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Patrón de dolor: Supraespinoso

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Patrón de dolor:Tríceps braquial

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Patrón de dolor: Braquiorradial

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Patrón de dolor: Braquial

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Patrón de dolor: Extensores de las manos y los dedos

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Patrón de dolor: Flexores de las manos y los dedos

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Patrón de dolor: Subescapular

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Patrón de dolor: Escalenos

S on veintinueve los huesos que forman la estructura del antebrazo y la mano: los dos huesos largos del antebrazo, el radio y el cúbito; los ocho pequeños huesos carpianos de la muñeca; los cinco huesos metacarpianos que forman la estructura de la mano, y las catorce falanges que forman los dedos. Sobre esos huesos se encuentran más de una veintena de músculos. Conjuntamente la acción de todos esos huesos y músculos del antebrazo, la muñeca y la mano nos permite realizar actividades que ninguna otra especie es capaz de hacer.

Nuestra capacidad de usar los brazos, manos, pulgares y dedos es una de las diferencias principales entre los humanos y sus parientes del reino animal. Usamos los brazos, muñecas y manos en cientos de formas a lo largo del día y casi nunca nos detenemos a pensar en ello. Nuestra capacidad de usar herramientas, utensilios y equipos deportivos; escribir, pintar, grabar al aguafuerte, esculpir y mecanografiar, en fin, de usar nuestras manos de múltiples maneras hace que los humanos seamos capaces de lograr cosas que no están al alcance de los miembros de ninguna otra especie. Éstas y otras innumerables actividades que requieren la coordinación motriz fina y gruesa de la que son capaces los brazos y manos serían imposibles sin la milagrosa configuración de esta parte del cuerpo.

Por el hecho de que usamos los brazos, muñecas y manos en casi todo lo que hacemos, es posible sufrir una lesión del codo, brazo o mano al practicar casi cualquier deporte o realizar casi cualquier esfuerzo. Las probabilidades son particularmente elevadas en el caso de los deportistas que practican deportes de raqueta o en cualquier deporte que requiera la flexión y estiramiento repetidos y vigorosos del brazo y/o empuñar firmemente. Hay muchos deportistas en esta categoría: los tenistas, los jugadores de squash y racquetball; los golfistas; senderistas o esquiadores que trabajan normalmente con bastones; los esquiadores acuáticos; jugadores de fútbol americano, béisbol y softball; los remeros en bote, kayak y canoa; los expertos en artes marciales que tienen que mantener el puño apretado durante la práctica de su arte, e incluso los bailarines que se aferran a la barra con demasiada intensidad. Muchos bailarines y deportistas saben que la pasión y el entusiasmo pueden hacer que se produzca una tensión inadvertida en los músculos. Para muchos de nosotros esto se expresa en forma de una sujeción firme.

Advertencia

Le rogamos que consulte a su médico si presenta cualquiera de los síntomas siguientes:

Pero los deportes no son de ningún modo la única arena en la que puede surgir dolor en los codos, brazos, manos y dedos. Piense en el jardinero que prepara el suelo para la llegada de la primavera. Excavar, remover la tierra, cargar y sembrar plantas en macetas grandes y pequeñas, son todas actividades que hacen trabajar los brazos y manos. El oficinista, el editor, el investigador y cualquier persona que trabaja frente a una computadora durante todo el día presenta claramente un riesgo de que le surjan puntos de activación en distintas partes de los brazos. La posición del teclado suele producir tensión en el antebrazo, la muñeca y la mano. Si bien esto a menudo se diagnostica como síndrome del túnel carpiano, es muy probable que el dolor sea resultado del estrés y las tensiones acumuladas en la musculatura del antebrazo debido al uso de la computadora. Las lesiones por distensión repetitiva de los brazos y manos son comunes en las personas que trabajan en determinadas industrias, particularmente las que tienen que ver con la manufactura y con la producción y preparación de alimentos, y quienes trabajan con el cuerpo humano. Los masajistas, quiroprácticos y osteópatas a menudo usan técnicas de presión que pueden provocar dolor del codo, la muñeca y la mano. La aplicación repetida de presión y fuerza puede hacer que los músculos de los antebrazos y las manos queden en posiciones desmañadas e incómodas y a la larga pueden lesionar incluso a los que están tratando de sanarse.

El codo, brazos y manos son a menudo los instrumentos de los que nos valemos tanto en el trabajo como en la diversión. A veces nos excedemos y se producen lesiones. Las lesiones por uso excesivo y por distensión repetitiva suelen ser responsables de la mayor parte de los dolores musculares que experimentamos. Piense en las acciones físicas que forman parte de su deporte, sus pasiones y su trabajo y luego pregúntese si usted es una de las muchas personas que se han lesionado un brazo o una mano debido a sus actividades.

Supraespinoso

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Supraespinoso y puntos de activación

EL SUPRAESPINOSO es un músculo pequeño y grueso que se encuentra en la depresión horizontal de la parte superior del omóplato. Al igual que otros músculos del manguito rotador, se inserta en la parte superior del húmero. Se encuentra profundamente por debajo de las fibras del trapecio superior; debido a su ubicación quizás sea difícil de localizar al tacto. Al igual que en el infraespinoso, las restricciones en el supraespinoso suelen ocasionar dolor de los hombros.

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Estiramiento 1: Supraespinoso

Los puntos de activación suelen surgir en el supraespinoso en combinación con restricciones en el trapecio y el infraespinoso. Transportar un objeto muy pesado con los brazos hacia abajo y hacer resistencia a un tirón hacia delante son instigadores comunes de puntos de activación. Los remeros y levantadores de pesas son susceptibles de presentar puntos de activación en el supraespinoso. El dolor se siente comúnmente en la zona del hombro superior, junto a la parte media del deltoide. El dolor irradia hacia abajo por el brazo, y a veces al antebrazo y la parte exterior del codo. Si tiene puntos de activación en el supraespinoso tal vez no pueda subir el brazo para afeitarse o peinarse ni extender el brazo hacia atrás para poner la mano en un bolsillo trasero ni abotonar o abrochar por detrás una prenda de vestir.

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Estiramiento 2: Supraespinoso

Los puntos de activación en el supraespinoso son un tanto difíciles de localizar debido a que ese músculo se encuentra debajo del trapecio. Es muy probable que necesite la ayuda de otra persona para trabajar en estos puntos porque quizás usted no pueda aplicar la fuerza necesaria para liberar el músculo. Siéntese en una silla y apoye la parte media de la espalda sobre el espaldar de la silla. Quedará en una posición un tanto cargada de hombros, lo que permitirá que el trapecio se relaje y le facilitará la tarea de palpar hasta encontrar puntos de activación en el supraespinoso. Palpe el borde exterior del omóplato, el acromion. Es el borde plano del hueso en el extremo del hombro. Siga ese hueso hasta la espalda, a lo largo de la espina de la escápula. Cuando llegue al borde libre de ese hueso que se encuentra más cerca de la espina dorsal, suba la mano aproximadamente una pulgada hacia la parte superior del hombro. Haga una firme presión en esa zona, suficiente como para llegar al trapecio, y podrá sentir una zona de tensión que está muy sensible. Ha encontrado uno de los puntos de activación. Haga presión sobre ese punto durante al menos veinte a treinta segundos y lentamente comenzará a sentir cómo se libera. Desde ese mismo lugar, si avanza aproximadamente una pulgada hacia la punta del hombro, debería poder sentir otro punto verdaderamente tenso y sensible. Presione y libere este punto también.

Después de trabajar sobre el músculo, siga con el estiramiento. Ponga el brazo por detrás de la espalda a nivel de la cintura. Sujete la muñeca del brazo que le duele con su otra mano y tire suavemente del brazo hacia el otro lado de la cintura y luego un tanto hacia arriba. Mantenga esta posición y cuente hasta quince o veinte. A medida que aumente su flexibilidad, lleve los dedos de esa mano hacia el omóplato opuesto. Procure lograr la mayor amplitud de movimiento; debería poder alcanzar con sus dedos la parte inferior del omóplato opuesto.

Tríceps braquial

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Tríceps braquial y puntos de activación

EL TRÍCEPS se encuentra sobre la parte trasera del brazo. Hay tres inserciones superiores que se conectan con la parte trasera del brazo y con el omóplato. La inserción inferior es en el codo. El tríceps extiende el codo, estirando el brazo. Funciona en oposición al bíceps, que flexiona el codo para doblar el brazo. Cuando se contrae el bíceps para doblar el brazo, se libera el tríceps; cuando se contrae el tríceps para extender el codo, se libera el bíceps. Si uno desea mantener la acción equilibrada es importante fortalecer tanto el bíceps como el tríceps al entrenar con pesas.

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Estiramiento: Tríceps braquial

Los puntos de activación en los tríceps surgen más comúnmente como resultado de la flexión y estiramiento repetidos, rápidos y vigorosos del codo, y de empujar objetos pesados, como puede suceder en el levantamiento de pesas. Los movimientos basculantes y saques de revés en deportes de raqueta, el swing en el golf, los lanzamientos en el béisbol y los pases largos en el fútbol americano son ejemplos de esta acción. Cuando surgen puntos de activación en los tríceps el dolor se siente por toda la parte trasera del brazo y el epicóndilo lateral, la protuberancia del codo. El codo puede estar muy sensible al tacto e incluso es posible que este síntoma se diagnostique como epicondilitis, conocida vulgarmente como codo de tenista. El dolor puede extenderse por toda la parte de atrás del antebrazo hasta el meñique y el anular.

Pueden encontrarse bandas tensas y puntos de activación tanto en el aspecto medio (interior) del tríceps como en el aspecto lateral (exterior). Localice las bandas tensas aplicando masaje en el lado interior del tríceps con el pulgar y en el lado exterior con los dedos. Cuando haya localizado los puntos de activación, comprímalos con una pelota pequeña. Tendido en el suelo, con la pelota colocada entre el brazo y el suelo, puede hacer que la fuerza de gravedad contribuya a liberar el músculo.

Estire el tríceps extendiendo el brazo hacia arriba y hacia atrás y colocando la mano del brazo que le duele sobre el borde superior del omóplato, con el codo lo más cerca que pueda del oído. Con la mano que no le duele, aplique presión justo por debajo del codo, para empujar más el brazo hacia atrás y acercar más el codo al oído.

Braquiorradial

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Braquiorradial y puntos de activación

EL BRAQUIORRADIAL da al antebrazo su forma característica. Es el músculo más superficial del lateral del antebrazo (el lado del dedo pulgar). Este músculo es fácil de encontrar. Cierre un puño sin apretarlo fuertemente y haga presión hacia arriba contra el fondo de una mesa con la parte de la mano correspondiente al pulgar y el índice. El braquiorradial se hace notar claramente. Puede palparlo desde su inserción superior en el extremo inferior del húmero hasta su inserción inferior en el lado de la muñeca donde comienza el pulgar.

El braquiorradial flexiona (dobla) el antebrazo en el codo, especialmente cuando el brazo se encuentra en una posición neutral: ni con la palma de la mano hacia abajo ni hacia arriba. El surgimiento de puntos de activación en el braquiorradial se debe a la sujeción enérgica o repetitiva de un objeto grande o ancho. El uso de una raqueta de tenis con la empuñadura demasiado ancha para la mano es una fórmula para que surjan puntos de activación en ese músculo. Cuando hay puntos de activación, el dolor se siente principalmente en el epicóndilo lateral—el hueso de la parte exterior del codo—y puede extenderse a todo lo largo del músculo hasta la membrana del pulgar en el dorso de la mano. El dolor se describe a menudo como codo de tenista. Quizás sienta debilidad en la sujeción y no pueda mantenerla con la firmeza que desearía.

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Estiramiento: Braquiorradial

Palpe hasta encontrar bandas tensas y puntos de activación en el tercio superior del músculo en la parte delantera del brazo. Si agarra el músculo en la parte superior del antebrazo entre el pulgar y los otros dedos, podrá localizar con el pulgar bandas gruesas como cuerdas con puntos sensibles. Cuando las haya localizado, mantenga la presión sobre el punto de activación, masajéelo y espere a que se libere. Tal vez tenga que hacerlo varias veces antes de sentir la liberación del músculo. Insista y tenga paciencia.

Para estirar el braquiorradial, siéntese en una silla y coloque la palma de la mano hacia abajo, con los dedos hacia el espaldar de la silla. Enderece el codo.

Le hará bien pensar en qué tipo de acciones o actividades realiza que han contribuido al surgimiento de puntos de activación. Si practica el tenis, mire la empuñadura de su raqueta para asegurarse de que se adapte al tamaño de su mano.

Braquial

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Braquial y puntos de activación

SI BIEN GRAN PARTE DEL CRÉDITO por lo que respecta a la flexión del antebrazo lo recibe el bíceps braquial, el músculo braquial es en realidad el flexor principal. Este músculo se encuentra debajo del bíceps, y se inserta en la mitad inferior del húmero en su extremo superior y en el cúbito en su extremo inferior. El músculo braquial es el que permite hacer tracciones en la barra fija. Cuando uno hace tracciones o dominadas en una barra, con las palmas de las manos hacia sí, el braquial es el músculo que hace la mayor parte del esfuerzo.

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Estiramiento 1: Braquial

Los puntos de activación surgen en el braquial principalmente en función de una sobrecarga del músculo. Puede producirse una sobrecarga al someter el músculo a un peso excesivo en forma repetitiva o continua. Llevar cargas pesadas con los codos doblados, las tracciones o dominadas y el levantamiento de pesas son ejemplos de acciones que pueden afectar este músculo. Cuando hay puntos de activación, tendrá dolor y sensibilidad en la base del pulgar, en la palma y el dorso de la mano. El dolor puede ser mayor cuando usa la mano y el dedo pulgar.

Debido a la posición del braquial debajo del bíceps, tendrá que apartar la mayor parte del bíceps para poder localizarlo. Coloque el codo sobre el brazo de una silla o una mesa baja con la palma de la mano hacia abajo. Flexione el brazo en unos 30 grados a fin de relajar el bíceps. Utilice las almohadillas de los dedos para mover el bíceps braquial por el centro hacia su cuerpo. Luego puede palpar el braquial en la mitad inferior del brazo. Es un músculo grueso, por lo que, al encontrar bandas tensas y puntos de activación contenidos en ellos, tendrá que presionar profundamente en el músculo para liberar los puntos de activación. Mantenga la presión sobre cada zona de tensión durante veinte a treinta segundos antes de liberar y masajear el músculo. Repítalo cada vez que tenga una ocasión hasta liberarlo por completo.

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Estiramiento 2: Braquial

Después de trabajar sobre el músculo, estírelo extendiendo el brazo frente a usted con el codo completamente enderezado. Tire suavemente de la mano y los dedos hacia atrás para estirar aún más el músculo. También puede colocar la mano a los lados del cuerpo en posición sentada, con la palma de la mano hacia abajo y los dedos apuntando hacia atrás. Esto hará que el estiramiento sea mucho mayor. Mantenga la posición y cuente hasta diez o quince. Repítalo varias veces al día.

Extensores de las manos y los dedos

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Extensores de las manos y los dedos y puntos de activación

LOS EXTENSORES DE LAS MANOS están compuestos por numerosos músculos pequeños que se encuentran en la parte de atrás del antebrazo. Se insertan por medio de un solo tendón común en el epicóndilo lateral del húmero, el hueso del borde exterior del codo. Este tendón es el que puede presentar el síndrome inflamatorio conocido como epicóndilo lateral del húmero, el ignominioso “codo de tenista”. Las inserciones inferiores de los extensores de las manos son en varios de los huesos metacarpianos de la mano, los huesos largos que conectan la muñeca con los dedos.

Estos músculos como grupo extienden la muñeca, doblándola hacia atrás. El dolor y sensibilidad resultante de los puntos de activación en los extensores de las manos suele diagnosticarse como codo de tenista. El dolor puede irradiar por toda la parte de atrás del antebrazo y hasta el dorso de la muñeca. El borde exterior del codo, el epicóndilo lateral, puede ser extremadamente sensible al tacto. La debilidad o inestabilidad en la sujeción es un síntoma que suele relacionarse con el dolor. ¡No es de sorprender que la presencia de puntos de activación en este lugar se diagnostique tan frecuentemente como codo de tenista! Quienes padecen de esta dolencia suelen tomar medicamentos antiinflamatorios para quitarse el dolor pero, como no se le presta atención a los músculos, este tratamiento a menudo no proporciona alivio.

La sujeción enérgica o repetitiva de un objeto suele ser la causante de puntos de activación en los extensores de las manos. Piense en el tipo de deportes que requieren mantener la sujeción: ésos son los deportistas que presentan un mayor riesgo de sufrir lesiones de los músculos del antebrazo. Entre ellos figuran los tenistas o los jugadores de cualquier deporte de raqueta, los golfistas, jugadores de béisbol o softball, esquiadores en nieve o acuáticos, senderistas que usan bastones y levantadores de pesas.

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Estiramiento: Extensores de las manos y los dedos

En realidad no es necesario tener una comprensión detallada de los músculos específicos afectados para poder liberarlos mediante técnicas de presión manual. Localice las bandas tensas y puntos de activación en la parte de atrás del antebrazo. Se llevará una idea clara de la disposición de cada uno de los músculos del brazo si extiende (flexiona hacia atrás) cada dedo y la muñeca mientras se aplica masaje en el brazo. Masajee cada uno de los músculos desde sus inserciones superiores hasta las inferiores. Podrá determinar cuáles son los puntos sensibles. Una vez que los haya localizado, haga muy leve presión sobre ellos y f lexione la mano al mismo tiempo (doblándola hacia la palma). El leve estiramiento que aplica al flexionar la mano contribuirá a que el músculo se libere. Es muy importante que mantenga la presión hasta alcanzar la completa liberación de los músculos.

Siga el tratamiento con aún más ejercicios de estiramiento. Extienda el codo frente a usted con la palma de la mano hacia arriba y flexione la muñeca. Para lograr el mayor estiramiento posible, enfile el dedo del medio como si quisiera llegar a la parte delantera del antebrazo. También puede sentarse en una silla. Manteniendo derecho el codo, coloque el dorso de la mano a un lado sobre el asiento, con la palma de la mano hacia arriba, para estirar la parte de atrás del antebrazo.

Flexores de las manos y los dedos

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Flexores de las manos y los dedos y puntos de activación

LOS FLEXORES DE LAS MANOS Y LOS DEDOS están compuestos por numerosos músculos pequeños que se encuentran en la parte delantera del antebrazo. Se insertan por medio de un solo tendón común en el epicóndilo medio del húmero, el hueso del borde interior del codo. Sus inserciones inferiores llegan a cada dedo. Realizan conjuntamente los movimientos de flexionar la mano, la muñeca y los dedos.

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Estiramiento 1: Flexores de las manos y los dedos

Los puntos de activación surgen en los f lexores de las manos y los dedos como resultado de movimientos repetitivos o prolongados de sujeción, torcido o acarreo con las manos y dedos. Piense en el tipo de deportes que requieren empuñar un instrumento con la mano; ésos son los deportistas que presentan un mayor riesgo de sufrir lesiones de los músculos del antebrazo. Entre ellos figuran los tenistas o los jugadores de cualquier deporte de raqueta, los golfistas, jugadores de béisbol o softball, esquiadores en nieve o acuáticos, senderistas que usan bastones y levantadores de pesas. Los boxeadores y quienes practican las artes marciales pueden sufrir restricciones de los f lexores del antebrazo por la fuerza con que mantienen apretado el puño. Cuando hay puntos de activación en estos músculos el dolor se siente en los dedos y en la parte delantera de la muñeca, justo encima del pulgar. También es posible que surja un dedo en gatillo; el dedo en gatillo es la imposibilidad de estirar el dedo sin que la articulación haga un chasquido o crujido.

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Estiramiento 2: Flexores de las manos y los dedos

En realidad no es necesario tener una comprensión detallada de los músculos específicos afectados para poder liberarlos mediante técnicas de presión manual. Localice las bandas tensas y puntos de activación en la parte delantera del antebrazo. Se llevará una idea clara de la disposición de cada uno de los músculos del brazo flexionando cada dedo y la muñeca (doblándola hacia la palma) mientras se aplica masaje en el brazo. Masajee cada músculo desde sus inserciones superiores hasta las inferiores; podrá determinar cuáles son los puntos sensibles. Una vez que los haya localizado, haga muy leve presión sobre ellos y al mismo tiempo extienda la muñeca (doblándola hacia atrás). El leve estiramiento que aplica al doblar la muñeca hacia atrás contribuirá a que el músculo se libere. Es muy importante que mantenga la presión hasta alcanzar la completa liberación de los músculos.

Siga el tratamiento con aún más ejercicios de estiramiento. Con el codo enderezado, extiéndase lentamente los dedos y la muñeca, doblando la muñeca hacia atrás con la otra mano. Hacer presión con las palmas de las manos y los dedos contra una superficie plana también estira los flexores. Mantenga la posición y cuente lentamente hasta cinco o diez; repítalo con frecuencia durante el día para que la liberación sea completa.

Subescapular

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Subescapular y puntos de activación

EL SUBESCAPULAR es casi siempre el músculo responsable cuando se presenta el hombro congelado. El músculo causa muchos problemas debido al lugar donde se encuentra. El subescapular se encuentra exactamente en el lugar que indica su nombre, o sea, debajo de la escápula. Dicho de otra manera, el subescapular se encuentra entre el omóplato y la caja torácica. De ahí que sea tan difícil trabajarlo.

En los peores casos, los puntos de activación en el subescapular producen el “hombro congelado”, es decir, la imposibilidad de alzar el brazo debido a las restricciones y el dolor. El dolor suele sentirse directamente en la parte de atrás del hombro, sobre la zona del deltoide posterior y puede ser muy intenso, incluso cuando no está usando el brazo. Si tiene puntos de activación en el subescapular quizás no pueda girar la palma de la mano hacia arriba y tal vez incluso sienta dolor en la muñeca.

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Estiramiento 1: Subescapular

Los puntos de activación en el subescapular surgen en ocasiones como la de evitar una caída—algo que todo deportista ha tenido que hacer en una ocasión u otra. También surgen debido a acciones que requieren una constante rotación interna del brazo, la acción que realiza el subescapular. Presentan un riesgo particular los nadadores, los tenistas, los lanzadores y los jugadores de béisbol, que hacen muchos lanzamientos. El subescapular puede además tener puntos de activación cuando el brazo queda inmovilizado durante algún tiempo en escayola o cabestrillo, por lo que estos puntos pueden surgir después que una lesión ha sanado.

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Estiramiento 2: Subescapular

Localizar y tratar los puntos de activación en este músculo puede ser difícil, pero no es imposible. Siéntese en una silla con el brazo que le duele extendido hacia abajo entre sus piernas. Extienda por debajo de la axila la mano del brazo opuesto y localice el borde exterior anguloso del omóplato. Con el dedo pulgar, busque por debajo del omóplato hasta localizar puntos tensos y sensibles y bandas tensas de tejido muscular que se encuentran sobre su superficie interior. Una vez que los haya localizado, haga presión sobre ellos durante al menos quince o veinte segundos antes de seguir buscando otros.

Intente localizar puntos sensibles en el músculo que se encuentra a lo largo del borde exterior del omóplato y luego busque por debajo de éste lo más lejos que pueda llegar hasta localizar otros puntos similares. Recuerde que está tratando de buscar entre el omóplato y la caja torácica para localizar un músculo que impide que el omóplato y, por lo tanto el brazo, se desprendan de la caja torácica. Esto requiere esfuerzo y paciencia, y serán necesarias muchas sesiones antes de que el músculo recupere toda su extensión.

Siga estas sesiones con ejercicios de estiramiento.

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Estiramiento 3: Subescapular

  1. Doble la cintura de modo que la parte superior del torso quede paralela al suelo y el brazo que le duele quede extendido hacia abajo. Agarre un objeto pesado con el brazo que le duele. Relájese y deje que el peso vaya por gravedad hacia el suelo, con lo que se estira el subescapular y el omóplato se mueve dentro de la caja torácica. Mueva el brazo en círculos muy pequeños.
  2. Coloque los brazos firmemente a cada lado del marco de una puerta. Estire el cuerpo con los brazos extendidos, abriendo el tórax y los hombros. Comience por poner los brazos con los codos al nivel de los hombros. Luego extienda los brazos por completo, colocando las manos en alto por encima de la cabeza o lo más alto que pueda.
  3. Con el codo doblado en 90 grados, alce lo más posible el brazo que le duele. Lleve el antebrazo hacia atrás y póngalo detrás de la cabeza. Aumente el estiramiento aplicando una leve presión hacia atrás justo por encima del codo.
  4. Apoye los dedos sobre una pared. Camine con los dedos por la pared lo más alto que pueda, luego póngase de lado y repita la misma acción.

Escalenos

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Escalenos y puntos de activación

LOS ESCALENOS están compuestos por tres músculos pequeños a los lados del cuello que doblan el cuello hacia los lados y lo estabilizan frente a los impactos laterales. Como se insertan en la primera y segunda costillas, también desempeñan un papel activo en alzar la parte superior de la caja torácica para ayudar en la respiración.

Los puntos de activación en los escalenos suelen ocasionar dolor en los hombros y en los brazos. Estos pequeños músculos ayudan a sostener y elevar la parte superior de la caja torácica al transportar, levantar o arrastrar objetos pesados, particularmente con los brazos al nivel de la cintura. Los esfuerzos al realizar cualquiera de estas actividades pueden dar lugar a puntos de activación. Lo mismo sucede por soportar el peso de una mochila pesada sobre los hombros en lugar de las caderas.

Cualquier tipo de fuerza que pueda producir un latigazo puede ocasionar lesiones en los escalenos, trátese de un accidente automovilístico, una caída o un impacto en deportes de contacto como el fútbol americano, el baloncesto o el hockey. El respirar superficialmente con el tórax o retener la respiración en el tórax activa fuertemente los escalenos y puede contribuir al surgimiento de puntos de activación. Todos hemos cometido el error de respirar así, particularmente cuando aprendemos una nueva destreza o cuando trabajamos intensamente o nos sentimos muy estresados. El padecimiento de problemas crónicos o agudos de respiración como el enfisema, la neumonía, la bronquitis o la tos crónica también puede contribuir al surgimiento de puntos de activación en los escalenos.

Los puntos de activación en los escalenos producen un complejo patrón de dolor profundo, intenso y persistente. El dolor puede experimentarse en la parte superior del tórax y/o la parte superior de la espalda; o también en el costado o la parte trasera del hombro y el brazo y en el lado del brazo y la mano correspondiente al pulgar, incluidos el pulgar y el índice. El dolor puede sentirse en todos estos lugares o en uno solo de ellos, y su ubicación puede cambiar de un día a otro. Además de dolor, podría sentir en la mano y el brazo una debilidad que le haría dejar caer objetos inesperadamente.

Rara vez se contempla la posibilidad de que los escalenos sean los causantes de estos distintos patrones de dolor. Se puede hacer una prueba para determinar si los escalenos son los causantes del dolor. Gire la cabeza por completo hacia el lado donde siente el dolor y luego deje caer el mentón hacia la clavícula. Si esto le produce aún más dolor, es una señal de que los puntos de activación en los escalenos son los causantes.

Los escalenos son difíciles de visualizar y de localizar al tacto. Mire en el espejo. Incline la cabeza hacia la derecha. Al contraerse los escalenos podrá ver el esternocleidomastoideo derecho que se extiende desde abajo del oído hasta la clavícula. Con la mano izquierda, coloque las puntas de tres dedos justo por detrás del esternocleidomastoideo aproximadamente en su punto medio (vea la página 30) y luego estire la cabeza, manteniendo el cuello relajado. Haga muy leve presión hacia adelante y hacia atrás justo por detrás del ECM y sentirá las finas bandas tensas de los escalenos. Una vez que haya localizado las bandas tensas, trate de aislarlas bajo las yemas de los dedos y luego haga presión sobre ellas muy lenta y suavemente. Hay muchas estructuras delicadas en la parte delantera del cuello; por eso debe palpar esta zona con mucha cautela. No obstante, cuando haya localizado los escalenos también podrá liberarlos en este caso.

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Estiramiento: Escalenos

Cuando haya trabajado en los escalenos, es esencial estirarlos. Incline la cabeza y el cuello, tratando de acercar a ese mismo hombro la oreja del lado que no le duele. Mantenga esta posición y cuente hasta diez. Luego, sin cambiar el ángulo de la cabeza, rote la cabeza y la cara hacia el lado que le duele, estirando la mejilla hacia arriba. Mantenga esta posición y cuente hasta diez. Vuelva a colocar la cabeza y la cara en la posición inicial. Luego vuelva a rotar la cabeza y la cara, llevando esta vez el mentón hacia la clavícula. Mantenga esta posición y cuente hasta diez antes de volver a la posición inicial. Libere lentamente el cuello del estiramiento. Quizás sienta un poco más de rigidez al estirarse hacia arriba que al estirarse hacia abajo, o viceversa. Esto le indica en qué dirección debe estirarse más. Recuerde: se trata de zonas delicadas y debe tratarlas con suavidad tanto al estirarlas como al palparlas. No obstante, su trabajo rendirá fruto si lo hace concienzudamente.

Cuando haya liberado los puntos de activación en los escalenos, vuelva a entrenar la respiración, respirando profundamente con el abdomen en lugar de hacerlo con el tórax. Vea en la página 191 detalles específicos sobre la forma de hacerlo.