« EL MOTATáN »
Es el poder del vuelco. Cesantía
de la dulzura. Pecho emancipado
con espacio de espuma en recia vía.
Desborda cauce, torso desgarrado.
Orillas yacen quietas y respiro
de arboledas profundas, con alado
canto, sulfilan el caliente giro
del follaje a consuno con umbroso
pulso de clima que, sumisa, admiro.
No de glareas puras el reposo
del fondo, si madeja sumergida
de reflejos en rueda. Fiero acoso.
Del borbollón y linfa decidida
resbala muslo. Abajo con la traba
de pedruzcos y rama sumergida.
Escojo de tu pecho lo que hallaba
mano inocente en tu lujoso frío,
por si la luz, inmensa, me acercaba
a peligroso círculo bravío.
(Gritos y risas en creciente enojo,
del recuerdo por húmedo extravío.)