A pesar de la discreción con la que se desarrolló este trabajo, estamos en deuda con Carlos González Cutre, que nos suministró la abundante información meteorológica e histórica para el capítulo dedicado a las entidades protectoras. También con José Soto Bernal, por el empeño que puso en la localización del ejemplar de La Lectura Popular de Orihuela (1896) que necesitábamos; con José Luis Rodríguez Calvo, por permitirnos beber en sus archivos sobre Prisciliano; con Miriam Peña, por su dedicación a la hora de encontrar datos sobre el origen del nombre del Puerto de la Luz en Gran Canaria; con Nacho Ares, quien desinteresadamente nos ayudó a pulir algunos aspectos de nuestro capítulo sobre las reliquias; con Juan G. Atienza (1930-2011), autor de las primeras Guías de la España mágica, por su generoso prólogo; y, por supuesto, con José Luis Corral, Ignacio Darnaude, Carlos G. Fernández, José Gregorio González, Iker Jiménez, Rafael Márquez, Alejandro Polanco y Jorge Manuel Rodríguez Almenar, del Centro Español de Sindonología, por sus aportaciones documentales y fotográficas a este volumen. Sin todos ellos, y algunos otros colaboradores anónimos más, nuestra tarea hubiera resultado mucho más dura e ingrata.
A todos, gracias.