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Los estilos del norte
y del sur
Otra de las clasificaciones más conocidas del kung-fu es la que diferencia los estilos del norte y del sur, tomando como elemento geográfico separador el río Yangtsé, que con sus casi seis mil cuatrocientos kilómetros de longitud cruza gran parte de China de este a oeste. Las diferencias entre ambos grupos de estilos se comprenden fácilmente gracias al conocido aforismo «piernas del norte, puños del sur» (nan quan bei tui), que señala que los estilos del norte hacen más énfasis en el uso de las técnicas de pierna —patadas— mientras que los estilos del sur enfatizan más las técnicas de manos —puñetazos—. Las explicaciones populares a este hecho refieren que los habitantes de las regiones del norte son de mayor estatura, que al vivir en zonas abruptas poseen piernas fuertes y que, además, llevan habitualmente gruesas prendas de abrigo en tronco, brazos y manos, lo que les impide poder manejarlos con soltura. Por su parte, los habitantes del sur son de menor estatura, habitan zonas cálidas que les permiten llevar menos ropa y, además, desarrollan su vida sobre suelos blandos o inestables como costas, arrozales, o embarcaciones, hecho que no favorece el uso de las piernas pero sí el de brazos y manos.
PUÑOS DEL NORTE, PIERNAS DEL SUR
Con todo, ni la diferenciación entre estilos del norte y del sur es totalmente cierta, ni las explicaciones «geográficas» bastan para comprender el complejo entramado de elementos que determinan las diferencias de tipo técnico entre los numerosísimos estilos de combate chinos. Stanley E. Henning señala que la mayoría de investigaciones realizadas al respecto son confusas, citando como ejemplo el estudio del historiador chino Lin Yinsheng, quien analizó dieciséis estilos de kung-fu practicados en la provincia de Fujian —al sur del río Yangtsé—. Sobre un total de 7.756 movimientos, solo 295 —el 3,8%— eran realizados con los pies, lo que en opinión de Lin apoyaría la teoría de la diferenciación norte-sur. No obstante, Henning critica esta conclusión, ya que por una parte da por supuestas las características de los estilos del norte —sin haberlos investigado de un modo similar a los estilos de Fujian—, y por otra porque que al menos dos de estos estilos eran originarios de la provincia de Henan, al norte del Yangtsé.
En una hipotética reconstrucción de un «mapa de estilos de kung-fu», el observador apreciaría que los estilos del norte son mucho más numerosos que los del sur, en una proporción aproximada de diez a uno. Henning opina que este desequilibrio podría tener unas raíces históricas, remontándose hasta el periodo de los Reinos Combatientes (476 - 221 a. C.), cuando un gran número de tropas se concentraron en la zona. Asimismo, la pobreza de la zona norte, y particularmente del área correspondiente a la provincia de Shandong, hizo que de esta región surgiesen numerosas bandas de criminales y revueltas, lo que condujo a que tanto los protagonistas como los afectados por los actos de pillaje o sublevación, en esta área y en sus aledañas, enfatizasen la práctica marcial. Por su parte, la zona sur del país vivió épocas de mayor estabilidad y prosperidad económica y cultural respecto al norte, hecho que no habría favorecido la creación de estilos de kung-fu. Un ejemplo de esta realidad es que durante la dinastía Song del Norte (960 - 1127) un gran número de oficiales del sur alcanzaron altos puestos gubernamentales debido a la ya mencionada prosperidad, frente a la mirada envidiosa de sus homólogos del norte.
Por otra parte, entre los numerosísimos estilos del norte pueden citarse el boxeo de los ocho extremos (baji quan), palmas cortantes (pigua zhang), boxeo generando poder a través de la espalda (tongbei quan), puño de la mente e intención (xingyi quan), palma de los ocho trigramas (bagua zhang), boxeo de las cinco combinaciones (liuhe quan), boxeo de los pasos perdidos (mizong quan) y boxeo del puño rotante (fanzi quan), entre otros. Estos estilos tienen características comunes con algunos estilos del sur, entre los que se incluyen el boxeo de la familia Hung (hungakuen), cai li fo (más conocido por su denominación cantonesa choy li fut), el boxeo mantis del sur (chow gar tong long) o el puño primavera (yong chun, más conocido por su denominación cantonesa wing chun), entre otros. Las técnicas de combate de estos estilos favorecen las técnicas de manos y brazos respecto a las de piernas y pies, primando la lucha a corta distancia, que es la adecuada para la utilización de los puños. Todo ello muestra la parcial inexactitud del aforismo «piernas del norte, puños del sur», y cómo a pesar de la importancia de las circunstancias geográficas, si no se quiere caer en el simplismo es necesario acudir también a explicaciones históricas, políticas, étnicas, etc. para llegar a comprender el origen y desarrollo de los estilos de kung-fu.
Práctica de baji quan por Wu Lianzhi y su hijo Wu Dawei en el Centro Internacional de Baji Quan (Baji Quan Guo Ji Pei Xun Zhong Xing), en Mencung, Cangzhou, provincia de Hebei.
ESENCIA DEL CLÁSICO DE PUGILISMO
El trabajo del general Qi Jiguang Esencia del clásico de pugilismo (Quan jing jie yao pian), contenido en su Libro de disciplina efectiva (Jixiao xinshu, 1560), es el manual de combate sin armas más antiguo que ha sobrevivido a la caótica historia China, donde la destrucción de libros y documentos ha sido, desafortunadamente, una constante. En este documento, Qi describe una rutina que integró en la preparación de sus tropas, que habrían de enfrentarse a los piratas japoneses y chinos. Ante esta realidad, Qi entendió claramente que el entrenamiento debía de ser práctico, breve, sencillo y efectivo; sus tropas debían ser capaces de enfrentar al enemigo sin vacilación, ya que el éxito de sus ingeniosas formaciones pato mandarín, que ya describimos en el tercer capítulo, dependía de que cada hombre mantuviese firmemente su posición en el fragor de la batalla.
Esta concepción, en la que el entrenamiento del kung-fu tiende hacia la sencillez y efectividad, actualmente es muy minoritaria, buscándose en su lugar el perfeccionamiento de movimientos superfluos («floridos»), habitualmente de gran complejidad de ejecución. Esto conduce a que los estudiantes de kung-fu tengan que dedicar muchos años a practicar estos movimientos (ya sea como formas o mediante la práctica colaborativa) antes de aprender sus aplicaciones prácticas ante una oposición más o menos real. Esta tendencia contemporánea del kung-fu es duramente criticada por numerosos expertos, entre ellos el reconocido profesor Ma Mingda, quien comenta que la práctica del wushu y del sanda («combate libre») contemporáneos, que analizaremos detalladamente en el séptimo capítulo, no ha mantenido las características del entrenamiento tradicional; en su opinión, la práctica de las artes marciales chinas se debería asemejar a la forma en que se practicaron durante el Periodo Republicano (1912 - 1949), y que también explicaremos más adelante. De un modo más dramático, el profesor de Instituto de Cultura Física de Shangai, Cheng Dali, concluye que las artes marciales chinas han muerto como consecuencia del apoyo gubernamental a las artes de exhibición (yangban).
Volviendo al clásico de Qi, los sistemas de combate con y sin armas que él consideraba más efectivos eran:
Dentro de los estilos marciales pasados y presentes están: boxeo de las treinta y dos posturas del emperador Tai Zu de los Song (Song Tai Zu, san shi er shi chang quan), boxeo de los seis pasos (liu bu quan), boxeo del mono (hou quan), boxeo de señuelo (hua quan). […] Aunque los nombres y posturas son algo diferentes, en realidad las diferencias son mínimas. Dentro de los mejores estilos contemporáneos están rutina de la familia Wen de setenta y dos posturas (Wen jia qi shi er xing quan), rutina de asegurar de treinta y seis posturas (san shi liu he suo), palma en caballo de veinticuatro lanzamientos (er shi si qi tan ma), ocho maniobras evasivas (ba shan fan), boxeo cercano de doce posturas (shi er dun), ocho lanzamientos liu hong (liu hong ba xia), boxeo cercano de algodón Zhang (mian Zhang duan da), técnicas de pierna de Li Ban Tian de Shantung (Li Ban Tian zhi tui), técnicas de agarre de garra de águila Wang (ying zhua Wang zhi ma), mil técnicas de caídas Qian (Qian die zhang zhi die), técnicas de golpeo Zhang Bo Jin (Zhang Bo Jin zhi da), técnicas de bastón de Shaolin (Shaolin si zhi gun), técnicas de bastón de Qing Tian (Qing Tian gun fa), lanza de la familia Yang (Yang shi qiang fa), boxeo y bastón Ba Zhi (Ba Zhi quan gun).
Qi consideraba que algunos sistemas poseían elementos prácticos para el combate, pero descuidaban otros, señalando que «aunque cada uno de estos [estilos] es superior en algún aspecto, todos ellos son culpables de enfatizar la parte superior [(brazos/ manos)] y descuidar la parte inferior [(piernas)] o de enfatizar la parte inferior y descuidar la superior». Por esta razón, el general tomó los elementos de los sistemas que él consideraba más efectivos para complementarlos y crear su propia rutina.
A partir del trabajo de Qi podemos concluir que en la dinastía Ming algunos estilos ya primaban la utilización de los brazos, mientras que otros enfatizaban el uso de las piernas. Sin embargo, Qi no clasificó estos estilos en estilos del norte y estilos del sur; para Qi, estas diferencias eran solo preferencias de tipo técnico y táctico, y nada tenían que ver con su región de origen. Es interesante mencionar aquí que las críticas a los estilos que Qi consideraba como inútiles en el campo de batalla, así como el estudio y síntesis de un estilo de combate propio basado en las mejores características de otros, antecede en más de cuatrocientos años a la aparición del celebérrimo Bruce Lee y su estilo híbrido «camino del puño interceptor» (jeet kune do), y más aún a las denominadas «artes marciales mixtas» (mixed martial arts - MMA), las cuales basan su repertorio técnico en el estudio e inclusión de técnicas de diversos estilos.
Una hipótesis, promulgada por el investigador Stanley E. Henning, apunta a que una de las razones por las que algunos de los sistemas practicados en el sur utilizan tácticas que favorecen los ataques a corta distancia podría radicar en la influencia que tuvo el general Qi Jiguang en la provincia de Fujian, donde reclutó voluntarios durante sus campañas contra los piratas. Estas tropas fueron entrenadas en la forma de treinta y dos movimientos de Qi, así como en el uso de las diferentes armas que conformaban la formación pato mandarín. Como hemos señalado, Qi afirmó la importancia de entrenar solo aquellas técnicas útiles en combate (en lugar de aquellas destinadas a la exhibición), declarando que «sin posturas o técnicas que son obvias, uno será efectivo con un solo movimiento; si se comete el error de posar y exagerar las posturas uno será inefectivo con diez movimientos». Queda claro que, desde su autorizado punto de vista, cualquier técnica exagerada —esto es, muy amplia o «espectacular»— sería totalmente inútil en su aplicación real en combate.
Movimientos de la rutina de treinta y dos posturas del general Qi Jiguang reproducidos en una reciente versión de Esencia del clásico de pugilismo (Quan jing jie yao pian), trabajo contenido en su Libro de disciplina efectiva (Jixiao xinshu, 1560).
En relación a la utilidad de las rutinas, o movimientos preestablecidos, que en principio podrían parecer innecesarias en el entrenamiento para el combate real, el profesor Shahar menciona que Tang Shunzhi (1507 - 1560), otro experto militar de la época de la dinastía Ming, señala en su Compendio marcial (Wubian) que «la razón de las posturas en las artes marciales es la de facilitar transformaciones […] las rutinas poseen posturas fijas, pero en la práctica real estas no existen. Cuando estas posturas se utilizan se hacen fluidas, aunque mantienen sus características estructurales». Este párrafo revela un elemento que casi se ha perdido en la práctica marcial actual; la práctica de rutinas (taolu) tiene como objetivo el enseñar al estudiante cómo aprovechar la mecánica corporal de manera óptima, y continúa con el estudio de las aplicaciones de combate mediante las que se adquieren capacidades que no se pueden desarrollar con la práctica en solitario. Cuando el estudiante entiende los principios de los movimientos que se realizan en las rutinas, este puede liberarse del esquema preestablecido en las mismas y hacer que los movimientos fluyan de manera espontánea durante la práctica del combate libre, siendo capaz —idealmente— de mantener los elementos de estructura y alineamiento corporal que aprendió en la primera fase de práctica de las rutinas. Esta práctica sin un entendimiento de sus aplicaciones, así como la falta de entrenamiento combativo «real» con un compañero, ya había sido criticada desde tiempos antiguos, como apunta el profesor Douglas Wile al señalar que el erudito taoísta Ge Hong (283 - 363 d. C.) reconocía que «nosotros entrenábamos sin un oponente y no poseíamos experiencia práctica».
En Esencia del clásico de pugilismo, Qi también expresa su opinión respecto a la forma en que se debía practicar el kung-fu:
Aun si uno es capaz de derrotar a su enemigo con estos estilos esto no es nada más que una maestría limitada. Sin embargo si uno practica todos estos estilos en combinación, esto sería similar a la formación de batalla conocida como Formación Serpiente del Monte Chang. Si la cabeza es atacada, la cola contraataca, si la cola es atacada la cabeza contraataca, si el cuerpo es atacado la cabeza y la cola contraatacan. Esto es lo que llamamos maestría de arriba y abajo, y la victoria estará asegurada.
Este párrafo ilustra cómo mediante la combinación de las diferentes estrategias de los estilos estudiados por Qi, él consideraba que los soldados estarían preparados para enfrentar cualquier eventualidad durante el combate, tanto en el ámbito de la destreza técnica como en el ámbito psicológico, puesto que «la maestría en este arte inspira coraje en el individuo». Finalmente, Qi concluye que «una vez se ha adquirido el arte, se debe probar contra un oponente […] al practicar las [rutinas de las] artes marciales, se debe imaginar que se ataca a un enemigo real y no practicar técnicas de forma superficial…».
En definitiva, todo lo que hemos visto deja clara la opinión de Qi respecto al camino a seguir para conseguir la maestría en la práctica del kung-fu. Para Qi y sus contemporáneos Ming el entrenamiento marcial era algo práctico y realista. No existían «técnicas secretas», el secreto era una buena y completa preparación en el estilo escogido. Como apunte final, durante la visita de investigación realizada por el historiador chino Tang Hao (1897 - 1959) a la aldea Chen, cuna del actual taiji quan, este descubrió los escritos de Qi Jiguang en la aldea, señalando además que los creadores del estilo Chen de taiji quan —actualmente unos de los estilos más conocidos y practicados de taiji quan— utilizaron veinticinco nombres que aparecen idénticamente en la forma de treinta y dos posturas de Qi.
Movimientos de la rutina a mano vacía para el entrenamiento de tropas, del libro coreano Manual comprensivo ilustrado de artes marciales (Muye dobo tongji, 1790). Este libro se basó en anteriores manuales coreanos, el primero de los cuales fue el Manual comprensivo de las artes marciales (Muyejebo, 1598). Como se ha señalado, esta obra se elaboró a partir del tratado de Qi Jiguang.
PUÑO LARGO, GOLPE CORTO
Durante la dinastía Ming, el ya citado Tang Shunzhi describe en su Compendio marcial un importante aspecto teórico y estratégico del kung-fu. Henning revela que, según Tang, el boxeo chino comprende dos tipos de técnicas: «puño largo» (changquan), o técnicas que se utilizan para acercarse al adversario, y «golpe corto» (duanda), o técnicas que se utilizan a corta distancia, una vez que los adversarios se han acercado. Tang analiza técnicas como los amagos, a los que llama «vacío», y los verdaderos ataques, a los que denomina «lleno», dejando claro que el puño largo, golpe corto, lleno y vacío deben equilibrarse para que la práctica sea completa. Al mismo tiempo Tang concluye, al igual que Qi, que «una vez se ha aprendido la rutina se debe practicar el combate libre».
De este modo, puño largo incluye técnicas ejecutadas con las piernas y los brazos extendidos, que se emplearían cuando el oponente se encontraba lejos o cuando este se alejaba del rival. El golpe corto, por su parte, se utilizaría cuando la distancia de pelea se acortaba, incluyendo técnicas como puñetazos a corta distancia, golpes de codo, rodilla, cabeza, proyecciones o luxaciones. Como hemos señalado, las técnicas a corta distancia, esto es, las técnicas de golpe corto a las que se refiere Tang, fueron favorecidas por Qi Jiguang para su aplicación militar, por razones obvias; en el campo de batalla el soldado debía evitar técnicas que le pudiesen hacer caer al suelo (por ejemplo, patadas altas) ya que esto le pondría en una evidente situación de desventaja y grave peligro respecto al enemigo. Además, el combate masivo entre dos ejércitos, o entre un ejército y un numeroso grupo de piratas, no dejaba mucho espacio de maniobra una vez que los dos grupos antagonistas se lanzaban a una lucha a muerte cuerpo a cuerpo, o cuando un oponente desarmado se tenía que abalanzar sobre otro que aún poseía sus armas.
EL KUNG-FU DEL SUR
Dentro de los diferentes estilos practicados al sur del río Yangtsé, figuran los llamados «estilos de los cinco animales» (dragón, tigre, serpiente, leopardo y grulla) o boxeo Hong. Estos estilos poseen las características atribuidas a los estilos del sur –esto es, priman las técnicas de mano, el combate a corta distancia y las posturas estables y cerradas–, así como las características de los estilos imitativos, de los que hablaremos en el siguiente apartado. El origen del boxeo Hong se basa en una leyenda creada durante la dinastía Qing que el profesor Meir Shahar relata del siguiente modo. Durante el reinado del emperador Kangxi (1662 - 1722) los «bárbaros xi lu» —pueblo de origen incierto para los investigadores— derrotaron al ejército de los Qing. Para lograr subyugarlos, los monjes de Shaolin acudieron en ayuda del emperador, logrando su objetivo y el reconocimiento del monarca. En señal de agradecimiento, este quiso incorporar a los monjes a su gobierno, oferta que fue declinada por los monjes, que deseaban volver al monasterio para seguir con su vida monacal. Tras su regreso, el monasterio fue objeto de intrigas políticas en la corte que concluyeron cuando una fuerza militar dirigida por oficiales Qing incendió el monasterio, matando a la mayoría de los monjes. Salvándose de la matanza, únicamente cinco monjes sobrevivieron —de nombres Li Sekai, Hu Dedi, Ma Chaoxing, Fang Dahong y Cai Dezhong—, escapando hacia el sur donde fundarían la Sociedad Cielo y Tierra (Tiandihui) con el lema Derrocar a los Qing, restituir a los Ming (fan Qing fu Ming).
No obstante, al analizar esta nueva leyenda a la luz de los hechos históricos no se ha encontrado mención alguna en los registros oficiales acerca de una revuelta por parte de los xi lu, así como tampoco sobre la destrucción del monasterio en el periodo que aquella describe. Del mismo modo, los nombres de los monjes supervivientes no aparecen en los registros del monasterio Shaolin; sin embargo, sí que aparecen en los documentos de la Sociedad Hongmen (también conocida como Gee kung tong, una ramificación de la Sociedad Cielo y Tierra), en los que se incluyeron como miembros de la sociedad a figuras famosas de la dinastía Ming y hasta personajes de novelas. En la cúspide de esta sociedad, aparece como fundador el mítico príncipe Hong Ying (o Zhu Hongying, según las leyendas, nacido de un melocotón o de una concubina imperial Ming apodada «la divina concubina melocotón»); a continuación, el general de la dinastía Ming Shi Kefa (1601 - 1645), quien se suicidaría tras ser derrotado por las tropas manchúes; Zheng Chenggong (1624 - 1662), también conocido como Koxinga, un súbdito leal a los Ming que tomaría el control de Taiwán expulsando a los holandeses en 1662, y del que hablaremos más adelante; Chen Jinnan, un famoso personaje de las novelas de caballería (wuxia); y seguidamente los cinco monjes de Shaolin.
De este modo, la leyenda de la destrucción del monasterio de Shaolin del monte Song y la emigración de los cinco monjes fue una invención de las sociedades secretas, que utilizaron la fama del monasterio para generar antipatía en la población contra el régimen extranjero de los Qing, así como para engrosar las filas de sus adeptos, lo cual contribuyó a la difusión del boxeo Hong y en general de los llamados estilos del sur, muchos de los cuales afirman tener sus orígenes en el monasterio de Shaolin.
Pero aún otros hechos vendrían a manipular incluso más la ascendencia de los estilos del sur. A finales del siglo XIX estallaba la Rebelión de los Bóxers (Yihe Tuan, 1898 - 1901), en la que las sociedades secretas, como la ya citada Sociedad Cielo y Tierra o las Triadas (Sanhehui), tuvieron un papel protagonista como elementos de movilización social. Estas sociedades incorporaron en su «historia secreta» menciones al mítico —y del que no existe ninguna referencia histórica, como señalamos en el capítulo dos— monasterio de Shaolin del sur como fuente de sus habilidades marciales; sin embargo, como descubre Stanley E. Henning, estos relatos son relativamente modernos y no anteceden a la popular novela El emperador Qianlong visita Jiangnan (Qianlong you Jiangnan, c. 1893 - 1896), algunos de cuyos personajes provenían de este misterioso monasterio y fueron tomados como fundadores de diversos estilos del sur.
Otro de los considerados estilos del sur es el hoy famoso wing chun. Según las transmisiones orales, este estilo habría sido creado por la joven Yim Wing Chun como medio de defenderse de un jefe militar, que quería coaccionarla, a partir de las enseñanzas de Wu Mei (Ng Mui, en cantonés), una monja que había escapado a la destrucción del monasterio de Shaolin del sur. Como elementos originarios del mito del origen del wing chun, Henning señala que hasta el momento únicamente se conoce una referencia histórica, publicada en la gaceta del condado de Yongchun (Yongchun xian zhi, c. 1784), que cita a una mujer apellidada Ding como la creadora del estilo (lo cual no coincide con los nombres citados en la leyenda). La gaceta dice que Ding y su esposo se establecieron en el condado de Yongchun, enseñando artes marciales a veinticuatro personas. No existe mención alguna de que Ding fuese una monja o de que proviniese del monasterio de Shaolin del norte o del sur. Añade Henning que la creación del wing chun se remonta aproximadamente al reinado del ya citado emperador Kangxi (1662 - 1722), el cual coincide con la publicación de la novela de Pu Solin (1640 - 1715) Extrañas historias del estudio de las conversaciones cortas (Liaozhai zhiyi), la cual se compone de cientos de relatos. Uno de ellos, titulado Habilidades marciales, narra cómo una anónima monja budista estaba demostrando artes marciales en la calle y derrotó a un hombre que decía haber entrenado artes marciales con un monje que supuestamente venía de Shaolin. Un personaje similar aparece en la ya citada novela El emperador Qianlong visita Jiangnan, e igualmente la monja Wu Mei aparece en los documentos de la Sociedad Cielo y Tierra. Todo ello apunta, una vez más, a que la leyenda de la creación del wing chun fue una invención de las sociedades secretas concebida para atraer nuevos miembros a su causa.
LOS ESTILOS IMITATIVOS
Desde tiempos inmemoriales los seres humanos han buscado identificar características notables en los animales que habitan su entorno, hasta el punto de imitarlos e incluso identificarse con ellos. En la China antigua, entre los años 184 y 220 d. C. (finales de la dinastía Han del Este), hace su aparición Hua To, un famoso médico que creó una serie de ejercicios que imitaban las posturas del tigre, del ciervo, del oso, del mono y de algunas aves (wu qin xi). Estos ejercicios influyeron en el nacimiento del chi kung y del boxeo imitativo (xiang xin quan). Así, existen estilos de kung-fu, tanto del norte como especialmente del sur, que se han identificado con ciertos animales, algunos considerados sagrados en China. Uno de los personajes más pintorescos es el famoso Rey Mono (Sun Wukong) cuyo coraje, inteligencia y habilidad marcial es ensalzada en la gran novela clásica china Viaje al oeste (Xi you ji, c. 1590), atribuida al novelista y poeta Wu Chengen (c. 1505 - 1580).
No obstante, aunque algunos estilos dicen inspirar sus técnicas en la observación de los animales, la realidad es muy diferente. Así, por ejemplo Tim Cartmell, un experto estadounidense de estilos «internos» y sus aplicaciones para el combate, además de traductor de obras clásicas de kung-fu, comenta que las rutinas de los animales del xingyi quan no buscan su imitación, sino que representan una cierta energía y actitud especifica que enseñan al practicante cómo moverse para posteriormente ser aplicadas en combate.
Sin embargo, muchos estilos han llevado la práctica de la imitación hasta extremos que les han hecho ser poco o nada efectivos para el combate debido a sus movimientos, posturas y técnicas exageradas. Una opinión similar la expresaba el experto taiwanés de sistemas «internos» Hong Yixiang (1925 - 1993):
Los seres humanos no somos como los otros animales, no poseemos colmillos o garras afiladas… somos los animales más débiles. Cuando la grulla mueve sus alas, existe una forma y una intención, la forma es el movimiento de las alas, la intención es la de volar, nosotros copiamos esta intención con nuestros puños…
Es aquí donde podemos introducir la noción de «estilos folclóricos», como aquellos practicados fundamentalmente por la población civil y que poseían movimientos no efectivos para el combate (en contraste con las artes militares, con un enfoque netamente marcial), puesto que su objetivo era el de la espectacularidad, sirviendo de atractivo en exhibiciones en festivales, ferias, celebraciones, ritos, etc. El historiador chino Kang Gewu comenta que durante la dinastía Song (960 - 1279) se mencionaba la diferencia entre la práctica marcial enfocada al ejército (shi zhan wuyi) y la práctica marcial de exhibición (hua fa wuyi), realizada por la gente del común. Durante este periodo se patrocinó la práctica del hua fa wuyi, combinado con movimientos acrobáticos con y sin armas, de un modo similar al wushu contemporáneo, que se caracteriza por la inclusión de elementos de dificultad (nandu) en sus rutinas. El propio emperador Taizong (976 - 997), reclutó personas con buen conocimiento de wuyi y acrobacias, organizándolas en grupos de izquierda y derecha (zuo you jun) para que aprendiesen diferentes habilidades que serían exhibidas en demostraciones.
A finales de la dinastía Song, el kung-fu ya se había convertido en la principal atracción en ferias y celebraciones, con rutinas completamente establecidas como consecuencia del control imperial al que se había sometido la práctica marcial en el ámbito civil, buscando mantener el control social. Aunque la práctica marcial fue prohibida durante la dinastía Yuan (1271 - 1368), esta continuó en sus formas de exhibición en festivales y ceremonias. Durante la subsiguiente dinastía Ming, el kung-fu de la población civil se caracterizó por la utilización de elementos acrobáticos y de exhibición, hecho que fue criticado por aquellos que defendían su carácter militar. El propio general Qi Jiguang, entre otros, atacó duramente lo que él llamaba técnicas «floridas» (hua fa), buscando en su lugar la aplicación práctica y efectiva de aquellos estilos que preservaron estrictamente su función marcial. Así, como ya hemos señalado, Qi tomó técnicas de los dieciséis estilos que consideró los más eficientes y prácticos de su tiempo, depurando una forma de treinta y dos movimientos que serviría de base para el entrenamiento de sus tropas en el combate sin armas. Entre estos estilos, es interesante mencionar el boxeo del mono (hou quan), ya que en apariencia —en una exhibición actual de este estilo cualquier observador apreciaría numerosos movimientos acrobáticos y un gran énfasis en la imitación de los gestos y actitudes de este animal— se trataría de un estilo imitativo. Esto nos lleva a concluir que, con toda probabilidad, el estilo que Qi analizó e incorporó en su rutina estaba muy lejos de ser el mismo estilo del mono existente hoy en día.
Otras fuentes señalan que durante la dinastía Qing los aspectos folclóricos del kung-fu llegaron a alcanzar al ámbito militar, lo que no es extraño puesto que también este poseía sus propias ceremonias, fiestas y celebraciones. Kang Gewu apunta que en 1785 se hace mención a que el entrenamiento marcial en las barracas del Ejército Verde (una fuerza de reserva de la etnia han) estaba basado en su mayor parte en técnicas floridas. Así, el gobernador general de Shaan-Gan, Fu Kang An, informó ese año al emperador de que «el Ejército Verde se ve bien en inspecciones y desfiles pero no tiene ninguna utilidad en el campo de batalla». De un modo prácticamente idéntico, el emperador Jia Qing (1796 - 1820) escribió un edicto en el que se señalaba que «el wuyi en las barracas del Ejército Verde es florido y solo es útil para exhibiciones, pero no para uso práctico». Ambas afirmaciones se podrían explicar como una muestra de desprecio por parte del poder dominante de los Qing (manchúes) respecto a sus subalternos chinos (han); sin embargo, también podría tener un significado cercano a la realidad, mostrando cómo la práctica marcial en las tropas de la etnia han se había transformado en prácticas vistosas, perdiendo su eficacia combativa como consecuencia de las restricciones a la práctica marcial impuestas por los manchúes, quienes continuaron su práctica marcial con un enfoque militar.
Como resumen de este capítulo, puede afirmarse que la clasificación de estilos del norte y del sur contiene muchas excepciones, lo que hace que esta sea, en el mejor de los casos, inexacta. Reconocidas figuras históricas del kung-fu, como Qi Jiguang o Tang Shunzhi, mencionan en sus obras que un buen practicante debería dominar un amplio abanico de técnicas, tanto para la larga como para la corta distancia, señalando además la importancia de evolucionar hacia la práctica «real» del combate. Sobre estas bases teóricas, algunos estilos escogieron enfocarse en ciertas técnicas a corta distancia, mientras que otros prefirieron practicar una combinación de técnicas de larga y corta distancia, en ambos casos manteniendo el ideal de eficacia combativa propia del ámbito militar del kung-fu. Otros estilos, sin embargo, decidieron basar sus técnicas en movimientos de tipo imitativo y folklórico, orientándose al espectáculo y a la exhibición, que son los que conforman muchos de los estilos de tipo imitativo que se conocen y practican hoy en día.
Cinco ejercicios imitativos de animales (wu qin xi), de Hua To.