un equipo extranjero. Todavía no entiende el idioma y ni mucho menos lo habla. Normalmente el segundo entrenador hace de intérprete. Curiosamente, quien más intenta ayudarla es Nadia. Se sientan juntas en los desplazamientos y Nadia siempre le pregunta por su país, sus costumbres, le pide que le enseñe fotos,... Le gusta conocer otros países y otras culturas.
Entre las dos cargan parte de las bolsas en un carrito y ponen rumbo a la entrada. Unos aficionados del Mariners se paran al verlas y empiezan a insultarlas. Tal como teme Nadia, "esto solo acaba de empezar". Suerte que nadie de su familia puede venir a ver el partido. Ya en los pasillos interiores se puede oír a la 'Bruja' discutir con el árbitro. Es una discusión frívola y vacía, ella lo único que quiere es influir en las futuras decisiones del colegiado.
En el vestuario, Mireia termina de escribir el equipo inicial en la pizarra. Nadia echa una mirada mientras reparte las bolsas, ella no está. Normal, después de la charla con el segundo entrenador, los partidos de preparación salieron como salieron. Hoy no hay charla previa, solo un simple "ya sabéis lo que tenéis que hacer" antes de salir camino del banquillo visitante. No hacía falta decir nada más, Mireia las ha apretado mucho para preparar este partido y no solo ella, Irisia también ha sido muy exigente y agresiva. Nadia se despoja de la parte superior del chándal y levanta su camiseta. Una camiseta blanca con las mangas negras y una línea horizontal negra a la altura del estómago. Con una rosa roja en el escudo del equipo y su dorsal, el número nueve, en el dorso.
La salida a la pista es espectacular, es un pabellón polideportivo para cinco mil personas. Afuera había mucha gente haciendo cola. Se va a llenar.
Para llegar a la zona técnica del Roses hay que pasar por delante del banquillo del Mariners, circunstancia aprovechada por Irisia para escupir al suelo delante de varias jugadoras rivales.
Empieza la bronca.
La 'Bruja' no tiene suficiente con los insultos y los silbidos que llegan desde las gradas. Quiere más. Tras el calentamiento llega el protocolario saludo de los capitanes. Irisia tiende su mano sonriente y cuando Paola corresponde se la levanta dándole la espalda con todo el desprecio que ello conlleva.
La chicas del Mariners se reúnen junto a su entrenador.
"Tenemos que ganar." Les dice Paola a sus compañeras. "Tenemos que ganar porque juegan sucio, porque son unas tramposas, porque el voleibol no se merece semejante insulto sobre una pista. Somos mejores y tenemos el deber moral de ganar este partido. Se lo debemos a todos los aficionados que hoy quieren que gane el voleibol."
-¡JUNTAS!- Gritan todas uniendo sus manos en el centro.
En el otro lado Irisia reúne a las chicas.
"Son basura." Les dice. "No tengáis miedo, no os dejéis influenciar. Vosotras jugad al voleibol, del resto me ocupo yo."
-Nosotras...
-...¡SOMOS-MUY-FUERTES!
Las jugadoras saltan a la pista. Comienza el partido. En una de las primeras jugadas un remate de Irisia sale claramente fuera, mientras las chicas del Mariners celebran su buena defensa la 'Bruja' protesta al árbitro.
-¿Está seguro de que ha salido fuera?
-Sí.
-El juez de línea ha dudado.
-Es punto para el Mariners.- Sentencia el juez principal gesticulando que cesen las protestas.
Las chicas vuelven a la posición de servicio. "Jódete." Le susurra a Irisia su rival de enfrente. El primer set va mal encaminado para el Roses. Entran Karin y Nadia, pero el equipo no logra reaccionar. La chica extranjera del Mariners fuerza constantemente el uno contra uno frente a Nadia y se está convirtiendo en un arma imparable.
Mireia da indicaciones a Kilma de que la ayude en defensa, pero Karin sigue pasándolo mal en la recepción.
Irisia vuelve a reclamar al árbitro otro balón, el público la abuchea. Algunas chicas del Mariners reaccionan indignadas. La 'Bruja' las ignora pidiendo al árbitro que se asegure más al tomar decisiones y dos jugadoras locales son amonestadas. Irisia sonríe con una mueca.
"¡Devolvédsela con un punto!" Les exige Paola a sus compañeras. Tras un solo toque de balón, la atacante zurda del Mariners salta por encima de los tres metros quince centímetros. Su corazón, su espíritu, su equipo, el público, todos saltan con ella, todos golpean el balón. El remate impacta con violencia en la esquina de la zona y derriba una valla de publicidad.
"Es increíble." Se dice Nadia. "Esa chica es muy muy buena." Pero su capitana no comparte la misma opinión.
-Eres un puto coladero.- Critica a Nadia agarrándola por la camiseta.- Vete al banquillo, no quiero verte más por aquí mariposeando.
-Pero...
-¡A callar!- La interrumpe de malos modos.- ¡Y tú también! ¡Inútil!- Le grita a Karin.
Mireia deshace los cambios a petición de su estrella.
El primer set cae a favor del Mariners. La rabia de Irisia va en aumento. Karin coge un rotulador y una de las pizarras y habla con Nadia. Le corrige las posiciones de bloqueo para que puedan coordinarse mejor.
Ambas van a salir de inicio en el segundo set. Es momento de demostrar, y el inicio es excelente, cuatro puntos sin respuesta...
...hasta que la 'Bruja' llega tarde a un balón y lo golpea con fuerza contra el banquillo local. Las suplentes del Mariners se levantan, se encaran con ella. Un vaso de refresco con hielo cae cerca de las sillas del Roses. Irisia no cede un centímetro mientras una jugadora le grita a la cara todo tipo de improperios. El entrenador pide calma, las chicas se sientan. El árbitro llama a la chica que le ha dicho de todo a la 'Bruja'.
La jugadora es expulsada.
Abucheos del público, advertencia para Irisia. El entrenador local reniega con la cabeza.
"Qué vergüenza me está dando jugar este partido." Piensa Nadia.
Enrabietadas, las jugadoras locales responden al empuje del público sumando parcial a parcial hasta ponerse por delante. Nadia es sustituida, sus sensaciones no son buenas y no hace más que corregirse una y otra vez.
-Qué decepción más grande.- Le dice la 'Bruja' en el momento del cambio.
En el banquillo el segundo entrenador se preocupa por ella. Comentan situaciones, el ritmo de juego, algunos detalles de las rivales. Entonces Mireia se acerca hasta ellos y Ton se aparta al verla venir dando por finalizada la conversación.
-¿A qué vienen estas dudas?- Le pregunta a Nadia.- ¿Acaso te has olvidado de jugar?
-N-no.
-¡Pues juega, maldita sea!
Mireia agarra a Nadia de la mano y la levanta. Se la lleva a zona de cambios y mientras el balón está en juego le pregunta:
-¡¿Cómo somos aquí?!
Nadia respira hondo.
-Muy fuertes.
-¡No te oigo!
-¡MUY FUERTES!
Griterío del público. Punto para el Mariners.
-¡Pues ahora sal ahí, y demuéstraselo!
Nadia entra muy motivada. Aunque un poco tarde para poder remontar, su salto engaña a la pantalla y anota con un zurdazo cerca de la línea lateral.
La reacción es abortada por Paola cuando marca el punto definitivo que cierra el set a favor del Mariners.
-Mierda.- Se lamenta Irisia.
Las jugadoras se dirigen a los banquillos y algunas de las chicas del Mariners no pueden evitar la tentación de amedrentar a la capitana del Roses al cruzarse con ella.
-Ya has perdido.
-No puedes ganar.
-Nunca podrás ganarnos.
Nadia lo oye.
A ella le encanta esta sensación. La del miedo que no existe. Mireia está dando una dura charla, pero Nadia no escucha nada. No está allí. Por su cabeza pasa el recuerdo de la protagonista de una novela, entonces una descarga eléctrica recorre su cuerpo como un escalofrío al recordar aquella frase: "Dime que no puedo ganar, dime que es imposible, que está todo perdido. Y yo te enseñaré... quién pasará a la eternidad."
El descanso termina, los equipos se colocan para empezar el tercer set.
Nadia mira a Kilma. El Mariners saca. Es un servicio malo, sencillo para la defensa. La 'Bruja' la pide y corre hacia la línea. Kilma levanta el balón.
-¡Ataca Tú!
El salto en diagonal de cara a la pantalla, el espíritu inquebrantable que golpea la pelota. Es un remate con un mensaje muy claro: "Esto todavía no ha terminado."
Paola mira a Nadia después de semejante punto. Es una mirada llena de respeto y admiración, todo lo contrario que cuando se trata de la 'Bruja'.
Irisia no se queda atrás, le ordena a Kilma que le dé varios ataques. Fiel a su estilo, primero impacta el balón en la cara de una de las receptoras, luego la acosa rematando siempre contra ella, y si puede golpearla, "mejor". Y cuando ya la ve algo tocada se acerca hasta Nadia y le dice:
-Remátala.
No hay momento para discernir entre el bien y el mal en mitad de un partido. Así que nada más recibir el pase Nadia hace lo mejor para su equipo. Un globo por encima del bloqueo que cae a plomo en una zona muerta.
La 'Bruja' está enfadada, y se nota. Se nota porque en una sucesión de fallos del Mariners aprovecha un remate franco para tumbar de un balonazo a la receptora que tanto había acosado. Luego se gira hacia el banquillo rival y mueve la mano pidiéndole más al público mientras luce su malvada sonrisa.
La carrera de puntos del Roses en el tercer set es imparable. La diferencia de catorce al término del mismo es un alivio para el entrenador del Mariners, que temía un correctivo todavía más duro.
En el cuarto set Nadia es una pesadilla. Su cuerpo parece seguir el ritmo de 'Harder Better Faster Stronger'. Se siente fuerte, se siente rápida, y sabe que cuanto más duro juega mejor responden sus compañeras.
Vulgar humana, al igual que todas las jugadoras, Nadia se sienta en el banquillo dejando el protagonismo a su capitana.
Irisia está en su salsa, remontando en la pista del rival más odiado, protestando al árbitro, insultando a la jugadora que tiene en frente, gesticulando cara al público. Está disfrutando.
Y cuando el árbitro da por bueno un remate suyo que ha salido claramente fuera, ríe con ironía y acusa de tramposas a las jugadoras rivales que reclaman justicia.
Descentradas, enfadadas, impotentes. Las jugadoras del Mariners tiran el cuarto set por la borda y prácticamente regalan el quinto y definitivo. La 'Bruja' en persona anota el último punto del partido y alza el puño victoriosa.
Las jugadoras del Roses se cubren la cabeza con las toallas o los brazos, les están lloviendo todo tipo de objetos desde las gradas. Mireia da orden de salir a toda prisa hacia el vestuario y las chicas salen corriendo. Todas, excepto una. Irisia se pone su toalla al hombro. Ella sale caminando. Triunfante. En un último gesto de desprecio, alza su mano izquierda para saludar al público y les levanta el dedo corazón exhibiendo una sonrisita llena de maldad y felicidad.
Mientras todo eso ocurre, Nadia mira a las chicas del Mariners. Muchas tienen lágrimas en los ojos, la más desconsolada de todas, llora sin parar sentada en una silla del banquillo. Solo han perdido el primer partido de la temporada, pero la sensación es la de que han perdido algo mucho más importante de lo que podría significar ganar cualquier final. Dentro del terreno de juego Paola consuela a las suyas y les pide que se retiren ya. Y justo cuando empezaban a marcharse su entrenador les llama la atención.
-¿Es que no os he enseñado nada?- Las chicas se lo quedan mirando desconcertadas.- ¿Acaso no podéis mostrar un poco de clase?- Les recrimina.- El respeto... ¡se gana!- Les insiste señalando hacia el centro de la pista.
En el centro de la pista está Nadia con la mano tendida. La pobre chica está esperando el saludo de sus rivales mientras esquiva una naranja que cae cerca de su pierna izquierda.
Con Paola al frente, una a una le van dando la mano. "Gracias por el partido." Les va diciendo Nadia a todas y cada una de ellas.
Tras el saludo, el entrenador las aplaude y las jugadoras del Mariners saludan desde el centro de la pista agradeciendo el apoyo de sus aficionados. El público aplaude. Nadia también aplaude.
Las chicas del Mariners rodean a Nadia acompañándola hacia los vestuarios para que nadie pueda increparla. "Eres increíble." Le dice Paola tras darle un besito en la mejilla. Jugar limpio, reconocer al rival, no se trata de un orgullo personal, es una victoria que va más allá de lo deportivo. Desgraciadamente, eso es algo que no le importa a todo el mundo. Mientras unos quieren demostrar algo que va más allá de la victoria, otros se conforman con ganar. Porque para ellos ganar sirve para humillar al adversario.
-¿Se puede saber dónde estabas?- La sorprende la 'Bruja' agarrándola con fuerza por la camiseta.- Nosotras preocupadas y tú con esta... basura.
-¡Déjala!- Salta una de las jugadoras del Mariners.- No tienes ningún derecho a tratarla así.
Irisia aparta a Nadia con violencia y se encara con la jugadora rival.
-¿Quieres ver cómo te inflo la cara a hostias?
-¡Atrévete!
La 'Bruja' se prepara para soltarle un puñetazo cuando Mireia, Nadia y varias chicas del Roses la agarran por la espalda.
-¡Soltadme!- Grita llena de ira.- ¡No la reconocerá ni su padre!
Mireia la empuja hacia una de las duchas y abre el agua. Agua bien fría.
El incidente se saldó con una multa para Irisia. En realidad, quien fue castigada fue Nadia, que no participó en los partidos posteriores. La explicación de la entrenadora era por motivos técnicos: Su falta de coordinación en el bloqueo y su mal servicio en comparación con el resto de jugadoras.
Una buena racha, un buen comienzo. Cinco victorias y una derrota en un gran inicio de campeonato del Roses. "¡Aparecemos en la prensa!" Grita Kilma entusiasmada en medio del vestuario. La colocadora les enseña el diario a sus compañeras. Todas quieren ver lo que pone, todas... menos una.
-No parece que te interese mucho.- Le dice Irisia a Nadia.
La chica termina de ponerse la camiseta y responde.
-Está muy bien, pero no importa. Lo que importa es salir hoy a ganar. Será un partido muy difícil.
-Vaya, qué agorera se nos ha vuelto.- Dice Kilma.- ¿Ahora te da miedo un equipo de mitad de tabla?
La entrenadora pega un portazo y todas callan.
-¡¿Qué es todo este cuchicheo?! ¡¿Porqué no estáis todas cambiadas?!
Las chicas que todavía están vestidas de calle se apresuran mientras Mireia escribe algo en la pizarra.
-Hoy estaba repasando mi contrato.- Les dice.- Y me he dado cuenta de que si ganamos diez partidos en la primera fase regular me darán un prima extra bastante jugosa. ¡Así que ya podéis salir a calentar! A jugar... ¡cómo si os fuera la vida!
Las chicas empiezan a salir pasando al lado de su entrenadora. Que al paso de cada una, les va picando en la pizarra para que lean lo que pone antes de salir.
Nadia lo lee. Sonríe.
Cuatro nociones básicas que resuenan como un eco en el calentamiento.
"Jugar duro"
"jugar fuerte"
"jugar juntos"
"¡y divertirse!"
La pista del Seven ya no parece tan temible. Nadia mira a las gradas. Están sus padres, Doug, Natsumi. Pero no es a quien busca. Ella busca a sus vínculos, a sus antiguas amigas y compañeras de clase. A Laura, que tiene una tienda de ropa; a Ninfa que trabaja en una agencia de viajes y que espera su primer hijo; a Neus que se fue a la universidad; a Alice que...
...está al otro lado de la pista luciendo el dorsal número cuatro.
Nadia se acerca, primero, a saludar a Marta. Pero ésta se niega saludarla, le gesticula negativamente con la cabeza y las manos. Su intención era saludarla primero para luego acercarse hasta Alice, incluso dar opción a que Marta propiciara el reencuentro. Pero no ha sido así. La entrenadora del Seven es la entrenadora del Seven, y nada más. No sabe cómo tratar a Nadia ni cómo acercarse a ella, es torpe relacionándose con los demás y parece distante cuando no quiere serlo. Lo que tiene muy claro es que quiere mantener las distancias en el ámbito profesional.
Con tan solo dos victorias en seis partidos, el Seven no parece estar en un buen momento. Aunque Marta no está preocupada. Ella es consciente del equipo que tiene. El campeonato es una carrera de fondo y tan solo necesita estar entre los ocho primeros.
Las jugadoras saltan a la pista para empezar el partido. En la zona de banquillos Nadia se acerca hasta Alice y le tiende la mano.
-Cómo te atreves.- Le responde.- Después de todo lo que hiciste...
-Solo quería empezar de nuevo.
-¿Te crees que voy a dejar que me traiciones de nuevo? No quiero que te me acerques.
Nadia retira la mano. "Uhuuuuuu, la tienes muy cabreada a la gallita esa." Le dice Irisia riéndose de ella. "Tú sigue haciendo amigas, novata. Pero aquí de lo que se trata es medírsela, y yo la tengo más grande que nadie."
"Dijo la mujer que quería ser un hombre." Contesta Nadia para sus adentros.
Se esperaba un partido desigual y así empezó. Con el Roses ganando el primer set con facilidad. Irisia estaba maltratando a todo bicho viviente que se le ponía enfrente. El partido iba sobre ruedas. Entonces Marta decidió dar un golpe de efecto. Sentó a su principal rematadora y en su lugar hizo entrar a Alice.
Desde su asiento, Nadia aplaude con expectación la entrada de quién todavía considera su amiga.
Mireia consulta con Ton, es el debut oficial de Alice en el campeonato. No tienen ningún dato sobre esta chica y la aportación que pueda hacer es todo un misterio. "Ha entrado por Naho, debe ser atacante." Sugiere Ton. "Ahora lo veremos." Responde Mireia. "Dile a Karin que caliente."
El juego se reanuda con el servicio del Roses.
"Esa no es la Alice que conocía." Se dice Nadia tras ver la primera jugada.
Irisia mira a Nadia. "¿Por qué?" Se pregunta sin dejar de mirarla.
Alice manda, ordena, dirige. Recibe como las mejores, ataca como las mejores. Y su servicio...
-¡Punto para el Seven!
...es excelente.
Karin entra por la 'Bruja' en una decisión sorprendente. Irisia se sienta de mala gana y coge una botella de agua al mismo tiempo que se pone una toallita sobre el hombro.
-¿Por qué?- Le pregunta a Nadia, que está sentada a su lado.
-?
-¿Por qué te hemos fichado a ti y no a ella? ¿De dónde coño ha salido esa chica? ¿No jugó contigo? ¿No era tu compañera?
-Sí.
-Entonces, ¿qué coño haces tú en este equipo?- Irisia pega un trago antes de seguir hablando.- Yo quiero ganar este campeonato, no ver como un equipo de mierda nos pasa la mano por la cara.
Sobre la pista, el Seven anota un nuevo punto tras una asistencia de Alice y Kilma hace una señal al banquillo pidiendo la entrada de Nadia.
-Te toca novata.- Le dice Irisia antes de dar un nuevo trago.
Nadia se levanta y entra en la cancha. Mireia se sienta al lado de la 'Bruja' para pedirle una opinión.
-¿Qué te parece esa tal Alice?
-Es la mejor jugadora que he visto en toda mi vida.
-¿Y nuestra Nadia?
-Es la mejor compañera que he tenido en toda mi vida.
-¿Crees que podrá con ella en la red?
Irisia se para a meditar hasta dar una rotunda respuesta.
-No.
Karin habla con Eva, ella intuye cuál va a ser el próximo ataque. Y acierta. Eva levanta la pelota y Kilma grita:
-¡Ataca tú!
Llega ese momento. Ese salto que todo el mundo espera. Nadia y Alice cara a cara. Atacante y defensora, amiga... y enemiga.
Nadia golpea sin rencor, sin escrúpulos, sin miramientos. El balón pasa por encima de la red y se escabulle de entre las manos de Alice para impactarle en la cara.
La jugadora del Seven ha pagado cara su mala defensa y se ha llevado un balonazo aparte del punto en contra. Sus compañeras se le acercan rápidamente para preguntarle si está bien. Ella les hace el gesto de que la dejen tranquila un momento para que pueda serenarse. Finalmente se levanta y el público aplaude.
-¿Estás bien?- Pregunta Nadia desde el otro lado de la red.- Ha sido sin querer.
Alice la mira. La mira con desprecio y no tiene problemas en responder a lo que ella considera hipocresía.
-No te preocupes.- Le dice en primera instancia.- Ambas sabemos que tu hija es el único accidente que has cometido en tu vida.
Dolida por lo que acaba de decir, Nadia pasaría por debajo de la red, se acercaría hasta ella y le daría una bofetada. Nadia piensa en pasar por debajo de la red, acercarse hasta ella y darle una bofetada. Nadia pasa por debajo de la red, se acerca hasta Alice y le da una fuerte bofetada que resuena por todo el pabellón.
Mireia, boquiabierta, no da crédito a lo que acaba de ver.
-Yo puedo hacerlo mejor.- Le dice la 'Bruja' en tono socarrón.
Tras ser expulsada, Nadia se sienta en una silla y empieza a llorar. Llora porque le ha dolido que Alice le dijera eso, llora porque la han expulsado, llora porque se ha fallado a sí misma, llora porque le ha fallado a su equipo, llora porque ha decepcionado a las personas que le importan.
Se siente triste, frustrada, humillada y fracasada.
El Seven remonta y gana el partido por tres sets a uno. Al término del encuentro Nadia vuelve a la pista, se acerca hasta Alice y le pide perdón sin recibir respuesta. Se siente tan culpable que se disculpa con todas las jugadoras locales al mismo tiempo que las felicita por la victoria. Aun así, no encuentra consuelo que exima lo que ha hecho.
-¡Ey!- Le dice Marta llamándole la atención.
-Oh,- se sorprende Nadia- mil perdones. Quiero disculparme. Sinceramente, lo siento mucho. Ha sido un error, yo no quería pegarle a Alice. Yo... n-no encuentro palabras.
Marta sonríe.
- No te preocupes.- Le dice.- Hoy he podido ver sobre la pista a mi Nadia favorita. La noble, la sensible y la guerrera. Te quiero como si fueras mi hija.- Le reconoce mirándola a los ojos.- No dejes que lo de hoy de afecte, tú vales mucho.- Le dice antes de abrazarla.
Nadia está algo emocionada por lo que le acaba de decir Marta. Pero no deja de estar hundida. Se siente fatal consigo misma y se avergüenza de lo que ha sucedido. No puede dejar de darle vueltas. Esa bofetada le ha sentado peor a ella que a Alice, que está tan contenta con la victoria. Para Nadia es como si hubiese terminado su carrera como jugadora profesional. Todo en lo que cree, todo cuanto siempre ha querido demostrar, ha quedado en hipocresía.
"¿Y ahora qué?" se pregunta sin encontrar respuesta.
Abrir la puerta del vestuario se hace durísimo, con qué cara va a mirar a sus compañeras. Quiere disculparse, pero no sabe cómo, todo cuanto se le ocurre le parece insuficiente. Finalmente, Mireia, que era la última en llegar al vestuario la sorprende abriendo la puerta.
-Venga, entra.- Le ordena.
La chica pasa y se pone frente a sus compañeras.
-Lo siento.- Les dice muy arrepentida.
-Nadia no perfecta.- Le dice Karin acercándosele para animarla.
-No te preocupes.- Le dice Kilma restando importancia al asunto.- No hemos perdido por tu culpa.
-¡Por supuesto que no!- Se enfada la 'Bruja'.- ¡Hemos perdido, entre otras cosas, porque Eva es una inútil, porque Kilma falla la estrategia y, efectivamente, porque eres TONTA! ¡Así que no les quites el mérito a las demás!- Concluye marchándose a la ducha.
Mientras Nadia trata de aprender que hay que seguir adelante a pesar de lo grandes que sean los errores, el Roses entra en barrena. A la victoria de la siguiente jornada le seguiría una racha de seis derrotas consecutivas.
En la otra cara de la moneda estará el Seven. Lo que no sabía Marta es la sorpresa que le esperaba.