Patrón de dolor: Esternocleidomastoideo
Patrón de dolor: Cervicales posteriores
Patrón de dolor: Esplenio de la cabeza
Patrón de dolor: Esplenio del cuello
Patrón de dolor: Masetero
Patrón de dolor: Músculo temporal
Patrón de dolor: Pterigoideos
Ocho huesos craneales y catorce huesos faciales forman laestructura del cráneo. Suspendido del cráneo se encuentra el único hueso móvil de la cabeza, la mandíbula, conocida vulgarmente como la quijada. Sobre los huesos del cráneo se encuentran los quince músculos a través de los cuales expresamos la mayoría de nuestras emociones y los cuatro músculos que mueven la mandíbula inferior; esto nos permite morder, triturar y masticar la comida.
Para la mayoría de nosotros la cara es el punto focal de nuestro sentido de la identidad. En lugar de identificar nuestro sentido de la identidad con el abdomen, tórax, piernas o espalda, lo identificamos con el rostro y la cabeza. Ésta es una de las razones principales de que la jaqueca y el dolor facial sean tan debilitantes; el dolor en esta región interfiere en la capacidad de funcionar en formas que otros dolores y molestias del cuerpo no lo hacen. Interfiere en nuestra capacidad de pensar, concentrarnos y, a veces, de ver con claridad. Es imposible escapar de las cefaleas o el dolor facial.
Las jaquecas y el dolor facial a menudo se producen debido a lesiones o distensiones de los músculos del cuello, particularmente cuando la cabeza se mantiene extendida (cuando se deja caer levemente hacia atrás). Lo que se conoce como “latigazo” suele ocasionar lesiones, independientemente de que haya sucedido como resultado de un accidente automovilístico o una caída. Una caída a consecuencia de ser objeto de un placaje o “tackle” por detrás es un ejemplo perfecto de ello. Al recibir el placaje por detrás, la cabeza se mueve bruscamente hacia atrás antes de impulsarse hacia adelante. Ésa es la fórmula para que se produzcan lesiones del esternocleidomastoideo (ECM)—la conocida lesión de latigazo.
La distensión del cuello por mantenerlo extendido es otro causante de lesiones. Piense en la postura en que la parte superior del cuerpo está hacia adelante con las piernas dobladas, la cabeza hacia arriba y el mentón proyectado hacia adelante. Esta postura de la cabeza es común en el fútbol americano, el tenis y otros deportes de raqueta, en el nado de pecho y en el ciclismo. Sentarse en las primeras filas de un cine o teatro o pintar el techo también lo hace poner la cabeza y el cuello en esa posición. Piense en lo que esta posición entraña para los músculos del cuello: los músculos de la parte delantera del cuello se estiran y los de la parte trasera se acortan. Esta postura contribuye inevitablemente a la debilidad de la musculatura del cuello y al surgimiento de puntos de activación.
Las jaquecas y dolores faciales pueden ser ocasionados por un gran número de afecciones distintas, entre las que figuran, sin limitarse a ellas, la sinusitis, problemas e infecciones dentales, migrañas o cefaleas acumuladas, trastornos neurológicos y trastornos visuales. En muchos casos las jaquecas y dolores faciales pueden aliviarse con métodos de autoayuda. No obstante, si el dolor es muy intenso o debilitante, si está acompañado de náuseas, vómitos, sensibilidad extrema a la luz y el sonido, inflamación facial, pérdida de control de los músculos faciales, trastornos visuales, y/o dificultad para hablar, masticar, tragar o respirar, se le recomienda que busque una evaluación profesional antes de optar por el autotratamiento.
Mantener la cabeza y el cuello doblados hacia adelante durante períodos prolongados puede ser igualmente problemático. Estar tendido en la cama con la barbilla en el tórax mientras lee un libro o mira la televisión es una fórmula para que se produzcan restricciones en los músculos del cuello. Esa restricción muscular puede producir dolor facial parecido a una cefalea provocada por sinusitis y también fenómenos que generalmente se considera que no guardan ninguna relación con la musculatura, como los mareos, pérdida del equilibrio y lagrimeo del ojo. El uso de un monitor de computadora situado por debajo de su línea de visión puede tener el mismo efecto.
El uso excesivo o indebido de los músculos implicados en la masticación—el músculo temporal, el masetero y los pterigoideos—suelen provocar puntos de activación y dolor facial por ese motivo. Debido a su situación y a los síntomas asociados, el dolor de los puntos de activación en la cabeza, el cuello y los músculos faciales suele diagnosticarse como síndrome de la articulación temporomandibular, una disfunción de la articulación que conecta la quijada con el cráneo. Esta articulación se encuentra justo por delante de la oreja. Coloque el índice a un lado de la cara, por delante del centro de la oreja, y luego abra y cierre la boca; sentirá el movimiento de la articulación temporomandibular. También puede colocar el dedo en el oído y sentir el movimiento de la articulación al abrir y cerrar la boca. Apretar con los dientes un protector bucal o un esnórquel o regulador al bucear ocasiona un uso excesivo o indebido de esos músculos, y lo mismo sucede cuando uno aprieta automáticamente los dientes al levantar grandes pesos, independientemente de si se trata de pesos físicos o emocionales. El trauma directo en la quijada o la costumbre de mantener la cabeza hacia adelante también producen tensión en estos músculos y pueden provocar disfunción de la mandíbula.
Si tiene dolor en la cabeza o la cara, piense en los síntomas que están vinculados con cada uno de estos músculos. Cuando determine cuáles son los músculos afectados, localice y libere sus puntos de activación. Pero no se detenga ahí. Consulte la información sobre el resto de los músculos en esta sección; compruebe si hay bandas tensas también en esos músculos. Es muy probable que las haya. Libérelas todas y estírelas. Se alegrará de haberlo hecho.
Esternocleidomastoideo
Esternocleidomastoideo y puntos de activación
EL MÚSCULO ESTERNOCLEIDOMASTOIDEO, o ECM, es un músculo grande que se encuentra en la parte lateral y frontal del cuello. Su nombre describe dónde se encuentran sus inserciones: sobre el esternón (esterno), la clavícula (cleido) y la protuberancia en la base del cráneo detrás de la oreja, o sea, el proceso mastoideo (mastoideo). El ECM funciona de muchas maneras distintas. Cuando funciona un solo ECM, hace que la cabeza gire y se incline hacia un lado. Cuando los dos músculos funcionan al mismo tiempo, el ECM flexiona el cuello, lo que le permite bajar el mentón hacia el tórax y controla el movimiento de la cabeza hacia atrás. Conjuntamente con el trapecio, el ECM contribuye a estabilizar la posición de la cabeza cuando se mueve la mandíbula, o sea, cada vez que uno habla o mastica. Piense en el esfuerzo que tiene que realizar este músculo: ¡la cabeza humana puede pesar hasta ocho libras!
Estiramiento 1: Esternocleidomastoideo, haz clavicular
A menudo surgen puntos de activación en el ECM como resultado de una lesión de latigazo. El latigazo es el movimiento vigoroso, inesperado y descontrolado de la cabeza primero hacia adelante y luego hacia atrás. Los accidentes automovilísticos son una de las causas más conocidas de lesiones de latigazo. También lo son las caídas, que representan un riesgo para cualquier deportista. Mantener la cabeza baja durante períodos prolongados y extenderla hacia atrás durante un rato puede crear lesiones por uso excesivo; éste es otro causante de puntos de activación. Piense en la posición del tenista que practica la recepción de saques: la flexión de la cintura hacia adelante con la cabeza hacia arriba es precisamente una posición que distiende el ECM. Es una posición conocida para los jugadores de fútbol americano y los esquiadores. ¡Los luchadores que practican “puentes” están prácticamente buscando tener puntos de activación en esas posiciones!
Estiramiento 1: Esternocleidomastoideo, haz clavicular
Los puntos de activación en el ECM nunca refieren el dolor al cuello. El síntoma más común de puntos de activación en el ECM es el dolor en la frente, la mayor parte del tiempo en el mismo lado que el músculo afectado; cuando los puntos de activación son severos, el dolor puede sentirse por toda la frente. También puede sentirse profundamente en el oído. Los puntos de activación pueden producir dolor en la mejilla y la sien y alrededor del ojo. Puede haber dolor y sensibilidad en el cuero cabelludo en el tope de la cabeza. Los síntomas no relacionados con el dolor pueden ser mareos y falta del equilibrio, lagrimeo y enrojecimiento del ojo, trastornos de la vista y aumento de la producción de mucosidad en los senos nasales. También puede provocar una tos seca.
Para buscar el esternocleidomastoideo, colóquese frente a un espejo y gire la cabeza levemente hacia el lado izquierdo, luego incline la oreja derecha hacia el hombro derecho; verá el abultamiento del ECM a su derecha, que se contrae al realizar esta acción. Puede agarrar fácilmente el músculo entre el pulgar y los dedos y seguir su curso por toda la clavícula hasta la base del cráneo.
Una vez que tenga claro dónde está el músculo, relaje la cabeza y el cuello y permita que el músculo se relaje. Agarre el músculo valiéndose de la técnica de presión de pinza, usando el pulgar y los otros dedos. Masajee el músculo longitudinalmente, palpando hasta encontrar puntos sensibles. Puede localizar puntos de activación a ambos lados del ECM. Una vez que haya localizado un punto sensible, manténgalo agarrado y masajéelo: la aplicación directa de presión seguida de pequeños círculos en el punto de activación da buen resultado. Deje el punto de activación durante unos segundos y luego vuelva a concentrarse en él.
Trabajar sobre el ECM puede resultar muy doloroso. No aplique la fórmula de que “no hay ganancia sin dolor” si tiene puntos de activación en este músculo. El dolor soportable puede producir resultados, pero el dolor insoportable produce irritación del ECM.
Después de ese trabajo, siga tratando el músculo con estiramientos.
Debido a que el ECM se activa cuando uno respira superficialmente con el tórax, es importante entrenarse a sí mismo para respirar profundamente con la parte inferior del abdomen. Vea en la página 191 detalles específicos sobre la forma de hacerlo.
Semiespinoso de la cabeza Semiespinoso del cuello
Cervicales posteriores y puntos de activación
LOS MÚSCULOS CERVICALES POSTERIORES—los músculos que se encuentran en la parte trasera del cuello—producen conjuntamente los movimientos de girar el cuello y extender la cabeza y el cuello, que le permiten mirar hacia arriba y hacia atrás. Estos dos músculos deben examinarse al mismo tiempo debido a su estrecha relación de trabajo. Ambos están orientados verticalmente en la parte trasera del cuello. El músculo semiespinoso de la cabeza se adhiere a la base del cráneo; su función consiste en extender la cabeza. El semiespinoso del cuello se inserta en el cuello y su acción principal es sobre el cuello. El semiespinoso del cuello es uno de los músculos más poderosos; por esta razón a veces se le llama la “bestia de carga”.
Estiramiento: Cervicales posteriores
Cuando se presentan puntos de activación en el músculo semiespinoso de la cabeza el dolor abarca toda la cabeza, y se experimenta con mayor intensidad en la sien y la frente por encima del ojo. Imagínese que alguien le está apretando la cabeza con un tornillo de banco en la parte de los ojos. Los puntos de activación en el músculo semiespinoso del cuello producen dolor y sensibilidad en la base del cráneo y hasta en el cuello. Cuando hay puntos de activación resulta difícil dejar caer la cabeza hacia abajo (flexionar la cabeza y el cuello) y mirar hacia arriba y hacia atrás (extender el cuello y la cabeza). Ninguno de los dos movimientos se pueden realizar cómodamente.
Los cervicales posteriores se encuentran en una zona profunda, por debajo de varias capas de tejido muscular, pero cuando hay zonas de tensión y constricción es posible sentirlas a través de las capas superiores de tejido muscular. Tiéndase boca arriba con la cabeza apoyada en una almohada que sea lo suficientemente gruesa como para evitar que la cabeza sea impulsada hacia adelante o hacia atrás. Coloque los dedos en la base del cráneo a ambos lados de la columna vertebral. Mueva los dedos desde la base del cráneo hasta la parte superior de la espalda, dentro de la masa muscular justo al lado de la columna vertebral. Palpe hasta encontrar gruesas bandas de tejido muscular, que serían las bandas tensas dentro de los cervicales posteriores. Tal vez sienta al tacto zonas particularmente gruesas, como 1 ó 2 pulgadas por debajo de la base del cráneo y también como 1 ó 2 pulgadas por debajo de ese punto. Una vez que haya localizado esas zonas, simplemente haga una suave presión hacia dentro del músculo. Relaje la cabeza y el cuello y respire lentamente. Con paciencia comenzará a sentir cómo se suavizan las bandas y se libera el músculo.
Para estirar los cervicales posteriores deje caer la cabeza hacia adelante, llevando el mentón hacia el tórax. Deje que el peso de la cabeza estire estos músculos. Mantenga esta posición y cuente hasta diez o veinte. Repita el estiramiento constantemente a lo largo del día hasta alcanzar la completa liberación.
Esplenio de la cabeza
Esplenio de la cabeza y puntos de activación
EL ESPLENIO DE LA CABEZA se encuentra debajo del trapecio. Va en diagonal desde la base del cráneo, en el abultamiento que puede palparse detrás del oído, hasta las vértebras medias del cuello y la parte superior de la espalda. Es posible que el músculo sea difícil de localizar al tacto. El esplenio extiende la cabeza y el cuello y los hace girar hacia los lados.
Estiramiento: Esplenio de la cabeza
Impulsar la cabeza hacia adelante es la acción precursora más común de puntos de activación. Los tenistas a la espera de recibir el saque tienen la cabeza en esta posición. Cuando hay puntos de activación en el esplenio de la cabeza el dolor se siente directamente en la parte superior de la cabeza.
Para localizar y tratar el esplenio de la cabeza, siéntese con la espalda apoyada en el espaldar de una silla. Trate de encontrar el espacio entre el trapecio superior (página 46) y el esternocleidomastoideo (página 30). Empiece por localizar la protuberancia en la base del cráneo detrás del oído. El esternocleidomastoideo comienza allí. Haga presión justo por detrás del ECM y deslice la mano hacia abajo por un costado del cuello. Comenzará a sentir el borde delantero del trapecio cuando llegue al medio del cuello. Justo a ese nivel, palpe hasta encontrar una fina banda de tejido muscular entre el trapecio y el ECM. Haga una leve presión contra esa banda durante varios segundos hasta liberarla. Trabaje de esta manera sobre el punto de activación varias veces durante el día. Sígalo con estiramientos.
Para estirar el esplenio de la cabeza, deje caer la cabeza hacia adelante y hacia abajo, haciendo girar el cuello de 20 a 30 grados en sentido opuesto al lado que le duele. Mantenga esta posición y cuente hasta diez o veinte.
EL ESPLENIO DEL CUELLO se inserta en las vértebras del cuello y la parte superior de la espalda. Extiende el cuello, lo hace girar y lo dobla hacia los lados.
Impulsar la cabeza hacia adelante es la causa más común del surgimiento de puntos de activación en este músculo: un tenista a la espera de recibir el saque tiene la cabeza exactamente en esta posición. Cuando hay puntos de activación en este músculo puede experimentar dolores en el cuello, la cabeza y los ojos. El dolor en el cuello se siente exactamente en el ángulo de encuentro entre el cuello y el hombro, y también puede incluir tortícolis (rigidez del cuello). Puede ser incluso un dolor intenso que llega hasta el otro lado de la cabeza, a la parte de atrás del ojo. También podría experimentar visión borrosa en ese ojo.
Estiramiento: Esplenio del cuello
Palpe hasta encontrar el esplenio exactamente en el ángulo del cuello. Siéntese con la espalda apoyada en el espaldar de una silla e incline un tanto la cabeza hacia el lado donde siente el dolor. Podrá deslizar los dedos entre dos capas de tejido muscular hasta tocar la parte más profunda del esplenio. Cuando haya localizado el músculo al tacto, incline un tanto la cabeza hacia el otro lado; sentirá cómo el esplenio se tensa bajo sus dedos. Aplique una suave presión en esa banda y manténgase así durante varios segundos. Comenzará a sentir que el músculo se libera lentamente.
Para estirar el esplenio del cuello, deje caer la cabeza hacia adelante y hacia abajo, haciendo girar el cuello de 30 a 40 grados en sentido opuesto al lado que le duele. Mantenga esta posición y cuente hasta diez o veinte.
Masetero
Masetero y puntos de activación
EL MÚSCULO MASETERO es uno de los músculos más fuertes de la cara. Se inserta en la parte del pómulo que está cerca de la oreja y en la quijada o mandíbula. Funciona cuando uno mastica y cuando aprieta los dientes al alzar la mandíbula inferior. Si se pone la mano sobre la mejilla, justo al lado de la mandíbula inferior y aprieta suavemente los dientes, sentirá cómo se mueve el músculo masetero al contraerse. Su contracción y relajación se notan cuando alguien está enojado y aprieta y relaja automáticamente la mandíbula.
Si piensa en la acción de este músculo puede determinar lo que ocasiona su restricción: apretar con los dientes un protector bucal o un esnórquel o regulador; apretar los dientes al dormir. Los períodos de este tipo de actividad pueden desencadenar fácilmente la restricción del masetero. Los culturistas aprietan naturalmente los dientes cuando levantan grandes pesos. Ciertas acciones cotidianas—masticar alimentos duros, usar goma de mascar, morderse las uñas—o recibir en la cabeza un trauma que afecte la mandíbula también pueden hacer que surjan puntos de activación en el masetero.
Cuando el masetero presenta bandas tensas y puntos de activación, puede ocasionar dolores faciales. A veces el dolor se siente sobre los dientes superiores y la mejilla y sobre la ceja. El dolor producido por el punto de activación puede describirse como dolor de sinusitis e incluso es posible que se diagnostique erróneamente como infección de los senos nasales. A veces el dolor se siente a un lado de la mejilla y profundamente en el oído y puede producir zumbido en los oídos. Cuando el masetero presenta puntos de activación puede suceder que uno no alcance a abrir la boca tanto como quisiera. Normalmente uno puede abrir la boca cómodamente y dejar en ella suficiente espacio para introducir los nudillos de dos dedos uno sobre otro. Si no puede hacer esto, tiene restricción de la mandíbula y debe palpar hasta encontrar puntos de activación en el masetero y en los otros músculos implicados en la masticación: el músculo temporal y los pterigoideos.
El masetero está cubierto por la glándula parótida (la glándula que se inflama cuando uno contrae paperas), por lo que los puntos de activación pueden a veces resultar difíciles de detectar desde fuera. Debe examinar y tratar el músculo desde la parte interior de la mejilla. Lávese bien las manos, luego coloque el dedo pulgar sobre la parte interior de la boca y los otros dedos sobre la mejilla. Apriete un poco los dientes hasta encontrar el músculo. Masajee con el pulgar las bandas tensas y puntos sensibles que encuentre en el músculo. Tal vez esté muy sensible y doloroso; quizás deba aplicar este tratamiento al músculo varias veces al día y durante varios días. Insista en el masaje y el músculo se liberará lentamente. Un buen momento para trabajar sobre este músculo es cuando esté en la ducha. Es un momento en que tiene el músculo caliente y las manos limpias.
Estiramiento: Masetero
Después de haber trabajado sobre el músculo, debe estirarlo. Coloque una mano bajo el mentón para oponer una leve resistencia a la acción de abrir la boca. Abra la boca suavemente mientras le hace resistencia con la mano. Mantenga la posición y cuente hasta tres o cinco. Repita tres veces este ejercicio de estiramiento. Siguiendo este ciclo de estiramiento, abra y cierre la boca varias veces sin resistencia.
Es importante evitar las actividades que producen restricción en los músculos de la mandíbula—usar goma de mascar, masticar alimentos duros, morderse las uñas o apretar una boquilla con los dientes. Corregir la posición de la cabeza hacia adelante es una parte importante del tratamiento y reentrenamiento de estos músculos. Tener presente la necesidad de cambiar es el primer paso hacia un cambio duradero.
Puede comenzar a alterar la postura de la cabeza tratando de estirar la columna vertebral, como si estuviera suspendido de una cuerda atada del tope de la cabeza. Sentado, puede colocar una almohada pequeña u otro medio de apoyo en la parte baja de la espalda para levantar el tórax. Esto permitirá también que la cabeza adopte una posición más erguida.
Músculo temporal
Músculo temporal y puntos de activación
EL MÚSCULO TEMPORAL es el más fuerte y eficiente de los músculos de la masticación. Es un músculo grande y plano que se encuentra sobre la sien, cubriendo el oído en abanico. Su inserción inferior es en la quijada o mandíbula. El músculo temporal, conjuntamente con el masetero, realiza la acción de cerrar la mandíbula. Si se coloca los dedos en las sienes por encima de las orejas y aprieta ligeramente la parte trasera de la mandíbula podrá sentir la contracción del músculo temporal.
Los puntos de activación pueden aparecer en el músculo temporal de la misma manera que en el masetero—por apretar o rechinar los dientes y por el trauma directo ocasionado por un impacto o una caída. Cuando efectivamente surgen puntos de activación, el dolor se siente en forma de cefalea en la parte de las sienes y puede extenderse hasta la ceja, los dientes superiores y hasta la zona de la articulación temporomandibular. Además de dolor, es posible que sienta en los dientes hipersensibilidad al calor, el frío o la presión. Si le duelen las piezas dentales es importante que vea a un dentista, pero si éste no encuentra ningún problema dental bien valdría su tiempo y esfuerzo que intentara localizar y liberar bandas tensas y puntos de activación en el músculo temporal.
Puede localizar puntos de activación en el músculo temporal colocando las yemas de los dedos, abiertos en arco, aproximadamente una pulgada por encima de la oreja y contra la sien. Apriete ligeramente la parte trasera de la mandíbula. Sentirá la contracción muscular bajo sus dedos. Mueva levemente los dedos hacia uno y otro lado de las fibras del músculo para localizar las bandas tensas dentro de éste. Los puntos de activación serán los puntos más sensibles dentro de las bandas tensas. Comprima suavemente los puntos durante varios segundos hasta liberarlos.
Estiramiento: Músculo temporal
Para estirar el músculo temporal extienda los dedos sobre el músculo, justo por detrás de las sienes y por encima de las orejas. Abra la boca lo más posible e inhale; al exhalar, aplique presión hacia arriba a lo largo de las fibras del músculo. Vuelva a mantener la posición y cuente hasta cinco o diez. Repítalo varias veces.
Al igual que en el caso del masetero, es importante evitar las actividades que producen restricción en los músculos implicados en la masticación—usar goma de mascar, masticar alimentos duros, morderse las uñas o apretar una boquilla con los dientes.
Pterigoideos
Pterigoideo medio Pterigoideo lateral
Pterigoideos y puntos de activación
LOS PTERIGOIDEOS suspenden la mandíbula inferior de sus inserciones en los huesos del cráneo. Conjuntamente con los músculos masetero y temporal, elevan la mandíbula, producen el movimiento hacia atrás y hacia adelante necesario para triturar la comida y mueven la quijada hacia adelante, un movimiento necesario para abrir bien la mandíbula.
Estiramiento: Pterigoideo lateral
El pterigoideo lateral es el causante muscular más común de disfunción de la articulación temporomandibular, pero rara vez se le presta atención debido al carácter de los síntomas vinculados con el surgimiento de puntos de activación. El dolor en el pómulo y la articulación temporomandibular justo por delante del centro de la oreja, el chasquido doloroso de la mandíbula al abrir y cerrar la boca, la dificultad para abrir bien la boca y la dificultad al masticar hace que la gente acuda a dentistas y especialistas en la articulación temporomandibular, pero no a terapeutas miofasciales. El dolor en los senos nasales con aumento de producción de mucosidad en ellos hace que los pacientes acudan al otorrinolaringólogo. De hecho, todos estos síntomas están vinculados con una restricción de origen muscular.
Los pterigoideos son músculos pequeños y están situados en la parte de atrás de la mandíbula, por lo que son difíciles de localizar al tacto. Para localizar el pterigoideo lateral, comience en el pómulo justo por delante del centro de la oreja. Haga presión contra la parte inferior del pómulo, siguiendo su curso hacia la nariz. Abra y cierre la mandíbula al hacer esto y sentirá cómo el pterigoideo lateral se contrae y relaja aproximadamente a una pulgada de la oreja. Si hay puntos de activación sentirá una banda vertical tensa muy sensible que viene desde abajo del pómulo. Haga presión hacia dentro de esa banda.
Puede trabajar sobre el extremo inferior del pterigoideo medio si hace presión hacia arriba, aproximadamente media pulgada por debajo del ángulo de la mandíbula. Debe llegar a las fibras superiores del pterigoideo medio por dentro de la boca. Lávese bien las manos y luego introduzca los dedos completamente hacia el fondo de la boca, detrás de las últimas muelas. Sentirá el borde anguloso del hueso de la mandíbula. Trabaje sobre el músculo justo por detrás de ese borde. Apretar suavemente los dientes sobre un objeto pequeño como un lápiz o un corcho le ayudará a detectar claramente el músculo. Si hay restricciones en el músculo, es indudable que lo encontrará muy sensible. Aplique el tratamiento durante períodos breves varias veces al día.
Continúe con un ejercicio de estiramiento. Coloque una mano bajo el mentón para hacer una leve resistencia a la acción de abrir la boca. Abra la boca suavemente mientras le hace resistencia con la mano. Mantenga la posición y cuente hasta tres o cinco. Repita esto tres veces. Siguiendo este ciclo de estiramiento, abra y cierre la boca varias veces sin resistencia.