Hola, colega, soy tu yo cabrón. La parte de ti que te hace tratarte como el culo. Ya sé que a veces no nos entendemos, pero me ha dicho la autora de este libro que esta vez va a ser diferente.
Mira, mi objetivo es protegerte. ¿Eso qué significa? Pues que, si en el pasado te ocurrió algo jodido, yo te voy a recordar que te puede pasar de nuevo para que te protejas de ello. ¿Preferirías que no lo hiciera? Ya, yo también preferiría no hacerlo, pero esto es lo que la evolución ha dejado para ti y gracias a ello estás vivo, así que no te me quejes.
Una de las mayores fuentes de sufrimiento que tenéis los humanos es el miedo a sentiros inadecuados, no válidos o rechazados. Esto es algo común, pero suele acrecentarse por haber tenido unos cuidadores críticos y exigentes o por haber sufrido experiencias de rechazo en vuestra vida.
El caso es que, si tú has vivido este rechazo o te has sentido inadecuado, sea por la razón que sea, te lo voy a recordar todos los días de tu vida en forma de voz cabrona, diciéndote cosas como «nadie te va a querer» o haciéndote realizar acciones que te hacen daño, como decir que no a oportunidades interesantes o a tener hábitos sanos.
No es tu culpa, es cómo funciono yo y todos los «yo cabrones», pero deja de enfadarte conmigo, joer, ¡que no quiero joderte la vida! Lo que quiero conseguir es hacerte cambiar para que no vuelvas a sufrir rechazo en el futuro. ¿Que es una forma de mierda? Ya lo sé, pero yo soy un mandao y me han dado estas herramientas, ¿qué quieres que haga? No te quejes tanto, que ya me gustaría a mí ser tu sentido del gusto para saborear croquetas todo el día.
Ahora, vamos a hablar un poquito de tu responsabilidad, que ya está bien de echarme la culpa a mí. A ver, hemos dicho que, por haber sufrido putadas en el pasado, en mi afán por protegerte, a veces te hago pensar y hacer cosas que te hacen sentir mal, pero no hemos dicho nada de que tengas que creer absolutamente todo lo que te digo, ni de que me tengas que hacer caso al cien por cien.
Entiendo que al ser una parte de ti que te habla te creas todo lo que te digo, yo también lo haría; pero no soy adivino y aunque te diga que no te van a querer, o haga que no acudas a una entrevista, no tengo ni puñetera idea de lo que te va a pasar.
Tienes que aprender a ser consciente de que lo que yo te digo no es real. Es información basada en lo que te ocurrió en el pasado que sirve para protegerte, pero necesitas aprender a «separarte» de ella, no creerla como si fuera una verdad y mandarme a cagar mucho más a menudo.
Es posible que tengas bastantes problemas en tu vida, pero estoy seguro de que una gran parte de ellos te vienen porque tu querido cerebro tiene unas creencias para entender el mundo que son un poco regulinchis.
Mira, tu cerebro funciona como tu móvil. Seguro que tienes un montón de apps descargadas, unas que te sirven para jugar, otras para trabajar, otras para hablar con amigos, etc. Pues tu cerebro en vez de apps tiene creencias que le sirven para entender las cosas. Tiene creencias sobre el amor, creencias sobre los demás, sobre ti, etc. Algunas te sirven porque te ayudan a entender las cosas y te hacen sentir bien, pero otras, igual que las aplicaciones a veces necesitan actualizarse o desinstalarse porque ya no te sirven para entender el mundo.
Pues algunas de estas creencias regulinchis son las que hacen que te creas todo lo que te digo y que te lleves del culo conmigo, así que me he personado en este libro para ayudarle a la autora a quitarte esas telarañas cerebrales que tienes y hacerte ver que ni tú ni yo somos los malos, que aunque sea un poquito cabrón, tengo buen fondo, que eres un jodido ser humano y que la vida es más fácil si me entiendes y sabes cómo manejarme.
A partir de ahora voy a ir apareciendo por los capítulos de este libro, así que aún no te has librado de mí.
Atentamente, tu yo cabrón.