« THE NAME »

As one who writes a prayer and asks in the prayer for great humility

and extensive breath to fight off the glitter and immediacy of words.

It's my office, the sentence leaping up out of gold-flecked black sand.

And in the prayer asks for great obedience and right grasp of the name.

No signature except the name entire on the bald dome of the poem:

Ana Enriqueta Terán.

Ana Terán.

Ana Terán Madrid.

I like this name. This solitude and rare artifice detached from me

on its way to oracular clarity. That it is me myself running about over the islands,

space grasped between my helplessness and the scales, rings, and snakebites

of all we live and breathe.

« PIEDRA DE HABLA »

La poetisa cumple medida y riesgo de la piedra de habla.

Se comporta como a través de otras edades de otros litigios.

Ausculta el dia y sólo descubre la noche en el plumaje del otoño.

Irrumpe en la sala de las congregaciones vestida del más simple acto.

Se arrodilla con sus riquezas en la madriguera de la iguana . . .

Una vez todo listo regresa al lugar de origen. Lugar de improperios.

Se niegan sus aves sagradas, su cueva con poca luz, modo y rareza.

Cobardía y extraño arrojo frente a la edad y sus puntos de oro macizo.

La poetisa responde de cada fuego, de toda quimera, entrec

ejo, alturaque se repite en igual tristeza, en igual forcejo por más sombra

por una poquita de más dulzura para el envejecido rango.

La poetisa ofrece sus águilas. Resplandece en sus aves de nube profunda.

Se hace dueña de las estaciones, las cuatro perras del buen y mal tiempo.

Se hace dueña de rocallas y peladeros escogidos con toda intención.

Clava una guacamaya donde ha de arrodillarse.

La poetisa cumple medida y riesgo de la piedra de habla.