París, 21 de enero de 1967406
Mi querido Paco:
Llegué hace dos días de La Habana, muerto de fatiga pero contento con el trabajo que hicimos allá. Lástima que como salgo dentro de una semana para Nueva Delhi, y la acumulación de tareas en París es absolutamente inhumana, no te puedo escribir ahora la carta que quisiera; descubro con melancolía que hace mucho que no puedo escribirte esa carta. Siempre espero que será la próxima, pero vos ves. Los cubanos, aislados y amenazados como están, me confían toda clase de misiones que tengo que cumplir en esta semana, y no es poca cosa, te aseguro; sin contar el metro cúbico de cartas que encontré a la vuelta, algunas de las cuales exigen respuesta. El resultado es el de siempre: que debo limitarme a las cuestiones prácticas y esperar que llegue el día en que pueda escribirte a vos.
Me alegró lo que me decís de La vuelta al día, que está muy lejos de ser un libro “importante” pero en cambio tiene, creo, muchas páginas divertidas. En México y en Cuba el libro es una especie de explosión, y me dicen que también en la Argentina. En todo caso yo tengo aquí ríos de cartas con toda clase de comentarios, desde el amor hasta el insulto.
RE CUENTO: No, Paco, no tengo nada para darte. Es decir, hay ese cuento que publicó Índice, que se llama “El viaje”. Creo que me dijiste que no habías recibido la revista. Una macana, porque no tengo ningún ejemplar, pero me parece imposible que en Buenos Aires no se pueda conseguir en alguna librería más o menos gallega, máxime cuando era un número especial y que hizo mucho ruido. Es el número 221-22-23, de 1967. Si no lo conseguís, avisame y pediré uno directamente a España, pero ahora por supuesto no tengo tiempo. El cuento es, verás, bastante misterioso, y nace directamente de una horrenda pesadilla. En el cuento no hay nada horrendo, sino más bien una especie de horror que se va insinuando poco a poco, aunque sé de lectores para quienes no es más que un galimatías. Vos miralo y decidí: es tuyo.
RE CUENTORUM OMNIA. Qué alegría saber que ya está en marcha el gran ladrillo. Es la mejor noticia del mes para mí (junto con el discurso de Fidel al cerrar el congreso de La Habana). Me pedís el orden y la distribución. Yo creo que vale la pena seguir el orden de la edición de Einaudi. Tres partes: I. RITOS. II. JUEGOS. III. PASAJES. En I (pero vos tenés la edición italiana y podés mirarlo) habrá que agregar los cuentos suprimidos, por ejemplo “Torito”, que iría en II, y “Reunión”, que iría en III. “Instrucciones para John Howell”, en II. “La señorita Cora” en I. “La isla a mediodía”, en III. “Todos los fuegos el fuego” en II. Creo que con eso queda ordenada la cosa, aunque faltaría la ubicación de esos cuentos con relación a los otros. Si no es demasiado urgente, cuando mandés las galeras, yo te hago la ordenación definitiva antes de la paginación.
(Incidental y regocijadamente: los cubanos, con su insensatez habitual, editan Rayuela este año, con un estudio de Lezama Lima.407 Un loco contra otro, eso va a ser extraordinario; Lezama está que se sale de las casillas por hacer el estudio, y yo me relamo los belfos imaginándome todo lo que va a decir, desde los eones faraónicos hasta la deuda que me ha descubierto con Proust, of all names!)
No, no tengo ganas de escribir una biografía de Justo Suárez. Si tuviese mucho tiempo y pudiese reunir la bibliografía (p. e., números de El Gráfico, recortes de los diarios de esa época, etc., fotos) escribiría algo que sería mucho más y mejor que una biografía; pero no tengo tiempo.
No te preocupes por el silencio de Losfeld. Le ha dicho a Silva que primero necesita ver la traducción, la maqueta, papel, precios, etc., para hacerse una idea de la cosa. Va para largo, porque yo me marcho ahora a la India y Laure anda despacio con la traducción, de modo que Silva se seguirá ocupando del asunto y a mi vuelta veremos de ponerle el moñito que lo corone.
RE REGALÍAS CENTRO: De acuerdo, en febrero vos hablás con el gerente y me arreglás ese asunto.
RE SOMETHING COOKING IN DENMARK:408 En La Habana me abordó (en realidad me abordaron cerca de 20 editores, porque el congreso tenía su lado feria de Francfort: Einaudi, Orfila, Feltrinelli, Barral, Jonathan Cape, etc etc., estaban ahí haciendo sus negocios), me abordó Jens Lohmann, que se dedica a traducir y editar. Quedé en pedirle a Sudamericana que le enviara Rayuela, Los premios y los dos últimos volúmenes de cuentos para eventual propuesta de cesión de derechos y edición en la tierra de Hamlet. Por favor derivá este pedido a los que se ocupan de ese servicio, y gracias. La dirección de Lohmann es: Usserod Kongejev, 5 / 2970 Horsholm, Dinamarca.
RE GRAN BESTIA LABERÍNTICA: Me hice muy amigo de Nathaniel Tarn, que tiene como vos una especie de editorial paralela, en este caso unas ediciones subsidiarias de Jonathan Cape. Está interesadísimo en lanzar los cronopios. Le propuse la traducción de Blackburn, que está por la mitad (pues Pantheon Books también parece interesarse ahora después de años de indiferencia), y le dije que te escribiera mencionándome para saber si vos le cederías los derechos. De todos modos, hay algo importante: no te apures a firmar nada hasta que yo sepa por Blackburn cuál es la decisión final de Pantheon. Creo que la cosa saldrá por el lado de Cape, pero yo te avisaré antes. Lo que importa es que cuando Nathaniel Tarn (que es de los nuestros, poeta y cronopio como pocos) te escriba, cosa que ya debe haber hecho, le respondas como amigo, dándole por ejemplo una opción y mencionándole el interés de Pantheon. Cuando Paul me aclare el asunto (yo le he escrito aconsejándole que aceptemos lo de Cape, pues Pantheon haría mejor en editar otra selección de cuentos, ya que End of the Game tuvo un gran éxito), entonces yo te aviso y le cedés los derechos a Nathaniel. No sé si esto está claro, pero por cualquier cosa me escribís a la India y seguimos hablando del asunto.
Bueno, y ahora me largo a la calle a repartir mensajes, cartas y otras misiones cubanas. Mis amigos habaneros me llaman Miguel Strogoff, y es bastante cierto. Desde la India te escribiré pero vos hacelo primero acusándome recibo de esta carta. Aquí las señas: c/o Octavio Paz, Embassy of Mexico, 136 Golf Links, New Delhi. Espero con las ganas de siempre tu carta, que ojalá sea larga y me traiga buenas noticias de ustedes. Decile a Sara que me alegro de saberla en vacaciones, y que doña Herminia me escribió el otro día un párrafo muy conmovedor en el que me dice que sus únicos amigos de verdad son ella y vos. Te ahorro decirte lo que sentí al leer esa frase, que sé verdadera y maravillosa. Ah, te señalo que doña Herminia queda autorizada a pedirte dinero sudamericano si le hace falta para sus líos inmobiliarios, y naturalmente vos estás archiautorizado para dárselo sin consultarme. Este clearing me tranquiliza, porque puede haber situaciones de urgencia y nos ahorramos cartas y consultas.
Última Re: Héctor Yanover, de Librería Norte, me pide autorización para hacer un disco de 17 cm. con cronopios leídos por el actor Briski. (Ya antes me había pedido un disco grande y le dije que no, negándome a saturar la plaza so pretexto de gran moda cortazariana.) Voy a decirle que no por segunda vez. Te lo advierto por si pretenden alguna maniobra vía Minotauro. En todo caso, si sos de otra opinión, escribime y siempre estaríamos a tiempo; pero me da un poco de asco aprovechar así de una moda que se está pareciendo demasiado a una liquidación de La Mondiale, si todavía existe. Que me dejen un poco de joder.
Bueno, y ahora hasta Nueva Delhi, y hasta tu carta. Quisiera hablarte tanto de Cuba, de esa experiencia cada vez más maravillosa, alucinante, increíble en ese continente de Barrientos y Onganías. Pero no puedo, cierro el sobre, me quedo con bronca y con la sensación de no haberte escrito. Ya sabés, Paco, te sigo esperando en Europa para hablar de tantas cosas.
Todo mi cariño a Sara, un abrazo muy grande de Aurora para los dos, todo mi afecto,
Julio
París, 21 de enero de 1968
Cronopio Paul:
Volví anteayer de La Habana, muerto de fatiga después de trabajar como un loco (pero valía la pena). Tengo tantas misiones que cumplir y tantas cartas que contestar que no podré escribirte con la longitud y el detalle que quisiera. Aquí encontré tus dos cartas, y a pesar de la mala noticia del accidente de auto, me alegro de que todo vaya tan bien en España y que estés más contento allá que en Francia, país que evidentemente no te cae bien. Quiero decirte ante todo que entre la gente del Congreso había muchos amigos tuyos y gente que te conoce. Encontré a Margaret Randall, claro, y a José Iglesias, y hablamos mucho de ti con ellos. La gente estaba muy bien, y se trabajó firme en cuestiones de cultura revolucionaria. No sé si te has enterado de las conclusiones del congreso, y del discurso de Fidel la noche de la clausura; supongo que en España no se publican esas cosas. Pero yo te daré todo cuando nos veamos de nuevo, si te interesa leerlo.
Ahora quiero hablarte solamente de cuestiones prácticas, pues nos vamos a la India el 29 y tengo millones de cosas por hacer todavía (los cubanos me encargan toda clase de misiones en París, pues el bloqueo sigue siendo terrible y necesitan ayuda en todos los terrenos). Siento mucho que sólo llegues aquí en febrero, pero era previsible; ya nos encontraremos en Saignon en el verano, pero no en abril como dices tú: sino en junio, y a partir de junio hasta octubre. De manera que eso nos da cuatro meses para que tú elijas el mejor momento de ir a beber tus camparis a nuestro ranchito. OK?
Cosas prácticas, pues: Tomé nota de lo que me explicas sobre Coleman y Donald Yates. También sobre los noruegos. Y AHORA ALGO MUY IMPORTANTE. Tú me dices que Paula McGuire estaría quizá interesada por los cronopios. Bueno, en La Habana vino a verme Nathaniel Tarn, de Jonathan Cape, London. Muy simpático y cronopio, te conoce mucho y te estima. Está dirigiendo una colección muy simpática de libritos que se llaman Cape Editions, y quiere los cronopios. En cuanto me habló de eso, yo pensé en ti y le dije: “De acuerdo, pero la traducción tiene que ser la de Paul Blackburn, que ya ha traducido una buena parte y está dispuesto a completar el libro”. Me dijo: OK, nada me parecería mejor, siempre que Paul no se duerma y haga el trabajo en un plazo razonable. Como ves, la cosa depende ahora de él y de ti para los detalles prácticos. Nathaniel espera tus noticias, planes, condiciones, arreglos, etc. Escríbele as soon as you can (21 Kidderpore Gardens, London NW 3). Sería fantástico publicar allí los cronopios, porque es una cosa segura, mientras que lo de Pantheon, como dices tú, no es más que una esperanza. Y Pantheon, si quieres mi opinión personal, haría mejor en lanzar otra serie de cuentos míos y dejarles los cronopios a Nathaniel Tarn. Pero tú, oh wise agent, shall act according to your judgment.409 De todas maneras, por favor, escríbele en seguida a Tarn; no quiero que piense que yo me olvidé de avisarte de este asunto que es importante.
Escríbeme a la India, chez Octavio (136 Gold Links, New Delhi), y te prometo una carta más larga y más de cronopio que ésta. Ahora es imposible, perdóname; estoy cansado, confuso, bastante angustiado por muchas cosas que pasan en el mundo, y sobre todo por mis obligaciones frente a esas cosas que pasan en el mundo. No sé todavía qué voy a hacer, o en qué me voy a convertir, pero hay un Julio que se ha muerto y otro que todavía no ha terminado de nacer. Make the best of this cryptic statements. Someday we’ll talk about the whole thing.410
Me alegro de que estés bien, de que haya sol, de que te sientas contento en Barcelona. Un abrazo de Aurora y otro muy fuerte de
Julio
París, 21/1/68
Querido Guillermo:
Ahí va el cheque con sus múltiples tatuajes, y la nota del banco vienés. Te repito que si hay dificultades para pagarme en libras, Barry411 puede hacerlo en francos.
No te escribo más porque la acumulación de obligaciones derivadas del congreso de La Habana es tal que no sé por dónde empezar. Pero me queda tiempo y ganas para un gran abrazo,
Julio
New Delhi, 30 de enero de 1968
Mi querido Jean:
Es así, ya ve. Usted me escribió en septiembre del año pasado, y su carta, que me trajo una de las alegrías más grandes y más de veras de estos últimos años, se vio condenada a quedar sin respuesta hasta ahora, precisamente porque no me daba la gana contestarla así, a vuelta de correo, en vísperas de toda clase de complicaciones geográficas, personales y hasta políticas, que me han hostigado hasta ahora, hasta hoy, hasta esta mismísima Nueva Delhi donde estamos desde ayer. Ya sé que usted y yo no nos debemos ninguna explicación, y que eso es lo mejor y más cabal de nuestro afecto; pero tal vez le interese saber que entre su carta y mi respuesta se intercalaron cosas como Viena, Argelia, La Habana, sin hablar de Córcega, Holanda y otras tierras menores. En Argelia hubiera podido y querido escribirle, porque la lejana visión del desierto, las ruinas de Tipasa, el olor de algunos barrios, me recordaron algunas páginas, algunas nostalgias suyas que siempre me conmovieron; pero entonces mataron al Che, y yo me deshice durante semanas, y no he vuelto todavía a encontrarme de veras conmigo, aunque un mes en Cuba sirvió para mostrarme hasta qué punto el Che sigue vivo en un plano donde la muerte deja de ser negativa y hasta trágica. Ahora, apenas llegado a la India donde me espera una experiencia de tres meses, pienso que está bien que le escriba estas líneas; porque si yo estuve cerca de usted a la hora de los tangos de Juan Visca y de Piazzolla, en una tarde lluviosa de Buenos Aires, usted me ha acompañado en muchas caminatas solitarias por el malecón de La Habana, así como me esperaba entre dos columnas de Tipasa recortándose contra el mar una mañana de octubre, o en el torrente de Bevinco en Córcega, donde pescar truchas tiene el encanto especialísimo de que está terminantemente prohibido. Porque no quiero que piense que me reservo su presencia para los momentos dionisíacos o apolíneos; también escuchando jazz en una cave de París nos bebemos juntos un par de coñacs.
No estoy contento de la vida que he llevado ni de la que llevo; queda por verse cómo será la que voy a llevar desde el 9 de octubre del año pasado. Me creo bastante a salvo de ilusiones, pero hay a mi espalda treinta años de vocación literaria y de dedicación a la escritura; quisiera aprovechar todavía todo eso y a la vez encontrar la fórmula central, la clave que lo potenciara hacia lo que hoy me parece la obligación insoslayable de eso que llaman un intelectual. Tres semanas he pasado discutiendo de esos problemas con 400 delegados en el congreso cultural de La Habana; no crea que me ha ayudado a ver mucho más claro, pero en todo caso entiendo mejor lo que ya no puedo ni quiero hacer. Es casi divertido decirle esto en los días en que me dispongo a corregir y enviar al editor una novela que encolerizará a todos mis amigos “comprometidos” puesto que la encontrarán insolentemente “literaria”; yo sigo creyendo que por muchos caminos se va a la libertad del hombre e incluso al hombre nuevo que buscaba y quería el Che. En todo caso –y esto es lo que cuenta– en esa novela he intentado seguir una de las muchas líneas que creo posibles en la novela, y que un tal Morelli trataba de explicar con bastante pedantería en Rayuela. Alguna vez, espero, me dirá qué le parece.
Huele a especias. Vivimos en casa de Octavio Paz, en el barrio de las embajadas; por supuesto, la bandera de México flota sobre el porche de esta hermosa casa donde tenemos tantas habitaciones y criados para nosotros que nos sentimos incómodos, avergonzados, y sólo el afecto de Octavio y de su mujer nos rescata un poco de un tipo de vida para el que yo no he nacido (Aurora sí, pero ya sin esperanzas de que yo pueda proporcionárselo alguna vez). Volver a ver Nueva Delhi después de 12 años es bastante vertiginoso; todo parece estar peor, más pobre y sucio, y a la vez con esa dignidad y esa indiferencia que hacen del indio un ser que me gusta instintivamente. La otra vez miré los monumentos; esta vez trataré, a lo largo de tres meses, de mirar a un pueblo. Veré poco y mal, pero algo veré. Esta carta, creo, le está dando algunos hilos para entenderme mejor en el presente; me alegra que usted tenga esos hilos; por ahí, alguna vez, podrá explicarle a alguien algunas cosas, a la hora de los inevitables malentendidos.
Un gran abrazo a Marta. Aurora los recuerda y los quiere. Yo soy siempre
Julio
Nueva Delhi, 30 de enero de 1968
Cronopios Marina y Paco:
Desde luego que nos desencontramos, como-tenía-que-ser. ¿Seríamos lo que somos si nos hubiésemos encontrado cronométricamente en París? Ustedes ya lo preveían en su carta de diciembre; yo, claro, llegué de La Habana a tiempo para ver el neumático y colgarlo de un clavito donde el calor de la estufa lo balancea suavemente. Qué lástima, de veras!
Pero está todo lo bueno. Los encantandores dibujos de Miguel Nyberg, el número de Ord & Bild, las noticias del club.412 Me siento muy feliz con ustedes en Suecia, aunque me inquieta enterarme de que los cronopios no sólo tienen un Club sino que además amenazan con apoderarse de la radio y de la pedagogía; pronto habrá un jefe de bomberos cronopio, y después
ah, después: palabra misteriosa
después?
Mejor hablemos de ahora, los cronopios no creen demasiado en el después. Me alegró que les pareciera bien mi carta en la Revista de la Casa de las Américas.413 El congreso de La Habana fue muy interesante y necesario; creo que se corrigieron algunas posiciones demasiado optimistas, y que en cambio se reforzaron aspectos un poco descuidados de la lucha revolucionaria en América Latina y en todo el Tercer Mundo. Hubo muchos cronopios y bastantes famas, como era lógico, pero el cronopio máximo fue una vez más y como siempre Fidel, con su discurso de clausura que les recomiendo.
Estoy en la India (“milenaria”, agregan siempre las esperanzas) ganándome (?) la vida en un congreso de la UNCTAD –que parece un nombre para poner en las tostadas. Vuelvo a París en mayo. ¿Tendré más noticias del Club? Mis abrazos a todos los amigos y dos de tamaño natural para ustedes, a razón de uno para Marina y otro para Paco, con todo el afecto de
Julio
Miguel, te admiro mucho!
New Delhi, 1º de febrero de 1968
Mi querido Arnaldo:
Ya ves, al final no nos vimos. Prefiero no pensar en lo que fueron para mí esos pocos días de París, entre dos aviones. Todo parecía como suspendido sobre mi cabeza, imposible dormir y tampoco estar despierto. Apenas hablé con uno o dos amigos, y acabé apelando al sistema de abonnés absents para no salir huyendo de casa. Para peor las vacunas antitíficas: fiebre, jaquecas, un brazo hinchado… Pero no caigamos en la autocompasión. Aquí en Nueva Delhi hay sol y hay Octavio Paz, pero hace frío (durará 15 días más y luego calor, delicioso calor para argentinos friolentos!). Te escribo desde una oficina apenas terminada, húmeda, con indios de grandes ojos que entran y salen para cumplir vagas ocupaciones: uno pasa un trapo por los brazos de los sillones, otro pasa un alambre por las cerraduras de los escritorios y hace vagas anotaciones en una libreta, otro mira los enchufes (que no andan), mueve melancólicamente la cabeza y se va. Pasan grandes, hermosas hormigas. Y nosotros parecemos lo que somos: los bárbaros de occidente, chorreando técnica, protestas, agresividad, incomprensión. Kipling estaba en lo cierto: East and West shall never meet.
Me vuelvo a horribles documentos sobre el caucho y las barreras arancelarias. Pero te digo que Octavio y Marie-José son maravillosos, que tenemos una verdadera casa independiente para nosotros, que hablamos de poesía y planeamos viajes. Estoy perdido, ausente, triste, lejos de mí, todavía en Cuba; pero iré volviendo, y ya lo sabrás.
Abrazos a Monique. Si un día tenés ganas, contame de Moctezuma. Y te queremos,
Julio
c/o Octavio Paz
Embassy of Mexico
136 Golf Links New Delhi
New Delhi, le 2 Février, 1968
Cher Jean,
Merci de ta carte de vœux, si belle, que je trouvais à mon retour de Cuba et qu’Aurora avait gardé précieusement. J’aurai voulu t’écrire tout de suite mais à peine rentré de La Havana je dus préparer encore une fois mes bagages pour l’Inde; je t’épargne le récit de la semaine infernale que je passais à Paris, entre deux avions. Me voici, encore épuisé et passablemente malade (ces sacrés vaccins!), mais quand-même un peu plus sur la Terre, et merveilleusemente logé avec Aurora chez Octavio Paz.
Chose étrange, ce voyage à Cuba: un travail très dur pendant le Congrès Cultural, mais qui valait la peine. En même temps, du travail “intérieur”, un pénible mais nécessaire apprentissage de ce que je dois devenir s’il me faut vraiment être moi-même. Je savais déjà combien mes livres étaient aimés en Amérique Latine, mais cette fois j’ai compris autre chose, une chose belle et terrible et en quelque sorte fatale: je suis un sudaméricain (pas tellement “pâle” comme celui que tu sais) et je me dois à ce monde (qu’on appelle “tiers”) duquel je m’arrachais il y a seize ans. Bien sur, je ne suis pas Che Guevara, je ne te parle de monter vers les guérrillas, mais d’une opération analogue tout en restant (et c’est cela le problème) dans la poésie, dans la littérature, dans les seules choses que je sais faire. Cuba a été comme un chemin de Damas sans choc visible –car je vois maintenant qu’il y a longtemps que je marchais à ma façon par ce chemin. Je voudrais faire profiter l’Amérique Latine de cet hasard insensé qui m’a fait dévenir une espèce de maître à sentir (plus qu’à penser) des jeunes de mon pays et des autres pays latino-américains. Ecrire, bien sûr, mais de façon que cet amour qu’on a pour moi se traduise en force, en lévure, en révolution. Et quand je dis révolution j’entends aussi la lutte armée, les “quatre ou cinq Vietnam” que demandait le Che. Or, comment concilier ceci avec mon refus totale de faire une littérature “révolutionnaire” dans le sens où l’entendent une bonne partie des cubains? Et même en écrivant avec mon indépendance de toujours, disons pour mon plaisir ou ma “vocation”, comment donner le maximum de force à un œuvre qui aujourd’hui est attendu comme une espèce de pentecôte? Car il y a quelque chose de terrible dans cette prise de conscience de moi-même que je viens d’avoir à La Havane: c’est de savoir que je ne peux pas réfuser, que je ne veux pas réfuser, que je voudrais vendre le plus cher possible la peau, c’est à dire aider de la façon la plus totale la cause de la révolution tel que l’entend Cuba (et non pas les P.C.!). Tu vois, pour quelqu’un qui a plus de 50 ans et un certain droit à qu’on lui foutre la paix, cette conviction soudaine, cette décision, sont assez bouleversantes. Résultat: des problèmes personnels assez graves, un futur très incertain, une lutte quotidienne entre ce que je sais mon devoir et ce que je sais aussi mon hédonisme et mon amour pour des choses qui s’appellent Paris, Saignon ou Bevinco. L’issu de tout ceci? Rien ne presse et tout presse: on verra. Pour l’instant je suis écorché, malade, sans retrouver cet Inde où je fus si heureux il y a 12 ans. Et je t’écris ces quelques lignes entre deux documents à reviser pour que tu saches que je pense à toi et à Raquel, comme je pense aussi aux autres étoiles de la constellation (la nôtre, la très magique) qui brillent du côté du chemin des Palettes.
J’espère t’écrire de nouveau, quand tout ceci se tassera un peu. Pour l’instant, mettons que je voulais t’embrasser très fort et te savoir près de moi. Embrasse Raquel et Isabelle,414
Julio
c/o Octavio Paz
Embassy of India
136 Golf Links New Delhi
New Delhi, 17 de febrero de 1968
Cher maître,
Finalmente uno no sabe si lo de la necrología es en broma o de veras, porque refleja tan bien tu estilo y contiene tantas de tus más esforzadas ideas, que en caso de que realmente te la hayan pedido deberías mandarla tal cual, con lo cual pasaríamos juntos a la historia, retratado y retrato en una sola inmortalidad. Claro que esto de la inmortalidad, a la hora de Hanoi y de Pekín, me parece a mí cada vez más aleatorio, pero no hay que descuidar la posibilidad de que al final triunfen los moderados y se abra para nosotros un nuevo milenio de fichas en las bibliotecas y bustos en los parques; por todo eso, te agradezco el esfuerzo de haberme retratado con tanto probo verismo, y llegado el momento me moriré con la seguridad de que mi cadáver queda en buenas manos, si j’ose dire.
En Nueva Delhi entramos lentamente en la primavera, después de haber pasado más de dos semanas con fuego en las chimeneas, gabardinas y resfríos; desde luego había un sol magnífico, pero sólo ahora empieza a calentar. Razón por la cual mañana volamos a Kajuraho para ver los templos, y el próximo fin de semana se lo dedicamos a Agra y a Fatepurh Sikhri. En casa de Octavio hacemos una vida de majarajahs que colmaría tus más refinadas tendencias al otium cum dignitate y cinco sirvientes; lo único malo es que gran parte del día o de la noche tenemos que dedicársela a la UNCTAD, nombre este último que me hace pensar invariablemente en algún producto para poner en las tostadas. Volviendo a nuestra vida india, trabajamos una semana de día y otra de noche; esta última es siempre la preferida, pues nos deja la mañana y el comienzo de la tarde para recorrer la vieja Delhi o visitar los monumentos y las ruinas. Octavio hace una vida relativamente apacible como embajador, aunque con demasiadas cenas y cócteles, a los que se ha habituado pero en el fondo no le gustan. Como me conoce, gozo de una libertad total, y mi única aparición remarquée ha tenido lugar en la embajada cubana, donde hubo un cóctel con abundante ron y cigarros que me colmó de felicidad; aparte de eso vamos con los Paz a conciertos y a exposiciones, o nos llevan en auto a visitar lugares (en el zoológico, por ejemplo, hay un tigre blanco, animal rarísimo). Somos dueños de un gran dormitorio, un baño, un salón con biblioteca donde yo trabajo y te escribo esta carta, y un cuarto para guardar ropa y valijas; todo eso con salida independiente al jardín y a la calle; como ves, el nirvana. En estos años Octavio y Marie-José han reunido una fabulosa colección de objetos y pinturas indias, de manera que habitar aquí resulta más que agradable. Las tenidas con Octavio son bastante memorables, y yo aprendo mucho con él en materia de política india, marxismo crítico (que me hace falta) y literatura latinoamericana; anoche me habló dos horas de Vasconcelos, y te aseguro que valía la pena. Ah, no seas tan retobadamente modesto: Octavio sabe muy bien quién sos, y te retribuye los saludos.
Cuando se acabe la UNCTAD, el 27 de marzo, nos largamos a dar la vuelta a la India hasta el 20 de abril, en que salimos desde Bombay rumbo a Teherán para hacer una conferencia diplomática o algo así hasta el 14 de mayo. También aquí Octavio me es muy útil, porque conoce la India a fondo y entre los dos fabricamos el plan de viaje, que en líneas generales será: Nepal, Calcuta para bajar a la región de Orissa y ver la serie de grandes templos de la costa, luego Madrás para visitar Mahabalipuram y otros templos, de ahí a Ceilán (que es en mí una fijación de infancia, y tengo que conocer a toda costa); volvemos entonces a Bombay, cerrando el círculo, con tiempo para una escapada de tres días a Ajanta, Ellora y Karla. Todo en unos 24 días, que está bien aunque no sea perfecto. Octavio me ha llenado los brazos de libros fabulosos sobre arte indio, y me documento a grandes bocados nocturnos; iré a ver todo eso sin demasiada ignorancia.
Como te supongo de vuelta en la Unesco después de esa otra semana de reposo, voy a proceder a jorobarte un poco pidiéndote un favor que exige un desplazamiento a la place du Général Beuret. Fijate que los indios, grandes jodidos, exigen que la mayoría de los trayectos en avión se paguen en dólares, y yo, inocente de mí, sólo traje unos pocos traveller’s cheques. No puedo hacerme mandar dólares de mi cuenta de Viena, porque automáticamente me los cambian en rupias, de manera que la única posibilidad es contar con otros traveller’s cheques. Y yo tengo abundancia de ellos en mi casa. Ergo, junto con ésta sale una carta para la gorda Madame Clément, modelo de porteras, autorizándote a franquear la poterna del castillo. Dejá pasar dos o tres días al recibo de ésta, así estás seguro de que la gorda recibió la suya y no se te cruza en el camino.
Paso ahora al momento crucial de la expedición, no en vano soy novelista y me creo capaz de explicártelo sin detalles inútiles. Subí directamente a mi aposento de meditación y trabajo, detto il bordello. Vos ves el gran placard donde pego y fijo afiches, obscenidades, fotos, etc. De pie frente a él, desdeñá la primera puerta empezando por la izquierda, pues detrás no hay más que ropa y por eso dan poco. Abrí la segunda puerta: también verás sacos y más sacos, pero justamente debajo, en una tabla, descubrirás dos o tres portafolios. Hay uno color beige, con cierre relámpago. En su interior, entre numerosos papeles, encontrarás dos juegos de cheques. Ojo, esto es importante: un juego está firmado por Aurora, y el otro por mí. Buscá tranquilo, porque los vas a encontrar. Dejá los de Aurora, echate al bolsillo los míos (ya sabés que la firma está en el ángulo superior izquierdo de cada cheque, y no hay error posible).
Queda ahora la segunda parte, menos trajinada, del encargo. Una de tus numerosas secretarias tendrá quizá la gentileza de copiar los números de los cheques, y esa lista vos me la mandás por separado. Los cheques en sí los metés en un sobre muy sólido y fuerte, preferentemente manila, y las dos cartas me las mandás por el pouch o valija diplomática de la Unesco, que sale dos veces por semana para esta conferencia de la UNCTAD. No te puedo decir quién es el funcionario que arregla lo del pouch, pero supongo que en tu departamento deben saberlo; en todo caso, el sistema es mucho más seguro que si mandás eso por correo ordinario o incluso certificado. Desde luego, si por alguna razón no pudieras enviármelo por el pouch, hacelo por correo tomando el máximo de precauciones. Gracias a tus desvelos podré conocer las playas de Colombo y ver el diente de Buda; comprenderás que no es poca cosa.
Último detalle: poné claramente en el sobre Spanish Translation, Room 384, para que los indios, que son bastante despistados, no anden dando vueltas con los cheques. Y muchas, muchas gracias por tanta joroba.*
Anoche leímos en Le Monde (gran lujo que nos damos gracias a la embajada mexicana que lo recibe) la triste historia de la rapada que le hicieron a Neira en la Argentina, y que da una idea (si todavía hiciera falta) de lo que sigue pasando por ahí. La lectura cotidiana de los cables sobre la guerra del Vietnam bastan para privarte del perfume de las flores, y te aseguro que por aquí huelen y brillan fabulosamente. En todo caso los americanos acaban de tener una demostración de lo que es el Vietcong cuando se tira a fondo; pero nada está resuelto y basta leer las declaraciones de Washington para darse cuenta de que todo ocurre como en dos planos, o entre sordos. Supongo que te enteraste de la formación de ese comité franco-cubano en París, del que creo que te dije algo cuando nos vimos; me alegró leer la noticia en Le Monde, porque alguien me había insinuado que la cosa no marcharía. En mayo volveremos a hablar; si querés, creo que hay muchas cosas que podemos hacer juntos en ese terreno, cosas de tipo práctico y de ayuda verdadera.
Terminé de revisar la novela, que se llamará 62, Modelo para armar, y que Aurora, lectora sin concesiones, declara en condiciones de imprimatur. Yo no tanto, la voy a seguir mirando por todos lados un tiempo. Me excuso por no haberte dado La vuelta al día, pero creo que te expliqué: mis dos únicos ejemplares los llevé, como correspondía, a Cuba. A mi vuelta encontraré 70, cifra que me permitirá saturar el mercado amistoso de París.
Junto con los cheques, mandá dos líneas, pero esta vez sin necrologías, please. Espero que a pesar de tus murmullos ominosos del final de tu carta, el tratamiento te haya servido al menos para ayudarte a trepar el embudo. Cariños a todos, y hasta siempre, con un abrazo fuerte,
Julio
New Delhi, 20 de febrero de 1968
Cronopio cronopio:
Sí, señor, por mi boca habla la India. No te mandé noticias hasta ahora porque entre el trabajo por una parte, y el deslumbramiento mezclado con el horror por otra parte, me fueron llevando los días como cuando te sacan el plato de sopa antes de que hayas terminado de libarlo. Lo del horror es lo menos fácil de explicar, y no te fatigaré demasiado con cosas que, por lo menos teóricamente, conocés de sobra. Hay momentos en que se tiene la impresión de que no queda ninguna esperanza; basta caminar una hora por la vieja Delhi, mezclado con una increíble muchedumbre miserable y maravillosamente bella al mismo tiempo, y sentirte asediado por nubes de niños tan parecidos a los tuyos, a todos los niños del mundo, sólo que enfermos y flacos y golpeándose el estómago con una mano mientras te tienden la otra con la frase que es como el leit-motiv de todo el Oriente: “Bakshish, sa’hb, bakshish!”, “¡Limosna, señor, limosna!”.
Por ejemplo, un artículo que acabo de leer prueba que el precio de un hotel de primera clase por una habitación equivale diariamente a la suma con la que 600 familias indias podrían alimentarse también diariamente. A nosotros nos dan 90 rupias per diem, es decir que recibimos diariamente para vivir una suma tres veces mayor de lo que gana un barrendero por mes. Y así sucesivamente… (Te señalo, de paso, que la mayoría de los traductores encuentra que 90 rupias diarias no alcanzan para nada, y han protestado ya varias veces.) En casa de Octavio Paz hay cinco criados, desde el valet hasta el barrendero; y es una de las casas de residentes extranjeros donde hay menos criados, pues se habla de otras donde hay veinte. Una noche no encontramos taxi para volver y tomamos un carricoche conducido por un viejo. Nos divertimos mucho en el viaje, donde por lo demás arriesgamos la vida, y cuando llegamos a casa yo le di diez rupias al viejo. Se bajó del carro, mirando el billete como si no lo pudiera creer, y empezó a seguirme, arrodillándose cada tantos metros y queriendo abrazarme las rodillas; hasta que no entramos en casa no hubo manera de alejarlo. Supe luego que con esa suma podía alimentar a su familia una semana.
Todo eso es parte del horror, y me mancha el viaje y la vida y el aire. Pero, por supuesto, no soy morboso al cuete y sé vivir y mirar, de modo que la maravilla también me llega a sus horas. El domingo fuimos a ver los templos de Kajuraho, con las fabulosas esculturas eróticas que habrás visto en los álbumes; lo que no dan los álbumes es el color de miel, el aire que las envuelve, el perfume de los árboles en torno de los templos, y la presencia de la gente, los pájaros, el tiempo. Kajuraho, o del erotismo como una trascendencia; durante horas y horas he hablado con Octavio de eso. Este fin de semana iremos a Agra y a una fabulosa ciudad abandonada, Fatepur Sikhri, construida por uno de los sultanes mogoles en el siglo XVI. Y veremos, claro, el Taj Mahal, obedientemente como los turistas bien educados.
Te confirmo que no volveremos hasta el 15 de mayo a París, pues acabamos de firmar contratos para la reunión de Teherán en abril/mayo. Del 27 de marzo al 20 de abril daremos toda la vuelta a la India, llegando hasta Ceilán. Me gustaría recibir noticias tuyas antes de fin de marzo, pues después será difícil comunicarse; sobre todo ahora que los americanos piensan en emplear armas atómicas en Vietnam, es bueno escribirse lo más seguido posible, porque en una de ésas la única comunicación posible será cuando nos crucemos, vos en tu nube y yo en la mía, y agitemos las alas con el alfabeto morse para decirnos qué tal hermano, aquí vamos tirando.
Contame de vos, de Virginia, de mis caracolitos. Afectos a Pierre cuando lo veas, decile que le busco una flauta india de buen sonido pero que hasta ahora son más bien mediocres.
Cariños de Aurora para todos, y un abrazo con todos los tentá-culos de Vishnú (separé astutamente la palabra, pero en realidad Vishnú tiene un solo culo).
Julio
New Delhi, Feb. 23, 1968
Dear Paul,
Qué suerte que llegó tu carta, porque yo tenía miedo de que se hubiera perdido la que te escribí desde París cuando volví de Cuba. Pero ahora tengo otro miedo más, y es que no recibas ésta, porque no me traje tu número de Poste Restante, y tú en el sobre de tu carta pones una dirección que no sé si servirá como dirección postal. De todas maneras le voy a mandar a Eduardo la copia de esta carta y le pediré que te la envíe a la dirección que él tenga de ti. No sé si estás todavía en su casa, aunque supongo que sí puesto que escribes desde Cullera. En fin, let’s hope for the best.
Octavio y Marie José están muy bien, y vivimos los cuatro en una casa digna de las Arabian Nights, con tantos criados que me da un poco de asco, y unos jardines con flores y pájaros increíbles. La UNCTAD sigue adelante, más mal que bien, porque los problemas del subdesarrollo no se arreglan con conferencias. Tenemos muchas horas de trabajo en la oficina, pero los fines de semana viajamos a diferentes lugares; mañana, por ejemplo, nos vamos a Agra, y la semana pasada estuvimos viendo los templos de Kajuraho. Cuando termine la conferencia daremos toda la vuelta a la India y llegaremos hasta Nepal y Ceilán; casi cuatro semanas de viaje, antes de tomar el avión en Bombay para una conferencia de tres semanas en Teherán. Busy people, you see.415
Thank you for “Fog”; leerlo es como estar un rato contigo en esa orilla del mar, con tus gaviotas siempre volando sobre tu cabeza. Hablamos mucho de poesía con Octavio, pero quizá más de hinduismo y de budismo (que también son poesía); en el zoológico de New Delhi vi un tigre blanco, un animal raro y maravilloso.
Tu reloj marcha maravillosamente, y todos los días la ventanita cambia de número y es un día nuevo y dorado que se instala a mirar desde allí el gran día de fuera. Se ha acostumbrado muy bien a mi muñeca, pero un día que olvidé darle cuerda se vengó cruelmente porque nos hizo perder el tren de Agra. Desde entonces le doy de comer puntualmente su ración de cuerda, y está muy contento y rejuvenecido.
Me alegro de que las traducciones de los cronopios sigan adelante, pero ahora tenemos que hablar de este asunto de Cape que tampoco yo entiendo muy bien. Fíjate: Lo que quiere Paula, es decir (cito de tu carta), “world rights in English”, which means that Pantheon could sell it to Cape,416 me parece imposible por la sencilla razón de que los derechos para Inglaterra los tiene Minotauro (es decir, Sudamericana). Por ejemplo, Pantheon se arregló con Collins para lo de Hopscotch, pero la cesión de los derechos a Collins la hizo Sudamericana. De modo que cuando Tarn me habló de este asunto en La Habana, yo le dije: a) que escribiera a Minotauro para conseguir los derechos; b) que yo te escribiría a ti para que aceptaras ser el traductor del libro. Otra cosa: Me preguntas si Collins might have an option. No lo sé. Estas cosas las arregla desde Buenos Aires la gente de Minotauro. En principio pienso que sí, pues en general un editor, cuando ha empezado a publicar a un autor, quiere opción para cualquier otro libro, pero pienso que Minotauro me lo hubiera dicho, y en cambio recibí una carta en que me dicen que están esperando las noticias de Tarn que yo les había anunciado. Mira, podemos hacer esto: yo le escribo hoy a Minotauro pidiéndoles que me dejen libertad para firmar el contrato con Pantheon en la forma que Paula desea, es decir, dándole a Pantheon libertad para el inglés. Creo que aceptarán, pero tú espera primero mi respuesta antes de decidir nada. También puede suceder que Tarn ya haya escrito a Minotauro, y que éste le haya cedido el derecho, y en ese caso Pantheon is the looser, you see. Realmente yo no podía imaginarme que Paula querría abarcar los derechos de Inglaterra, y me sorprende que no supiera que esos derechos yo los había dado a Minotauro. De todas maneras hoy mismo escribo a Porrúa, que es mi gran amigo en B.A., y apenas tenga respuesta te aviso.
OJO: You say “May in Saignon”, but it will be June in Saignon, Mr. Blackburn, because we’re coming back from Iran in the middle of May, and there’ll be plenty of things to arrange in Paris before going down to Saignon. So you better give Paula a later delivery date, end of July or maybe August.417
Te escribo apenas me contesten de Buenos Aires. Un gran abrazo de Aurora. Love,
Julio
23 de febrero
Querido Eduardo:
Puesto a jorobarte, no hay quien me pare. Recibí carta de Paul, pero este insensato me pone un “remitente” muy vago, y yo me olvidé en París un poste restante que me había dado. Supongo que estás en contacto con él, puesto que escribe desde Cullera, aquí va una copia de mi carta para que se la envíes lo antes posible. Leela, y verás que trata de asuntos editoriales que no pueden perder tiempo.
Presumo que recibiste mi anterior, y que expedicionaste con buenos resultados. Nosotros andamos bien, un poco perdido el impulso vital de otros tiempos, mirando una India más pobre y más triste, y por mi parte con un extraño sentimiento de desapego que no conocía antes. Será porque de golpe me siento tan próximo a cosas junto a las cuales resbalé amablemente a lo largo de mi vida; o la andropausia, quizá, o el curry con jugo de mangos, esas cosas metafísicas. En todo caso comprendo que aquí sobro y que pierdo el tiempo, y que en cambio debería estar en otros lados y haciendo otras cosas. Todo llegará o no llegará. Y además no seríamos lo que somos si cada minuto no fuera una duda, un problema, una incertidumbre; lo que cuenta son las respuestas a todo eso, como nos ha enseñado Toynbee, ese hombre que se pasea acompañado siempre por una abeja.
Perdóname las fatigas. Un gran abrazo,
Julio
Te regalo un soneto que tiene mucho mérito, porque está escrito en eneasílabos, que es un metro de mucha meditación como dicen los gallegos. Fue compuesto minuciosamente en la oficina, y se nota su trabajosa perfección. Es absolutamente lo contrario de lo que pienso y hago en prosa, y por eso muy útil como polarización de fuerzas.
DOBLE INVENCIÓN
Cuando la rosa que nos mueve
cifre los términos del viaje
cuando en el tiempo del paisaje
se borre la palabra nieve,
habrá un amor que al fin nos lleve
hasta la barca de pasaje,
y en esta mano sin mensaje
despertará tu signo leve.
Creo que soy porque te invento
desde la arena y la penumbra,
desde una inmensidad sin viento,
y tú en esa vigilia alientas
como la sombra que me alumbra
y el murmurar con que me inventas.
Nueva Delhi, 23 de febrero de 1968
Mi querido Paco:
Ayer le escribí a doña Herminia, y le pedía que si te hablaba por cualquier cosa te dijera que estaba esperando noticias tuyas; las noticias llegaron media hora después, y me alegraron mucho, no porque tu carta me traiga demasiada información personal (tampoco las mías, en estos tiempos de trajines y viajes) sino porque de todas maneras estás ahí, en esa hoja de papel, y eso es mucho en la India donde la noción de realidad se vuelve muchas veces hipotética. Ahora que, maldito sea, otra vez es ésta una carta apurada y con problemas urgentes, no la que quisiera escribir en paz y con tiempo. De todas maneras, despacho estos problemas y después hablamos un poco de otras cosas. Mirá, ayer me llegó una carta de Blackburn relacionada con este asunto de Nathaniel Tarn, Cape y la edición inglesa de los cronopios. Vos me decís que Tarn no te escribió, cosa que me sorprende porque según Blackburn está muy impaciente por arreglar ese asunto. Pero quizá la explicación está en que también me dice Paul que Pantheon Books, que va a editar los cronopios en los USA, le ha propuesto* (como agente mío) un contrato por el cual Pantheon se reserva los world rights in English, es decir el derecho de entenderse personalmente con Cape o quien sea en Inglaterra. Desde luego, parecería que Pantheon ignora que los derechos en Inglaterra los negocia Minotauro. Me dice Paul que Pantheon hace una excelente oferta, algo como dos mil dólares a firma del contrato, y que cuando vendiera los derechos en Inglaterra, mis regalías inglesas me llegarían a través de Pantheon y naturalmente en dólares. Yo quiero que me digas (porque no entiendo nada de estas cosas, como bien lo sabés), si crees que Minotauro puede dejarme en libertad para arreglar este asunto de los cronopios, o si prefiere seguir controlando la parte inglesa, o sea entenderse con Tarn o quien sea llegado el momento. Te ruego una respuesta inmediata en dos líneas, porque Blackburn espera en España mi contestación (o sea la tuya) para escribir a su vez a Pantheon y liquidar la cuestión. By the way, Paul entrega en julio la traducción en inglés a Pantheon, que sacará en seguida el libro, cosa que me alegra mucho porque los cronopios suenan muy bien en inglés.
Me alegró mucho saber que la tercera edición de la Bestia estaba agotada, y que se dispone a hacer una cuarta. ¿Te conté que en Suecia hay un club de cronopios, y que me mandan los programas de sus grandes fiestas con extraordinarios dibujos de niños? Otra buena anécdota es que en La Habana, en un cóctel de la Unión de Escritores, se me acercó una señora que, luego de grandes zalemas y elogios, me dijo lo siguiente: “Tengo un niño de nueve años que adora lo que usted escribe. ¿Usted no le escribiría un cuentecito especialmente para él y donde hubiera un personaje que se llama Harry el Aceitoso?”. Me quedé tan estupefacto que se me atragantó el humo del habano que estaba fumando, y tuve que ser rescatado gracias a los esfuerzos de Lezama Lima y otros amigos que se llevaron a la señora poco menos que a empujones.
Ah, qué bueno que los holandeses meritorios se quedaron con los otros libros, o por lo menos con la posibilidad de editarlos. ¿Viste su edición de los cronopios? A mí me pareció muy bonita, y les tengo simpatía.
RECORDS: No he recibido regalías por mi disco, pero Del Barco estuvo en París, vino a verme y me explicó muchas cosas. Yo sé, Paco, que este asunto no es nada brillante para mí y que debió ser manejado de otra manera desde el principio; es lástima que vos y yo no hayamos coordinado bien este asunto, pero cuando yo les di a esos muchachos la cinta grabada lo hice por puro deseo de ayudarlos a salir de un mal trance económico, sin siquiera conocerlos; me bastaba que fuesen amigos de Schmucler, que me habló de ellos en París, y que Onganía los hubiera puesto en la calle, cosas de ese tipo. Luego se armó un lío terrible entre ellos, sin que fueran culpables de nada; la vida, que le dicen. Y justamente entonces, cuando Del Barco fue a Sudamericana para ver si le distribuían el disco (o Sudamericana lo llamó, ya no sé), en vez de verte a vos vio a Vidal Buzzi, y ocurrió ((ÉSTE ES EL GRAN MISTERIO)) que este señor después de un gran interés inicial, le mandó decir por una secretaria que no podía recibirlo y que Sudamericana no tenía interés en distribuir el disco. (Versión de Del Barco, verbatim.) La gran macana es que yo nunca haya sabido que ustedes se interesaban por discos, y que jamás Sudamericana se hubiera interesado en que yo le grabara algo; la otra gran macana subsidiaria es que, ignorando que ustedes andaban en cuestiones fonográficas, no pude decirle a Del Barco QUE TE VIERA A VOS y no a un señor que lo sacó carpiendo. El resultado es que el disco se vende, etc., y que yo no tengo la menor duda de que un día recibiré algunos dólares, pero todo eso será vago y fluctuante y amateurístico, mientras que si las cosas se hubieran armado de otro modo los resultados serían más normales. Y ahora voy a tu pedido de reconsideración del asunto. Tengo dos razones para negarme a hacer otro disco por el momento, sea a cargo de Briski o de mí mismo. La primera es que yo mismo le dije en París a Del Barco que les daría tiempo de aprovechar su edición sin lanzar otro disco competitivo; la segunda es más importante para mí y creo que ya te la aduje antes: no quiero saturar hasta ese punto a los argentinos porque me parece casi una estafa, un abuso. Se lo dije a Yanover y te lo repito; dejemos pasar un tiempo, y si entre tanto no me matan literariamente (el tiempo se acerca, pero todavía no ha llegado, parece) y si queda algún interés por mí, entonces les hacemos el disco. Digamos, si querés, un año más; ya ves que no es mucho. Entre tanto les habremos dado 62… y aquí vos abrís los ojos y te precipitás al próximo párrafo.
Yes, sir, Sixty-two speaking. No sé cómo se me olvidó mencionarte la cosa en mi última carta; atribuilo al vértigo de estar entre dos aviones, mareado por la maravilla de Cuba y la alfombra voladora de Nueva Delhi. Me traje la novela aquí, que entre tanto me había copiado una mujer que me cobró el equivalente de 180 dólares por el trabajo, porque así son las tarifas francesas, y sería bueno que Sudamericana me ayudara a pagarlos, carajo, porque en mi vida me costó tanto hacer poner en limpio un libro. Hay que decir que la copia es preciosa, pero barrió con mi cuenta de banco en París; menos mal que esta conferencia india volverá a echar un poco de agua en la pavita. Bueno, Aurora la leyó luego que yo hube dado un último toque a la versión definitiva. Me dijo que se había divertido enormemente y que al mismo tiempo había sentido buena parte de las intuiciones subliminales del libro; agregó que no solamente le parecía publicable sino que sería insensato no hacerlo. Vos sabés que el juicio de mi mujer me merece profunda confianza, pero aun así sigo meditabundo. A mí este libro me parece fenomenal, pero mi ambición (cuatro años de ambición y tres versiones de esa ambición) era mucho más fenomenal todavía. Desde luego, el lector no tiene delante más que un hecho concreto y fatal, y vaya a saber la idea que tenía Góngora de Las soledades y lo que nosotros leemos hoy. Vos verás, y me lo dirás. Encontré algo que me gusta, un subtítulo que responde exactamente a la estructura del libro: Modelo para armar. Ahora voy a ajustar dos o tres cosas que no me gustan, y te lo mando, temblando porque el correo de la India me parece extrañamente dominado por la improvisación y el humor negro. PLEASE mandame dos líneas apenas te llegue el paquete; aunque dos copias más quedaron en París, sólo he corregido la que te envío, y sería bastante trágico que se perdiera.
COOL TV: De acuerdo, y si les sacás 200 dólares aumentarán nuestras reservas de borgoña y armagnac para cuando vengas a Europa.
RE INDIA: Evidentemente quedará para otra carta, porque esta lleva dos páginas y los malditos de la UNCTAD me reclaman a las cuatro de la tarde (no te imaginás lo que son los documentos de esta conferencia, y el tedio de revisarlos). Me limito a decirte que lo paso muy bien en casa de Octavio Paz, con el que hablo largo de budismo y de arte indio. Fuimos a ver los templos de Kajuraho, de los que habrás visto fotos. Un arte admirable en pleno siglo X, una especie de síntesis erótico-mística (quizá dos palabras para una misma realidad que desdoblamos insensatamente); y aquí, en Delhi, las tumbas y los palacios mogoles, la misma síntesis pero sin imágenes, meramente aludida en las curvas de las cúpulas y el rumor del agua en las piscinas. Cuando termine la conferencia nos vamos a dar toda la vuelta a la India, y pasaremos una semana en Ceilán antes de tomar en Bombay el avión para ir a Teherán donde nos esperan tres semanas de trabajo. ¿Vos me escribís en seguida (re cronopios)? Espero dos líneas para liquidar la cuestión con Blackburn y Pantheon. Te mando la novela dentro de 4 o 5 días, es decir que no la esperes antes de dos semanas.
Todo nuestro cariño para Sara, y un abrazo muy grande de
Julio
Delhi, le 4 Mars, 1968
Cher Jean,
J’aurai voulu t’écrire longuement, mais voilà que l’UNCTAD (ou CNUCED, toujours des sigles pour le “robotisme” qui nous entoure de plus en plus) s’est mise à nous flanquer des centaines des pages à traduire et à reviser. Quand on quitte le bureau, on n’a qu’un désir: sortir dans la rue, regarder, flâner, voir tomber la nuit et puis dormir. Ajoute à cela les voyages des week-ends –magnifiques, ces voyages: les temples de Kajuraho, les ruines, les mosquées des Moghols, les villages pleins d’odeurs et des couleurs merveilleux. Bref, un temps qui te file entre les doigts comme les truites de Bevinco.
Ta lettre m’a fait beaucoup de bien, car il est bon d’être aussi bien compris par quelqu’un qui vous est cher. Je suis complètement d’accord avec toi sur notre devoir (ah ces mots si sales!) et bien sûr je continuerais à écrire comme je l’ai fait toujours, pour mon plaisir et parce que plaisir, là, veut dire bien d’autres choses. Seulement, je crois avoir entré dans une étape où la vision qui informe une œuvre a beaucoup changé. Je veux dire que je ne m’engage pas au perte de ma liberté, mais plutôt que l’engagement rend plus exigente et plus ardue cette liberté, lui ôte son caractère toujours un peu gratuit, qu’elle avait avant pour moi. Nous en parlerons longuement cet été entre Lourmarin et Cadenet, ah, voilà la grande et merveilleuse nouvelle! Nous sommes si heureux de savoir que vous allez habiter presque à côté de chez nous, dans une région qui nous plait bien mieux que la plaine aixoise. C’est fait, vous démenagez? Ecoute, il faudra pendre une des cremaillères à rester trois jours soûls. Compte sur moi pour ça.
Je pense que Claude a du t’envoyer cette photo, mais au cas où il ne l’aurait pas fait, la voici. Tu verras tout de suite qu’il s’agit de la minute immortelle, à Tipasa, quand ton oiseau totémique, bas perché et plein d’esprit, nous a tenu un de ces discours à n’oublier jamais. On le voit très bien dans l’arbre. Je te signale pour mémoire que le cinquième personnage était notre chauffeur, un algérien très sympathique et qui était là de plein droit.
Tu as trouvé ce que tu avais écrit après lecture de Marelle? Je voudrais bien connaître ce texte. Et j’espère t’entendre nous lire ce que tu as écrit depuis les nuits du moulin. Pour ma part j’aurai ce reccueil de nouvelles qui doit paraître ces jours-ci à Paris et qui s’appellera, après des longues palabres, Gîtes. Je t’enverrai un exemplaire aussitôt rentré à Paris. Ce qui se fera vers le 15 Mai (dommage que vous y alliez en Mars! C’est incroyable comme on se croise là-bas –et peut-être c’est bien, il y a trop d’insistance dans ce drôle de fou jeu, on finit par y voir un signe).
Voilà, je reviens à des choses telles que les assurances et les réassurances dans les pays sous-développés –tu vois le genre. J’essaye de voir et de comprendre un peu l’Inde, mais je me sens assez loin et je n’aurais pas le temps de combler tant d’ignorance. Si tu voyais mes collègues, l’assurance avec laquelle ils jugent! Français, Argentins, Anglais –des tas d’imbéciles dégoutés de la “saleté” et de la “misère”… Race de scribes, bâtards du dieu Nylon.
Raquelita, un gran abrazo para ti. Aurora embrasse tous les trois.
Votre418
Julio
Delhi, 6 de marzo de 1968
Mi querido Eduardo:
Todo llegó muy bien, y ya estoy tranquilo en materias económicas. Muchas gracias por las múltiples molestias, y me alegro de que hayas tenido una recompensa en el mejor de los terrenos: me refiero a tu alegría de descubrir a Díaz Casanueva. Por mi parte aún me espera ese descubrimiento, porque desde el día en que me dio sus libros en Argel hasta la fecha, no tuve la menor oportunidad de echarles una ojeada, sin contar que ciertos libros me gusta reservarlos para las tardes de Saignon, de cara a las colinas y con un vaso de ron en la mano.
Nos vamos acercando poco a poco al final de la conferencia, y el 26 nos vamos a dar la vuelta a la India, de manera muy sumaria pero, con ayuda del conocimiento que tiene Octavio, y los muchos libros que me ha pasado para disipar mis brumas en la materia, veremos unas pocas cosas de primera calidad, dejando de lado mucho de lo que van a ver los turistas por razones de publicidad no siempre justificada. En síntesis, nos vamos a Bombay (para ver otra vez Ajanta y Ellora, y esta vez las cavernas de Karla o Karli), y de ahí volamos a Ceilán, donde hay sobre todo paisaje, playas, y ese ambiente de paraíso tropical que es una de mis nostalgias infantiles (Ceilán es Salgari, Verne...). Luego volvemos a Madrás para ver Mahabalipuram, y subimos a Orissa para visitar los templos de Konarak y el resto. Luego Calcuta, y saltamos a Nepal, del que Octavio y Marie-José cuentan maravillas. Volvemos entonces a Delhi, el tiempo para irnos a Teherán y empezar la conferencia. Ya ves que no está mal, aunque los nombres exóticos hayan dejado de interesarte como me decís.
Con Octavio llevamos ya muchas horas de charla, en la medida en que es posible hablar en paz teniendo junto a nosotros ese pájaro maravilloso y turbulento que es su mujer. Me maravilla cada vez más la lúcida y sensible inteligencia de Octavio, aunque esté muy lejos de sus criterios en muchas cosas. Lo que más me asombra en él es su juventud, su deseo de seguir adelante en la poesía; Blanco, su último poema, es el resultado de una larga meditación “india”, por una parte, y estructuralista por otra. Trabaja ahora en una serie de poemas “en rotación” (¿leíste Los signos en rotación?), que se imprimirán con un sistema de tarjetas perforadas que permitirán diferentes lecturas, etc. Su interés por las búsquedas de los poetas concretos, lo que hace el grupo de Haroldo de Campos, el de Henri Chopin, etc., es conmovedor, porque todo llevaría a pensar que un hombre que ha llegado a una plena madurez en una línea poética, se mantendría prudentemente al margen de las aventuras actuales. Y no es así, y frente a eso los resultados importan menos que la actitud de un hombre capaz de tirarlo todo por la borda y lanzarse a cosas que muchos de sus admiradores encontrarán insoportables.
Por mi parte, terminé 62 y lo mandé a Buenos Aires, espero ahora la opinión de Paco Porrúa, y supongo que el libro se editará rápidamente. Tengo que pensar en escribir una serie de textos ya más o menos pensados o sentidos, para una especie de suplemento de La vuelta al día, así como un prólogo para la segunda edición que no tardará en hacerse pues parece que el libro se vende mucho y Orfila piensa ya en ella. Trabajo para Saignon, claro, pues ahora me dedico a leer fascinantes textos de John Cage, adentrarme en el tantrismo (fabuleux, le tantrisme, ces sages mallarméens bien avant la lettre...) y tratar de entender mejor las etapas del arte indio y musulmán. Estoy flaco, quemado, con un pelo de yogi, y no estoy contento: Cuba y nuestros países siguen mordiéndome las paredes del estómago, murmurándome algo que no sé bien lo que es pero que está ahí, como una llamada o un reproche.
Gracias por mandarle a Paul mi carta. Que mi soneto te parezca imponderable me llena de satisfacción. Ahora trabajo en ejercicios de poesía sustituible o sustitutiva, inspirado por John Cage y unos pájaros que aquí en el jardín vuelan siempre en grupos de siete y forman increíbles constelaciones de formas y sonidos. Te mandaré unas líneas en cours de voyage. Abrazos a todos, y para vos el afecto de Aurora y todo el de
Julio
A mi regreso arreglaremos lo de tu serigrafía que con los jaleos de mi viaje quedó en hacerse. Perdoname.
Abrazos para María y las 3 bellas.
c/o Octavio Paz
Embassy of Mexico
136 Golf Links. New Delhi / India
Nueva Delhi, 9 de marzo de 1968
Cher patron:
No es nada agradable reconocer la letra de un amigo muy querido en un sobre, abrir la carta con todos los deseos de recibir noticias, y encontrarse con un papel en blanco, aunque se trate de un bonito motivo Art Nouveau. Supongo que tan irónico envío responde a que no has recibido noticias mías, y la verdad es que si es así no soy culpable, porque fuiste uno de los primeros amigos a quien escribí pocos días después de llegar a la India. Aquí el correo es demencial, y varias cartas se han perdido o demorado de una manera inexplicable; me consta que puse muy claramente tu nombre y dirección, y que te envié la carta hacia el 5 o el 10 de febrero. No había nada demasiado importante en ella, pero en todo caso no era un papel vacío, y lamento de veras que no te haya llegado.
Hace dos días le escribí a Orfila en respuesta a una carta suya en la que me dice que le escribiste. Se lo ve muy dispuesto a ayudar en lo que pueda si llevás a cabo el plan USA-México-Cuba. Alude a la antología de Breton, y a la segunda edición de nuestro libro; todo eso me lleva a pensar que ese viaje es muy factible, y ya te imaginás cuánto deseo que puedas realizarlo.
Aquí todo va bien, y nos acercamos al final de la conferencia, que es un fracaso absoluto como cabía esperar. Vivimos muy bien en casa de Octavio Paz y su mujer, donde tenemos un departamento completo a nuestra disposición, sin hablar de los criados indios que no te dejan ni pegarle una estampilla a una carta, pues están misteriosamente a mano para adelantarse a todos tus deseos. Con Octavio llevo un mes y medio de charlas y discusiones que me enseñan una infinidad de cosas, y me dan una perspectiva más justa de la India. Hemos hecho algunos viajes cortos juntos, entre ellos una visita a una guru muy extraordinaria de la que te hablaremos a la vuelta. Estuvimos en Kajuraho, viendo los templos con sus admirables esculturas, que filmé lo mejor que pude; frente a la película y las fotos podremos hablar de eso, como también de la maravillosa arquitectura de los mogoles. Pero fuera de eso la India me muestra horriblemente lo que es el tercer mundo, y me siento muy mal y con una constante crispación de estómago; no soy, desde luego, el esteta que era en 1956, cuando me limitaba atentamente a ver lo bello de la India sin preocuparme demasiado por el resto, que es casi todo.
Recibí una carta de Reinhoud,419 pidiéndome un artículo sobre sus obras; le contesté lamentando no poder hacerlo, porque ni el ánimo ni el tiempo están para eso, pero lo lamento de verdad porque su obra me ha gustado siempre y creo que cada vez más; lástima que su pedido me llega en mal momento.
Volviendo a Orfila, me dice que habrá que pensar en la segunda edición del libraco, para lo cual ajustaremos vos y yo los pequeños errores de la primera (me dice O. que le prometiste llegado el momento un ejemplar con las indicaciones, y yo agregaré algunas erratas y macaneos estilísticos que descubrió Aurora al leer el libro). En cuanto a ese “suplemento”, que le prometí a Orfila, lo haré en Saignon este verano, y ya hablaremos vos y yo en el momento de abrir las rojas botellas del vino cretense que favorece los encuentros de las imágenes con las palabras y viceversa. Me mandaron desde Buenos Aires la primera crítica del libro; es de Clarín,420 y dice maravillas, pero las dice inteligentemente y entonces se pueden aceptar sin vergüenza.
Voilà, con la esperanza de que ésta te llegue y no vaya a parar a mano de los esquimales o de una maestra nicaragüense. Creo que en mi anterior te pedía que le dijeras a Pierre que le estaba buscando otra flauta india; veremos si le encuentro alguna que valga la pena, porque las seis que ya he comprado (cuestan menos de diez francos antiguos) son bastante malas. El 26 salimos de viaje hasta el 20 de abril en que regresamos a Delhi para volar a Teherán y quedarnos hasta el 14 de mayo en otra conferencia. Si me mandás noticias aquí, Octavio me guardará la carta, pero a lo mejor te animás a escribir antes de que yo me vaya el 26. Un gran abrazo para Virginia y los caracolitos, con cariñosa participación de Aurora, y para vos otro abrazo fuerte de tu siempre
Julio
Puse un carbónico para tener copia en caso de que ésta también se pierda, pero lo puse al revés, de manera que si te llega, tenés carta y copia en un espejo al dorso.
Nueva Delhi, 24 de marzo de 1968
Anoche terminé la revisión de Paradiso y hoy la entrego a Octavio junto con esta carta para que las envíe a México.
La lenta (y lo más cuidadosa posible) lectura de Paradiso fue, por supuesto, un gran placer, pues me hundí todavía más en esa selva de palabras llenas de extrañas criaturas y de maravillosos encuentros; pero ahora no se trata del fondo sino de la forma, y quiero decirles unas cuantas cosas que espero les sean útiles para la edición del libro.421
Primera cosa: la puntuación. Creo que ya en La Habana habíamos hablado de este asunto. Lezama, con la complicidad de los tipógrafos cubanos, conspira abiertamente contra sí mismo por la frecuente insensatez de su puntuación. El principio dominante parece ser el respiratorio (y esto no es broma, tratándose de alguien que respira con dificultad), es decir que las comas se suceden monótonamente, con un ritmo accesorio al verdadero ritmo profundo del sentido y del sonido. Naturalmente, tanto en esto como en todo lo demás, he procedido a la vez con gran respeto y con gran franqueza. Miren las galeras, y verán la cantidad de comas que he suprimido... Creo que esas supresiones ventilan la prosa (y la poesía) del texto, y lo que es más importante, restablecen el sentido. Porque muchas veces Lezama deja caer comas que falsean manifiestamente lo que está queriendo decir. Por supuesto, toda vez que se me planteaba una duda sobre el verdadero sentido, me resignaba a dejar las cosas (y las comas) tal como estaban, pues no se trataba de hacer un editing como lo entienden los gringos, y que es una de las cosas que más aborrezco.
Segunda cosa: presté atención especial a todas las citas en lenguas extranjeras, y las corregí, creo, en su totalidad. Había las fantasías más sabrosas, pero creo que ahora la cosa está bien, o casi. Con una excepción: en la página 465 del original, y galera A-7, se menciona una obra musical de Purcell, que va más allá de mis posibilidades en Nueva Delhi. Pregúntenle al mismo Lezama qué demonios es eso, o a algún musicólogo mexicano, para arreglar ese título.
Tercera cosa: esto es muy importante. Por un descuido, Lezama utiliza en los primeros capítulos el nombre Olalla para la familia del protagonista, y de golpe lo transforma en Olaya hasta el final del libro (con una o dos excepciones que dejé marcadas). Aquí creo que hay que preguntarle a Lezama cuál de los dos prefiere, y uniformar el texto.
Cuarto: entre las personas que se ocuparon ya de las pruebas hay una que se ha ensañado inexplicablemente con las mayúsculas. Lezama tiende a poner muchos sustantivos con mayúscula, y siempre está bien, primero porque le da la gana, y segundo porque basta leer el libro para darse cuenta de que esas mayúsculas responden a algo que no es ningún capricho...
Creo que eso es todo. He trabajado mucho en el libro, y ya verán ustedes que hay millares de correcciones; pero el resultado, creo, hará de la edición mexicana algo radicalmente diferente de la pésima edición cubana.
Hasta siempre, con la alegría de haber podido ayudarlos un poco, y todo el cariño de éste su hermano,
Julio
Teherán, 24 de abril de 1968
Mi querido Paco:
Contesto tu carta del 27 de marzo, ya ves con qué atraso, pero la trashumancia tiene esas cosas. Cuando me escribiste a Delhi, yo salía con Aurora rumbo al sur de la India y Ceilán, y no volví a casa de Octavio Paz hasta hace seis días, víspera de nuestra partida para Irán. Sólo ahora, ya instalado en un hotel y con la máquina a tiro, encuentro las condiciones necesarias para enviarte estas líneas.
Dejame que te lo diga de entrada: tus palabras sobre 62 me han quitado de encima una montaña de preocupación. Bien sabés la confianza que te tengo; ahora que conozco tus primeras impresiones, me animo a convencerme de que ese libro ha logrado, por lo menos en parte, lo que se proponía. Ya Aurora (que comparte con vos el más alto grado de mi confianza literaria) me había dicho que el libro le gustaba, pero como mucho de su contenido ronda lo personal, había el peligro de que su visión estuviese tan condicionada como la mía. Lo que más me tranquiliza en tus juicios es esa referencia inicial a que el libro acabó por hipnotizarte, a lo que calificás de “poder de vértigo”. Me tranquiliza porque, después de su tercera redacción, yo temía mucho que la novela fuese demasiado seca y esquemática (a fuerza de podar, de rehacer, de ajustar…); pienso ahora que afortunadamente no es así, y eso me consuela de muchos otros defectos que pueda haber en el libro, e incluso que me parezca por debajo de mi propio sueño. La verdad es que soy exigente y que nada de lo que he hecho me ha parecido nunca cerca del blanco; pero a veces me pregunto si ese blanco es humanamente (por lo que a mí se refiere) alcanzable; en todo caso ahora sé que si la novela ha podido llegarte como te ha llegado, valía la pena apuntar tantos años y al final disparar la flecha.
He empezado esta carta hablando egoístamente de mí. Ahora te digo que algunas frases en que aludís a vos mismo me tranquilizaron y alegraron, aunque me digas por otro lado que vivís en un estado de terremoto permanente; no es un estado que yo ignore, y creo que casi todos los que valen algo lo comparten en nuestros tiempos. Si vos tenés el mismo grado de mala conciencia que tengo yo, por ejemplo, y si la lectura cotidiana de los telegramas equivale a una sorda y permanente acusación de culpabilidad, entonces pienso que tu situación no es demasiado diferente de la mía y de la de tantos otros. Ojalá que el lado somático ande mejor (a mí me hicieron acupuntura una vez, pero lo hizo un francés y no un chino; los resultados fueron mediocres) y que el trabajo no te abrume demasiado; poco más se puede pedir en un mundo tan podrido como éste que nos toca vivir.
Vuelvo al libro, porque veo que me pedís que piense en la tapa. Tengo una excelente idea, que pondré a punto con Silva apenas vuelva a París. Te haremos una maqueta que abarcará tapa, lomo y contratapa que será un plano de una ciudad. La idea es imbricar fragmentos de planos de las tres ciudades donde sucede la acción –París, Londres, Viena– y además un barrio de la ciudad; así, por ejemplo, la rue de Rivoli se continuará por Shaftesbury Avenue, digamos, y ésta por la Schulerstrasse, y además algunas de estas calles desembocarán en las calles de la ciudad; habrá que hacer el collage de manera que todo esté en la misma escala y que no se noten las junturas; Silva sabrá hacerlo muy bien. By the way esto eliminaría el problema del texto de la contratapa, porque no pondremos ningún texto. Ahora, si vos insistís en los pasajes ad hoc del cap. 62 de Rayuela, siempre podríamos ponerlos en la solapa; ya me dirás.
El interregno indio terminó hace algunos días, después de un magnífico viaje por el sur y por Ceilán. Fuimos a Jaipur, Bombay, Aurangabad, Madrás, vimos los templos de Mahabalipuram a orillas del mar, y el increíble templo del Sol de Konarak, donde la escultura erótica llega a rozar un absoluto que los occidentales persistimos en no ver. Ceilán es un pequeño paraíso (incluido lo cursi de la connotación: no falta nada, el paisaje preadamita, las playas, los niños desnudos jugando con la espuma, el sabor de las frutas, los bungalows con mosquiteros, los templos budistas). Pero detrás de todo eso –y me refiero en especial a la India– hay un horror permanente que sólo pueden ignorar los que viajan por cuenta de American Express y duermen en hoteles de lujo. Quise conocer Calcuta, y todavía no he conseguido lavarme de esa impresión. Creer que estamos en la edad moderna, después de una visión semejante, es ser hipócrita o imbécil. En la estación de ferrocarril y las plazas adyacentes (por darte un ejemplo) viven permanentemente millares de familias sentadas en el suelo, en los andenes, las calles, entre dos vías de tranvía, al borde de los charcos de agua podrida. Cada familia cuenta cinco o más niños, revolcándose desnudos en el barro y la mugre; hombres y niños están esqueléticos, muchos leprosos o con elefantiasis, y el núcleo familiar visible lo constituye una olla en torno a la cual están sentados o tendidos, y donde cocinan algún puñado de arroz que les dan o que consiguen pidiendo limosna. No sé de una imagen mejor del infierno que la de una familia viviendo al aire libre, entre dos vías de tranvía y rodeada de otros centenares de grupos análogos, mientras una inmensa muchedumbre camina incesantemente de un lado para otro, sin trabajo, sin dinero, mirándose unos a otros con esa insondable mirada de los indios. El problema de las castas y del desempleo es tan monstruoso, que no tiene ninguna salida imaginable, como no sea una explosión a la manera de China; pero en China por lo menos no tenían el problema de las castas. (A poca distancia de Agra, que es una gran ciudad, los pobladores de una aldea quemaron vivo a un muchacho que se atrevió a infringir un tabú de casta; en otro pueblo, dos muchachos se peinaron los bigotes para arriba, privilegio que no les correspondía por razones de casta; los apresaron y los mataron a pedradas. Estas cosas se denuncian en el parlamento, pero al día siguiente ya nadie habla de ellas. Y, naturalmente, algo sé ahora del ejército indio, un ejército profesional que se come el 50 % del presupuesto, cosa que sin duda te llevará a pensar en casos análogos…)
Lo pasé muy bien con Octavio Paz, que es uno de los hombres más inteligentes que he conocido entre los poetas; me enseñó mucho sobre budismo, nos pasamos largas veladas hablando de poesía y hasta haciéndola. Octavio está muy entusiasmado con la poesía concreta, y acaba de escribir una serie de “topoemas” que saldrán en México. Yo me divertí imaginando la posibilidad de un poema422 cuyas estrofas pueden mezclarse y barajarse en todas las combinaciones posibles, y cuyo sentido cambia a veces de una manera muy curiosa. Diversiones bizantinas, quizá, y quizá necesarias en medio de tanto horror. Pero también trabajé más en serio, corrigiendo las galeras de Paradiso, de Lezama Lima, tarea monstruosa a la que me había comprometido en Cuba y que me llevó más de un mes. Valía la pena, sin embargo, porque Lezama hubiera sido incapaz de hacerlo, y su libro lo merece de sobra.
Paco, escribime dos líneas a París; llegamos el 15 de mayo. Me alegro de que Tarn haya dado señales de vida. En cuanto haya visto a Silva, te hablaré del proyecto de tapa. Muchos cariños para Sara, y hasta pronto, con un abrazo muy grande de tu
Julio
Me conmovió, me alegró saberte escribiendo poesía. No pido nada; alguna vez, quizá…
En el ABC de Madrid salió un texto de un tal José Blanco Amor423 sobre mis deudas con Borges y la forma en que las he pagado. Aurora se puso frenética de rabia. ¿Quién es ese mozo?
Teherán, 27 de abril de 1968424
Cher patron:
A quince días de volver a París, te mando estas líneas como los reyes mandaban a sus heraldos para informar a los otros reyes de su inminente arribo, o sea para insinuarles que fueran preparando las empanadas, las gardenias y las botellas de hidromiel y de hipocrás.
Dimos la vuelta a la India, vimos el infierno de Calcuta, nos quedamos largas horas de maravilla frente al Templo del Sol de Konarak, y también estuvimos en Ceilán, que es una isla encantadora y que me ayudó a olvidarme por un momento del horror cotidiano de la India (un olvido voluntario y sólo provisional, puesto que ahora sé que me olvidaré mucho antes de Ceilán que de Calcuta, y así debe ser para bien o para mal). A lo largo de 23 días recorrimos innumerables pueblos, llanuras, playas y santuarios, vimos festivales religiosos, nos maravillamos y aterramos alternativamente, y luego volvimos a Delhi y de ahí a Teherán, donde ya llevamos una semana trabajando y chupando frío. Pero lo mismo nos fuimos hace dos días a Ispahan para ver las increíbles mezquitas con sus cúpulas turquesa, sus caligrafías cúficas, su sentido del espacio que cada vez me asombra más. La forma en que los arquitectos árabes concibieron sus palacios y sus templos es una de las maravillas de la sensibilidad humana; en la India, curiosamente, hay una perfecta distribución de tareas y de intereses, pues mientras los mogoles (que es como decir los árabes) no atendieron más que a la arquitectura, en cambio los indios se dedican casi exclusivamente a la escultura. Aquí en Irán no hay escultura (salvo la de los tiempos de Persépolis, claro) pero la arquitectura es prodigiosa, cada mezquita es como entrar en una gigantesca colmena, en un universo alveolar, una especie de demostración geométrica que atrapa el aire, lo vuelve espacio tangible, lo incorpora al hombre que lo habita.
En Delhi encontré carta de Orfila, sin mayores novedades salvo que en la Argentina se agotó nuestro hijito y ya piensan en la segunda edición. Luego encontré carta de Porrúa, diciéndome (para mi gran alivio y alegría) que 62, la novela que le había enviado al llegar a la India, le había gustado muchísimo. De ese libro tenemos que hablar en París, porque me gustaría que participaras (en plan profesional, por supuesto) en la cuestión de la tapa. Paco me deja amplia libertad para eso, y yo tengo una buena idea que te expondré a ver si la creés factible. Se trata de un mapa fantástico, formado por el collage de planos de diferentes ciudades, y que abarcaría tapa, lomo y contratapa. Ya te lo explicaré y vos me dirás si la cosa puede hacerse. (Te pasaré, si querés, una copia de la novela, para que te metas en la atmósfera, siempre que tengas tiempo y ganas.)
No te diré que tengo ganas de verlos, porque me gusta hacerme el indiferente, como sin duda se nota en esta carta. Al llegar a París telefonearé por pura obligación social, porque uno es bien educado y esas cosas. Ustedes vayan preparando también la sonrisa de buen tono con que se recibe a los conocidos. Ah Patron, j’ai envie de bavarder avec toi, crois-moi.425
Abrazos para todos, y hasta muy pronto, con el afecto de Aurora (que come pistachos aquí a mi lado) y el cariño de
Teherán, 30 de abril de 1968426
Querido Guillermo:
Una líneas desde lejanas latitudes para tratar de poner al día nuestros negocios comunes. Aunque desde París un amigo me ha estado reexpidiendo el correo a Nueva Delhi (hasta hace 10 días en que salí para Teherán), no he recibido ninguna noticia tuya; por eso te escribo, pues hay una novedad que es bueno que conozcas, como será bueno que yo conozca tus novedades.
Pero antes, una semi-noticia: al volver a New Delhi después de un viaje hasta Ceilán, Octavio Paz me entregó unas líneas que me había dejado Joe Massot, que no me encontró cuando estuvo por allí. Aunque Joe no decía nada de cuestiones cinematográficas, su carta tenía un membrete bastante significativo, en el que encontré todos nuestros nombres además de un inenarrable montaje de automóviles.
Ahora bien, la novedad de la que quiero hablarte es la siguiente: ayer me llegó una carta de Antonioni, en la que me dice que un director italiano joven,427 protegido suyo, quiere filmar “La autopista del sur”, y me pide que le conteste urgentemente si quiero ceder los derechos.
Como tengo que responder lo antes posible, te ruego que me pongas dos líneas a la dirección de más abajo, para confirmarme si ustedes han ido o van a ir más allá del membrete de la carta de Joe. Supongo y espero que sí, pero comprenderás que si hubiese surgido algún inconveniente, yo tengo que cubrir mis posibilidades de aprovechar el para mí incomprensible interés que ese cuento despierta entre los cineastas.
Te aclaro, por si tus recuerdos no son precisos, que nuestro último intercambio de noticias fue telefónico, la víspera de mi partida a la India, y que en cumplimiento de tus instrucciones, te devolví el cheque de mil libras que mi banco de Viena no había querido hacer efectivo.
Te agradeceré mucho que me pongas al día en todos estos asuntos; vuelvo el 15 de mayo a París, y podemos telefonearnos apenas yo llegue, pero entretanto mándame dos líneas para que yo pueda contestarle de inmediato a Antonioni.
La dirección es: Conferences Service, Room 29
U.N. Conference on Human Rights
New Majlis Building
TEHERAN (IRAN)
Mis mejores afectos para Miriam, Joe y John Barry, con afectos de Aurora y un abrazo a la oriental de tu
Julio
Veo a Calvert y trabajo con él. Está muy bien tu paisano.
París, 29 de mayo de 1968
Mi querido Ángel:
Dos líneas desde esta increíble explosión que es Francia, dos líneas que trataré de hacerte llegar desde Bruselas puesto que aquí las comunicaciones están cortadas.
Creo útil hacerte llegar lo antes posible estos documentos preparados por los estudiantes argentinos que ocuparon el pabellón de la Argentina de la Ciudad Universitaria. Frente a la inevitable campaña de calumnias y mentiras que lanzará el gobierno de Onganía con respecto a este episodio, entiendo que Marcha puede servir una vez más a la causa revolucionaria si utiliza estos materiales con fines de información fidedigna.
Por otra parte, Sophie Magariños me pidió que contestara a algunas preguntas vinculadas con lo que está ocurriendo aquí. No tengo tiempo de responder a ellas, pero le he dado un texto que te enviará, supongo, por su lado. Ya verás si puede ser útil.428
Supongo, además, que en Marcha sabrán que un grupo de intelectuales y artistas franceses y de otras nacionalidades ha publicado una declaración de solidaridad con el gesto de los estudiantes argentinos. Por las dudas aquí va el texto:
Les intellectuels et artistes soussignés saluent les étudiants argentins qui viennent d’occuper la Maison de leur pays à la Cité Universitaire de Paris, et leur expriment leur solidarité et leur appui fraternels dans la lutte qu’ils mènent pour établir des principes de justice et de démocratie véritables au sein de ce foyer.
Paris, le 28 Mai, 1968.429
Firman Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Jean Cassou, Christiane Rochefort, la rédaction de Les Temps Modernes, Michel Leiris, Nathalie Sarraute, André Pieyre de Mandiargues, Carlos Fuentes, Marcel Bataillon, Wifredo Lam, Juan Goytisolo, Alicia Penalba, Copi, Jorge Lavelli, Antonio Seguí y Julio Cortázar.
Gracias por todo lo que hagas, y hasta otra carta con el afecto de tu amigo
Julio Cortázar
París, 13 de junio de 1968
Querido Paul:
Hombre, anoche llegué de Atenas (10 days working for the Committee on Cotton, an international body, you know)430 y me encontré tu carta. Hace tanto que estamos desconectados que ya no sabía qué pensar. Ahora te envío en seguida esta carta to clear all matters431 de manera que podamos encontrarnos y trabajar sin inconvenientes.
Primera cosa: Nuestro encuentro en Saignon. Tú sabes cómo está la situación en Francia. Yo tengo algunas cosas que hacer, políticamente, en París. Llegué anoche y todavía no sé cómo está la cosa, y si podré irme en seguida a Saignon o si debo quedarme aquí. Tú me dices que te puedo escribir hasta fin de junio a Barcelona c/o American Consulate. De manera que dentro de cuatro o cinco días te escribo by express to give you a definite schedule.432 Espero que todo andará bien y que podremos encontrarnos en Saignon hacia fines de junio, no antes. Does this agree with you or complicate things?433 Espero que no, cronopio, espero que no.
Gran noticia la que me das de que el libro está casi terminado. Me alegro muchísimo, pero muchísimo, y todos los cronopios deben estar revoloteando por las azoteas y tomando manzanilla con tapas en la Plaza Real, no?
BUSINESS: 1) PANTHEON. Recibí carta de Paula, diciendo que viene el mes que viene, que el contrato está listo pero que no tiene noticias tuyas. Todo eso ya lo sabes pues también me lo dices en tu carta. O.K. Lo que no entiendo es esta frase tuya: “The London scene also going the way you want it”. You mean Tarn business concerning cronopios, you mean an arrangement Pantheon/Cape, or what the hell? I don’t have any news from London, excepting the near future shooting of The Jam. Well, Mr. HAGENT, all this cronopio edition is up to you.
In Teheran, Aurora ran into a copy of the paperback Hopscotch. Wow, what a disgusting sight! She presented me the copy and we wept over it. But Paula says it will sell, so perhaps that shall mean some money, that is to say, less Unesco slavemill. Good.434
2) COLEMAN BUSINESS. Te mando la carta de Coleman para que arregles este asunto... si todavía estamos a tiempo.
3) TRIQUARTERLY. ¿Conoces a José Donoso, que vive en Mallorca y es amigo de Bud Flakoll? Me escribió pidiéndome un texto para TriQuarterly, que me parece una revista excelente.435 Supongo que pagarán muy bien. Ahora Donoso ha desaparecido (I mean, he didn’t write again)436 pero en cambio recibo esta carta de Mr. Henkin Jr., who seems to be very anxious to settle the affaire. So once again the darn matter is up to you.437 Si quieres comunicarte con Donoso para mayores explicaciones escríbele c/o Darwin Flakoll, Edificio Cayuco, Apto 9 B, PALMA NOVA, MALLORCA.
So I’ll be writing you in a few days telling you how things are doing in Paris and when we’ll be in Saignon.438
Qué bueno será encontrarse allá y trabajar juntos. Tengo tantas cosas que contarte, y supongo que tú también. Perdóname esta carta tan deshilvanada, pero lo de Francia me toca en lo más hondo y estoy perturbado y nervioso.
Cariños de Aurora. Un gran abrazo,
Julio
Sábado
Cher Patron,
Lamento lo de los chicos, y espero que no pase de una simple indisposición. Lástima por Virginia, también, que debe estar afligida y con problemas de todo orden frente a esa situación inesperada. ¿Están todavía en la playa? Si fuera necesario ir allá para dar una mano, telefoneame o mandá un telegrama. Aurora llega pasado mañana lunes, vía Marsella, y yo iré a buscarla a la una de la tarde, o sea que hacia las cuatro estaremos en Saignon.
Cumplí los encargos, es decir que le escribí largo a Orfila diciéndole todo lo que sugerís en tu carta, y explicándole mi cambio de actitud con respecto al libro. Creo que se quedará encantado al ver que en vez de una libretita va a tener un real volumen, y que no le importará que no salga en noviembre; le hice notar que por esa fecha saldrá 62, cosa que él parece ignorar, y por eso mismo le conviene esperar hasta que terminemos; yo pienso que si trabajamos a lo largo del invierno, hacia mayo o junio podrán sacar el libro.
También le expliqué lo de Vargas Llosa; quedate tranquilo.
Sigo trabajando. Me cayeron dos cronopios de Ginebra, pero rajaron luego de pasar una noche aquí. Hace un tiempo delicioso, y se te extraña, patrón.
Tomo nota de lo del terreno. Escribile a la Denise cuando sea el momento. Saignon será de los cronopios argentinos o no será.
Un gran abrazo,
Julio
París, 16 de junio de 1968
Mi querido Paco:
Una vez más no tengo tiempo de escribirte largo; acabo de volver de Grecia donde fuimos a trabajar y desde donde te mandé una muestra simbólica del trabajo que estamos haciendo con el otro Julio. Aquí me he encontrado con tantas obligaciones (vinculadas sobre todo con lo que está pasando en Francia, amén de Cuba, etc.) que me manejo a base de mensajes telegráficos, maldiciendo eso que llaman la aceleración histórica y que de golpe acelera de tal modo el tiempo de vida que me queda que ya casi no vale la pena ni pensarlo.
Pero ayer estuve con Silva, que me mostró la primera y estupenda maqueta de la tapa. Esta vez mi idea original y las suyas han coincidido mejor que en ocasiones anteriores, y dentro de muy poco podrás tener los materiales a tu disposición. Para ello, y ésa es la razón de este telegrama disimulado, Julio necesita saber exactamente el formato del libro y (esto es importante) el ancho del lomo. Si en la imprenta pueden darte ya una idea del número de páginas pienso que podrás facilitar este dato con bastante exactitud.
La razón es la siguiente. El jacket del libro (porque la idea es que tenga tapa y también una sobretapa) será un mapa, tal como se me ocurrió y te lo escribí desde Teherán. El mapa es un collage de las zonas de París, Viena y Londres donde ocurren las cosas; pero la zona del lomo será la “zona de pasaje”, es decir que ahí Julio va a dibujar el canal de la Ciudad, y va a hacer empalmar las calles de las tres ciudades con las de la Ciudad. Como es lógico, el ancho del lomo cuenta para su proyecto, de modo que él espera ese dato lo antes que te sea posible enviármelo, así como el formato del libro.
La tapa propiamente dicha será enteramente negra, con el título en la forma en que te lo envié desde Atenas. Ese título se repetirá sobre el jacket. Sé que Sudamericana no ha editado jamás libros con jacket, a menos que estuvieran encuadernados. ¿Por qué no éste, sin embargo? El lector podrá retirar el jacket, desplegarlo, jugar con él como si realmente fuese un plano. Y además se me ocurre que si se hace una tirada aparte, les dará un excelente elemento de propaganda para libreros, etc. (No me hagas proposiciones para ingresar en el departamento de publicidad de la casa; con esa idea se me agota el repertorio…) No sé si lo que te explico te permite ver claramente el proyecto, pero Silva te mandará todo lo necesario apenas le facilites los datos. ESCRIBILE DIRECTAMENTE A: 12, rue de Beaune, Paris VII. Por expreso, si es posible, porque está esperando con la pluma en la mano y deseoso de terminar el trabajo. Como yo me iré a Saignon apenas salga de mis líos parisienses, quizá dentro de una semana, es mejor que envíes directamente los datos a Silva y ya quedás en contacto con él.
Espero siempre tus noticias de todo orden. Yo vivo un tiempo de disolución y quizá de reconstrucción, cómo carajo saberlo con todo pegado a las narices, desde mi vida personal hasta esta revolución hoy fracasada pero irreversible y que recomenzará –que recomenzaremos– mañana o pasado. Oh tiempos en que yo leía cinco horas diarias, oh tiempos en que el futuro me parecía una simple extrapolación del presente. Y sin embargo, sin embargo, algo como una brasa de alegría y de pura vida me arranca cada día del sueño y me tira en medio de la pelea.
Un abrazo muy fuerte para Sara y para vos,
Julio
SUPLEMENTO A LA CARTA ANTERIOR:
Querido Paco:
Julio Silva me telefonea en este momento. Como hay gran revuelo en Einaudi y en Gallimard y en Losfeld sobre las eventuales ediciones de los cronopios con dibujos de Alechinsky, y otros planes dignos del cronopio Silva, éste sigue produciendo ideas y proyectos a velocidad alarmante.
La última, comunicada hace cinco minutos por teléfono, es la siguiente. ¿Les interesaría a ustedes, a la Bestia por supuesto, pensar una edición diferente y especial de los cronopios? Las ideas generales de Silva, dispuesto a diseñarla, son las siguientes:
a) Se trata de saber si interesaría una edición de formato grande, digamos a partir de 21 × 30.
b) Se trata de saber si el presupuesto alcanzaría para hacer la composición en París, de manera que Silva enviaría los films (no sé si allá les llaman películas) y en Buenos Aires no habría más que tirar.
c) El libro estaría alegrado por numerosos cronopios gráficos que saldrían de diversos escultores, pintores y dibujantes amigos (que no cobrarían por ello) de manera de hacer una cosa totalmente distinta de La vuelta al día… y a la vez llena de agilidad y revoloteos.
Pienso que cuando le escribas a Silva con los datos que te pide para 62, podrías decirle ya si estas ideas te interesan o no. Quedás conectado y ya verás qué se puede hacer.
Otro abrazo
Julio
París, 22 de junio de 1968
Querido Tomás Eloy Martínez:
Dos líneas entre dos o dos mil trabajos que no me dejarían escribirle una carta. Aquí va esto para Primera Plana. Quiero que sepa que las firmas al pie no son chiqué (hay quien firma cualquier cosa por teléfono). Me hago responsable de todas ellas, empezando por la de Sartre que vino a visitarnos al pabellón de la Argentina y nos apoyó admirablemente. Creo que importa, en nuestro país, mostrar que lo mejor de Francia y –espero por lo que a mí se refiere– de América Latina y de la Argentina, han apoyado y apoyan una causa tan justa. Le pido que dé toda la difusión posible a esta declaración.
Gracias, y hasta cuando sea, con un abrazo de
Julio Cortázar
Gracias por publicar mi carta a Roberto.439 Me ha dado una de las mayores alegrías de mi vida.
Saignon (Vaucluse), 26 de junio de 1968
Querido Greg:
Primero de todo, gracias por la bonita foto, que nos ha permitido conocer a Clem y a Clara. Tu mujer y tu hija nos parecen la mar de bonitas; en cuanto a ti, no te insultaré diciendo que eres bonito, pero tampoco tienes derecho a imaginar que sales en las fotos con cara de loco o de fanático. Simplemente pareces un cosmonauta un poco tenso, esperando el fatídico GO!
Bueno, tu carta llegó muy a tiempo, porque al llegar a mi ranchito de Saignon me encontré con Paul que acababa de instalar su magnífica Volkswagen (un verdadero hotel ambulante) en el campo contiguo al mío. Vino con su chica y su hermana Gloria, y se quedarán unos días aquí, pues hace mucho que nos nos veíamos y tenemos que terminar la revisión de los cronopios que Paul está traduciendo. Lo que me ha mostrado está muy bien, y es realmente trabajo de poeta. Nadie ha tenido más suerte que yo con mis traductores al inglés. No te sonrojes porque es la simple verdad.
Y puesto que de eso hablamos, en Teherán (of all places) mi mujer se encontró por pura casualidad, en un supermarket, con Hopscotch en edición paperback. Lo compró y me lo regaló. Yo me quedé aterrado al leer eso de LOVE/SEX/ by the author of Blow-Up, etc. Después comprendí que todos los pocket-books son iguales, y que en cambio la edición era buena y no tenía, creo, errores importantes. Pero esa pareja desnuda (y de arcilla, por si fuera poco!) me deprimió bastante. Es increíble cómo las ediciones “masivas” pueden degradar una obra que trataba de apuntar mucho más alto. Cada día odio más las sociedades de consumo (por eso en la Argentina me catalogan como un rojo peligroso, y desde ese punto de vista tienen razón, qué joder). Aquí en Francia hemos batallado durante semanas y semanas, al lado de los estudiantes sublevados, para echar abajo las buenas conciencias gaullistas y mostrar que la poesía puede salir a la calle y mostrar un camino de salvación. ¿Resultado? Ya lo sabes. De Gaulle ha ganado las elecciones de punta a punta… Well, estoy amargado pero no soy tonto y sobre todo no soy ingenuo; las cosas son así, y habrá que seguir luchando donde y como se pueda, en Cuba, en la Argentina, en los USA, en Vietnam… En cuanto a ti y a tu país, you’ve had a wonderful time, you too, what with King’s and Kennedy’s assasina-tions,440 etc. Qué planeta, hermano, qué mierda increíble. Pero siempre con una florecita creciendo encima del montón de mierda, como en el poema de Allen Ginsberg.
Oye, Paul y yo encontramos que tu idea de la antología es excelente. Yo estoy de acuerdo, porque me basta que tú me digas que la cosa puede quedar bien. En cuanto a Paul, en su alta y majestuosa condición de agente literario, te escribirá desde su Volkswagen para arreglar contigo los detalles prácticos. De manera que creo que la cosa está hecha, y que todo andará bien.
Me alegro de que te vayas a enseñar a Queens College, por todas las razones que me das. Podrás quedarte en la ciudad, y pienso que eso te dejará más tiempo libre para muchas cosas interesantes, jazz por ejemplo, o galerías de pintura, esos lujos que nos damos los últimos hombres del planeta condenado.
Sí, creo que los Beatles pondrán dinero para hacer The Jam.441 He visto el script y los diálogos, que son muy buenos. Ya te contaré. Termino aquí porque tengo otras cien cartas… Un gran abrazo para Clem, un beso para Clara, y todo el afecto de tu amigo
Julio
Yo tampoco supe nada de la Operación Morsa, pero en estos tiempos viajé tanto (India, Ceylán, Irán, Grecia…) que no pude leer todos los periódicos (suponiendo que alguno hubiera hecho una referencia, ¡cosa que dudo!).
Saignon, 29 de junio de 1968
Querido Guillermo:
Primera cosa: encontré el contrato. Estaba tan bien guardado que, naturalmente, fue imposible encontrarlo hasta que la casualidad me [lo] puso delante de las narices. Pero lo tengo aquí conmigo, y te ruego que no te preocupes más por eso.
Segunda cosa: Gallimard, que tiene un boletín de noticias referentes a sus autores, se interesa por tener noticias concretas acerca de The Jam (puesto que va a editar pronto el libro que contiene el cuento). Si tienes un minuto libre, te ruego me envíes las últimas noticias concernientes a la película. Concretamente se trata de saber: director, actores (if possible) y eventual fecha de lanzamiento, plus cualquier otro detalle que te parezca interesante.
Supongo que habrás visto a Mario, y que éste te habrá contado nuestras largas y maravillosas veladas en las tabernas atenienses, frente a potentes botellas de vino blanco con resina. Fueron diez días magníficos, en los que ganamos la mar de dinero sin hacer prácticamente nada, y nos pusimos al día en materia de amistad y de literatura.
Acabo de llegar a mi ranchito de Saignon, donde me quedaré todo el verano y aún más, pues no pienso volver a París hasta comienzos de octubre. Voy a intentar una segunda parte de La vuelta al día..., y quiero leer unos ciento cincuenta libros que me pesan en el alma. Mis tareas revolucionarias en París se terminaron con las elecciones, cuyo triste resultado conoces, y necesito un tiempo de paz antes del nuevo zarpazo. En la Argentina difundieron la noticia de que yo había entrado en el pabellón argentino de la Ciudad Universitaria, envuelto en una bandera roja. Qué tema para Delacroix y para el indio Naborí. La verdad es que sólo llegué horas después de la ocupación, y lo más rojo de mi actuación fue el vino tinto que me bebí con los muchachos. La historia oscila siempre entre la poesía y el camelo.
Un italiano me escribe para saber si le puedo ceder los derechos con vistas a un film para la televisión italiana basado en “La autopista”. Un vistazo al contrato me prueba que lo más que puedo cederle es algún asiento en el tranvía. De todos modos quedas notificado de que el cuento sigue siendo popular; después de Antonioni, la TV. Apúrense, coño, antes de que Mao Tsé Tung me lo pida para hacer la nueva cartilla alfabetizadora.
Un abrazo para Miriam y las niñas, afectos de Aurora, y para ti todo el afecto de tu cómplice en el celuloide y en muchas otras cosas.
Julio
Please answer me as quick as possible concerning above gallimardiana.442
Escribe a: SAIGNON
84 VAUCLUSE
FRANCE
Saignon, 7 de julio de 1968
Mi querido Lezama:
Tengo dos cartas tuyas por contestar, y tu estudio de Rayuela;443 frente a semejante deuda me siento tan insolvente que no sé por dónde empezar. Por las explicaciones, quizá, porque no creas que mi silencio ha sido ingratitud o descuido. Cuando volví de la India y el Irán, aterricé en un París fabuloso, entre barricadas y manifestaciones estudiantiles, en plena poesía callejera. Ya sabes que desde hace algunos años mi tarea de escritor se refleja también en una actividad que sería jactancioso llamar revolucionaria pero que en todo caso aspira a serlo. Tuve tareas que llevar a cabo, misiones que cumplir, y además aquello era demasiado maravilloso como para no zambullirse hasta el cuello en esa increíble presencia de la imaginación en libertad. (He escrito un texto,444 una especie de collage donde recojo y traduzco algunas de las maravillosas inscripciones anónimas estampadas por estudiantes y obreros en la Sorbona, en el Odeón, en los muros de las calles; lo he enviado a la revista de la Casa de las Américas, de modo que si se deciden a publicarlo ya verás allí un mal reflejo de esto que te cuento.)
Así fue que viví ese mes de mayo sin dormir, andando kilómetros porque no había gasolina ni transportes públicos, metido en manifestaciones, barricadas, polémicas y diálogos con estudiantes y obreros, y sólo ahora que estamos marcando un compás de espera y haciendo el balance de lo sucedido, encuentro algo de paz para escribirte. Hace diez días nos vinimos a nuestro ranchito en las colinas provenzales (¿te dije que a menos de ocho kilómetros está la torre del marqués de Sade, en Lacoste? ¿Te dije que muy cerca corren las aguas de la Fontaine de Vaucluse?), y pude releer tus cartas y tu estudio, imaginarme a solas contigo en la sala de tu casa o en cualquier rincón de tu Habana, entablar otra vez el diálogo tan largamente interrumpido.
Quiero ante todo satisfacer el pedido que me haces de que te cuente algo de mi estancia en casa de Octavio Paz en Nueva Delhi; fueron dos meses exaltantes para mí, porque si bien el espectáculo material y moral de la India es terrible (sólo una revolución a lo Mao podría hacer algo por ese país, estoy convencido) en cambio el pasado prodigioso de esa civilización se hace presente, un presente mucho más visible que el triste presente histórico que viven los indios de hoy. Con Octavio sólo visité los santuarios, vi la escultura erótica de Kajuraho y de Konarak (ah, me hubiera gustado tenerte conmigo en Konarak, frente al Templo del Sol, negro como el sol negro de Nerval, con sus enormes ruedas de piedra labrada, sus inmensas parejas haciendo del amor un pasaje metafísico y a la vez salvando sus más necesarias y perfectas minucias sensuales), hablé con gentes que parecen despertar de muy lejos y muy adentro, anduve por ciudades sagradas y escuché los tambores de las ceremonias de Kali y de Shiva a la hora de las primeras estrellas. Y Octavio, que todo lo sabe y lo siente, era mi Hermes Psicopompo, el guía sutil que conoce cada curva simbólica de las piedras, cada intención de los textos. Me dices que te hubiera gustado mirar por la cerradura ese encuentro; yo te digo que muchas noches estuviste con nosotros, porque yo tenía en las manos las galeradas de Paradiso que me habían enviado Emmanuel y Neus para que le diera un vistazo (lo sabes, supongo, porque habíamos hablado de eso con ellos en La Habana), y muchas veces le leí a Octavio largos pasajes, los discutimos, los indagamos, nos perdimos en tus Indias fabulosas para retornar, con el vértigo del que sale del maelstrom, a ese jardín de Nueva Delhi donde cantaban pájaros nocturnos y se oía a lo lejos el aullar de los chacales. No necesito decirte que la poesía fue nuestra amante durante dos meses, y que encontré a un Octavio interesadísimo en las últimas experiencias de poesía “concreta” (en la línea de Haroldo de Campos y otros brasileños, por ejemplo); estando yo allí escribió (y dibujó) una serie que llamó Topoemas y que se han publicado ya en México; si los has visto comprenderás el sentido de sus búsquedas. ¿Conoces Blanco, su poema a tres voces? Si no lo tienes haz que alguien te lo envíe en seguida de México, o pídeselo directamente a Octavio, que te admira y te quiere mucho. Pero ahora debo volver a Paradiso con referencia a esa revisión de galeradas de que hablo más arriba. Tú pareces muy contento de la edición argentina, que efectivamente ha tenido un éxito enorme de venta; pero según informes míos, esa gente reprodujo fotográficamente la muy defectuosa edición de La Habana, lo cual me parece gravísimo, y en segundo lugar, no me sorprendería nada que, basándose en la cuestión de los derechos de autor entre Cuba y el resto del mundo, lleven la piratería a sus mayores extremos. Quisiera saber si firmaste algún contrato con ellos; me temo que no, y en ese caso tu alegría es mi tristeza. La edición de Era es, dentro de las limitaciones humanas, la única que le hace justicia a tu obra; yo me pasé un mes y medio, en los intervalos de mi tarea de revisor de las Naciones Unidas, leyendo línea a línea las galeradas, en busca de errores tipográficos y posibles descuidos. Creo que el resultado fue bueno, y precisamente por eso me consternó la noticia de que media América estaba comprando la edición argentina, aunque naturalmente me llenaba de contento saber que, por fin, esos demorados de la cultura te descubrían.
Humberto Peña,445 con quien me divertí mucho en París pues un cubano metido en plena revolución cultural es siempre un espectáculo delirante en el más alto grado, me dio tu estudio sobre Rayuela. ¿Qué podría yo decirte que no fuera, una vez más, esa sensación de maravilla, esa presencia de lo numinoso en la palabra que trae todo lo que escribes? Con dos codazos, con un simple empujón, sitúas de entrada la cosa en su terreno más entrañable, dejando de lado la hojarasca “crítica” (sobre la cual tengo ya montañas). Tú entablas el diálogo con las Sombras, tú te pones desde la primera línea en el punto de visión del minotauro, de la gran araña cósmica, tú ves. Y entonces esos enlaces que has hecho con mis otras cosas no solamente iluminan Rayuela sino que me revelan a mí las claves de mi tarea. Las últimas páginas, cuando indagas en el descenso de Oliveira a la morgue refrigerada del manicomio, son de una lucidez aterradora, porque eso es exactamente lo que yo hubiera tenido que saber cuando lo escribí, y es evidente ahora que lo sabía de la mejor manera, es decir en el nivel del misterio y la creación, sin programa previo, sin el menor esquema. A ti puedo decirte esto: por primera vez he sentido un orgullo demoníaco frente a mi libro, y ese culpable (?) sentimiento te lo debo a ti. No cualquier texto engendra páginas como las que has escrito. Ahora ya me puedo morir.
(Cocina y técnica: la copia que me dio Peña tiene bastantes errores mecanográficos que sin duda se repetirán en la edición. Hay dos soluciones: que yo te haga la lista de faltas para que tú las señales, o que yo las corrija directamente en las pruebas cuando me las envíe Ada Santamaría. Elige tú, para mí es igual, e incluso quizá más fácil corregir sobre lo impreso porque siempre se ven mejor los errores. Por ejemplo, en la p. 15 se habla de “columna vertebral” y en la 16 se dice “conciencia vertebral”. ¿No habrá una equivocación, o es deliberado? En la p. 22 se dice “cómica unicidad”; se me ocurre por el contexto que podría ser “cósmica unicidad”, pero como estás confrontando allí el existir y el no existir, también podría hablarse de unicidad cómica en su sentido más dinámico y –como dicen en Granma– conflictivo.)
Gracias, entonces, por un texto que me da entre muchas alegrías la de embarcarme junto contigo en la barca de un libro impreso en tu país. Quiero decirte que vi a Sarduy en París, que me confirmó la higiénica y necesaria eliminación de Couffon (cuántas veces te habré dicho en La Habana que Couffon no era el hombre para esa batalla, y tú me mirabas levemente sorprendido, porque tu bondad es demasiado grande cuando se trata de tus cosas). Un trabajo emprendido conjuntamente por Durand y Sarduy puede marchar muy bien, y desde luego a mi vuelta a París, en octubre, veré a Severo y me ofreceré para lo que venga, como dicen en Murcia. ¿Vas finalmente a México como me decías –vacilando– en tu carta? Yo no he estado jamás, y Octavio insistió largamente en que alguna vez nos encontráramos en su país, pero vaya a saber cuándo me será posible. Ya me contarás algo de eso si te decides a soltar las amarras de tu paquebote Trocadero 162446 y lo pones de proa hacia las magnéticas pirámides.
Me alegro de que María Luisa recibiera el remedio. Oye, mi farmacéutico me lo vendió porque somos bastante amigos, pero las últimas leyes francesas son más severas que nunca en ese sentido. Si tú pudieras enviarme una receta (no importa que sea en español, por supuesto) eso me permitiría a mí proveerte de todo lo necesario; dile a tu médico que ponga los remedios antiasmáticos que te convienen, el Peritrate y lo que sea. En la delegación de la Unesco tengo amigos que siempre te harán llegar mis envíos. No te olvides, pues.
Y ahora me vuelvo a unas páginas de las que te hablaba al comienzo y que quiero enviarle en seguida a Retamar, porque su único mérito está en la actualidad, y creo que pueden ser útiles en América Latina. Escríbeme algún día en que tengas un momento libre, y dime cómo avanza la segunda parte de Paradiso. José Cemí es mi hermano y me fascina imaginarlo más allá de donde lo dejé al término de Paradiso. Hazlo vivir para todos los que tanto te queremos.
Un abrazo muy fuerte para María Luisa, y para ti el afecto que bien sabes,
Julio
Estaré hasta fines de septiembre en Saignon (84 Vaucluse) Francia. Si tienes oportunidad, recuérdale a Ada que me prometió enviarme las pruebas de Rayuela. Piensa que una sola cifra equivocada mandaría todo al puro reino del azar, lo que si bien no deja de tener una cierta fascinación, puede también desembocar en el budín de tapioca apenas tibio.
Un abrazo para Chinolope,447 y dile que hasta octubre no podré enviarle el papel fotográfico. En este pueblito ni siquiera saben lo que es la fotografía.
Saignon, 17 de julio de 1968
Dear Bill,
Never had a sample of my English style? It’s high time then, just hold your stomach with one hand while you read on.
Got your letter five minutes after I sent one to Carlos asking him among other things to ringo you up in order to know what the hell was the matter with you. Old man, sorry about that bloody evicting order. How are things shaping by now? What a country, shit on them all and, more specially, on Enoch (Eunuch?) Powell.448 Hope you’ll manage to convince them that among your ancestors there were many English bucaneers. Sometimes, looking at you very closely, I’ve felt the old Saxon spark. Let’em notice that too.
Thanks a lot for the news. Old Gaston shall be happy about that, I’ll send you a copy of the bulletin as soon as it comes out, in August I presume. Of course I’ll let them know that several names and dates are not dead sure.
Concerning Caroline Pfeiffer/Omar Shariff business, thanks again for giving them the tip about old John Howell. Who knows? It would be grand to have you again making a real film out of one of my stories. Not to speak about “Las armas secretas”, wich is my secret pet. I was real glad to know that you’d liked that piece.
Quite exhausted after this portentous dissertation in old runic sentences, I save a few breaths to kiss Miriam and the girls, and as for you.
I remain, dear Sir, your most humble servant
Jules Cort Hasard Objectif
The farewell part was taken from Boswell’s Life of L. B. Johnson, I, 233.449
Saignon, 18 de julio de 1968
Cher patron,
Tenemos que hablar de tres cosas: la maqueta de 62, los cronopios, y un texto sobre Reinhoud para L’Oeil. Empiezo por 62, después de recibir tu envío de ayer.
La tapa y la jacquette me gustan muchísimo y creo que van a dar un librito muy hermoso. Sin embargo, te devuelvo los documentos antes de enviarlos como me indicás a Buenos Aires, y ello por una razón que espero comprenderás. Los empalmes entre las tres ciudades y la Ciudad están muy bien y son muy “naturales”, como yo quería y dentro de las posibilidades de tres mapas diferentes. Sin embargo, encuentro que en la parte en que París empalma con la Ciudad, es decir en la parte delantera y abajo de la cubierta (la región de Sèvres-Babylone, para ser más exacto), los enlaces no están definidos. Si mirás, verás una especie de terreno baldío, de blanco que desciende desde la rue Jacob hasta la rue Vaneau. Así como Londres empalma maravillosamente con Viena, y Londres con la Ciudad (contratapa), de la misma manera lo que te digo no me satisface, y eso sucede precisamente en la parte que el ojo del lector verá en seguida y más intensamente que la contratapa. Yo sé lo que ocurre; por un lado el mapa de París es defectuoso en esa parte (Sèvres-Babylone), las calles no están definidas ni bien trazadas; pero además vos interrumpiste tu dibujo, dejando una zona entre él y París que no tiene contacto. Entonces, o bien sustituimos ese plano de París por otro mejor impreso en esa parte, o bien vos prolongás y cerrás mejor el dibujo. ¿No te fijaste por ejemplo que calles como Vaneau, Pierre Leroux y Varenne no están trazadas en el plano de París? Comparalo con la claridad y perfección de los de Londres y Viena, y verás.
Con respecto a la Ciudad, me gusta mucho tu dibujo, porque marca una atmósfera diferente al resto, misteriosa y hostil; el canal quedó estupendo con los puentes; pero, te repito, lo que está perfecto en la contratapa, me parece menos logrado en la tapa. Vos me dirás si tengo o no razón, y en todo caso espero los documentos para enviarlos inmediatamente a Paco. Esto cae muy a tiempo, porque ayer recibí las pruebas de página y espero empezar a corregirlas lo antes posible; de todos modos pasarán dos semanas o más, de manera que estamos bien en el tiempo.
Te hablaré ahora del asunto Reinhoud. Como él me dio total libertad, yo me puse a pensar en ese texto y a mirar las fotos que me había enviado. Escribí unas páginas que no me gustaban, y como personalmente estoy pasando una jodida época y no tengo ánimo para gran cosa, me empecé a deprimir bastante. De golpe, mirando las fotos sobre una mesa, vi una bande dessinée, sólo que ésta era una bande sculptée! Inmediatamente tuve el título, la idea y el resto.450 Te mando los resultados para que me digas si te sería posible completar mi trabajo en el plano de la presentación. Si te parece posible, devolveme los materiales porque tendré que ocuparme de hacer traducir el texto y las leyendas en francés. Con respecto a las leyendas, si nos vemos en agosto con Pierre y con vos, las pondremos a punto en impecable francés, puesto que incluso será divertido jugar con eso. Demás está que te diga que la opinión de Pierre, si le mostrás el proyecto, me interesa también en el más alto grado.
Complementariamente, te informo que el texto sobre Reinhoud lo incluiríamos en el libro mexicano, y ahí vos podrías divertirte a fondo. Una bande dessinée en pleno libro puede quedar formidable, ¿no te parece? Pero esto será para cuando yo vuelva y nos pongamos a jugar otra vez en esas tardes en tu taller de las que tengo una nostalgia permanente.
Paso a los cronopios. Pierre me envió la fotocopia de la cubierta proyectada, y una hermosa carta llena de fantasía y de ideas que voy a contestarle hoy mismo. A Pierre, como a vos, los preocupa demasiado, por una cuestión de hábito y de cariño, el problema de la palabra cronopios. Mirá, en estos días estuve revisando a fondo la parte ya traducida por Laure. Apenas uno se pone a leer las historias en francés, la palabra cronopien, que suena tan extraña a primer golpe de ojo y de lengua, se integra perfectamente en el texto, al punto que no creo que yo vaya a pedirle a Laure que la cambie. Es un asunto que ella y yo habíamos discutido el año pasado, y ahora que releo sus textos le doy la razón. De todas maneras, Laure ha prometido a Ugné que le entregará el libro completo para Navidad. Es decir que entre octubre y diciembre, estando yo en París, trabajaremos juntos en el ajuste de cada texto. Para ese entonces creo que podremos llegar todos nosotros a una decisión final sobre la cuestión del nombre francés de los cronopios. Yo personalmente no puedo decidir, puesto que no puedo forzar el punto de vista de Laure sin estar con ella y discutir mano a mano el asunto una vez más.
El proyecto de tapa me gustó muchísimo. Estoy completamente de acuerdo en: a) dar un título resumido en la cubierta
b) meter a los famas y esperanzas en la page de titre de manera que ahí el título esté completo.
Ya me dirás qué te parece todo esto, y aquí va el paquete completo, esperando ansiosamente tus opiniones sobre todos estos asuntos. Me parecería formidable que vinieras en agosto para vernos, tomar vinito rosé y hablar de nuestros proyectos comunes. ¡Decidite!
Un abrazo para Virginia y mis caracolitos, y hasta muy pronto,
Julio
PATRÓN:
Decime si esto te parece posible. Partiendo del título, y luego de la Nota que podría ir en la forma que te parezca mejor, propongo hacer una BANDE DESSINÉE con las imágenes adjuntas, y las leyendas también adjuntas. Desde luego Susy451 tendría que trabajar las fotos, y en algunos casos invertir los clisés para que la cosa tenga plasticidad y secuencia.
Espero tu parecer, pero pienso que en estos tiempos una presentación de ese tipo puede ser bastante sensacional. No tengo cómo averiguar lo que piensa Reinhoud, que pasó por aquí pero se fue del lado de Niza. En todo caso, él me dio carta blanca, pero comprenderás que esto exige una realización gráfica, y aquí es donde mi patrón entra a cortar el bacalao, si le parece bien.
Julio
Cuando digo bande dessinée me refiero a la sucesión de imágenes + leyendas, pero con toda libertad. Sin embargo, creo que debería asemejarse lo más posible a las bandas que se hacen actualmente, y a las foto-novelas.
Saignon, 27 de julio de 1968
Bon jour patron,
Me llegó el paquete y tus líneas. Pasaste el examen con calificación de sobresaliente, todo está exactamente como yo lo deseaba y creo que a Porrúa le parecerá como a mí. Muchas gracias por tu paciencia, el resultado es magnífico y cuanto más miro la tapa y la jacquette, más me doy cuenta de que coincide exactamente con lo que yo había deseado desde un principio.
No pierdas mucho tiempo en enviarle a Porrúa tu nota de honorarios, o pasámela a mí para que yo se la envíe. Creo que ahora que empiezan la última etapa de la edición, es el momento de indicarles lo que esto les va a costar. Por mi parte, recibí las pruebas de página, las corregí, y las envío hoy junto con tus documentos, pidiendo que me envíen segundas pruebas porque hay una serie de cosas que no me gustan y que deberán arreglar. Pero en general está bien y creo que nos daremos el gusto, vos y yo, de haber hecho un librito más que decoroso.
Veo que estás tapado de trabajo, y por eso no te apures a escribir a propósito de lo que te mandé para Reinhoud. La cosa no tiene apuro, como sabés, y simplemente echale un vistazo cuando estés menos agobiado de trabajo. Lo gracioso es que el mismo día en que te enviaba los materiales, Reinhoud se dio una vuelta por aquí, completamente por sorpresa. Aunque no le pude mostrar nada, le expliqué la idea y creo que le gustó de verdad. Quedamos en que si los de L’Oeil no lo aceptan por considerarlo demasiado fuera de su línea, se lo pasaríamos a Opus International, la revista de Alain Jouffroy, donde estarán más que encantados de tener un trabajo de todos nosotros. Por lo demás Reinhoud volvía a París, y supongo que te verá o te habrá visto ya; de modo que este asunto queda pendiente hasta que vos tengas tiempo y ganas de examinarlo y darme tu parecer.
Chambón, por qué no me mandaste la dirección de Pierre. Ya tengo su texto, que se llama “Las hormigas hablan de Alechinsky”,452 y estoy esperando que Paul Blackburn aterrice en Saignon uno de estos días para pedirle que lo traduzca al inglés. Creo que será un texto divertido y bastante cronopiesco; ojalá que a Pierre le guste.
Quiero terminar esta carta con algo de tono muy personal y muy penoso, pero vos sos mi hermano y es preciso que lo sepas y llegado el caso (pienso también en Virginia, naturalmente) me ayudes y nos ayudes. Aurora se vuelve a París el 3 de agosto, y se quedará allá hasta mi regreso (creo que yo volveré antes de lo que pensaba, digamos hacia fines de agosto). Una crisis lenta pero inevitable, un largo proceso de cuatro años, nos ha puesto frente a una situación que, como gente inteligente y que se quiere y se estima, tratamos de resolver de la manera menos penosa posible. No te digo más, vos comprenderás de sobra, y pienso que si a comienzos de agosto tratás de ver a Aurora le harás un gran bien y la ayudarás a situarse mejor en este nuevo plano en que ella y yo tendremos que movernos. Mi vida futura se hará con alguien a quien vos conocés, porque la visitás con frecuencia en la rue Sebastien-Bottin. No te digo más nada, todo esto es tan irreal que hasta escribirlo me suena como uno de los tantos cuentos fantásticos que llevo escritos en esta vida. Mis cariños a los tuyos, un abrazo muy fuerte,
Julio
Saignon, 27 de julio de 1968
Mi querido Paco:
Por paquete certificado te envío la maqueta y los documentos preparados por Silva, y que espero te gusten. Personalmente los encuentro muy bien, dentro del clima que yo buscaba, y pienso que los mapas en la sobretapa son ya un primer capítulo del libro.
En el mismo paquete (o en otro, lo sabré cuando lo haga, que será esta tarde) van las pruebas corregidas. Sobre esto hay bastante que hablar, aunque me apresuro a decirte que están bien y que los correctores han hecho un magnífico trabajo. Pero hay una serie de cosas que no me gustan y que, me parece, son perfectamente corregibles. Paso entonces a darte los detalles.
La primera cosa es el título y el subtítulo. Es evidente que, por razones quizá psicológicas o eufónicas, a todo el mundo le gusta más el subtítulo que el título. Esto se refleja de entrada en la falsa portada, etc., donde 62 resulta insignificante frente a “Modelo para armar”.
Por múltiples razones, no estoy de acuerdo, y lo señalo sobre las pruebas. Creo que 62 debe aparecer con los caracteres más grandes que permita el formato, y que el subtítulo debe estar debajo (nunca al lado) y con caracteres sumamente modestos. Yo considero este subtítulo como una mera indicación instrumental al futuro lector; no quiero que asuma una importancia indebida.
Precisamente por eso, y después de haber releído el libro, decidí agregar un párrafo a la breve nota inicial. Espero que te parezca bien; no crea problemas de imprenta, pues es un párrafo que cabrá perfectamente luego de los dos primeros.
Complementariamente: la repetición en las páginas impares del título y el subtítulo me parece mal. Pido que quede solamente 62. Si resulta incómodo que haya una cifra en mitad de la línea y luego la correspondiente a la paginación, pues que paginen abajo en vez de hacerlo arriba y se acabó. Pero esa repetición monótona de “Modelo para armar” a lo largo de todo el libro le quita todo sentido, lo vuelve irritante y pedante, parecería obligar al lector a recordar cada dos páginas que lo que tiene entre manos es algo que le exige participación; es cierto que se lo exige, pero discretamente, al comienzo, y pare de contar.
Esto lleva ahora al segundo problema importante: los blancos entre texto y texto (o capítulos, digamos). La economía de blancos por parte de la imprenta es inadmisible. Quiero que haya más luz entre cada pasaje, una luz lujosa, abundante, precisamente para que el lector no “engrane” bruscamente de una parte a otra. Esto se vuelve fundamental en los casos en que, por razones supuestamente estéticas, al terminar un pasaje a pie de página, el siguiente arranca desde lo alto sin que haya más que un levísimo espacio entre parte y parte. Ejemplos concluyentes, que te pido verifiques: p. 63-64, y p. 142-43. Yo sé que los imprenteros aborrecen dejar en blanco lo alto de una página, pero no me importa en este caso, y asumo toda la responsabilidad y toda la arbitrariedad necesarias. De una manera misteriosa, se las han ingeniado para hacer terminar una cantidad de pasajes a pie de página, con el resultado de que el siguiente parece continuar a renglón seguido (aunque sea en la página siguiente). Eso no puede ser.
Mirá, por ejemplo, las p. 262 y 263. Un pasaje termina al pie de página, y el siguiente tiene apenas una línea (si la tiene) de aire. Paciencia si queda blanco arriba. Mejor aún, al hacer el recorrido general, que hagan entrar el fin de esos pasajes en la página siguiente y luego abran un blanco como los que quiero (de por lo menos TRES CENTÍMETROS). Sólo así el libro dejará de tener ese aire de trabajo apretado que le encuentro y que me hace daño.
Desde luego, una vez más me he encontrado con el triste problema de ajustar el cuerpo al traje en vez del traje al cuerpo; me refiero a la cuestión de “ganar” una línea. He cumplido en todos los casos, porque no quería acumular las dificultades, pero creo que es la última vez que lo hago con un libro mío. Estuve tentado de no prestar atención al asunto, pero al final decidí colaborar. De todos modos, me doy cuenta ahora que al hacer el recorrido general (al aumentar los blancos a lo largo de todo el libro) este problema quedará anulado; de todos modos, mis correcciones valen, tengan o no sentido ahora.
Comprenderás que en vista de estas cosas, quisiera segundas pruebas. Te doy mi palabra de mirarlas rápidamente (puesto que no se tratará ya de una lectura en detalle) y devolvértelas a vuelta de correo. No es necesario que me envíes las anteriores, pues marqué todas las correcciones en uno de los originales; mandá solamente las segundas pruebas.
Creo que esto es todo, y paso a otros asuntos, empezando por tirarte la bronca por tu cavernoso silencio luego de mi loable carta del 5 del corriente. (Naturalmente, ésta de hoy se cruzará con una tuya.) Yánover me mandó unas líneas hablándome de un disco pirata y de un poster con una foto mía. ¿Sudamericana puede intervenir en este tipo de cabronadas? Ahora va en serio: si necesitás un poder en buena y debida forma, mandame el texto y yo lo gestionaré de inmediato ante el consulado argentino, etc.
En mi carta anterior había algunas preguntas: supongo que ya me las contestarás. Aquí va otra: ¿Vos estás enterado de una edición portuguesa de Las armas secretas? Recibí una reseña aparecida en el suplemento del Diario de Lisboa.453 Ficha: Blow-Up e Outras Histórias, trad. de Maria Manuela Fernandes Ferreira, Publicaçoes Europa-América, 1968. Quedás advertido; por lo demás, jamás vi un ejemplar.
RE CRONOPIOS: Hay novedades. Gallimard está estudiando las maquetas de Silva y las ilustraciones de Alechinsky. Parece que se van a decidir a hacerlo ellos, en la medida en que (aprovechando la feria de Francfort, entre otras cosas) puedan arreglar con otros editores la cesión de la maqueta, películas, etc. De manera que si eso cuaja, tendrás noticias de ellos y decidirás. He visto una primera maqueta sencillamente deliciosa, con colores brillantes que, en una vidriera, haría saltar por el aire todo lo que se le ponga al lado. Y Alechinsky es hoy por hoy el único capaz de dibujar como un cronopio y lograr esta unidad que ni los alemanes ni los holandeses consiguieron.
Por si interesa a la publicidad de Sudamericana, me informan desde Londres que en agosto empieza la filmación de The Jam. Productores, Apple, es decir los Beatles. Entre los actores, Ringo, uno de los Beatles, y la ninfísima Jane Birkin. Director, Joe Massot, un joven que ya ha hecho dos o tres cosas buenas. Guión de G. Cain, o sea Guillermo Cabrera Infante.
He dejado para el final de esta carta algo que te confirmará los párrafos iniciales de mi anterior, y que resumiré muy brevemente a la espera de ese día en que vos y yo podamos hablar. Aurora se vuelve a París en estos días, yo me quedo solo en Saignon para trabajar. Volveré a mi vez a París a fines de agosto, pero poco después (hacia octubre o noviembre) Aurora se irá por unos meses a la Argentina, o quizá antes a los USA para ver a su hermana. Un largo proceso de cuatro años busca así, en la amistad y el afecto, sin demasiado herirnos, la solución inevitable. Como de todo esto llegarán muy pronto los rumores, si no han llegado ya, quiero que lo sepas de amigo a amigo. Huelga decirte cuál es mi estado de ánimo. Hay alguien que llena plenamente mi vida, y con quien confío recorrer ese trecho final de una vida ya muy larga; pero eso no anula lo otro, los recuerdos y tanta cosa bella y dulce. Nadie como vos, creo, para entender cada palabra de estas líneas, y evitarme que las prolongue.
Te abraza muy fuerte
Julio
Confirmá lo antes que puedas el recibo del (o de los) paquete(s). Me quedo inquieto como siempre que te envío pruebas y documentos
J.
Saignon, le 29 Juillet 68
Chers Jean, Raquel,
Vous devez être surpris de notre silence. J’irai vous voir un jour, après le 4 Août et nous en parlerons. Qu’il vous suffise de savoir pour l’instant qu’Aurora rentre à Paris ces jours-ci, qu’une longue crise de quatre ans est en train de chercher peut-être de trouver, son issue la plus logique, la plus amicale et la moins déchirante. Je suis au creux, un vide qui essaye de voir plus clair; pour l’instant il me faut –et Aurora aussi– être seul. Je vous repète, ne croyez pas que je vous oublie. Ne venez pas, n’écrivez pas. J’irai vous voir, on en parlera.
Je sais que cette lettre vous fera très mal. Pensez, je vous en prie, à ce qui me coute de l’écrire.
Pardonnez-moi, et à bientôt,454
Julio
Saignon, 8 de agosto de 1968
Querido José Miguel:
Perdóname la demora. El teléfono árabe, que sin duda funciona en Francia como en cualquier otra parte, te habrá hecho saber quizá que paso por malos tiempos, los peores que se pueden pasar cuando una larga construcción en común de muchos años se viene al suelo y hay que empezarlo todo de nuevo, o creer que todo va a empezar de nuevo. No pertenezco al género confidencial, de manera que esto basta y sobra; en todo caso quería explicarte por qué he tardado en leer Mortaja –y ahora en devolverte el ejemplar que me pediste. Ojalá te llegue todavía a tiempo para resolver tu problema editorial.
No creo poder decirte gran cosa que valga sobre tu poesía. Que muchas cosas se me quedan afuera por problemas de vocabulario, es evidente. Quiero decir que tú tienes la vivencia de una enormidad de expresiones, voces, formas, que personalmente me son ajenas y que culturalmente no he alcanzado a incorporar a mi sentimiento del lenguaje; un día, ruborizado, te explicaré hasta qué punto soy alérgico a cosas que deberían ser la raíz misma de mi lengua, y que no sé por qué extraña patología no lo son. En cambio, cada vez que tus poemas nacen directamente de lo que yo puedo compartir como sentimiento o como experiencia (valga como ejemplo el increíblemente bello “Un perfume en Kornplatz”), entonces sí, entonces soy-somos, hay encuentro total. Pero en esta despeinada tentativa de soltarte dos o tres cosas sobre tu libro, lo que realmente habría que decir se me va quedando en el teclado. Por ejemplo, la riqueza: hacía mucho que no encontraba en un libro en español tal variedad de acentos, de búsquedas, y por supuesto de hallazgos. La distancia que va de algunos poemas del comienzo, minuciosamente trabajados y como decididos de antemano (me equivoco al decir “del comienzo”; habría que situarlos a lo largo del libro), a otros donde pareces haber escrito como si no pudieras hacer otra cosa que escribir eso (ahora pienso en “Parada y fonda”), resulta vertiginosa, porque se tiene la impresión de que has franqueado inmensas distancias, que tu libro marca etapas igualmente válidas y necesarias pero tan variadas que se requiere una lenta y reiterada relectura para arribar, quizá, a una síntesis aceptable. Nada de todo esto que te digo te servirá demasiado, y además tú no esperas que esto te sirva; valga como una primera aproximación a ese mundo que nos alcanzas con Mortaja (no me gusta ese título, dicho sea de paso, ustedes los españoles son de una necrofilia incurable) y un deseo entrañable de conocerte mejor, de leerte mejor. Creo que para eso tendremos que conocernos, además, mejor; las circunstancias no lo han permitido demasiado, pero este invierno, si estamos en París, te pediré que me dediques algún rato libre para hablar en mejores condiciones que hasta ahora. Perdóname otra vez esta carta escrita en condiciones nada favorables, con vientos de muerte y de tristeza en torno.
Espero, además, volver a tener tu libro cuando dispongas de este ejemplar o, mucho mejor, cuando esté impreso.
Te abrazo con un gran cariño,
Julio
Saignon, 10 de agosto de 1968
Querida Graciela:
Ésta no será una carta extensa, por diversas razones muy personales que me alejan momentáneamente de todo lo que no sea una gran soledad necesaria y, dentro de ella, mi trabajo que me salva en alguna medida de mí mismo y de mucho de lo que me rodea. Pero tampoco quiero dejar de decirle que recibí su hermoso, muy hermoso libro de poesía, y su carta que, como todas las suyas, me trae siempre un sentimiento de comprensión y de fraternidad. Sé que a su vez estas líneas le llegarán en una nueva etapa de su vida, pues creo leer lo bastante claramente entre líneas para darme cuenta de muchas cosas. Perdonémonos, entonces, los posibles silencios futuros, que yo sé muy bien que no serán ni olvido ni ingratitud; de alguna manera usted y yo estamos siempre cerca, y usted lo sabe.
¿Por qué la voz de sus poemas me conmueve tanto, por qué siempre los he oído, los he sentido tan de cerca, con la piel y el pelo y el ritmo de todo movimiento, más que con esa seca manera de “leer poesía” que distingue a la mayoría de los que leen o escriben sobre ella? Una vez más, sus poemas me llegan desde muy adentro, como algo que naciera en mí mientras los voy leyendo. La forma, el ritmo, claro está, esa manera tan suya de hacer murmurar y cantar y callar cada verso. Incapaz de reflexiones intelectuales sobre su poesía, tengo que apelar a referencias poco menos que (o totalmente) somáticas para transmitirle mi sentimiento. No creo que le disguste, porque ésos son los caminos de la palabra hecha carne; los otros pertenecen a la prosa, a la “comunicación”. Hay dos poetas latinoamericanos que me hacen sentir lo que estoy tratando de decirle: Octavio Paz y usted. Otros a quienes amo –Pizarnik, Juárroz– tocan otros registros en mi sensibilidad; y qué maravilla que eso sea siempre poesía, como un agua que a veces viene desde la nube y otras veces desde el manantial. En estos tiempos yermos para mí, y al mismo tiempo exaltantes por muchas razones, los poemas que hacen alianza conmigo son signos de vida, llamadas de vida; el árbol no está todavía seco, y siente el viento entre sus hojas.
Puedo comprender perfectamente su parecer sobre 62, porque siempre me he jugado con todo lo que tengo, en cada libro nuevo, y conozco los riesgos y los posibles fracasos de la aventura; lo que queda en último término para mí es la aventura misma, es el haber rehusado la repetición (aunque nadie puede evitar las repeticiones y las recurrencias parciales, porque eso es parte del estilo, de las formas personales de expresión). No puedo aceptar demasiado su referencia al “excesivo ingenio” que pueda haber en algunos pasajes de esa novela; tendría que saber cuáles son para tratar de comprender mejor su reparo. Tal vez usted tenga razón, y tal vez no; en todo caso sé que 62 es un libro a contrapelo no sólo para el lector sino sobre todo para mí, puesto que entraña una tentativa de narrar contra la narración misma, es decir tratar de captar conjuntos en vez de seguir linealmente una acción; las fracturas, las dificultades, los imposibles de ese método que algún crítico pedante llamará “estructural” (y que lo es a su manera) pueden haberme obligado a reemplazar algunas imposibilidades con ayuda del ingenio. Cuando lea lo que usted ha escrito comprenderé mejor y le diré qué pienso.
Me quedo en Saignon hasta mediados de septiembre y luego regreso a París. Ojalá vuelva a tener noticias suyas antes de mucho.
Un abrazo de su amigo
Julio
Saignon, 12 de agosto de 1968
Mi querido Paco:
Recibo ahora mismo tu carta. Me inquieta saber que no te ha llegado el paquete donde iban las maquetas de Julio Silva y las pruebas. Quizá ya esté en tus manos, pero de todos modos aquí te doy los detalles técnicos para reclamar (desde este pueblito en las montañas sería inútil, y pienso que es en Buenos Aires donde hay que averiguar qué destino ha podido tener el paquete). El envío se hizo el 27 de julio, fecha de mi carta. Es un paquete certificado,* expedido en calidad de IMPRESOS. El número del certificado es 4661. El franqueo costó 27,10 francos.
(El año pasado las pruebas de La vuelta al día, enviadas en la misma forma de París a Viena, durmieron 20 días en la aduana porque los austríacos no leyeron bien que se trataba de impresos, pese a estar claramente escrito en el paquete. De manera que averiguá en seguida por ese lado. Ya comprenderás lo inquieto que me quedo, sobre todo por las maquetas de Julio, pues las pruebas siempre podría corregirlas otra vez ya que tuve la precaución de anotar los cambios y correcciones en un original que tenía conmigo.)
¿Qué decirte sobre tu proyecto de viaje, sino que esta vez me limito a esperar sin hacerme las ilusiones tan maltratadas en años anteriores? Comprendo de sobra los problemas a que aludís, pero si te es posible venir a París en octubre habrá para nosotros como un encuentro más acá de los encuentros, una especie de zona original que todo nos ha estado anunciando a lo largo de tantos años. Yo estaré seguramente en París en ese entonces, pues empiezo a trabajar en la Conferencia General de la Unesco el día 15 y sigo hasta el 20 de noviembre.
Me alegro de que estés de acuerdo con las correcciones, y también de que me mandarás segundas pruebas. Gracias por el dato sobre la edición portuguesa; siempre es bueno saber que las cosas son correctas.
Sí, también yo pienso que lo de los cronopios lo arreglarás perfectamente en Frankfurt. Allí te encontrarás seguramente con Ugné Karvelis (que es, prefiero decírtelo desde ahora, la persona a quien hacía referencia sin nombrarla en el último párrafo de mi carta). Ugné se encarga en nombre de Gallimard de ese tipo de negocios, y tendrá en sus manos los proyectos combinados de Alechinsky y Silva.
Hablando de Silva, creo que Sudamericana debería liquidarle lo antes que pueda su trabajo para 62. Me dice que 150 dólares le parecerían justos, calculando que allá la divisa es débil y no quiere aplicar la tarifa francesa para esos casos. Y también hablando de dinero, sería bueno que Sudamericana me enviase el contrato para 62 y me adelantase un par de miles de dólares, cosa que hasta ahora no se le habrá seguramente ocurrido al Old Man. Si preferís que yo haga directamente el pedido, me decís a quién tengo que escribir. He pensado que Sudamericana vende lo bastante bien mis libros y puede empezar a hacer conmigo lo que hacen todas las demás editoriales; y en esta época en que me veré frente a problemas económicos inevitables, por las razones que sabés, me interesa recibir por adelantado una suma tranquilizadora.
La idea de Fresán me parece muy buena. Estuve releyendo el cuento y me encontré con que la casa está minuciosamente descrita, cosa que yo había olvidado; el plano, claro está (el que me mandaste) ha sido dibujado a base de mi descripción, y es bastante demencial, cosa que no sorprenderá a nadie puesto que la casa y el cuento fueron soñados. Ya ves que no puedo proporcionarte datos catastrales auténticos; por otra parte, dado que en el cuento se detalla la casa, no veo otra solución que utilizar un plano imaginario, sobre todo porque la idea de Fresán, si entiendo bien, consiste en asimilar el texto visual a la presencia y los movimientos de los personajes en el relato (expulsión progresiva, etc.).455
Frente a esta situación veo dos posibilidades: o hacer un pastiche de un plano que dé la impresión de que la casa existió, o dibujar un plano imaginario, un poco fantasmal o de pesadilla; pienso que esto último no es fácil, y además mi descripción es lo bastante nítida como para hacer pensar más en una casa real que imaginaria. Si puedo ayudar en otra cosa, avisame, pero te repito que la idea de esa plaqueta me gusta mucho y, además, me agradaría recibir algún esbozo o maqueta cuando ya tome cuerpo, para verla más de cerca.
RE RIPSTEIN: También de acuerdo en principio, pero qué te parece si, a la luz de The Jam, pido bastante más de cinco mil dólares. Todo dependería de los productores que tenga Ripstein, pero no estoy dispuesto ya a cosas como las que hice en tiempos de Antín y compañía. Nueve mil dólares me parecería justo; si vos creés que debo pararme en siete mil, de acuerdo y podés obrar en consecuencia (pues me parece entender que estás esperando mi opinión para avisarle a Ripstein). En todo caso, Paco, cuando uno sabe lo que cobran las actrices y los directores profesionales, no es posible seguir con complejos de tercer mundo en materia de derechos cinematográficos. ¿Vos sabías que Ponti sacó 25 millones de dólares con Blow-Up, por el que me pagó cuatro mil? En materia de productores me he vuelto implacable, porque estoy además harto de la Unesco y otros prostíbulos internacionales y quiero envejecer entre mis cosas, trabajando en lo mío.
García Márquez me escribió, y quizá podamos vernos en París si yo vuelvo antes del 15 de septiembre, cosa que dudo. Una vez más nos desencontraremos, pero yo iré un día a verlo a Barcelona, a lo mejor con vos, lo cual sería una idea digna de que la medites a partir de este mismo momento. ¿Por qué no vamos en (Mirá lo que es el entusiasmo: te iba a proponer cruzar Francia juntos en mi auto y llegarnos a España; entonces, a la quinta palabra, frené al acordarme que en esas fechas estaría en la Unesco y sólo tendría los domingos libres...)
Bueno, Paco, ya termino. Mucho tendremos que hablar vos y yo si venís, y por eso es mejor que no me refiera ahora a los párrafos de tu carta en la que me aclarás algo que yo no comprendía bien. Ojalá puedas arreglar tus asuntos y largarte; verás, será tan estupendo encontrarnos aunque sólo sea unos pocos días.
Un abrazo muy fuerte de tu
Julio
Saignon, 14 de agosto de 1968
Mi querido Paco:
Dos líneas por lo siguiente: Oscar Del Barco, el del famoso disco de marras, me escribe que tiene a mi disposición la suma de 100.000 pesos en documentos (sic). Agrega: “Pienso que dichos documentos, de la distribuidora DER, muy conocida y muy seria en cuanto a los pagos, podrían ser depositados a su orden, o que la editorial Sudamericana podría cambiarlos. Todo esto para que usted pueda recibir el dinero antes de la fecha de los documentos, que son aproximadamente para noviembre de este año”.
Como yo esto de los documentos, los vencimientos, y el depósito a mi orden no lo entiendo en absoluto, recojo al vuelo la segunda sugestión (Sudamericana) y la pongo en tu conocimiento. Le he escrito a Del Barco que te mande dos líneas en ese sentido, y por lo tanto quiero prevenirte. ¿Vos creés que podés ayudarme a liquidar este triste asunto? Si es posible, gracias; en caso contrario, quizá puedas decirle a Del Barco lo que tiene que hacer, porque yo realmente nunca he sabido qué es “un documento” y esas cosas.
Gracias, y ojalá que estas líneas te encuentren ya con un pasaporte en el bolsillo.
Un abrazo así de
Julio
Miércoles 28
Cher patron:
Hoy recibí tu carta, y una de Ugné en la que me dice que te vio. De modo que noticias por partida doble. Comprendo que te volvieras en seguida a París: lástima que no se te ocurrió regresar a Saignon... Pero no importa, tu séjour aquí fue para mí todo lo que no podría decirte con palabras. Eso que queda como un calor contra el pecho, entre los ojos que ahora miran la nada. Esta casa está vacía y fría (llueve, carajo). Pero le meto duro al libro. Ah, novedad: lo de “Almanaque” salta. No me gusta. Se va a llamar Último round, que juega con round de box, o sea vuelta (última vuelta de la pelea –última vuelta al día, ¿ves?).
Le mandé el texto Reinhoud a Laure, apenas lo devuelva lo remito a su dueño.
Qué alegría me das al confirmar que Paco recibió los documentos, porque además iban ahí las pruebas. Yo no tuve ninguna noticia de él, pero ahora no importa.
Van las fotos. Marqué con rojo las que pueden dar algo en ampliación, pero hay una serie completa de Silva en acción que merecería ser ampliada y vista sucesivamente.
Mandá noticias cuando puedas. Si ves en librería el gran libro sobre Ernst, decíselo a Ugné, porque me prometió conseguírmelo con el % % %. Yo no me acuerdo ni el autor ni el editor.
No hablemos de la cocina, hermano. Lo que fue eso apenas te las picaste. Los bárbaros, como quizá no te imaginás, lloraban por tu ausencia culinaria y amistosa. Yo me até un pañuelo bien apretado en la garganta y tragué lo que Joan456 preparaba. Ahora vivo de recuerdos y de salchichas, pero siempre es mejor que lo de ella.
Abrazos a Virginia y a mis caracolitos. Decile a Pierre que me encantó su telegrama.
Un abrazo de
Julio
Lunes 2 de septiembre/68
Bon jour Patron,
Por carta de Aurora supe que te la llevaste de farra a un restaurant chino, y que lo pasó muy bien. Aquí por desgracia no hay restaurantes chinos, como podrás comprobar por la composición que te envío adjunta y que es sumamente autobiográfica; todas las noches tengo sueños como ése, y el hecho de que un grabador del siglo pasado sea el responsable de la obra no quita que yo la considere como mía y me dé el derecho de bordar mis iniciales en el piyama del personaje dormido.
Patron, la cosa del terreno anda bien.457 Misette458 y yo hicimos una ofensiva doble y sigilosa, cada uno por su lado y sin dar demasiado la cara. Resultado: la Denise s’est amené ce matin chez moi,459 y después de llorarme miseria durante media hora, pasó a decirme que aunque le parece injusto, estaría pronta a partager la diference460 entre 1,5 y 1,25 millón. Yo le contesté que vos no podrías llegar, si llegabas, más que a 1,2. Y que además estaban los gastos de notario. Tuve la neta impresión de que si le ofrecés 1,2 te agarra viaje sobre el pucho, porque cuando le dije que los cincuenta mil restantes se podían aplicar a los gastos del notario, no protestó. Es decir que si vos te animás a firmar trato por un millón doscientos, se declarará mucho menos ante el notario y tendrás poco gasto de notaría. La Denise me propuso que te dijera que si le pagabas un millón, el resto lo podías arreglar después, pero eso era partiendo de la base de que largaras el precio que ella pedía; le contesté que vos, como yo, no te gustaba dejar deudas flotantes, y que lo mejor era un buen precio “plata en mano y culo en tierra”. Pero esa puerta sigue abierta, de modo que si por cualquier cosa vos prefirieras pagar parte ahora y parte después, pienso que también agarraría viaje. De todos modos, la vieja está dispuesta a cerrar trato porque es evidente que sos el único cliente serio que le queda. En resumen, avisame qué pensás. Yo te repito que puedo disponer de mil dólares para vos, lo que te haría medio millón; si con eso y otros rejuntes podés cerrar el trato, nada me hará más feliz que saber que mi Patron va a ser mi vecino; yo creo que es una gran cosa para los dos (modestia aparte). Tácticamente tu próximo movimiento debe ser escribirle a la vieja (poner en el sobre, Monsieur Amourdedieu Laurent, Saignon, 84 Vaucluse): proponele redondamente y de la manera más clara posible tus condiciones, y ella vendrá rajando a verme y yo le tomaré el pulso. Y si necesitás mi plata, avisame en seguida porque tengo que sacarla de mi banco de Viena y eso lleva algún tiempo.
Recibí la plaqueta de Daily Bul;461 Aurora me mandó un ejemplar del paquete que me dice me enviaron. Está muy bonita, y el único olvido es el nombre de Laure como traductora. Quizá me olvidé yo de pedir que lo pusieran, pero tengo un recuerdo bastante preciso de haberlo dicho a vos o a Pierre. Me gustó mucho el librito, es liviano y se pasea por la mesa como un insecto petulante.
Me quedo aquí hasta el 15, creo, de modo que tenelo en cuenta rapport à l’affaire du terrain.462 Aurora vendrá el 9, y poco a poco nos ocuparemos de cerrar la casa. Por supuesto si después de esa fecha vos tuvieras que venir a Saignon (digo después del 15) siempre te podés instalar aquí (y también antes, pero del 9 al 15 sería mejor que A. y yo estuviéramos solos aquí) pues yo te daría la llave en París, así no gastás en hotel.
Ugné estuvo 24 horas, de paso para St. Tropez. Me dijo que te había visto en París, y que como de costumbre tu visita la había llenado de alegría. Andá a entender a las mujeres.
Espero noticias. Si preferís telefonearme, hacé un appel a la cabina de Saignon por la mañana, citándome para la tarde, y yo te llamo a tu casa.
Un abrazo para Virginia y mis caracolitos. A’r’voir, voisin!
Cortázar Julio, agriculteur à Saignon
Miércoles
Cher Patron,
Muy contento con tu envío, creo que sacaremos cosas excelentes. Vamos primero a Napoleón:463
Te marqué 7 detalles como me pedís. Creo que la firma de N. debe ser dividida en dos partes, que pueden darse salteadas, pero también conviene que vaya entera; por eso te agregué “1 con la firma completa”. Aparte de la firma, elegí un pasaje muy interesante como escritura, y otros cuatro que contienen la célebre frase del testamento sobre el lugar donde N. quiere que lo entierren. Pienso que con eso te arreglarás bien.
MUÑECA ROTA: Nos salió bien, ¿eh? De las dos soluciones que proponés, me interesa mucho más la de la secuencia de la mayor cantidad posible de fotos pequeñas. Te marqué unas cuantas que no me gustan, y son casi siempre aquellas donde se ve tu brazo; creo que la intervención “humana” no agrega nada, al contrario, y te pido que las elimines. En cuanto al orden de la secuencia, lo haremos juntos aquí, pues pienso que se le puede dar un ritmo muy bueno, pero no quiero recortar ahora las fotos y desorganizarte el trabajo. Vos traé todo y esa parte la hacemos juntos.
OBISPO: Las fotos con flash fallaron (yo me había olvidado del procedimiento justo) pero las dos que necesitás son las que te marqué en el reverso, y son muy buenas. Hay que eliminar la plataforma circular de abajo al hacer las ampliaciones.
YAPA: De las fotos en mi taller, te ruego me hagas (por cuenta mía, se entiende) una ampliación lo más grande posible de la foto que me sacaste, que me gusta mucho, y de la que más te guste de las tuyas; quedará como un recuerdo de nuestra labor en común. Hacé también para vos si querés, igualmente por mi cuenta. Gracias.
Armstrong, que se vaya al carajo. En cuanto a la foto de la familia real, tratá de conseguir una en que aparezca la reina madre, la reina Isabel, la princesa Margaret, y los príncipes pequeños. No importa que sea una foto aburrida, siempre que se los vea a todos; el aburrimiento lo cortaremos con una leyenda inspirada en el vocabulario de nuestro piantado, donde la reina madre es calificada de “madrecita”, y los príncipes de “infantitos”. Le ponemos una leyenda así, y la gente se meará de risa, podés estar seguro.
Jueves 5 de septiembre
Bon jour, Patron,
En el fondo no hubo malentendido; yo creí entender una cosa y vos habías escrito otra, pero entre tanto recibí carta de Paco diciéndome que los documentos y las pruebas estaban en su poder,* así que ya ves, los dioses nos dictaban las frases y las interpretaciones justas. Aleluya, carajo.
Paco no viene a la Feria de Francfort, pero en cambio viene en diciembre; está bien, podremos verlo largo y tendido porque yo habré terminado con la Unesco e incluso me largaré a mostrarle Francia en auto, ya que él tendrá que ir a España y será una ocasión para estar unos días mano a mano y hablar de tantas cosas; y en París, vos y yo podremos arreglar con Paco un montón de cuestiones sobre lo presente y lo futuro; de modo que todo va bien por ese lado.
Lo que no entiendo es por qué Paco no te escribe directamente a vos. En todo caso, aquí va el párrafo que te concierne: “El tipo de letra hilo que eligió Silva para tu nombre en la tapa y el de Sudamericana será invisible en la vidriera de una librería, de modo que sin aumentar el cuerpo lo cambiaremos por algo más sólido, nada excesivo por supuesto”. ¿Qué opinás? Si no te gusta, o querés pruebas, mandale dos líneas o avisame para que yo lo haga. Paco me da la razón con respecto a los blancos entre las distintas partes de la novela, y me dice que dejarán seis líneas de separación entre fragmento y fragmento. Agrega que el resultado se verá en las pruebas, que me mandarán a París apenas la imprenta las entregue.
Patrón, me alegré de que te gustaran algunas de las fotos; hacelas ampliar así las veo cuando llegue el 15 a París.
Le mandé un telegrama a Pierre después de recibir la plaqueta cronopiesca.
Formidable el retrato de la escultura de Muller.464 Es exactamente lo que cabía imaginar después de una experiencia de ese tipo. Escribí el episodio de la muchacha y la bicicleta en Grignan, e irá en el libro. Podríamos quizá ilustrarlo con esa obra, si te parece bien. Me alegra que te guste Último round, y desde luego aclararé el sentido de eso en la introducción o en la página de título. Creo que este cambio te da (nos da) una gran libertad para inventar la maqueta y las ilustraciones.
Supongo que estas líneas se cruzarán con tus instrucciones rapport le terrain.465 Las espero, y actuaré en consecuencia. Ugné llegó por sorpresa anteanoche y se quedó veinticuatro horas; me hizo tanto bien después de largos días de soledad en que no todo andaba como yo hubiera querido del lado izquierdo de las cosas y la realidad. Los Tarnaud compraron La Baraque. Tant pis.466 De todos modos algo saldrá de ahí y habrá otro copain en las inmediaciones. Los Tomasello me conmovieron, estaban tan contentos ante la idea de que compres el terreno y te instales poco a poco aquí. Yo creo que entre todos podremos ayudarte a que esto sea pronto una realidad padre. Avisame pronto, no te duermas, hermano.
Aurora llega en principio el 9 de Italia, y si todo anda como lo proyectado, el 15 estaremos en París.
Un abrazo para todos ustedes,
Julio
Quise seguir dibujando pero no sale nada y me deprimo. En cambio el truco de las gotas de tinta y los sacudones a la página me dan sorpresas agradables. ¡¡No pongas esa cara!!
Saignon, 6 de septiembre de 1968
Querido Paco:
Mi suspiro de alivio al saber que habías encontrado el paquete con pruebas y documentos estuvo a punto de echar abajo los dos álamos que hay delante de mi rancho. Veo que acerté, y que el paquete estaba en la aduana; el correo es una extraña institución a veces.
Está bien, yo también creo que si venís en diciembre va a ser mejor porque estaré libre y podremos irnos por ahí en el auto, incluso hasta Barcelona. Mi panorama general en diciembre es la libertad total; creo que este año no iré a Cuba, aunque desde allá me echan cabos a cada rato, y en todo caso eso no ocurriría hasta empezado enero. Lástima que nos vamos a morir de frío, y desde ya te aconsejo especiales precauciones vestimentarias; pero me gusta pensar que vendrías con el otro Paco, a quien también yo le tengo mucha estima y simpatía. En resumen, que si te decidís a venir en diciembre, tené la seguridad de que yo podré estar libre y que nada se opondrá a nuestros periplos, etapas en los cafés y otras eutrapelias, sin contar que habrá magníficas exposiciones y piezas de teatro.
Tomo nota del cambio en el tipo de letra de la tapa, y le aviso a Silva; veremos qué tal queda todo eso en las pruebas y me alegro de que hayas podido arreglar lo de los espacios en el texto.
También tomo nota de lo que me decís sobre el proyecto de Ripstein. Desde luego si la cosa cuajara y Urondo hiciera el guión, sería formidable.
Última toma de nota: lo de Del Barco. Ya me dirás que pasó, ese asunto para mí es más rarefacto que las Enneadas.
Ya te habrás dado cuenta de que esto no es una carta, pero el 15 vuelvo a París y tengo que liquidar cien cosas. Junto con las pruebas corregidas, te escribiré algo menos infecto y perfunctorio. La idea de que podrías estar en París dentro de dos meses me paraliza y me exalta al mismo tiempo; de golpe las cartas parecen mucho menos necesarias.
Hasta siempre, con un abrazo muy fuerte,
Julio
Falbo me pide el prólogo a Poe (Ed. Puerto Rico, Revista de Occidente). Le contesto que no.
Saignon, 6 de septiembre de 1968
Querido Guillermo:
La naturaleza imita al arte, ya ves; este embotellamiento llevará más tiempo en el pre-set, set y after-set que el fabricado por mi imaginación, pese a que ésta es universalmente reconocida como A-1. No te oculto que después de algunas de las cosas que me explicaste en París, la eliminación de Joe Massot tiende más a tranquilizarme que a inquietarme. Si hay algo en cambio que me aflige, es que Barry y vos hayan pasado tan cerca de Buñuel y que por una cuestión casi marginal (aunque no para Barry, hélas) el viejo no haya entrado en juego. Desde aquella lejana vez en que Buñuel quiso filmar “Las ménades”, un cuentecito mío, y la cosa falló por líos en España, me he quedado con la nostalgia de un film en que los dos hubiéramos colaborado en la tarea de desmoralizar al respetable. En fin, paciencia. Desde luego los nombres que citás como eventuales directores (Harvey y sobre todo Polanski) son de primo cartello. Mucho menos me gusta la idea de Sam Spiegel (y el Hollywood establishment) como productor, porque ahí es donde te van a hacer polvo tu nuevo guión (vos lo temés, se nota en tu carta, y a mí se me entrechocan los dientes); pero tengo la impresión de que este misil se nos ha ido de los controles y no hay telecomandos que funcionen. Por cierto que mucho me gustaría conocer tu nuevo guión, pero quién sabe si han hecho copias tan pitucas y bacanas como la del anterior.
Siento mucho por vos y por mí el retraso, que se traducirá en perjuicio económico, pero es evidente que en cambio y con un poco de suerte, las cosas podrían marchar bien por el lado de la realización. ¿Vos estarás físicamente cerca del set si la película se hace en USA o en España? Me sospecho que no, y es lo que más me inquieta. Qué podrida cosa es el cine, when all is said and done;467 por algo me resisto a participar en cualquier adaptación de cuentos míos, y prefiero vender y rajar en el mismo acto, como hice con Antonioni. En estos tiempos puede haber mucho malo que decir del socialismo tal como lo practican sus equipos dirigentes, pero nada puede compararse a la diabólica degradación que practica el capitalismo entre sus siervos. Pensar que si en The Jam made in Hollywood vemos aparecer un pastor protestante dirigiéndose a los protagonistas desde el techo de un auto, o una vampiresa que a último minuto se sacrifica por la nena de un fogonero negro, no podremos hacer otra cosa que vomitar en la platea... En fin, seamos hoptimistos (que equivale probablemente a hingenuos).
Si Barry venía a París “los primeros días de septiembre” (sic) quiere decir que no me verá, porque yo no llego hasta el 15. Pero sigo esperando encontrarme con vos durante el invierno fogueado de Londres, para que me muestres el altar donde bautizaron a Newman y otros highlights por el estilo. Un abrazo para Miriam, y hasta the next jam...
From one stuck car to another,468
Julio
Saignon, 7 de septiembre de 1968
Queridos Claribel y Bud:
Supongo que ustedes pensaban pasar por Saignon y seguir luego viaje a París. Si es así, me siento un poco menos triste al decirles que nosotros nos vamos de Saignon el 13 por la tarde, para estar el 15 en París. Lamentablemente no puedo demorar ni un solo día mi llegada, pues me esperan problemas y tareas concretas a partir del 16 por la mañana; ya ven que, una vez más, nos toca desencontrarnos, pero confío de todos modos en que casi en seguida podremos vernos en París.
Aurora está en Italia, con los Calvino, después de un mes que vivió en París trabajando en la Unesco. Yo hice vida de relativa soledad en Saignon, porque tuve a los Blackburn, a Julio Silva y a otros que fueron pasando por aquí; pero de todos modos estuve muy solo, y esa soledad presente y acaso futura será una de las cosas de las que hablaremos en París. Y también de Cuba, y del mundo en general.
Siento de veras que no sea posible encontrarnos aunque sólo fuera unas horas en el ranchito, pero no tengo otra alternativa. Hasta París, entonces, con un abrazo muy fuerte de
Julio
Saignon, 14 de septiembre de 1968
Queridas chicas:
Qué buenas noticias las de su carta, a pesar de “esa señora” y sus maquinaciones (suponiendo que la hipótesis sea correcta). En estos días he recibido ya varias cartas de amigos en que me hablan con entusiasmo del álbum; parece ser que las fotos han quedado admirables (no se olviden que yo sólo conocí las copias de trabajo que ustedes me dejaron, y aunque también vi otro juego que me mostraron en París, no creo que fuese lo mismo pues el montaje final del álbum debe haberles dado toda su belleza). Me alegro de haber estado junto a ustedes en esta aventura, me alegro de que el álbum tenga éxito; ustedes lo merecen de sobra.
Mañana vuelvo a París, después de tres meses en el ranchito provenzal. Se me ocurre que allá encontraré un ejemplar del álbum, y si no es así, supongo que ya estará viajando. Pero sobre todo me da una gran alegría saber que las veré en París dentro de poco. El 18 de octubre yo estaré allí, puesto que el 15 empiezo a trabajar por un mes en la Unesco; si ustedes me quieren hacer más fotos, como dicen, a lo mejor tienen que ir a buscarme de nuevo al jardín japonés unesquista… La idea del nuevo libro es excelente; nos iremos los tres juntos por ahí en el auto, para charlar y sacar fotos y beber vino en algún pueblecito asoleado. Avísenme cuando lleguen y tengan tiempo.
Gracias por preguntarme si necesito algo de Buenos Aires. La verdad es que si no pesa demasiado, me encantaría que me consiguieran algún disco de Falú y de Atahualpa; pero esto es un encargo, no un regalo, de modo que si pueden traerme algunos, como sé que cuestan mucha plata, arreglaremos cuentas en París. Como puro regalo las cuento a ustedes mismas, al placer de verlas y de charlar.
Hasta pronto, con un gran abrazo,
Julio
Me interesan, claro, las críticas del libro que valgan la pena, sean en pro o en contra.
Saignon, Vaucluse, 14 de septiembre de 1968
Amigo Antonio Pérez-Prado:
Muchas gracias por la carta y por el libro. Ya mi madre me había escrito después de la alegría que le diste al telefonearle; doña Herminia se quedó encantada con vos y con tus noticias, porque la pobre debía estar bastante julepeada en esas semanas de alboroto.
Bueno, si algo lamento es que no hayamos podido encontrarnos y conocernos mejor en París, pero siempre pienso que un argentino que se da una vuelta por Francia queda contaminado para siempre, y que en cualquier momento inventará los pretextos necesarios para constituirse otra vez en estos pagos donde, por supuesto, te esperaré con todo gusto para charlar y tomar vinitos diversos.
El vino lleva a pensar en la sangre, y es el momento de agradecerte el envío de tu libro.469 Por fin voy a aprender alguna cosa sobre ese líquido inquietante. Ya te diré alguna vez lo que haya podido sacar en limpio, pero no te hagas ilusiones porque mi manera de entender la ciencia es casi aberrante; lo más probable es que algún pasaje de tu estudio me dé ideas para algún cuento fantástico, o algo así. En materia de transfusiones, las posibilidades son infinitas...
Bueno, gracias otra vez por todo, y también yo quedo a tus órdenes por si necesitás algo de Francia. Hasta otro encuentro, con un abrazo de tu amigo
Julio Cortázar
París, 22 de septiembre de 1968
Querido Guillermo:
He tardado en contestarte porque mi vuelta de Saignon a París estuvo llena de complicaciones, pero ahora todo anda más tranquilo y puedo decirte algunas cosas que me interesa que sepas. Me refiero concretamente a tu “tratamiento” de mi cuento, en su segunda y definitiva (por lo menos para mí) versión. De entrada quiero que sepas que el título elegido me parece muy bien; es obviamente la síntesis del problema, y además tiene una resonancia psíquica indudable en un público que padece día a día los peores embotellamientos. Cada vez estoy más convencido de que este tipo de vivencias (embotellamientos, asaltos de la publicidad, estridencias de la música popular) son los signos que los historiadores del futuro (si hay un futuro) tendrán en cuenta para descifrarnos, para ponernos en el pedazo de historia que en definitiva nos haya tocado.
Mira, a mí me parece que tu adaptación, tu tratamiento de mi cuento, es de una fidelidad y al mismo tiempo de una libertad imaginativa formidables. Tú has visto en seguida cuáles eran los valores centrales que había que respetar y salvar: el clima fantástico, es decir el estiramiento “antinatural” del tiempo, y esa limitación forzada dentro de un espacio igualmente “antinatural”, con gentes que por razones poco claras no pueden alejarse de sus autos en busca de socorro. Te has dado cuenta de que, en el fondo, eso no es antinatural si se lo mira simbólicamente, porque es un hecho que mucha gente hará las cosas más increíbles con tal de no abandonar su auto en un embotellamiento. Pero lo que aquí importa, es decir el clima irreal que poco a poco invade la situación, concentrando a la vez la realidad más intensa en una serie de episodios de vida, muerte, amor, etc., tú has conseguido recrearlo plenamente en la adaptación, al punto que me parece increíblemente fiel e inteligente como trabajo de adaptación al cine.
Yo me hubiera negado, te lo digo con toda franqueza, a cualquier adaptación al estilo de Blow-Up, porque si bien Antonioni es un gran maestro y yo sabía de antemano que él sólo iba a aprovechar la idea central de mi cuento, ese tipo de libertades es muy arriesgado si no se conoce al director de la película y si el adaptador deja abiertas todas las posibilidades a la improvisación de última hora. Lo que me satisface y me tranquiliza leyendo el libro de The Jam es ver que se trata de cine, al mismo tiempo que los valores de mi cuento siguen ahí con toda su fuerza. No sé cómo has hecho, de dónde has sacado tanta técnica sutil para incorporar diálogos, situaciones nuevas, etc., sin modificar en absoluto lo esencial de mi relato; la cuestión es que lo has hecho, y no solamente estoy muy contento sino profundamente admirado por tu trabajo.
Todo está ahora en que el director sea capaz de entender a fondo tu libro y llevarlo a las imágenes; I cross my fingers and hope for good.470
Escríbeme cuando tengas un rato, me quedo en París hasta fines de año por lo menos. Mis afectos para Miriam y las niñas, y un abrazo para ti de tu cronopio amigo,
Julio
París, 23 de septiembre de 1968
Querido Paco:
Recibí las pruebas de 62 y las devuelvo por paquete certificado. Están muy bien, y prácticamente no he tenido que tocar nada. Queda en pie una cosa que no entiendo: en las páginas 99, 188 y 243 se pide ganar una línea, pero realmente no me doy cuenta de la razón porque todo parece haber quedado perfectamente armado en esas partes. En otras es claro, y traté de ayudar suprimiendo algunas palabras, pero en esos tres casos dejo el asunto librado a tu criterio, primero porque pienso que quizá no sea necesario ganar esas líneas, y luego porque no encontré manera de hacerlo si fuera necesario. Me sigue irritando profundamente esa obligación del escritor a ajustarse a moldes exteriores a la obra misma, pero en fin, vos verás.
Llegué a París el lunes pasado, y desde hace dos días vivo en un departamento alquilado, a pocas cuadras de mi casa donde está Aurora sola. Ya comprenderás mi estado de ánimo y lo poco capaz que me siento de escribirte hoy, como no sea por obligaciones editoriales. Pero quiero decirte que conocí a Gabriel, que se quedó dos días más en París para encontrarse conmigo, y que tanto él como Mercedes me parecieron maravillosos; la amistad nace como una fuente cuando la vida te pone frente a seres así. De vos hablamos tanto que te habrán quizá zumbado los oídos; juramos que si no venís en diciembre habrá venganzas estelares y conspiraciones colombiano-argentinas que te harán temblar. A Gabriel la idea de que nos vayamos vos y yo a Barcelona a estar con él o cerca de él unos cuantos días le pareció estupenda, porque sólo nos vimos dos veces y ya comprenderás que es poco. De modo que quedás advertido y espero que en tu próxima carta haya buenas noticias en materia de desplazamientos europeos.
Mi idea de darle a Orfila un cuadernillo para que hiciera una segunda parte de La vuelta al día (aprovechando los textos que escribí este verano a fin de sustituir algunos que no se prestan a la traducción, cuando llegue el momento de las ediciones extranjeras de La vuelta al día) se ha ido modificando a medida que yo trabajaba, porque sucedió que a fuerza de escribir lo que me pasaba por la cabeza, nacieron una serie de textos que tampoco servirían para las ediciones francesa o inglesa de La vuelta al día, de modo que al fin de cuentas habrá otro libro completo, que haré con Silva aunque dentro de un espíritu muy diferente del otro, y que Siglo XXI publicará probablemente a mediados o a fines del 69. Te cuento esto para tenerte al tanto de cómo se ha llegado a esta nueva edición mexicana, en la que yo no había pensado nunca puesto que mis obligaciones con Orfila terminaban con La vuelta al día; pero ahora es evidente que en todos los terrenos es mucho más interesante para él (y para mí en el plano económico) darle un libro entero en vez de un “suplemento” al ya publicado.
¿Por qué no me ha llegado todavía el álbum de las chicas? ¿Se habrá perdido el ejemplar que me enviaron, o todavía no me llegó el turno? Paco, tengo tantas ganas de estar con vos, de hablar con vos; esta carta me sale mal, estoy viviendo de perfil o de espaldas a mí mismo, roto el pasado y con un presente precario y problemático. Perdoname, entonces, los garabatos; de todos modos ahí van las pruebas de la novela.
Un gran abrazo,
Julio
París, 25 de septiembre de 1968
Mi querido Paco:
Ya lo dijo Pirandello: la virtud se paga. Para no retrasar tus planes corregí inmediatamente las pruebas y te las envié por avión. Esta tarde Aurora me telefoneó para decirme que había una carta tuya, y naturalmente en esa carta está la explicación de mis perplejidades con respecto a esas líneas que había que ganar, etc.
Bueno, ya no tiene sentido que me mandes otra vez las pruebas. En esos casos concretos que me citás, hacé lo que a vos te parezca mejor. Hacelo sin miedo, y no te sientas responsable, porque no es posible seguir demorando el asunto. De todos modos, si preferís mandarme por avión solamente esas páginas, entonces yo me ocuparía de ganar las líneas en cuestión, pues aunque en mi carta te decía que no encontraba la manera, la verdad es que tenía la impresión de que no era necesario ganarlas (cosa que tu carta desmiente) y frente a la necesidad absoluta, ya encontraría yo la forma de suprimir alguna frase para ganar las líneas. Ergo, tenés la doble posibilidad: hacé como te parezca mejor.
Hay una sola cosa que lamento, y es el trabajo que te has tomado para explicarme tan en detalle y pacientemente los problemas, todo para que tu carta haya llegado después de las pruebas. Este mundo está mal hecho, como ya sospechó San Ignacio de Loyola.
Gracias por defender a tus autores de las ideas del Old Man y adláteres sobre la excesiva intervención en sus trajes de medida. Ojalá fueran de medida porque en realidad son de pura confección, y uno tiene que encajar las paletas y las rodillas donde puede. En mis planes revolucionarios, que se perfeccionan de día en día, figura un gran motín de novelistas latinoamericanos contra los editores, y una de nuestras reivindicaciones será ésa. La otra será exigir más plata. Otra será la ventilación de los márgenes y la generosidad en los caracteres; la verdad que los de 62, como los de Rayuela, son de una mezquindad extrema, claro que en gran parte por culpa de la caja pequeñita (y eso es cosa de Silva, supongo). Hablando de Silva, anda tristón porque no le mandaste pruebas de tapa, el hombre tiene ganas de ver cómo queda su trabajo y tiene bastante razón. Además, como es muy pobre, te pido que movilices las fuerzas vivas de la Generalidad para que le paguen pronto lo que le deben. Y de paso a mí el estímulo prometido en lo referente a los 900 francos que pagué por las copias en limpio del libro. (Anécdota catalana al caso: don Eugenio Xammar, traductor de El Doctor Faustus, editado antes de la era Porruana por Sudamericana, me contó en Viena que como el Old Man no le quería pagar el franqueo de la traducción, la hizo en papel cebolla y a un solo espacio, directamente a máquina. Avaro contra avaro, creo que don Eugenio le mató el punto de lejos a don Antonio. ¿No te parece una historia gloriosa?)
Vos me decís que no estás muy contento con los resultados tipográficos. Yo tampoco, pero tu idea de hacer volar cabezas (oh Robespierre argentino) fue muy buena, el libro respira mejor, aunque Dios sabe cómo se puede respirar mejor sin cabeza.
Che, tus reflexiones sobre el invierno europeo me parecen una primera echada para atrás de tu viaje. Lo comprendo, pero te repito que Gabo y yo te vamos a armar unas descargas de magia negra transatlántica que te vas a arrepentir. Aquí hace frío, es cierto, pero no sabés los pulóvers que yo te puedo prestar y la buena calefacción que tiene mi autito. En fin, esto es broma; sé muy bien que si no venís será por razones serias. Me alegré mucho de lo que me decís de Sara, y en cuanto a la dirección de la fábrica de bulones es tan increíblemente divertida leído así, que Sara se hubiera indignado profundamente al verme llegar a ese párrafo y escupir a dos metros el trago de mate que tenía en la boca.
Gracias por la cuestión Del Barco. Lo de Poe sigue entre nosotros, lo hablaremos cuando quieras; Falbo puede mandarse a guardar.
Hasta la tuya, pronto, muy pronto, espero. Un abrazo
Julio
Doña Herminia quisiera el álbum. ¿Es posible? Yo no lo recibí todavía. ¿Podés ordenar que me manden 5 Bestiarios? Gracias.
París, 28 de septiembre de 1968
Querido José Ángel:
No te olvides que me fui de Buenos Aires hace diecisiete años. Vaya a saber dónde andan las nieves (o en todo caso las humedades) de antaño. Me alegra que te dés una vuelta por mis pagos, porque pienso que encontrarás poetas jóvenes con los que el diálogo será no solamente posible sino estimulante. No puedo orientarte demasiado en ese sentido, porque de esos muchachos conozco solamente algunos libros, y no sé dónde viven ni qué hacen. Pero puedo, de todas maneras, señalarte a Alejandra Pizarnik, que hasta hace un par de años vivía en la calle Montes de Oca 675, Apto. 5, D. Si puedes conocer a Roberto Juárroz, hablarás con uno de mis poetas preferidos. Vive en Mitre 1289, Adrogué, F.C.N.G.R. (a 25 minutos de la capital). De la gente de mi tiempo, está por supuesto Olga Orozco, que vive en Ayacucho 1007, Apto. 4, C. Pero ten en cuenta que todas estas direcciones pueden haber cambiado, pues corresponden a cartas cambiadas hace tres o cuatro años.
Ya me contarás de aquello cuando nos veamos, quizá en Ginebra este invierno. Mis afectos a los tuyos y un abrazo fuerte de
Julio
París, 28 de septiembre de 1968
Querido Omar:
Bad news.471 No tengo ningún cuento inédito, y además (esto en terreno personal) aunque lo tuviera, no lo cedería a ninguna revista por cien dólares. Francia está demasiado cara para esas generosidades que ya nada tienen que ver con la tirada de mis libros y lo que ganan los editores de revistas. Te digo esto porque recuerdo sólo vagamente nuestra conversación telefónica, y aunque es posible que te haya hablado de cien dólares en ese momento, me situaba fuera de la realidad concreta; ha pasado algún tiempo, y esa realidad golpea a mi puerta con golpes dignos del cuervo de Poe.
Pero queda además en pie el hecho de que no tengo cuentos inéditos. Trabajo en un par de ellos, que estarán en condiciones aceptables dentro de un par de semanas. Si crees que tus clientes pueden pagar lo que corresponde, avísame; pero en todo caso deberá ser mucho más de los cien dólares ingenuamente pedidos por teléfono.
Gracias por el buen recuerdo, y hasta siempre, con un abrazo,
Julio Cortázar
Martes
Querido Arnaldo:
Saúl viene mañana miércoles a casa (Général Beuret), a las 1930, para ayudarme a mudar los tocadiscos. ¿Podrías sumarte a la expedición? Yo no puedo todavía acarrear pesos, y Saúl solo se vería en dificultades. Si podés, iremos los tres a mi departamento y una vez terminada la cosa podríamos casser la croûte472 y charlar.
Ojalá puedas, un abrazo
a Monique y a vos de
Julio
En la Unesco (566-5757)
Poste 30-28.
París, 14 de octubre de 1968
Mi querido Mario:
Misión cumplida. Le entrego hoy a Alejo una carta para Roberto, en la que va incluida la tuya; en esa forma, por valija diplomática, hay posibilidades de que recibamos una respuesta relativamente pronta. Apenas llegue te la envío por expreso. Me imagino que el problema de viajar a Cuba desde los USA te debe tener preocupado; veremos si Roberto encuentra la buena solución.
Por poco nos hubiéramos encontrado en La Habana (lo cual, después de Atenas, habría sido bastante vertiginoso), pero finalmente no iré, a menos que surja alguna tarea concreta que pueda llevar a cabo allá, porque no me gusta ir a Cuba como turista; nunca lo he hecho, y rechazo toda invitación que no tenga finalidades prácticas. Pero supongo que nos encontraremos en Europa dentro de no demasiado tiempo. ¿Es cierto que proyectas vivir en Barcelona? Algo me dijo Gabo, a quien por fin conocí en París, y con el cual hablé muchas horas (siendo tú uno de los temas centrales, puesto que es evidente que tienes casa propia en Macondo).
Ya has de saber que Aurora y yo nos hemos separado; por si no fuera así, me parece elemental decírtelo, y también elemental no incurrir en explicaciones que de nada servirían. Tal vez en Atenas tu sensibilidad pudo notar la distancia que ya nos separaba; el resto, como siempre, dependerá de tantos factores que ninguna imaginación es capaz de prever. Estoy bastante destruido por dentro, pero a la vez siento que algo puede salvarse, y me aplico con todas mis fuerzas. Me preguntas por esa novela, y te digo que en principio deberá salir dentro de dos meses. En cuanto a la tuya, nos matarás de hambre, está visto. Pero quizá, si sobrevivimos, nos esperará uno de esos banquetes que hacen olvidar todos los ayunos previos. El “quizá” no se refiere a la seguridad de que el banquete será real, sino a que eres perfectamente capaz de volver a escribir una vez más el libro, y entonces ya no nos quedará más que envolvernos en la toga como César y esperar las puñaladas del hambre definitiva…
Un gran abrazo para Patricia, y hasta siempre, con todo el afecto de
Julio
Franqui, Fuentes, Goytisolo y yo estamos proyectando una carta privada a Fidel sobre los problemas de los intelectuales en Cuba. Desde luego estás incluido entre los firmantes (iría también Semprún y el otro Goytisolo, nadie más, para que la cosa tenga impacto; ah, Gabo también, claro). Cuando el borrador esté listo, te lo mando para que nos digas si estás de acuerdo y si la firmas. GUARDA TOTAL RESERVA SOBRE ESTO. Se trata de conectarse mano a mano con Fidel, evitando la publicidad, que es inútil y contraproducente. Ya te escribo pronto sobre esto.
París, 18 de octubre de 1968
Querido Paul:
¿Qué te pasa? Más de un mes y medio sin noticias tuyas; esto empieza a parecerme extraño: me dijiste que apenas llegaras a Nueva York me escribirías, y aunque te estuve enviando algunas cartas que habían llegado a tu nombre, y te agregué algunas líneas de saludo, no he tenido la menor noticia tuya.
Espero que no estarás enfermo, y que tus cosas marcharán bien. ¿Ya empezaste a dar tu curso de literatura del que me hablaste?
Tampoco he tenido la menor noticia de Pantheon, y la verdad, Paul, es que estoy empezando a disgustarme con todo esto, porque ya hace algunas semanas que hubieran debido dar señales de vida, sea por tu intermedio o directamente. Te acordarás que me dijiste que me enviarías el dinero correspondiente a la entrega del manuscrito de los cronopios, y un outline general de la situación de mis cosas en tu país. Pienso que no habrás tenido tiempo, pero tú a tu vez piensa que después de unas vacaciones tan largas sin trabajar, esos dólares me están haciendo mucha falta.
Ugné me dijo en París que había hablado con Schiffrin473 en la Feria del Libro de Francfort, y espero que todo andará bien por el lado de la edición de los cronopios en Pantheon, pero te imaginas cuántas ganas tengo de recibir noticias tuyas sobre ese asunto.
En París vi a Lalo Schiffrin (pero éste no es el de Pantheon, sino un pianista de jazz argentino, que estuvo muchos años en la orquesta de Dizzi Gillespie). Lalo Schiffrin trabaja en Hollywood haciendo sound tracks for the movies. Parece que está interesado en una adaptación de Hopscotch para el cine. Le dije que le daría tu dirección para que se ponga en contacto contigo, y ya me contarás qué sucede.
Mándame unas líneas, hombre. Estoy inquieto pensando que te ha sucedido alguna cosa.
Un abrazo de tu cronopio
Julio
París, 20 de octubre de 1968
Querido Roberto:
Ya tienes la respuesta afirmativa a tu cable. En cuanto al texto de que me hablas en él… primera noticia. Supe de otros que recibieron telegramas pidiéndoles colaboración para el número especial, pero a mí no me llegó nada. Pensé que utilizarías el collage que te envié durante el verano, pero veo que no es así. En fin, no tiene importancia. Te envío aquí un breve texto,474 y ya sabes que si no va bien con el sumario de ese número, pues lo dejas fuera y no hay problema.
Al mismo tiempo te envío el texto que me ha hecho llegar Claribel Alegría. ¿Recibiste ya la carta donde iba el mensaje de Mario Vargas Llosa para ti, y unos textos de Saúl Yurkievich? Se la di a Alejo para que te la enviara por la valija, haré lo mismo con ésta.
En mi carta anterior (que te causará gracia, ahora) te hablaba de mi diálogo con Haydée a propósito de un nuevo viaje a Cuba. El azar y la poesía (que es lo mismo) velan siempre por nosotros; ya hay una tarea concreta, ya hay viaje aceptable y aceptado. Y, así, un nuevo y hermoso encuentro entre GUAU y MIAU.
Pero mi vida está muy complicada en estos meses, y te agradeceré que me mandes dos líneas precisándome lo más posible las fechas de llegada y de retorno, para que yo pueda, en la medida de lo posible, planear mis actividades futuras. Tengo que ir a Polonia, quizá, y lo haría después de estar con ustedes; pero comprenderás que necesito algunas precisiones. Supongo que ya están fijadas las fechas de la reunión del Comité de la revista; por favor, avísame lo antes posible.
STOP THE PRESS: Octavio Paz renunció a su cargo de embajador después de la masacre de México. Me manda un poema y una carta que explica y da su terrible y hermoso sentido al poema. Ahí tienes las dos cosas, Octavio me autoriza a entregarlas a todos los amigos para que se publiquen.
Borges pronunció una conferencia en Córdoba sobre literatura contemporánea en la América Latina. Habló de mí como de un gran escritor, y agregó: “Desgraciadamente nunca podré tener una relación amistosa con él porque es comunista”. Cuando leí la noticia en los diarios, me alegré más que nunca del homenaje que le rendí en La vuelta al día…475 Porque yo, aunque él esté más que ciego ante la realidad del mundo, seguiré teniendo a distancia esa relación amistosa que consuela de tantas tristezas. Me temo que esa posición no sería entendida por los que cada vez pretenden más que el escritor sea como un ladrillo, con todas las aristas a la vista, el paralelepípedo macizo que sólo puede ajustarse a otro paralelepípedo. No sirvo para hacer paredes, me gusta más echarlas abajo.
Escríbeme. Dile a Mario Benedetti que todavía espero los originales de Carnevale que le pedí en una ya antigua carta.
Abrázame mucho a Adelaida y a las niñas. Qué alegría volver a verlos pronto, hamacarme en esa mecedora de tu casa donde siempre me he sentido tan feliz, en noches habaneras calientes y húmedas. Te abrazo,
Julio
París, 20 de octubre de 1968
Querido Jean:
Aquí tienes los dos discos, que espero lleguen en buenas condiciones. El titulado Cortázar lee a Cortázar476 lo grabé en París, en mi casa, creo que te lo dije; es técnicamente malo, pero es mi preferido. En cuanto al otro,477 aunque no he podido escucharlo todavía, recuerdo las circunstancias de su grabación en la ORTF, y me imagino que será técnicamente perfecto; pero eso, como en el amor, no quiere decir gran cosa si falta la gracia, lo imprevisto, el golpe de la cucharita contra el vaso. Ya me dirás qué te parecen los dos.
La dirección de García Canclini es: 49, número 1122, LA PLATA (Provincia de Buenos Aires).
Acabo de escribirle a Roberto Fernández Retamar para que te incluyan en la lista de envíos de la Revista. Les he dado cuidadosamente tus señas. Por lo demás, acabo de saber que en enero tendré que ir a La Habana porque habrá una reunión del comité de la Revista; allí, sur place, me cercioraré de que hayan cumplido mis instrucciones. Si quieres la colección completa, creo que podría pedir que te la envíen; si se trata de las últimas series, o de números que te faltan, escríbeme con los detalles, y yo te haré enviar los materiales desde Cuba.
Pregunta importante, que te ruego me contestes a vuelta de correo. Si te invitaran, ¿irías a Cuba? Quiero decir: ¿podrías ir sin tener problemas universitarios –licencia, permiso, etc.–?
Hace tiempo que pienso que tú serías más que útil para integrar el jurado del Premio anual de la Casa. Y ese tipo de cosas hay que plantearlo y obtenerlo allá, personalmente. Por eso te ruego que me contestes.*
Me sigue conmoviendo, y abrumando, que tus estudiantes y tú mismo sigan indagando con tanto interés en mis libros. Y desde luego, si en diciembre voy a Barcelona, pasaré por Saint-Jean. Ah, gracias por la fotocopia de la Estafeta. Y nada más, me vuelvo a mi trabajo que, en este momento, es más que pesado (Unesco + Cuba + Checoeslovaquia + Último round + París, cette fille toujours éxigeante…).
Un gran abrazo, Julio
Vi a Saúl y a Gladis. Están muy bien.
París, 20 de octubre de 1968
A Omar Del Carlo
Querido Omar:
Hiciste bien en divertirte con lo que llamas mi malhumor subterráneo, porque en todo caso no estaba dirigido contra vos ni mucho menos. Estos son tiempos de malhumor metafísico, histérico, lo que quieras: Biafra, México, Vietnam, las opciones son diversas. En todo caso, perdoname la posible brusquedad; te repito que nada tiene que ver con vos.
Veo que fui yo quien te habló de cien dólares. Debía estar con más o menos whisky del que necesito para seguir entendiendo la realidad que me rodea; a veces es difícil acertar con la dosis justa.
Profesionalmente, te imaginás que no tengo por qué hacerle favores a nadie. Me paso la vida regalando textos a muchachos que lanzan pequeñas revistas que no cuentan con el menor recurso; lo hago porque es un deber personal e incluso político (ya te imaginás en qué línea están esas revistas). Pero cuando se trata de las revistas de gran tirada y abundantes recursos, entiendo que deben pagarme muy bien una colaboración. En este caso, tengo un cuento de tipo fantástico, que se llama “Silvia”: tiene 13 páginas corrientes a doble espacio. Vale cuatrocientos dólares (lo que para mí significa un mes sin trabajar en la Unesco u otros lugares igualmente horrendos).
Te agradezco lo que me decís sobre el interés que te despierta lo que escribo. En su momento me gustará mucho saber tu opinión sobre la novela que va a aparecer ahora en Buenos Aires, y que se llama 62. Como es un libro que desconcertará y escandalizará a buena parte de mis lectores habituales, me interesará especialmente conocer el punto de vista de alguien que, como vos, me escribe con tanta franqueza y amistad.
Me excuso por haberte obligado a una correspondencia excesiva, por culpa de mi torpeza telefónica. Un gran abrazo, y hasta cuando quieras, con la amistad de
Julio Cortázar
9, Place du Général Beuret
PARIS XV.
París, 28 de octubre de 1968
Querido Félix:
Mi demora en contestarte no es ingratitud ni olvido; este año me ha tocado vivir una saturación de trabajo y de complicaciones que todavía me enredan y me deprimen. Pero hace unas semanas Fernández Santos me trajo tu libro, y además hace ya mucho que quería escribirte acerca del estudio de Rafael Conte sobre mi librito de cuentos.478 Las circunstancias no me permiten cartas como las que me gustan con los amigos, largas y muy habladas, casi con olor a cigarrillo y coñac. Pero tampoco quiero que siga pasando el tiempo sin que sepas que tú y tus amigos están muy presentes a mi lado, y que no desespero de caer un buen día por tus pagos y quedarme un poco cerca de ustedes, desquitándome de tanta distancia y tanto silencio.
Gracias por tu libro de relatos, y especialmente por el que me dedicas. Como la dedicatoria no me obliga a preferirlo, te diré que el que más me gusta es “Bombtomico..........”, verdaderamente admirable de fuerza y de terrible belleza. “El archivo” me parece también plenamente logrado, mientras que otros relatos del libro se resienten, creo, de una cierta prolijidad, de un tono a veces algo monocorde por exceso de desarrollos laterales o paralelos. Quiero decir (pero esto entiéndelo como una preferencia muy personal en materia de narrativa) que si bien todas las situaciones, las ideas básicas de los relatos, me parecen muy tuyas, personalísimas y originales (así como las intenciones a que apuntan los cuentos), en cambio el tono, la marcha del relato me produce en algunas partes una sensación de pesadez. Ahora recuerdo que este reproche (la pesadez) es el mismo que un crítico británico le hizo a Henry James; y ya ves que hubiera hecho mucho mejor en callarse, a la luz de nuestra visión actual de los relatos de James. Pero me parece lógico decirte lo que pienso, sobre todo porque sólo es un reparo parcial. Me gusta de verdad “El volumen”, por ejemplo, donde todo está dicho con una economía de medios realmente admirable, sin hablar del relato en sí, de lo que se trae desde la primera frase. Creo que el cuento del nombre descoyuntante y “El volumen” son lo más alto y logrado del libro.
Bueno, cuando veas a Rafael Conte dile que le escribo unas líneas a la dirección que va al pie de su reseña. Esto de que le digas que le escribo viene de que siempre tengo un miedo insuperable a que se pierdan las cartas que escribo por primera vez a un domicilio cualquiera. Pienso que a partir de la primera todo va mejor, que las cartas o los carteros se acostumbran al itinerario, y que nada se pierde; pero estoy casi seguro de que la primera no llega nunca, y por eso, por lo menos, busco un signo amistoso indirecto, que tú te encuentres con Conte en un café y le digas: “Manda decir el cronopio que va carta”. El resto es puro azar postal.
Si te das una vuelta por París, ya sabes. Yo tendré que volver a Cuba en enero, por una reunión de los asesores de la revista de la Casa. Me acordaré de nuestros encuentros (demasiado breves, pero tan livianos, como globos de colores entre dos daiquirís, un diálogo de pájaros ligeramente locos, no te parece) y de la noche en que cantaste tangos en casa de Roberto, y milongas, y bagualas, gauchito Félix.
Perdóname la brevedad, la insuficiencia; acéptame el cariño y el gran abrazo,
Julio
Paris, le 29 Octobre, 1968.
Mon cher Jean,
Voilà des nouvelles (ainsi que quelques images) pour me sentir près de vous tous. Sire de Serre, et toi la chatelaine, et toi la petite princesse dans sa chambre voutée, bon jour.
Pour les images, j’espère qu’elles vous plairont. Je tiens à remercier Isabelle de la très belle photo qu’elle fit de la fille de Hérold et de moi-même. Je pense aussi que vous pourriez remettre aux Hérold les photos de la petite Delphine, avec mes meilleures amitiés.
Jean, les Ancêtres479 sont beaucoup plus impressionants en diapositives que sur papier, mais il faut attendre l’été prochain pour faire une séance de projections (avec l’assistence du Grand Connêtable d’Apt et de sa Gordita). J’espère quand-même qu’il te plaira d’avoir une collection sur papier, ainsi que les vues panoramiques que nous fîmes à la fin et que, sur l’écran, sont assez vertigineuses.
Je continue à vivre una existence étrange, entre chien et loup (ça peut se dire aussi de la vie, je pense), essayant de voir plus clair en moi-même et en ce qui m’entoure. J’habite un appartement près de notre maison, j’ai de très bons rapports d’amitié avec Aurora, je me refuse à prévoir quoi que ce soit: le maelstrom n’est que pur présent. J’aime et je travaille, Paris est là avec des merveilleux films tchèques, une admirable exposition de Rauschenberg, et, hélas, la conférence générale de l’Unesco, qui m’abrutit tous les jours de 16 à 24 heures. Mais avec ce qu’on gagne là on bâtit les journées de dolce far niente à Saignon. Je fais la synthèse de La Fontaine, étape dialectique qu’il n’avait pas osé franchir. En effet, je suis la fourmi en hiver pour devenir la cigale en été.
Je n’ai pas eu des nouvelles de Claude, mais je vais lui passer un coup de fil un des ces soirs. On fait des travaux à la ferme? Je n’ai pas renoncé à l’idée de vous rendre visite en Décembre, mais je viens d’apprendre qu’il me faudra encore une fois m’envoler à La Havane; donc, je ne pourrais rien décider avant d’être fixé sur ma date de voyage. Je pense que ce sera début Janvier, et en ce cas je ferai un saut dans le Midi et vous m’attendrez avec un bon feu. Pensez dès maintenant si vous avez besoin de quoi que ce soit que je puisse vous apporter de Paris: livres, disques, lapins en veloups, moustiques javanais, (tiens, “veloups” fait une coquille très drôle, je la laisse comme ça).
Ecris-moi un mot quand tes domaines et tes vassals te laisseront le temps. Dis à la princesse que tous ce qui ont vu ses photos sont éperdument amoureux d’elle. Bien entendu, ils sont tous des princes et de vaillants guerriers.
Un abrazo para ti, Raquelita. Et toute mon affection pour vous trois,480
Julio
París, 30 de octubre de 1968
Querido Néstor:
No se asuste por los borrones; le escribo desde la Unesco, con una máquina de ominoso teclado, donde la a aparece en el lugar de la m, y cosas por el estilo. Todo fue llegando a mis manos poco a poco, salvo el tiempo para sentarme en paz, leer y escribirle. Lo hago ahora, después de una jornada bastante dura pero que me ha cansado menos que las anteriores; escribirle será como volver por un rato al diálogo de Saignon, demasiado corto pero en todo caso en el único nivel que nos interesa a gentes como usted y yo. Me dio mucha pena enterarme por su carta de que se había separado de su mujer; yo acabo de hacer lo mismo y sé lo que es, la tierra de nadie que se abre hasta quién sabe cuando, incluso aunque se esté viviendo intensamente en todos los planos que cuentan. Pero en su carta hay mejores noticias, y la síntesis que me hace de sus últimas conferencias me interesó mucho. Ojalá se decida a escribirlas, porque me interesaría mucho enterarme en detalle de sus ideas acerca de Macedonio y, por supuesto, lo que haya dicho de mí. Ahora que conozco íntegramente su libro, ese interés no es meramente amistoso o parcial; sus análisis me ayudan a entender harto mejor muchos aspectos de lo que llevo y de lo que quisiera hacer, esos aspectos que para un escritor de mi temperamento resultan “subliminales” y que sólo la indagación crítica, el ojo mirando desde fuera para ver mejor desde dentro, alcanzan a desentrañar.
En su libro me gusta de entrada la eliminación de todo circunloquio, de ese estilo-prólogo que tanto apesta la ensayística latinoamericana; usted va derecho a lo que le importa, y su libro no le hace perder tiempo a nadie. Ya en el segundo capítulo se está en el centro mismo de las cuestiones que lo llevaron a trabajar con mis libros; para mí, siempre un poco asombrado de las cosas que me van descubriendo, fue una sorpresa bastante maravillada los párrafos de la página 47, donde se muestra la inversión de procedimiento (Rayuela con relación a Bestiario). Dicho de paso, el juicio negativo que le merecen al comienzo mis poemas me divirtió enormemente porque ahí sí que usted coincide con todo el mundo sin excepción (salvo Lezama Lima, pero eso porque el gordo es un cronopio de esos que van a contrapelo nada más que para hacer saltar chispas); en estos días, preparando Último round, que será una especie de segunda Vuelta al día, elegí una cantidad de poemas y apunté que los publicaría precisamente porque diversos críticos los encontraban malos y era necesario seguir insistiendo a ver qué pasa; ahora podré sumarlo a usted, y nos divertiremos todos, cada uno desde nuestro lado (del poema y del mar).
En el capítulo “Los cronopios”, usted alude a mi idea sobre el mundo del trabajo; me interesó que lo hiciera, y pienso que alguna vez podríamos hablar más largo de eso, porque yo mismo no siempre he visto claramente el problema y me gustaría elucidarlo mejor. La relación entre el sentido del trabajo y el de la existencia me parece capital, y desemboca naturalmente en la geopolítica y la economía –en eso que llaman “el compromiso”. Un día, si quiere, volveremos sobre eso.
Tomo nota de sus adjetivos concernientes a La vuelta al día… Me serán útiles, créalo. Por cierto que está muy bien su observación sobre el hecho de que pocos cuentistas han hecho experiencias directas con el lenguaje. Hemingway, en The Killers, apretó el inglés hasta reducirlo a puro nervio narrativo, pero no había esencialmente nada nuevo en eso. ¿Y los cuentos de Guimaraes Rosa? Por ahí, quizá (pero sólo conozco algunos en traducción española). Dicho sea de paso (hojeo el libro mientras le escribo) la frase inicial de Los premios es por supuesto una referencia irónica a Valéry. Éste la empleó para afirmar que jamás escribiría una novela, y yo para empezar a escribirla, un poco desafiantemente.
El humor: me alegro de que se haya detenido bastante en eso, porque es una de mis claves, ya lo verá de nuevo en 62 (sobre el que me gustará mucho tener una opinión epistolar algún día de éstos, si su tiempo se lo permite).
Esta carta sigue dos días después, en la
misma oficina pero con otro papel.
En fin, no se trata de hacerle una reseña minuciosa de su libro; quiero simplemente que sepa cuánto lo he valorado, y lo mucho que representa para mí un trabajo tan sensible e inteligente a la vez. Paso ahora a hablarle de algo que se vincula con la charla de Saignon. Le envié a Octavio Paz uno de los ejemplares del libro, junto con su dirección (la nueva) en La Plata. Pienso que Octavio estará de acuerdo en colaborar con usted si algún día, como me dijo, se decide a trabajar sobre su obra. No se sorprenda, sin embargo, del posible silencio momentáneo de Octavio; por la prensa sabrá que renunció a su cargo de embajador como protesta por la masacre de estudiantes en México. Me ha escrito que viene a vivir a París, y que llegará dentro de dos meses. Es muy posible que hasta entonces no tenga tiempo ni tranquilidad para leer el libro o escribirle; pero aquí en París yo volveré a hablar con él de ese asunto, desde luego si a usted le sigue interesando a plazo más o menos cercano; dígamelo en alguna carta.
Otra cosa importante: es casi seguro que en enero iré otra vez (y van…) a La Habana, para una reunión del consejo de redacción de la revista de la Casa de las Américas. Me gustaría llevar por lo menos 3 ejemplares de su libro para otras tantas bibliotecas cubanas, que no podrán conseguirlo de otra manera. ¿Podría enviármelos a París? Pienso que habrá tiempo suficiente, incluso si los manda por barco.
Esta carta dista de contener todo lo que me gustaría decirle, pero mi vida actual está demasiado llena de problemas para hacerlo con calma. Nada me alegrará más que verlo otra vez en Francia, en un día no muy lejano. Dígame si puedo serle útil en algo desde aquí, enviarle libros, lo que sea.
Hasta siempre, con un abrazo de su amigo,
Julio Cortázar
9, Place du Général Beuret
PARIS XV
París, 3 de noviembre de 1968
Querido Mario:
Supongo recibiste mis líneas donde acusaba recibo de tu carta y te avisaba que tu mensaje a Roberto saldría lo antes posible rumbo a La Habana.
Se trata ahora de la carta481 que encontrarás adjunta, y que hemos preparado Fuentes, Goytisolo y yo, basándonos en una serie de informaciones fidedignas que nos han llegado últimamente. No te la comento, porque entiendo que su lectura es suficientemente clara; hemos pensado que de ninguna manera debía ser una carta abierta, sino más bien un pedido de información. Y que sólo debían firmarla unos pocos escritores amigos de Cuba y bien conocidos en cualquier parte.
Creo que las cosas son lo bastante graves como para que no podamos quedarnos callados. En enero me encontraré contigo en La Habana, para la reunión de la revista, y probablemente allí tendremos la respuesta a esta carta; en todo caso es lo que espero.
Como no se puede perder tiempo, te ruego que firmes, si estás de acuerdo, el original y las copias (de las cuales sólo va la última página por razones de comodidad y franqueo). La idea es enviar el original a Fidel de manera oficial, es decir a través de la embajada de París y dirigida a Raúl Roa, y las copias a Haydée, Dorticós, Celia Sánchez y Llanuza; el objeto de esas copias es hacer conocer lo suficientemente, entre esas personas “clave”, nuestras inquietudes, y conseguir así una respuesta o un cambio de actitud, según sea el caso. Las copias dirigidas a esas personas irán a Cuba en mano de algún viajero de confianza, que las entregará personalmente.
Por favor, firma inmediatamente las cartas y envíalas a Gabriel García Márquez. Éste nos las devolverá a París, desde donde saldrán para La Habana. Hubiéramos querido, Fuentes y yo, hacerte llegar un borrador para que lo aprobaras previamente, pero la cosa urge y consideramos que estarás de acuerdo con la redacción de la carta; por supuesto, si no es así, avísanos, pero ten en cuenta que perderíamos mucho tiempo en preparar un nuevo texto, y que es importante que los destinatarios (sobre todo Fidel, por supuesto) sepan de ella antes de nuestra llegada en enero.
Queda entendido que le envías todo a Gabo, para ganar tiempo; él ya está avisado por Fuentes y nos remitirá las cartas a París en seguida.
Hasta pronto, con muchas ganas de verte en Cuba, y un abrazo para Patricia y para vos de tu amigo
Julio Cortázar
París, 5 de noviembre de 1968
Mi querido Paco:
Una carta un poco telegráfica, por razones Unesco, cansancio, múltiples tareas geopolíticas, la gripe de Hong Kong, etc. Varias cosas que decirte, todas ellas importantes:
La primera: tu silencio. Ominoso, inquietante, absurdo, exasperante. Mi última carta es del 25 de septiembre. Sacá la cuenta.
Aquí estuvieron Sara y Alicia, me trajeron por fin el álbum que es muy hermoso, me ametrallaron a orillas del Sena, me mimaron y regalaron discos; yo las llevé a comer y a pasear, las conecté con Carpentier y Fuentes para los sucesivos ametrallamientos. Todo salió bien y las chicas se vuelven contentas.
Silva me dice: a) que jamás recibió pruebas de su trabajo; b) que no le pagaron (cf. mi carta del 12 de agosto). TAMPOCO LE PAGARON A LAURE GUILLE la traducción del texto del álbum. Mis problemas con Sudamericana empiezan a volverse una pesadilla. Si yo pudiera llevar una doble correspondencia, con vos y con los que manejan la guita, sería preferible; pero es que no puedo, estoy demasiado acosado por la vida y Cuba y mi nuevo libro y la Unesco. Pierdo contacto con los hechos, de golpe y por primera vez siento a Buenos Aires terriblemente lejos y neblinosa, cosa que jamás me había sucedido. Con todos mis editores tengo una correspondencia unilateral, rápida y satisfactoria, menos con Sudamericana, y empieza a exasperarme. Vos no tenés nada que ver con eso, lo sé, pero hay que reconocer que pasan cosas muy raras. A lo mejor 62 ya está impreso, y yo jamás vi un contrato, jamás supe las condiciones, nada. Sin contar que las remisiones de fondos vía Viena ocurren de una manera tan esporádica y fuera de lo tácitamente convenido, que prefiero casi no pensarlo.
Ahora me cae Carlos Barral con una carta en la que parece dar por supuesto que le voy a revisar cuentos de Poe para una antología de su Biblioteca Breve de Bolsillo. Como no estoy viviendo en mi casa, no sé si en mis archivos hay alguna otra carta de Barral sobre este asunto, o si se arregló con ustedes (puesto que vos tenías la misma idea, hace unos meses hablamos de eso cuando Falbo, creo, me pidió lo mismo y me negué). ¿Podés aclararme el asunto? Le daré de largas a Barral entre tanto, pero me preocupa este asunto.
No me atrevo a hablarte del asunto de tu viaje a Europa, pero espero unas líneas sobre todo lo que antecede. Quiero creer que no estás enfermo, y te pido perdón si esta carta se suma a alguna gripe. Aquí nos llega la de Hong Kong, que según parece nos mandará a todos a la cama. Habrá que fumar opio para curarse, supongo. The humour of it, como diría Pistol,482 es que los culpables de la importación de esa gripe en Europa son los médicos; 2.500 de ellos se reunieron en un congreso en Teherán, se pescaron la gripe de Hong Kong, y al volver a sus respectivos países nos la trajeron en las valijas.
Hasta siempre, con un abrazo muy fuerte,
Julio
En no sé qué revista porteña sale una página en colores de los vinos SANTA SILVIA, donde usan pérfidamente mi nombre. ¿Tienen derecho? ¿Vale la pena armar un lío? La gente puede pensar que me pagan para ese tipo de publicidad, y no me gusta. ¿Vos tenés experiencia en esta clase de cosas, o podrías recomendarme a un abogado para que le confíe ese asunto u otros análogos que puedan surgir?
París, 16 de noviembre de 1968
Querido Jean:
El tiempo, ese antropófago transparente, no me dejará escribirte la carta que quisiera. Ayer, entre dos documentos a revisar y ocho llamadas telefónicas, pude por fin mandarle dos líneas a Alain para responder a una carta suya de hace dos semanas. Y ahora recibo tu estudio en colaboración con Fonquerne,483 y quiero por lo menos que sepas que lo leí anoche, que lo encontré muy bueno, y que honradamente no tengo ninguna, absolutamente ninguna observación que hacerle.
Vos hablás de premura, de retórica, qué sé yo. Nada de eso; en todo caso no hay ninguna retórica perceptible (la verdadera, esa que tan bien defendió Gilbert Durand en su libro sobre lo imaginario, ya no es retórica sino técnica de la buena expresión, y en este caso las ideas de ustedes están expuestas y defendidas con la mejor retórica posible, siempre en el más alto sentido del término).
Un pasaje en la página 9 me divirtió un poco irónicamente, porque ahí el espíritu francés muestra la hilacha. “…si ces conclusions sont logiques, il faut reconnaître qu’elles laissent un arrière-goût d’insatisfaction”,484 etc. Oh manes de Cartesius. Desde luego ustedes no caen en la trampa, y a renglón seguido afirman justamente que “aller au-delà suppose que l’on veut banaliser l’extraordinaire en rationalisant un récit qui ne s’y prête pas…”;485 pero lo que me divirtió fue precisamente esa batalla interior que dejan asomar las dos frases; un crítico anglosajón no hubiera mirado nunca el problema desde ese ángulo, sencillamente porque para él no habría habido problema, pero la inteligencia crítica de un francés (hablo de culturas, no de nacionalidades) tiene siempre que vencer esa incomodidad íntima que le produce el misterio en estado puro, lo que sólo se explica por el hecho de que no tiene ninguna explicación.
Todo el final del trabajo, de la p. 14 hasta el final, contiene para mí una serie de elementos muy ricos que aclaran cosas que nunca vi claramente. La inversión de la fórmula hegeliana es una síntesis excelente. Bueno, ya ves que estoy contento. En cuanto a Fonquerne, le enviaré dos líneas como me sugieres, puesto que es lo menos que me cabe hacer después de la lectura de este trabajo.
No te puedo hablar hoy de lo de Cuba. Imposible por falta de tiempo. Las cosas andan mal, y yo espero informaciones más claras para saber si iré o no en enero. Iré si vale la pena, pero llegar allá y encontrarme con una situación que ya no responda a lo que significa para mí el socialismo cubano, sería perder el tiempo. No creas que soy pesimista, al contrario; pero los signos son alarmantes y espero más noticias.
La dirección de Fernández Retamar es la Casa de las Américas, G y Tercera (Vedado), La Habana. Es mejor escribirle allí porque las cartas con aire de cosa oficial o administrativa llegan mejor que las privadas.
Hasta Toulouse, espero que pronto, con un abrazo muy fuerte,
Julio
Paris, November 18, 1968
Miss Verne Moberg
PANTHEON BOOKS
NEW YORK
Dear Miss Moberg,
First of all, I want you to know that my English is very difficult to understand. In the second place, I’m delighted to see that your first name is Verne. My first and greatest master in literature was Jules Verne, and it seems deeply symbolical to me that one of my publisher’s executives should sign her letter with the same and beautiful name.
Cronopio Paul Blackburn has given you some countries which share the dubious honour of publishing some books of mine. To those countries I rather reluctantly add the following: United Kingdom (of course, but you did not mention good old Albion), Tchecoslovaquia, Poland, Rumania, Yugoslavia, Spain, Portugal, Cuba and the Netherlands. Wow.
Rather ashamed after such a geographical cavalcade,
and sincerely yours,486
Julio Cortázar
París, 19 de noviembre de 1968
Querido Pablito:
Estoy muy contento por la noticia que me has dado sobre el niño que esperan. Me alegra saber que están dispuestos a tenerlo, y a los tres les deseo todo lo mejor en un mundo de cronopios y de globos de colores.
He tardado en contestarte porque tengo muchísimo trabajo (Checoslovaquia, Cuba, Unesco... what a life, man!).487 Por un lado fue mejor así, porque entre tanto recibí tu nueva carta, y ahora te respondo a las dos, y empiezo directamente por los business.
Gracias por el cheque, el banco ya me avisó de la llegada del dinero. Oye, en otra carta explícame de dónde sale esa suma que me mandas, pues yo esperaba solamente los dos mil dólares del adelanto de los cronopios, pero no entiendo de dónde sale el resto. ¿Quizá de la edición en pocket-book de Hopscotch? Te diré, Paul, que me convendría tener en adelante una idea más clara de mis finanzas, porque como recibo más dinero que antes de México, la Argentina y ahora de los Estados Unidos, confío en poder trabajar menos en la Unesco y otras mierdas, pero para eso necesito llevar un mejor control de mis finanzas. Si los de Pantheon te pasan liquidaciones, quizá podrías pedirles dos ejemplares y mandarme uno a mí de cuando en cuando; así podré seguir mejor la marcha de las cosas en tu país, como lo estoy haciendo con Francia y México. Gracias.
RE CRONOPIOS: Paul, aquí hay que poner en claro algo que me parece no entiendes del todo. Esos textos “suplementarios” que me enviaste (más abajo te hablo de tu traducción, etc.) no pueden ir en el libro. ¿Sabes por qué? Porque la maqueta que han hecho Silva y Alechinsky (y que Gallimard ha ofrecido a Pantheon vía Schiffrin) está pensada para los textos de la edición argentina y nada más. No se puede agregar ni quitar nada, pues desequilibraría el ritmo de los dibujos y los textos. A kind of fixed pattern, you see.488 Gallimard va a vender esa maqueta a Pantheon, a Sudamericana, a los alemanes y a los italianos; financieramente, es la única manera de hacer un libro que será también un objeto de arte. Schiffrin está perfectamente enterado, pues Ugné se lo explicó en detalle en la feria de Francfort. De manera que tú tienes que entregar el manuscrito tal como lo hiciste en Saignon, con el número exacto de textos de la edición argentina.
Ahora bien, a mí me gustan mucho tus traducciones de los otros tres textos, y pienso que tú los puedes vender a revistas, ¿no te parece? Más abajo te hablo de ellos.
Con respecto a Tarn/Maschler, recibí carta de Tom Maschler. Le contesto hoy mismo diciéndole que tenga paciencia, que Pantheon y tú van a arreglar todos los detalles apenas hayan llegado a un acuerdo con Gallimard. En la carta de Maschler hay cosas que no entiendo. Por ejemplo: “I gather from Tarn that there was some talk of your dividing the earnings from our edition with Paul Blackburn on a fifty-fifty basis. In this event, needless to say, we would contract for the book as though it were an English publication, which of course means paying higher royalties. Alternatively we could contract with you for a translation of your work and then contract separately with Paul Blackburn......Incidentally, I would be grateful if you would let me know the current situation with Cronopios y Famas in the USA. Have Pantheon already contracted for publication there, or not? I ask this simply because I would of course like to see the book published there as well as here”.489
Todo esto no es nada claro para mí, de modo que tú verás.
En tu carta me dices: How can we get repros of some of the Alechinsky drawings, etc.490 De acuerdo a lo que te digo más arriba, no te tienes que preocupar por eso: es el negocio que están haciendo Gallimard y Pantheon vía Schiffrin. Si Pantheon se entiende con Gallimard, le mandarán the whole things prepared to just insert your wonderful translation and there it goes, baby.
(By the way, did you see the A. catalogue? Beautiful, eh? I’m so glad you liked the exhibition.)491
Gracias por lo de Lalo Schiffrin (no relative of our Schiffrin, I believe).492 Ya me dirás si ocurre algo vinculado con Hollywood.
RE YOUR COMISSION CONCERNING MAGAZINES. Sí, me acuerdo de lo que pasó con Olympia. Pienso que después de Blow-up and that kind of stuff,493 cada vez se publicarán más textos míos en revistas norteamericanas. En ese caso, entiendo que el 50 % es mucho, y que el 10 % es poco. ¿Te parecería bien el 25 % o algo así? Dímelo francamente. Te repito que ahora que veo por fin una oportunidad de empezar a vivir una vida de cronopio, es decir, escribir en paz en Saignon y París, quiero aprovechar las posibilidades que se me presenten.
RE UPSALA COLLEGE: Enclosed, a letter from two profesores horrendos. Handle it as you like best.494
RE TRADUCCIONES DE TRES TEXTOS CRONOPIOS: Te los devuelvo con unas pocas anotaciones que espero te sirvan. Ya verás que apenas hice correcciones, pues me parece que las traducciones son muy buenas.
Bueno, creo que esto es todo. Muy buenos los papeles que me enviaste sobre Bill Brakefield. Los difundiré entre mis amigos, haremos fotocopias con Silva y los mandaré a muchos amigos latinoamericanos y a Cuba también.
El 2 de diciembre me voy a Praga por 10 días, invitado por los escritores. Es un deber, y lo haré aunque ya sabes que no me gusta este tipo de cosas. A fines de diciembre voy a Cuba, donde las cosas no andan muy bien en el sector intelectual. También es un deber ir; quisiera hablar con Fidel y decirle lo que pensamos en Europa de algunas cosas que están sucediendo allá. Ya te contaré.
Escríbeme pronto. Ugné me dice que hará todo lo posible para que Gallimard speed up los negocios con Pantheon concerning los cronopios.
Un gran abrazo para Joan, y de nuevo, kids, I’m so glad about the baby. I’ll plant a rose plant in the very spot you had your tent.495
Te abrazo muy fuerte,
Julio
París, 25 de noviembre de 1968
Querido Omar:
Ahí va el cuento, y muchas gracias por el buen resultado de tus gestiones.
Le envío dos líneas a Paul Blackburn, a fin de que se ponga en contacto con vos para eventuales publicaciones en los Estados Unidos.
Esta carta es tristemente lacónica, pero me voy a Praga en estos días, y después a Cuba, lo que complica mi vida a un punto casi inconcebible.
En el momento en que te estoy escribiendo recibo un paquete con dos ejemplares del pocket book que han hecho con End of the Game que, por razones comerciales, se llama ahora Blow-up and other Stories. La edición es bastante bonita, en todo caso mucho mejor que la edición popular de Hopscotch.
Gracias de nuevo, Omar, y un abrazo fuerte de tu amigo
Julio Cortázar
Paris, November 25, 1968
Dear Paul,
Recibí el paquete con los dos ejemplares de Blow-up and other Stories. La edición es bastante bonita, y espero que también a ti te haya agradado. Muchas gracias por el envío.
Quiero decirte que hay en New York una agencia llamada PICCADILLY PRESS, 527 Madison Avenue, Teléfono (212) PL 2-0925, en la que trabaja un argentino llamado Omar Del Carlo, que admira mucho mis libros. Acaba de comprarme un cuento en español que ha vendido a una revista en la Argentina, y me lo ha pagado 400 dólares, lo que está muy bien.
Este muchacho me dice que si quieres comunicarte con él, puede arreglar contigo para publicaciones en Estados Unidos (me habló del Saturday Evening Post y cosas por el estilo). Tú verás, si quieres hacerlo o no, pero es una gran agencia, por lo que parece, y quizá sería bueno que te arreglaras con ellos. En todo caso llama a Del Carlo por teléfono, él te explicará mejor el asunto.
¿Estás bien? Recibí una larga y encantadora carta de Sara, que está muy bien. Me alegró mucho, y ya le contesté. Me alegra saber que trabaja y que está contenta.
Aurora está precisamente en New York por cinco o seis días, donde iba a encontrarse con su hermana que venía desde Topeka. Luego sigue a Buenos Aires por dos o tres meses.
Ugné te manda muchos cariños a ti y a Joan, y lo mismo “el patrón”, que sigue pintando como loco. Yo les envío todo mi cariño, y espero que tus asuntos marchen bien.
Hasta pronto, cronopio,
Julio
París, 1 de diciembre de 1968
Mi querido Paco:
Esta carta será inolvidable por muchas cosas. Primero, te la escribo con la gripe de Hong-Kong a que aludís en tu carta del 19 de noviembre; me cayó encima como un buitre hace tres días, y en este mismo momento tengo 38.5 de fiebre, lo que significa estar bañado en sudores fríos y calientes alternativamente, y sentir que el piso se entreabre con delicados movimientos de jalea. Segundo, la crisis me agarró en casa de Ugné, que se negó a dejarme volver a mi casa desierta y helada (lo cual comporta cierta visión romántica, pues si yo llego a ella deja de estar desierta, y en veinte minutos los radiadores de gas la vuelven tibia y confortable). Acepté quedarme en la rue de Savoie porque la compañía y los cuidados de Ugné complacen mis mejores narcisismos, y porque la sopa y las tisanas son deliciosas; la verdad es que me estoy sintiendo como un perro y esto se va a notar en esta carta; te la escribo de todas maneras porque tengo ganas de charlar con vos, porque tu carta me conmovió y me alegró y me hizo sentirme muy cerca de vos (nunca estuve lejos, pero hay períodos en que las cuestiones prácticas y la falta de tiempo pueden más que las ganas de hablar de otras cosas). Me falta la tercera razón de que esta carta sea inolvidable, y es que la máquina de Ugné tiene teclado francés, es decir sin acentos y además la a en el lugar de la q, con lo cual avanzo cual tortuga con doble fractura de metacarpos. La z también está en otra parte, menos mal que es una letra poco usada.
Tengo toneladas de cosas que decirte en materia práctica porque Ugné y yo estuvimos clasificando y poniendo en orden mis papeles editoriales, y bruscamente surgió el GRAN DESORDEN, es decir el clima de total manfutismo en que he vivido en materia de ediciones. Como vas a venir pronto, habrá muchas cosas que podremos discutir mano a mano, pero otras te las plantearé y adelantaré desde ahora. De todos modos empiezo por lo importante, es decir por vos y yo en nuestro plan de amigos. Tu carta me hizo mucho bien, porque a pesar de tus problemas se te siente bien, afirmado, a pesar de lo que me decís sobre esos ciclos de más y de menos en que interviene Sara y que puedo comprender ahora mejor que nunca. Por cierto que muy pronto verás a Aurora, que entre hoy y mañana ha de salir de New York rumbo a B.A. Ella te quiere tanto que querrá y necesitará verte, y yo te pido desde ya que la ayudes a sentirse mejor. Está muy bien, en realidad, y pienso que si bien siempre entenderá que soy yo el que la he abandonado (la cosa es infinitamente más complicada y sutil, abarca años de avances y retrocesos, de derrotas y capitulaciones, de tristes esperanzas, de lentas admisiones), de todas maneras me guarda un gran cariño (del mío no puedo hablar porque es de las pocas cosas cabales e intangibles en mi vida). Pero volviendo a vos, entiendo de sobra, y no tenés que disculparte en absoluto, que por momentos tu vida profesional se haya visto afectada por lo otro, lo que verdaderamente cuenta. Vos decís que en mi última carta hay un tono de exasperación, y es posible; te pido disculpas muy humildemente, y no se va a repetir. También a mí me han caído las grandes tormentas, y eso se ha reflejado en nuestra correspondencia de estos meses; no tiene la menor importancia. Me gusta tanto oírte hablar de tus ganas de escribir, de tocar esa realidad que se escapa por estas vidas insensatas que vivimos todos. Ojalá lo hagas, te abras paso, ojalá los dos entremos en una fase menos penosa de nuestras vidas. No, no busques por el lado de la homeopatía o del psicoanálisis; pueden ser útiles, pero sólo complementariamente; tengo la impresión de que has dado un gran salto, que ese salto era necesario, y que los moretones que te deje el porrazo no son nada al lado de lo que significa haberte tirado de cabeza.
Bueno, ya te dije que había montones de cosas prácticas que tratar, y empiezo antes de que la fiebre me mande una vez más a la cama (son las once de la noche, Ugné tuvo que ir a un estreno teatral, estoy solo en la casa, con Christophe, el niño de Ugné, que ya duerme, dos hamsters en su jaula, dos ranas doradas en un estanque de porcelana, y un canario llamado Caroline que también duerme). Oigo despacio un cuarteto de Janacek (preparación estética a mi viaje a Praga; el domingo 8 nos vamos Fuentes, Gabo y yo –con Ugné– por una semana a Checoslovaquia, invitados por la Unión de Escritores; ya te contaré a la vuelta, si tengo tiempo, porque el 30 de diciembre tomo en Madrid el avión para La Habana, por cuarta vez y en circunstancias poco agradables, porque voy en tren de polémica con unos cuantos “duros” que están echando a perder la línea intelectual de la revolución).
Bueno, desde luego no recibí todavía 62. En París sé de 4 personas que lo tienen y lo han leído, pero yo sigo sin verlo; me anunciás un paquete de 10 ejemplares por avión, y supongo que me llegarán en estos días, pero me parece bastante absurdo como episodio. ¿Por qué no mandaste uno solo por avión y el resto por barco? Un paquete de 10 corre peligro de clavarse en la aduana; no es la primera vez que me ocurre; me hubiera gustado ver como quedó el librito, pero supongo que ya no tardará mucho. Le transmití a Silva tus explicaciones sobre las pruebas de tapa, y gruñó como un oso que se resigna. En cambio recibió el dinero, y estaba altamente contento por ese lado; supongo que Laure también, aunque no la he visto.
Supe del número de Confirmado,496 porque ocurrieron dos cosas sintomáticas. Primero un telefonazo de la revista a la Unesco, preguntándome si estaba dispuesto a contestarles ahí nomás 5 cuestiones. Les dije que no. Me las mandaron por cable al otro día. Las contesté tomándoles un poco el pelo porque eran preguntas estúpidas. Ahora recibo una carta indignada de un muchacho Funes, de Córdoba, a quien no conozco, que me dice de su indignación por un artículo de un tal Briones en Confirmado. Todo el mundo, como ves, se indigna más que yo, porque personalmente esos asuntos me siguen importando tres bledos. De modo que no te preocupes de que hayan tergiversado tus declaraciones a esa muchacha; suponiendo que llegue a mis manos un número de la revista, me dará lo mismo, podés estar seguro.
Que 62 irrite a todo el mundo, como me decís, tampoco puede sorprenderme. Pepe Bianco, de paso en París, me dijo que soy demasiado hermético con el lector; puede ser cierto, pero las figuras del libro son herméticas para mí y yo soy su primera víctima.
Y ahora vamos a las cuestiones prácticas. Junto con ésta te mando dos líneas para Vidal Buzzi (se me ocurre que es lo que corresponde) diciéndole que me haga saber en detalle el plan de liquidaciones que Sudamericana va a aplicar conmigo. Puesto que vos me decís que me deben como 4 millones, ya sería tiempo que los pagos se hagan mejor que hasta ahora; en efecto, cuando se decidió enviarme unos 400 dólares mensuales, la cosa funcionó más o menos bien un tiempo, pero después se trancó. Le pido a V.B. que organice eso de manera más coherente. Y ahora quiero hablarte del contrato de 62, que te devuelvo firmado. Por pura confianza, como comprenderás, no me importó que este libro apareciera antes de conocer y firmar el contrato, pero ahora, a la luz de los datos de venta que me das, entiendo que debemos ajustarlo un poco mejor.
En efecto, si bien el adelanto de 2000 dólares responde a lo que yo te había sugerido, hay otro aspecto importante a tener ahora en cuenta. Vos sabés que en todos los países (España y México incluidos) el % del autor aumenta con relación al número de ejemplares vendidos. Acabo de descubrir que sólo Sudamericana no me aplica este principio que ya se ha hecho efectivo en mi caso por parte de Siglo XXI, Pantheon Books, etc. Vos me decís que en pocos días se vendieron 20.000 ejemplares de 62, y naturalmente estoy de acuerdo en que hasta esa cifra mis regalías sean del 10 %; pero encuentro más que normal que, más allá de los veinte mil, Sudamericana me pague el 15%. Y en ese sentido he agregado una cláusula en el contrato.
Asimismo quiero hablarte de otro asunto importante y que me ha llevado a agregar algo en el contrato de 62. ¿Me podrías dejar en libertad para gestionar traducciones en los países escandinavos? Fijate que Uds. vendieron Rayuela a Walhstrom, de Suecia, en el año 1965, sin que hasta ahora haya el menor indicio de que van a publicarla.497 He sabido que Bonniers, la casa sueca más importante, estaría quizá dispuesta a arreglarse con Walhstrom (cuyos medios financieros son poco importantes) para lanzar Rayuela. Hay un agente en París, llamado Bjostrom, que se ocupa muy eficazmente de todo el sector escandinavo, y por él he sabido lo que te cuento. Ergo, si me dejaras en libertad para el sector escandinavo, yo me arreglaría con Bjostrom para todos esos países. Vos sos el primero en darte cuenta de que a medida que mis libros son más conocidos, mi posición en Europa me facilita este tipo de negociaciones; lo que antes me parecía lógico dejar en manos de ustedes, puesto que eran mis editores originales, va resultando cada vez más artificial, pues yo conozco ahora muy bien el ambiente editorial internacional, y puedo conseguir cosas que no siempre es posible desde Buenos Aires, sin que por eso me olvide todas las ediciones extranjeras que ustedes han contratado a lo largo de estos años.
RE CRONOPIOS: Ugné me pide que te diga que Gallimard necesitaría saber qué entendés por “facilidades de pago” en el caso de la maqueta Silva-Alechinsky. Mandale por favor unas líneas explicándole cómo procederías en ese terreno, a fin de que Gallimard (y Ugné, que se ocupa de este asunto) puedan arreglar definitivamente el asunto con vos. Ah, y otra cosa: me he quedado sin ejemplares de los cuatro libros de cuentos. ¿Podés dar orden de que me manden lo antes posible 5 ejemplares de cada libro? Muchas gracias.
RE EDICIONES EN PORTUGAL: Nunca recibí un ejemplar de Las armas secretas editado por los portugueses. ¿Vos tenés? Conocí a un escritor llamado Jose Cardoso Pires, que dice que en Portugal ha disminuido considerablemente la censura, y que sería el momento de lanzar Rayuela, por la cual hay mucho interés entre los intelectuales y los jóvenes. Cardoso se mostró extrañado de la forma en que se publicó Las armas secretas, y me prometió ocuparse en Lisboa de explorar el terreno. Si te fuera posible, mandame una fotocopia del contrato (que nunca recibí, aunque en general Sudamericana me ha enviado copias de los contratos con el extranjero). Yo te avisaré del resultado de las pesquisas del cronopio Cardoso, y a lo mejor vale la pena, porque te repito que los portugueses están ahora muy interesados en mis cosas.
RE CARLOS BARRAL: Ayer recibí el tomo de Ceremonias. Ha quedado realmente muy bien, es una bonita edición. Supongo que Barral te hará llegar un ejemplar puesto que te lo debe a vos. Tomo nota de lo de Poe, y le escribo a Carlos en el sentido de lasciar ogni speranza. La bestia, vos y yo haremos ese libro; lo hablaremos aquí en París, elegiremos juntos los cuentos y decidiremos las modalidades de la edición. Ya verás que hablar de Poe en París vale la pena, viejo.
Es más de medianoche, Ugné no ha vuelto todavía, escucho sonatas de Scarlatti, tomo pastillas alemanas contra la gripe y bebo traguitos de slibovitz, bebida bastante frecuente en 62 como te acordarás. Tengo curiosidad por saber tu opinión sobre mi proyecto de un libro sobre los observatorios mágicos de Jay Singh.498
Otras cosas que se me ocurren con la fiebre (38.4º, carajo, floto alrededor de la máquina, y las malditas q aprovechan para colarse por todos lados). Leí un libro maravilloso de Anais Nin, llamado Collages (editado por Peter Owens, en Londres). Se me ocurrió que sería un gran libro para vos, especialmente para la bestia. Si lo ves por ahí, leelo, pero leelo hasta el final; es un libro de cronopios, de inocente, de mujer loca y sabia, algo malo y mediocre y maravilloso a la vez, esa literatura marginal que cada día me parece más bella.
En Polonia acaba de salir Rayuela,499 con una tapa psiquedélica muy bonita. Me invitan a que vaya a beberme los zlotys no convertibles pero yo me voy a La Habana, a pelear por tantas cosas. Life en español me pidió una entrevista. Les dije que los consideraba territorio enemigo y que sólo contestaría si me daban garantías de que mi texto, donde diría lo que pienso de los yanquis, se publicaría sin editing. Indignados, me mandaron un telegrama donde me informaban que ni John F. Kennedy ni Winston Churchill habían discutido el editing de Life. Les contesté que me ne fregaba en ambos personajes. A los días me escribieron que me mandarían las pruebas. Estoy escribiendo la entrevista;500 si sale (cosa que todavía dudo) te divertirás. Me parece perfecto poder incursionar en territorio enemigo y decir lo que pienso, máxime cuando esa revista tiene embobados a montones de cretinos en nuestros países.
Bueno; ahora sí termino, todo gira dulcemente como en una calesita tirada por perros. El 15 por la noche aterrizo de vuelta en París, y el 30 me voy a Cuba. Por favor, que en ese hueco venga la gran paloma blanca de una carta tuya.
Un abrazo así de grande,
Julio
Paris, le 4 Décembre, 1968
Mes très chers,
En voilà une nouvelle! Donc, les chatelains de Serre préparent leur dynastie –je parie que ce sera un garçon et je parie aussi qu’Isabelle sera ravie d’avoir un petit frère. Et bien, nous serons plus nombreux cet été autour du barbecue Thiercelin (sans oublier les guêpes!) et, pour ma part, je suis très heureux de la nouvelle. Elle arrive à temps pour me réchauffer le cœur, car j’ai attrapé une des ces grippes (de Hong Kong, à ce qu’il paraît) et en plus je dois partir ce dimanche à Prague, avec Fuentes et García Márquez (quel trio!), invités par l’Union des écrivains tchèques. Voilà d’ailleurs ce que je voulais te dire, Jean, à propos de mon voyage à Serre: je rentre à Paris le 15 (pour repartir le 30 à La Havane), et je vois que vous quittez Serre le 21. Donc je ne vois d’autre possibilité que faire un saut de deux jours, disons entre le 17-18 et le 19-20. Si cela vous va, envoie moi un mot que je trouverai à mon retour de Prague. As-tu le téléphone? De toute façon, dis moi si cela vous va, car j’aimerais tellement aller vous voir avant mon voyage à Cuba.
Je m’excuse de ne pas t’écrire plus longuement, mais je suis bousculé aux limites du supportable. En plus de tant des choses personnelles, il y a “l’action” au niveau cubain et ses dérivations sur le plan tchèque, etc. Aurora est partie en Argentine pour 3 mois et j’ai récuperé la maison, mais chaque étape et chaque courrier m’apportent des nouvelles complications sur tous les terrains. En fin, assez de se plaindre, ce qui compte c’est que je voudrais vous voir si cela peut s’arranger. Remarque que je reviendrai de Cuba vers le 15 Janvier, donc nous pourrions toujours attendre, jusque là et nous rencontrer avec plus de temps et de calme (et de froid, bien sûr!).
Merci de ta lettre –et de ton nom, Raquelita–. Je vous embrasse tous très fort,501
Julio
París, 4 de diciembre de 1968
Amigo Néstor Tirri:
Complicaciones diversas han demorado estas líneas; otras complicaciones (me voy a Praga dentro de tres días, y a La Habana a fin de mes) no me dejarán escribirle largo. Sin embargo, no quiero irme de Francia sin enviarle estas líneas, que un día espero completar mejor. Algún mérito tiene de todos modos esta carta; se la escribo con 38,5 de fiebre y eso que llaman la gripe de Hong Kong; el teclado de la máquina oscila cadenciosamente, y una mano nada cariñosa me aprieta la nuca. Por las dudas fumigue la página o póngala al sol, como hacían nuestras abuelas con las sábanas, “porque eso mata el microbio”…
Gracias de veras, muchas gracias por el libro.502 Proféticamente tengo en la tapa la misma cara que esta noche, es decir amarilla; sé por lo menos de una mujer que está profundamente ofendida con ustedes por esa asimilación a la raza mongólica (espero que no mongoloide), y yo mismo podría pensar que la gripe de Hong Kong era de cajón después de semejante iconografía. Bueno, del libro yo conocía una buena parte de los ensayos, pero en cambio ignoraba los de Ara, Gregorich y el suyo. Me resulta incómodo (y eso que usted ya me conoce de sobra para saber que no me ando con vueltas cuando se trata de decir ciertas cosas) decirle que su ensayo503 me interesó mucho más que cualquiera de los otros del libro. Me trago la incomodidad y se lo digo lo mismo; por lo demás en los ensayos de Pizarnik, Gregorich y Jitrik (sin hablar de Graciela, vieja y querida amiga) hay una cantidad de cosas útiles para mí en cuanto escritor, pero todos ellos se mueven en un territorio crítico más útil, pienso, al lector de mis libros que a mí mismo. Su ensayo en cambio tiene algo de carta privada, de análisis dedicado directamente al autor de esos libros que usted ha leído; por eso lo encuentro particularmente útil para mí en la medida en que no tengo las vanidades al uso y soy capaz de verme bruscamente bajo una luz diferente, expuesto sin complacencia por alguien que me ha analizado sensible e inteligentemente. Si entiendo bien, en última instancia su análisis es pesimista y negativo; reconociendo posibles valores en mi obra, usted termina viéndome como el perro que juega a morderse la cola y gira en redondo interminablemente. Pero esta visión, que comparto plenamente, no lo deprime ni a usted ni a mí; a usted no lo deprime, porque en caso contrario no se habría molestado en leerme y estudiarme con tanto detalle; a mí no me deprime porque de mi debilidad nace mi fuerza, y nunca me engañé en ese sentido. Pienso en escritores como Drieu La Rochelle, y el mismo Céline con todo su genio. ¡Qué incesante disimulo de su debilidad profunda, o qué lloriqueo de autocompasión! Yo sé que no existo en el fondo, que soy un juego de máscaras, el camaleón de mi pequeña alegoría keatsiana; a base de ese resbalar entre entidades más sólidas, de ese juego intersticial, de esa ósmosis a lo axolotl (todo lo que usted ha visto tan bien) ha ido naciendo una obra cuya fuerza, finalmente, habrá sido la de negar toda visión, toda concepción, toda acción en bloque. Porque, Tirri, yo estoy convencido de que no hay bloques (nos entendemos metafóricamente, por supuesto); los bloques los arma la naturaleza histórico-gregaria del hombre, las necesidades sociales, la armazón que permite sobrevivir. Usted tiene razón cuando insinúa en varios pasajes que mi persecución perseguida no lleva finalmente a nada. ¿Pero no simplificamos un poco demasiado en materia de objetivos? Yo no sé lo que hubiera podido encontrar Oliveira; en cambio entiendo que hay mucha gente que lo ha encontrado a él, y que algo ha cambiado –lo digo sin vanidad, quizá temerosamente– en el panorama mental de muchos argentinos o latinoamericanos. Es lo del tejo que usted cita, el tejo que va a parar vaya a saber en qué marcador. No me reproche demasiado carecer de datos definibles de ese marcador; sepa, en cambio, que hay en mí una fuerza terrible y obsesionante que me dice que hay que seguir tirando los tejos fuera del perímetro del sapo. Ahora su estudio me ha mostrado límites, falencias, repeticiones; ahora trabajaré mejor, si todavía puedo hacer algo en ese sentido. Por eso le agradezco esas páginas tan lúcidas, y con las que estoy tan de acuerdo.
Mándeme la foto prometida, me divertirá verla. Perdóneme que no siga esta charla, estoy realmente enfermo. Va un gran abrazo de su amigo
Julio Cortázar
Le 17 Décembre / 68
Cher Jean,
Tu as du recevoir mon télégramme.
Je suis rentré ce matin de la Tchécoslovaquie, avec un retard de 2 jours (les raisons sont longues à expliquer, mais il n’y avait rien à faire). Donc, à si peu de jours de mon départ pour La Havane, mais surtout de votre départ le 21, j’ai vu qu’il m’était impossible d’aller vous voir. Rester une seule journée me semblait absurde, et j’ai tellement de choses à faire à Paris que le quitter pour 2 jours (c’est à dire 3 avec les voyages) ne m’était pas possible. Je pense que le mieux ce sera aller chez vous pour 3/4 jours à mon retour de La Havane, vers le 15 Janvier. Aussitôt rentré, je vous envie un mot pour vous prévenir.
Je vois Isabelle dans la neige. Un écureuil heureux.
Bon Noël, mes très très chers. Je suis triste de ne pas pouvoir vous embrasser comme je l’aurais voulu,504
Julio
París, 17 de diciembre de 1968
Mi querido Fredi:
Tu carta me trajo la alegría que puedes imaginar, mezclada con la tristeza de enterarme por primera vez de lo que te ha pasado. Aunque con tu discreción de siempre te limitas a unas pocas líneas, dices lo suficiente como para que yo tenga una idea de la realidad; pienso sobre todo en lo que habrá sido para vos tener que regresar en esas condiciones a la Argentina, apenas llegado a la India, sin contar la cirujía y esa complicación posterior. Con todo, tu carta me da la impresión de que tu convalecencia debe estar ya bastante avanzada, y que en poco tiempo habrás dejado atrás esos problemas. La India está en deuda contigo y tienes que cobrarle esa cuenta lo antes posible.
Quiero decirte que cuando se publicó La vuelta al día… tuve el deseo de enviarte un ejemplar puesto que en ese libro había un mensaje para vos y el recuerdo de algunas anécdotas y de muchos momentos de amistad y afecto, pero tropecé con el estúpido inconveniente de no tener tu dirección. Es casi increíble, pero la gente que te conoce aquí en París (Saúl Yurkievich, por ejemplo) tampoco la tenía. Y la prueba es que ahora mismo sigo sin tus señas, porque vos no las ponés en el sobre, de modo que le mando estas líneas a Baudi que te las hará llegar. Me alegró mucho saber que Baudi te había regalado el libro, porque espero que algunas de sus páginas te hayan divertido. En cuanto a 62, ya me dirás alguna vez qué te pareció esa tentativa bastante desesperada de escribir a contracorriente, es decir dejando que las interacciones y las figuras se fueran armando sin mi intervención consciente, yo mismo tan perdido como cualquiera de los personajes que ignoran las razones profundas de lo que les va sucediendo. Me dicen ya que la crítica argentina ha sido bastante feroz con el libro, cosa muy natural en el sentido freudiano, pues para mí ya llega el tiempo del parricidio, y es bueno que me maten simbólicamente; de nada vale perpetuarse académicamente y en falso, como tantos Mallea que andan por ahí. El año que viene sacaré otro librito en México, en la línea de La vuelta al día…, que se llamará significativamente Último round. A buen entendedor…
Sabrás quizá que Aurora y yo hemos decidido separarnos, y que Aurora está en Buenos Aires. Te lo digo porque ella los quiere mucho y cuando tengas ganas de verla ya sabes. No te cuento más de esto porque ni vos ni yo pertenecemos al género confesional, y sería inútil y fatigoso hablar de un pasado que me duele y me deprime; quiero que Natacha y vos sepan, sin embargo, que el afecto y la amistad siguen invariables entre Aurora y yo, y que precisamente por eso, para salvar quizá lo mejor de nosotros mismos, estamos haciendo lo que hacemos.
Tomo muy buena nota de lo que me decís sobre el cronopio Miguel Ángel Bustos. Todavía no recibí sus libros, pero desde luego me basta lo que me has escrito para saber qué deberé decir cuando los de la beca me consulten. Quedate tranquilo en ese sentido. Tengo muchas ganas de leer los libros de ese poeta, y ojalá pueda hacerlo antes de irme a fin de mes a Cuba, donde tengo que quedarme dos o tres semanas.
Mi querida Natacha, este pedacito de la carta es para vos, con todo mi afecto de siempre y mis mejores deseos. Espero verlos a Fredi y a vos muy pronto, y nuestro casi encuentro en la India se concretará seguramente en París o en otra parte antes de mucho. En la India pasé dos meses magníficos junto a Octavio Paz, que es un ser excepcional, y que allá valía todavía más por su contacto tan estrecho con muchas zonas profundas del pensamiento y la sensibilidad india. Nunca olvidaré un paseo que hicimos a Matura, y nuestro encuentro con “la Madre” (he olvidado su nombre), una mujer admirable que irradiaba una paz y una hondura espiritual como pocos seres humanos.
¿Leíste Paradiso de Lezama Lima, Fredi? Es buena lectura para reconciliarse con una cierta visión “lujosa” y tropical del mundo, y hay en ese libro montones de poesía, a veces escondida en un exceso de verbalismo, pero otras a flor de piel. Y ahora, mi querido, mis queridos dos, hasta siempre con todo mi afecto y mis mejores deseos. Un gran abrazo,
Julio
406 La carta está mal fechada. Es de 1968.
407 Rayuela, La Habana, Casa de las Américas, 1969. El volumen tiene como prólogo el artículo de Lezama Lima “Cortázar y el comienzo de la otra novela”.
408 Algo se está cocinando en Dinamarca.
409 Sabio agente, obrarás según tu criterio.
410 Interpreta como mejor te parezca estas crípticas declaraciones. Algún día hablaremos de todo esto.
411 John Barry, productor de la película.
412 En la revista de Estocolmo Ord Och Bild aparecieron el 21 de mayo de 1969 historias de cronopios (“Fin del mundo del fin”, “Tema para un tapiz”, “Las líneas de la mano”, “Filantropía”, “Fama y eucalipto”, “Tortugas y cronopios”, “León y cronopio”, “Cóndor y cronopio” y “Flor y cronopio”) traducidas al sueco por Artur Lundkvist y Francisco J. Uriz, y con dibujos de Mikael Nyberg.
413 Se refiere a la carta a Roberto Fernández Retamar de 10 de mayo de 1967 publicada como “Acerca de la situación del intelectual latinoamericano” en Casa de las Américas, n.º 45, noviembre-diciembre de 1967.
414 Nueva Delhi, 2 de febrero de 1968
Querido Jean:
Gracias por tu tarjeta de fin de año, tan bella, que encontré a mi regreso de Cuba y que Aurora había guardado preciosamente. Hubiera querido escribirte enseguida pero apenas volví de La Habana tuve que preparar otra vez mi equipaje para la India; te ahorro el relato de la semana infernal que pasé en París, entre dos aviones. Y aquí estoy, todavía agotado y bastante enfermo (¡malditas vacunas!), pero algo más en la Tierra y maravillosamente alojado con Aurora en casa de Octavio Paz.
Cosa extraña este viaje a Cuba: un trabajo muy duro durante el Congreso Cultural, pero valía la pena. Al mismo tiempo, un trabajo “interior”, un aprendizaje penoso pero necesario de lo que tengo que llegar a ser si quiero ser de verdad yo mismo. Yo ya sabía cuánto querían a mis libros en América Latina, pero esta vez comprendí otra cosa, una cosa bella y terrible y en cierto modo fatal: soy un sudamericano (no tan “pálido” como el que tú sabes) y me debo a este mundo (que llaman “tercero”) del que me arranqué hace dieciséis años. Claro está, no soy el Che Guevara, no te hablo de meterme en la guerrilla, sino de una operación análoga pero siempre quedándome (y éste es el problema) en la poesía, en la literatura, en las únicas cosas que sé hacer. Cuba ha sido como un camino de Damasco sin conflicto visible, pues veo ahora que andaba hace tiempo a mi manera por ese camino. Quisiera hacer que América Latina aprovechara de ese azar insensato que me ha convertido en una especie de mentor del sentir (más que del pensar) de los jóvenes de mi país y de los otros países latinoamericanos. Escribir, sí, pero de manera que el afecto que sienten por mí se traduzca en fuerza, en levadura, en revolución. Y cuando digo revolución quiero decir también la lucha armada, los “cuatro o cinco Vietnam” que pedía el Che. ¿Pero cómo conciliar esto con mi negativa total a hacer una literatura “revolucionaria” en el sentido en que lo entiende una parte de los cubanos? E incluso escribiendo con mi independencia de siempre, digamos movido por mi placer o mi “vocación”, ¿cómo dar el máximo de fuerza a una obra que hoy es esperada como una suerte de Pentecostés? Porque hay algo terrible en esta toma de conciencia de mí mismo que acabo de experimentar en La Habana: es saber que no puedo rechazar, que no quiero rechazar, que quisiera vender lo más caro posible mi pellejo, es decir ayudar de la manera más cabal a la causa de la revolución tal como la entiende Cuba (¡y no los PC!). Ya ves, para alguien que tiene más de 50 años y cierto derecho a que lo dejen en paz, esta convicción repentina, esta decisión, son bastante perturbadoras. Resultado: problemas personales bastante graves, un futuro muy incierto, una lucha cotidiana entre lo que sé que es mi deber y lo que sé que es también mi hedonismo y mi amor por cosas que se llaman París, Saignon o Bevinco. ¿El desenlace de todo esto? Nada urge y todo urge: ya se verá. Por el momento estoy despellejado, enfermo, sin reencontrar esta India donde fui tan feliz hace 12 años. Y te escribo estas pocas líneas entre dos documentos por revisar, para que sepas que pienso en ti y en Raquel, como pienso también en las otras estrellas de la constelación (la nuestra, tan mágica) que brillan del lado del camino de las Palettes.
Espero escribirte de nuevo, cuando todo esto se ordene un poco. Por el momento, pongamos que quería darte un abrazo muy fuerte y saberte cerca de mí. Abraza a Raquel y a Isabelle.
* Para darte un poco menos de trabajo aquí va la indicación precisa: llevá las cartas a M. RIPLEY (Registry) y poné [en] los sobres:
Mr -------------------
c/o Unesco Mission
N. 1 RING ROAD
NDSE, Part. 1
NEW DELHI – 3 INDIA
415 Gente ocupada, ya ves.
416 “Derechos mundiales en inglés”, lo que quiere decir que Pantheon podría venderlo a Cape.
417 OJO: Me dices “Mayo en Saignon” pero será junio en Saignon, Sr. Blackburn, porque volvemos de Irán a mediados de mayo y tendremos que arreglar cantidades de cosas en París antes de bajar a Saignon. De modo que dale a Paula una fecha de entrega posterior, fines de julio o quizás agosto.
* A Blackburn, no a Tarn.
418 Delhi, 4 de marzo de 1968
Querido Jean:
Hubiera querido escribirte largamente, pero la UNCTAD (o CNUCED, siempre siglas del “robotismo” que nos rodea cada vez más) ha empezado a asestarnos cientos de páginas que traducir
y revisar. Cuando uno sale de la oficina, sólo le queda un deseo: salir a la calle, mirar, deambular, ver caer la noche y después dormir. Añade a esto los viajes de los week-ends, magníficos viajes: los templos de Kajuraho, las ruinas, las mezquitas de los mogoles, las aldeas llenas de olores y colores maravillosos. En una palabra, un tiempo que se te escurre entre los dedos como las truchas de Bevinco.
Tu carta me hizo mucho bien, porque hace bien ser tan comprendido por alguien que te es caro. Estoy completamente de acuerdo contigo sobre nuestro deber (¡ah, esas palabras tan sucias!) y claro que seguiré escribiendo como lo he hecho siempre, porque me da placer y porque placer, aquí, quiere decir muchas otras cosas. Pero creo haber entrado en una etapa en que la visión que informa una obra ha cambiado mucho. Quiero decir que no me compromete a la pérdida de la libertad, sino más bien que el compromiso hace más exigente y más ardua esta libertad, le quita su carácter un poco gratuito que antes tenía para mí. Ya hablaremos de todo esto este verano entre Lourmarin y Cadenet, ¡ah, ésta sí que es una gran noticia maravillosa! Nos alegra tanto saber que van a vivir casi al lado de nosotros, en una región que nos gusta mucho más que la llanura de Aix. Ya está, ¿así que se mudan de casa? Oye, deberíamos celebrar la inauguración con una borrachera de tres días. Cuenta conmigo.
Pienso que Claude te habrá enviado esta foto, pero si así no fuese, aquí la tienes. Verás enseguida que se trata del minuto inmortal, en Tipasa, en que tu pájaro totémico, en una rama baja y lleno de ánimo, nos espetó un discurso inolvidable. Se lo ve muy bien en el árbol. Te señalo a título de información que el quinto personaje era nuestro chofer, un argelino muy simpático que estaba presente de pleno derecho.
¿Encontraste lo que habías escrito después de leer Marelle? Quisiera conocer ese texto. Y espero que nos leas lo que has escrito desde las noches del molino. Por mi parte tendré el volumen de cuentos que aparecerá en estos días en París y que se llamará, después de largos parlamentos, Gîtes [Moradas]. Te enviaré un ejemplar en cuanto regrese a París. Cosa que haré hacia el 15 de mayo (¡lástima que ustedes vayan en marzo! Es increíble cómo nos cruzamos allá, y tal vez esté bien, hay tanta insistencia en ese juego extraño, que uno termina por considerarlo un signo).
Bueno, vuelvo a cosas como los seguros y los reaseguros en los países en vías de desarrollo, ya te darás una idea. Trato de ver y de comprender un poco la India, pero me siento bastante lejos y no tendré tiempo de remediar tanta ignorancia. ¡Si vieras a mis colegas, la seguridad con que juzgan! Franceses, argentinos, ingleses, tanda de imbéciles asqueados de la “suciedad” y la “miseria”… Raza de escribas, bastardos del dios Nailon.
Raquelita, un gran abrazo para ti. Aurora los abraza a los tres. Vuestro,
419 Escultor belga para quien Cortázar escribió los textos de la Bande sculptée à Reinhoud (catálogo de la exposición en la Galerie de France, 1968) incluidos en Último round como “Diálogo de las formas”.
420 S. a.: “Un viaje imaginario a través de un talento creador. La vuelta al día en ochenta mundos de Julio Cortázar”, Clarín, Buenos Aires, 15 de febrero de 1968.
421 Paradiso, México, Era, 1968 (“Edición al cuidado de Julio Cortázar y Carlos Monsiváis”).
422 “720 círculos”, Revista Iberoamericana, vol. XXXVII, n.º 74, Pittsburgh (Pensilvania), enero-marzo de 1971; incluido en “Poesía permutante” en Territorios, México, Siglo XXI, 1978.
423 José Blanco Amor: “Cortázar paga una deuda”, ABC, Madrid, 18 de abril de 1968.
424 La carta está mecanografiada en un papel con el membrete del Hotel Caspien, de Teherán.
425 ¡Ah, Patrón! Tengo ganas de charlar con vos, creéme.
426 En el mismo lugar y el mismo día, Cortázar fechó “Plural inútil”, poema recogido en el volumen IV de sus Obras completas, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2005.
427 Carlo Di Carlo.
428 “Homenaje a una torre de fuego”, recogido en Último round.
429 Los intelectuales y los artistas abajofirmantes saludan a los estudiantes argentinos que acaban de ocupar la Casa de su país en la Ciudad Universitaria de París, y les expresan su solidaridad y su apoyo fraternales en su lucha por los principios de justicia y democracia verdaderas.
París, 28 de mayo de 1968
430 (10 días trabajando para el Comité del Algodón, un organismo internacional, ya sabes)
431 Para dejar todo claro.
432 Por expreso para darte el plan definitivo.
433 ¿Te conviene o te complica las cosas?
434 “El proyecto de Londres sigue también el camino que deseas”. ¿Te refieres a la cuestión de Tarn y los cronopios, al arreglo Pantheon-Cape o a qué diablos? No tengo noticias de Londres, salvo para la filmación en un futuro próximo de El atasco. Bueno, Sr. HAGENTE, toda esta edición cronopia es cosa suya.
En Teherán, Aurora dio con un ejemplar de Rayuela en rústica. Dios, qué espectáculo desagradable! Me presentó el volumen y lloramos sobre él. Pero Paula dice que se venderá, así que quizá tengamos un poco de dinero, es decir, un poco menos de esclavitud Unesco. Bien!
435 En el n.º 15 de la revista TriQuartely, primavera de 1969, se publicó “Unusual Occupations”, en traducción de Blackburn.
436 Quiero decir, que no ha vuelto a escribir.
437 Que parece muy ansioso por llegar a un arreglo. Una vez más este maldito asunto es cosa tuya.
438 Te escribiré dentro de unos días para decirte cómo marchan las cosas en París y cuándo estaremos en Saignon.
439 La carta de Cortázar a Fernández Retamar de 10 de mayo de 1967 fue publicada como “Acerca de la situación del intelectual latinoamericano contemporáneo” en Primera Plana, nos 281 y 282, 14 y 21 de mayo de 1968.
440 Han pasado también un momento maravilloso, que lo digan si no los asesinatos de King y de Kennedy.
441 El título provisional de la película con guión de Cabrera Infante, On the Speedway, fue sustituido por The Jam [El atasco] porque mientras tanto se había estrenado Speedway, con Elvis Presley.
442 Por favor contéstame cuanto antes acerca de la gallimardiana.
443 “Cortázar y el comienzo de la otra novela”.
444 “Noticias del mes de mayo”, Casa de las Américas, n.º 53, marzo-abril de 1959; texto recogido en Último round.
445 Pintor cubano.
446 Dirección de Lezama Lima en La Habana.
447 Guillermo Fernando López, Chinolope, fotógrafo cubano de raza china.
448 Enoch Powell, político inglés, pronunció en abril de 1968 un discurso antiinmigratorio que causó un gran escándalo.
449 Querido Bill:
¿Nunca has visto una muestra de mi estilo inglés? Pues ya es hora, sólo que ponte una mano en el estómago mientras la lees.
Me llegó tu carta cinco minutos después de escribirle a Carlos pidiéndole que te telefoneara para saber qué diablos pasaba contigo. Lamento mucho, viejo, la maldita orden de expulsión. ¿Cómo están ahora las cosas? Qué país, a la mierda todos, y especialmente Enoch (¿Eunuco?) Powell. Espero que te las arregles para convencerlos de que entre tus antepasados había muchos bucaneros ingleses. A veces, mirándote muy de cerca, percibí la vieja chispa sajona. Deja que ellos también la perciban.
Muchas gracias por las noticias. El viejo Gaston estará también encantado, te mandaré un ejemplar del boletín en cuanto aparezca, supongo que en agosto. Desde luego, le haré saber que varios nombres y fechas no son seguros.
Con respecto al asunto Caroline Pfeiffer/Omar Shariff, gracias de nuevo por darles el dato sobre el viejo John Howell. ¿Quién sabe? Sería grandioso que hicieras de nuevo un verdadero film con uno de mis cuentos. Por no hablar de “Las armas secretas”, que es mi debilidad secreta. Me alegró de verdad que te gustara ese cuento.
Totalmente agotado por esta portentosa disertación en rúnico, me quedan fuerzas suficientes para mandar besos a Miriam y a las niñas, y también a ti.
Queda a sus pies, señor, su más humilde servidor
Jules Cort Hasard Objectif
La despedida está tomada de La vida de L. B. Johnson, de Boswell, I, 233.
450 La bande (sculptée) à Reinhoud vue par Julio Cortazar, texto para el catálogo de la exposición de la Galerie de France, 1968; fue incluido como “Diálogo de las formas” en Último round.
451 Suzy Embo, autora de las fotografías de La bande sculptée à Reinhoud.
452 El texto, que acabó llamándose “País llamado Alechinsky” y fue incluido en Último round y en Territorios, había sido escrito para la exposición de Alechinsky en Washington en noviembre de 1968.
453 Liberto Cruz: “As armas secretas de Cortázar”, Diario de Lisbóa. Suplemento Literário, n.º 515, 13 de junio de 1968.
454 Saignon, 29 de julio de 1968
Queridos Jean, Raquel:
Ustedes estarán sorprendidos de nuestro silencio. Iré a verlos un día, después del 4 de agosto y hablaremos. Sepan por el momento que Aurora vuelve a París en estos días, que una larga crisis de cuatro años está tratando de encontrar tal vez la salida más lógica, más amistosa y menos desgarradora. Soy un hueco, un vacío que intenta ver más claro; por el momento necesito –y Aurora también– estar solo. Les repito, no crean que los olvido. No vengan, no escriban. Iré a verlos, ya hablaremos.
Sé que esta carta les hará mucho daño. Por favor, piensen en lo que me cuesta escribirla.
Perdónenme, y hasta pronto.
* Por avión, claro.
455 El libro fue Casa tomada, Buenos Aires, Minotauro, 1969; diseño gráfico de Juan Fresán.
456 Joan Diane Miller, tercera esposa de Paul Blackburn.
457 Julio Silva proyectaba la compra de un terreno en Saignon.
458 Misette Godard.
459 Se apersonó esta mañana en casa.
460 Partir la diferencia.
461 Histoires des Cronopiens et des Fameux, La Louvière, Éditions Daily-Buhl, 1968; litografías de Pierre Alechinsky.
462 En relación con el tema del terreno.
463 Se refiere a “De la grafología como ciencia aplicada”, texto de Último round.
* Como era previsible, el paquete se fue a parar a la Aduana. Yo tuve la buena idea de decirles que averiguaran, y en efecto lo encontraron allá. ¡¡La misma cosa que el año pasado en Viena!!
464 Robert Muller, autor de la escultura que ilustra “Ciclismo en Grignan”.
465 Respecto al terreno.
466 Paciencia.
467 A fin de cuentas.
468 De un coche parado a otro.
469 Antonio Pérez Prado: ¿Qué es la sangre?, Buenos Aires, Columba, 1967.
470 Cruzo los dedos y espero que así sea.
471 Malas noticias.
472 Comer algo.
473 André Schiffrin, editor franco-americano.
474 Debía tratarse de “Sobremesa”, publicado en Casa de las Américas, n.º 51-52, noviembre de 1968-febrero de 1969.
475 “The smiler with the knife under the cloak”.
476 Cortázar lee a Cortázar, Buenos Aires, Editora Laberinto, 1967.
477 Julio Cortázar, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1968.
* En esos casos, hay que ir a fin de año y pasar todo el mes de enero. ¿Podrías, a fines del 69?
478 Rafael Conte: “Doce proposiciones para un Festival Cortázar”, Cuadernos Hispanoamericanos, n.º 222, Madrid, junio de 1968.
479 Los “Antepasados”, serie de óleos de Thiercelin que Cortázar había fotografiado.
480 París, 29 de octubre de 1968
Querido Jean:
Te mando algunas noticias (y algunas fotos) para sentirme más cerca de todos ustedes. Señor de Serre, y tú señora del castillo, y tú princesita en su cuarto abovedado, buenos días.
Espero que les gusten las fotos. Quiero agradecer a Isabelle la muy bonita foto que tomó de la hija de Hérold y de mí. Pienso también que podrían entregarle a Hérold las fotos de la pequeña Delphine, con toda mi amistad.
Jean, los Antepasados son mucho más impresionantes en diapositivas que en copia sobre papel, pero habrá que esperar el verano próximo para organizar una sesión de proyecciones (con la presencia del Gran Condestable de Apt y su Gordita). Espero con todo que te gustará
tener una colección de copias, así como las vistas panorámicas que tomamos al final y que en la pantalla son bastante vertiginosas.
Sigo llevando una vida extraña, entre dos luces (creo que esto también puede decirse de la vida), tratando de ver más claro en mí mismo y en lo que me rodea. Vivo en un departamento cerca de nuestra casa, tengo muy buenas relaciones de amistad con Aurora. Me niego a hacer previsiones de cualquier tipo: el maelstrom es puro presente. Amo y trabajo, París está ahí con maravillosos films checos, una admirable exposición de Rauschenberg y, ay de mí, la conferencia general de la Unesco, que me embrutece todos los días de 16 a 24 horas. Pero con lo que se gana se construyen las jornadas de dolce far niente en Saignon. Hago una síntesis de La Fontaine, etapa dialéctica que nunca se atrevió a franquear. En efecto, soy la hormiga en invierno para convertirme en cigarra en verano.
No he tenido noticias de Claude, pero lo llamaré por teléfono una de estas noches. ¿Está en obras la finca? No he renunciado a la idea de hacerles una visita en diciembre, pero acabo de enterarme de que tendré que volar otra vez a La Habana, de modo que no podré decidir nada antes de saber la fecha de mi viaje. Pienso que será a principios de enero, y en ese caso daré un salto al Midi y ustedes me esperarán con un buen fuego en la chimenea. Se me ocurre ahora que si necesitan alguna cosa, puedo llevarla de París: libros, discos, conejos de felpa, mosquitos javaneses (vaya, “veloups” es una errata divertida, la dejo así [escribe veloups en lugar de velours: felpa]).
Escríbeme unas líneas cuando tus dominios y tus vasallos te lo permitan, dile a la princesa que todos los que han visto sus fotos están locamente enamorados de ella. Desde luego, son todos príncipes y valientes guerreros.
Un abrazo para ti, Raquelita. Y todo mi cariño para los tres.
481 La carta se refería a la situación de Heberto Padilla, juzgado como contrarrevolucionario por los poemas de su libro Fuera de juego y obligado a hacer un mea culpa. La firmaban 54 intelectuales; entre ellos, Carlos Barral, Simone de Beauvoir, Italo Calvino, Julio Cortázar, Marguerite Duras, Hans Magnus Enzensberger, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Jean-Paul Sartre, Susan Sontag y Mario Vargas Llosa.
482 Personaje del Enrique V de Shakespeare.
483 Jean Andreu e Yves-René Fonquerne: “Bestiario de Julio Cortázar: essai d’interprétation systematique”, Caravelle, n.º 11, Toulouse, 1968.
484 “… si bien esas conclusiones son lógicas, hay que reconocer que dejan un regusto de insatisfacción.”
485 “Ir más allá supone la voluntad de banalizar lo extraordinario, racionalizando un relato que no se presta a ello.”
486 París, 18 de noviembre de 1968
Estimada señorita Moberg:
Ante todo, quiero que sepa que mi inglés es muy difícil de entender. En segundo lugar, me encanta ver que su nombre de pila es Verne. Mi primer y gran maestro literario fue Jules Verne, y me parece profundamente simbólico que uno de mis editores firme su carta con el mismo bello nombre.
El cronopio Paul Blackburn le ha informado sobre algunos países que comparten el dudoso honor de publicar algunos de mis libros. A dichos países añado un poco a regañadientes los siguientes: Reino Unido (desde luego, pero usted no ha mencionado a la buena y vieja Albión), Checoslovaquia, Polonia, Rumania, Yugoslavia, España, Portugal, Cuba y Holanda. Uf.
Bastante avergonzado de semejante desfile geográfico,
con la simpatía de.
487 ¡Qué vida, viejo!
488 Una especie de diseño fijo, ya ves.
489 “Deduzco de la carta de Tarn que hablaron ustedes de repartir las ganancias de nuestra edición con Paul Blackburn a razón del 50%. En este caso no hace falta decir que contrataríamos el libro como si se publicara en Inglaterra, lo cual significaría unos derechos más altos. De lo contrario, haríamos un contrato de traducción con usted y un contrato por separado con Paul Blackburn........ Dicho sea de paso le agradecería que me informara sobre la situación actual de las Historias de cronopios y de famas en los USA. ¿Pantheon ha firmado contrato para publicarlos, o no? Lo pregunto simplemente porque me gustaría desde luego que el libro se publicara tanto allí como aquí.”
490 Cómo podría conseguir reproducciones de algunos de los dibujos de Alechinsky, etc.
491 Todo preparado para que añadas tu maravillosa traducción y listo, pibe.
Dicho sea de paso, ¿has visto el catálogo A.? ¿Bonito, eh? Me alegra mucho que te haya gustado la exposición.
492 No es pariente de nuestro Schiffrin, supongo.
493 Y ese tipo de cosas.
494 Te acompaño una carta de dos profesores horrendos. Haz lo que te parezca.
495 Chicos, me alegra mucho la noticia del bebé. Plantaré un rosal en el lugar mismo donde ustedes instalaron la carpa.
496 Se refiere al reportaje “Cortázar: un invento productivo”, Revista Confirmado, año IV, n.º 178, Buenos Aires, 14 de noviembre de 1968.
497 La edición sueca (Hoppa Hafe, trad. de Peter Landelius) apareció en Uddevalla, Fischer & Rye, en 1989.
498 Prosa del observatorio.
499 Gra w klasy, Varsovia, Czytelnik, 1968; traducción de Zofia Chądzyńska.
500 “Un gran escritor y su soledad”, Life en Español, vol. XXXIII, n.º 7, Chicago, 7 de abril de 1969; publicado como “Lo que sigue se basa en una serie de preguntas” en Papeles inesperados.
501 París, 4 de diciembre de 1968
Mis muy queridos:
¡Esta sí que es una noticia! De modo que los castellanos de Serre preparan su dinastía –apuesto a que será un varón y apuesto también a que Isabelle estará encantada de tener un hermanito. Bueno, seremos más numerosos este año alrededor del barbecue Thiercelin (¡sin olvidar las avispas!) y yo, por mi parte, estoy encantado con la noticia. Llega a tiempo para reconfortar mi corazón, porque he atrapado una de esas gripes (la de Hong Kong, según parece) y además parto este domingo a Praga con Fuentes y García Márquez (¡qué trío!), invitados por la Unión de Escritores Checos. Por lo demás, esto es lo que quería decirte, Jean, a propósito de mi viaje a Serre: regreso a París el 15 (para volver a salir el 30 rumbo a La Habana), y veo que ustedes se marchan de Serre el 21. No veo otra posibilidad que dar un salto de dos días, digamos entre el 17/18 y el 19/20. Si esto les conviene, mándame unas líneas que encontraré a la vuelta de Praga. ¿Tienes teléfono? De todos modos, dime si está bien así, me gustaría mucho ir a verlos antes de mi viaje a Cuba.
Perdón por no escribir más largo, ando zarandeado hasta más no poder. Aparte de tantas cosas personales, está “la acción” a nivel cubano y sus derivaciones en el terreno checo, etc. Aurora se ha marchado a la Argentina por tres meses y yo he recuperado la casa, pero cada etapa y cada carta me traen nuevas complicaciones en todos los terrenos. En fin, basta de quejas, lo que cuenta es que quisiera verlos, si la cosa puede arreglarse. Recuerda que volveré
de Cuba hacia el 15 de enero y que siempre podremos esperar hasta ese momento y vernos con más tiempo y más calma (¡y frío, claro está!).
Gracias por tu carta –y tu nombre, Raquelita–. Los abrazo muy fuerte a los tres.
502 VV. AA.: La vuelta a Cortázar en nueve ensayos, Buenos Aires, Carlos Pérez Editor, 1968.
503 “El perseguidor perseguido”.
504 17 de diciembre de 1968
Querido Jean,
Habrás recibido mi telegrama.
He vuelto esta mañana de Checoslovaquia, con un retraso de dos días (por razones largas de explicar, pero no había nada que hacerle). Así que a tan pocos días de mi partida a La Habana, pero sobre todo de la de ustedes, el 21, he visto que me era imposible ir a verlos. Quedarme sólo un día me parecía absurdo, y tengo tantas cosas que hacer en París que irme por dos días (es decir, 3 con los viajes) no me era posible. Creo que será mejor visitarlos 3/4 días a mi regreso de La Habana, hacia el 15 de enero. Apenas vuelva, les mando unas líneas para avisarles.
Veo a Isabelle en la nieve. Una ardilla feliz.
Buenas Navidades, queridísimos. Me entristece no poder abrazarlos como hubiera deseado,