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El kung-fu en la
República Popular China
y en Taiwán
El 15 de agosto de 1945 el emperador japonés Hirohito, a bordo del acorazado estadounidense USS Missouri, firmó la capitulación oficial de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Pocas semanas después las tropas japonesas que ocupaban China seguían idéntico camino, poniendo punto y final a la Segunda Guerra Chino-Japonesa. La ausencia de un enemigo exterior, que había dejado en pausa la Guerra Civil china (1927 - 1950), pronto volvió a desatar la lucha fratricida entre el Kuomintang y el Partido Comunista por el control del país. El 1 de octubre de 1949, Mao Tse Tung proclamó en Pekín la República Popular China, mientras aproximadamente dos millones de chinos simpatizantes del Kuomintang se retiraban a la isla de Taiwán, donde mantendrían su independencia respecto al sistema comunista del continente. En esta línea de transformaciones, la práctica del kung-fu también sufrió importantes cambios en su estructura y organización, dando paso a la creación del wushu moderno y a la práctica del sanda/sanshou (combate libre). Por su parte, la isla de Taiwán acogió entre los miembros del Kuomintang a muchos artistas marciales que habían sido formados en la Academia Central de Artes Nacionales, y que impulsaron un desarrollo diferenciado del kung-fu.
EL NACIMIENTO DEL WUSHU MODERNO
En un artículo publicado en 1917 en el periódico Nueva juventud (Hsin ching nein) con el título «Estudio de la educación física» (Tiyu zhi yonjiu), el futuro líder comunista Mao Tse Tung enfatizaba los beneficios del ejercicio físico como elemento necesario para fortalecer la nación, criticando la poca valoración que había tenido en la sociedad china en comparación con los estudios académicos. Mao utilizó como ejemplo al propio Confucio, que como ya hemos visto consideraba el tiro con arco y el manejo de carros de guerra como prácticas necesarias para llegar a ser un «hombre ejemplar» (junzi). A pesar de citar este y otros ejemplos de la historia de la antigua China, Mao también hacía referencia a casos más recientes como la educación física alemana o el judo japonés –por el que el líder comunista expresaba su admiración–, que en su opinión habían realizado una gran contribución al fortalecimiento de ambas naciones. Puesto que las cualidades humanas como la moralidad y el intelecto, señalaba Mao, están contenidas en un cuerpo físico, era absolutamente necesario fortalecer el cuerpo ya desde la más tierna infancia.
Otra de las opiniones de Mao sostenía que para lograr el fortalecimiento corporal existían muchos métodos, y que esta diversidad no era positiva por cuanto solo lograba «perturbar los huesos y los músculos». Por ello proponía la simplificación de estos métodos, declaración que afectaba directamente a los numerosos estilos de kung-fu existentes en China. Aunque no existan evidencias directas de relación causa-efecto, la declaración de Mao posiblemente sirviese como sustrato ideológico impulsor del desarrollo del wushu moderno, una evolución del kung-fu en la que los diferentes estilos fueron simplificados a una serie de rutinas obligatorias carentes de su original sentido práctico. Como señala el escritor y artista marcial estadounidense David A. Ross, la agenda política del Partido Comunista eliminó la práctica del combate libre, no solo porque estas habilidades de autodefensa no eran necesarias en el nuevo orden establecido, sino también porque «camaradas no deberían pelear con camaradas». Del mismo modo, el régimen comunista eliminó la relación tradicional que existía entre estudiantes, discípulos (esto es, los estudiantes más expertos y veteranos) y el maestro de artes marciales (shifu), ya que esta fue vista por el régimen como un elemento feudal y reaccionario; en su lugar, esta relación fue reemplazada por la más moderna relación entrenador-atleta.
La evolución del wushu moderno comenzó pronto tras el establecimiento de la Republica Popular China en 1949, y así, a partir de 1951, comenzaron a impulsarse diversas reuniones para discutir cómo organizar y regular la práctica del nuevo kung-fu. No obstante, en estos primeros años aún eran populares las competiciones de deportes tradicionales. Como ejemplo, la Exhibición y juegos nativos nacionales (Guanguo minzu xingshi tiyu biaoyan ji jingsai dahui), celebrada en 1953 en la ciudad de Tianjin, atrajo a unos cuatrocientos participantes de diez grupos étnicos diferentes para competir en aproximadamente cuatrocientos concursos entre los que figuraban exhibiciones individuales de artes marciales. Otras ciudades organizaron eventos similares, pero este interés hacia los juegos y deportes tradicionales duró únicamente unos pocos años.
En 1957, el Departamento Nacional de Deportes (DND, Guojia Ti Wei) organizó una trascendente reunión en la que se definió el objetivo del nuevo wushu. Para diferenciarlo de la práctica netamente marcial, los objetivos del wushu pasaban a ser la educación física y la competición no combativa —es decir, sin enfrentamientos directos en forma de combates—, centrándose para ello en la creación de rutinas estandarizadas. En 1958 se organizaron en Pekín los Juegos Nacionales de Wushu, y un año más tarde se aprobaron las reglas de competición en las que se establecían los sistemas de puntuación de las rutinas, los límites de tiempo para su exhibición, los movimientos requeridos, etc. Un aspecto importante que cabe destacar es que estas normas comenzaron a dar más importancia en las puntuaciones a aquellos movimientos con elevado nivel de dificultad (nandu), en lugar de a aquellos movimientos más relacionados con aplicaciones prácticas de combate. Aunque la traducción literal del término wushu, como ya hemos señalado, es «arte marcial», hay autores que han jugado con dos caracteres chinos que tienen la misma pronunciación «wu» (pero diferente grafía) para transformar «arte marcial» en «arte de danza», y de este modo criticar que el wushu moderno es una mera exhibición cuyo carácter es similar al de deportes como la gimnasia deportiva, obviando el componente más importante de estas técnicas que es la eficacia marcial. De hecho, como explica el profesor Ma Mingda, en la práctica del wushu moderno se califica la altura (gao), la dificultad (nan), la originalidad (xing) y la belleza (mei) de los movimientos ejecutados, todos ellos elementos que remiten a un ámbito estético y no utilitario.
Con todo, el wushu moderno siguió desarrollándose y masificándose, fundamentalmente gracias a los cambios que permitieron eliminar, hasta cierto punto, las barreras de desconfianza que habían existido en las prácticas tradicionales, donde el secretismo era algo común. En 1974 una delegación de wushu visitó diversas ciudades fuera de China, como Ciudad de México, Hawai, San Francisco y Nueva York entre otras, demostrando sus habilidades frente al presidente estadounidense Richard Nixon. En este grupo estaba el ahora famoso actor Jet Li —del que hablaremos en el siguiente capítulo—, que entonces solo tenía once años. Otra línea de evolución del wushu, derivada de la investigación sobre los diferentes métodos y movimientos que añadir en su práctica, consistió en la inclusión de técnicas de ataque y defensa (wushu gong fang), obviamente con el objetivo de revertir, al menos en parte, la tendencia acrobática anterior que había puesto en grave peligro la herencia y naturaleza de las artes marciales chinas.
En contraste con el creciente desarrollo del wushu, las artes marciales tradicionales no corrieron la misma suerte. El estallido de la Revolución Cultural en 1966 puso en el punto de mira a todos aquellos contrarios al espíritu revolucionario; los cargos del partido contrarios a Mao, burgueses, procapitalistas, intelectuales, etc. fueron silenciados y condenados al ostracismo, en ocasiones con extrema violencia. No corrieron mejor suerte los elementos culturales considerados tradicionales. Los «viejos hábitos del pasado» fueron condenados, perseguidos, y en el caso de elementos materiales incluso destruidos. Obviamente, las consecuencias para el kung-fu tradicional fueron nefastas, tanto por la persecución de intelectuales y de artistas marciales como por la destrucción de libros y de otros instrumentos tradicionales ligados a la cultura marcial. A pesar de esta persecución, muchos estilos tradicionales de kung-fu lograron sobrevivir, particularmente en áreas aisladas donde la influencia de la Revolución Cultural no se dejó sentir con tanta intensidad.
El 3 de octubre de 1990 se creaba en Pekín la Federación Internacional de Wushu (FIWU, Guo ji wushu lian he hui), cuyo objetivo fundamental sería la promoción y regulación de todas las manifestaciones del wushu a nivel mundial. En septiembre de 2009, la FIWU ya contaba con 122 países miembros y había organizado desde 1991, con carácter bienal, nueve ediciones de los Campeonatos Mundiales de Wushu, además de otras competiciones internacionales. Durante los primeros campeonatos mundiales, celebrados en Pekín, se realizaron competiciones masculinas de san-shou en nueve categorías de peso y competiciones masculinas y femeninas de taolu (rutinas o movimientos preestablecidos) en los estilos de puño largo (chang quan), puño del sur (nan quan), taiji quan, sable (dao shu), espada recta (jian shu), lanza (qiang shu) y bastón largo (gun shu), además de diversos eventos de exhibición. Desde 2007, los eventos oficiales de wushu en los campeonatos mundiales incluyen sanshou masculino y femenino (en once y siete categorías de peso respectivamente), y taolu masculino y femenino en once disciplinas, añadiendo a las anteriormente citadas la espada taiji (taiji jian), el sable del sur (nan dao), el bastón del sur (nan gun) y la competición por parejas. Ha de aclararse que las rutinas no responden a estilos tradicionales, sino que incluyen una mezcla de diferentes estilos modernizados. Dentro de los eventos no oficiales figuran otros estilos como bagua zhang, baji quan, cha quan, pigua zhang, chuo jiao, tan tui, etc., que también se han visto progresivamente afectados por el wushu moderno en el sentido de incluir movimientos vistosos en su práctica. También es importante señalar que, a pesar de que la FIWU viene realizando competiciones de sanshou, el wushu moderno se identifica específicamente con la práctica de rutinas o taolu, y tiene, como hemos señalado, un carácter netamente estético. El sanshou, por su parte, es un deporte independiente que no está ligado específicamente a un estilo tradicional, ni tampoco tiene una relación directa con la práctica del wushu.
Deportista de wushu demostrando sus habilidades acrobáticas en el torneo brasileño de kung-fu 2009, en Brasilia. Cabe señalar que las armas utilizadas en wushu son extremadamente livianas y flexibles, lo que permite manejarlas con gran rapidez.
Como una de sus grandes aspiraciones, la FIWU trabajó intensamente, aunque sin éxito, para incluir el wushu como deporte olímpico en los Juegos Olímpicos celebrados en 2008 en Pekín. Como principal elemento de crítica, el Comité Olímpico Internacional aludió a la dificultad de determinar los estándares de ejecución que permitiesen lograr una justa calificación de los participantes. Esta «fiebre olímpica» y la propia práctica del wushu moderno ha sido criticada por eruditos como Ma Mingda, quien reitera la simplificación a la que se está sometiendo a las artes marciales tradicionales y su consecuente pérdida de contenidos e identidad.
Otro de los cambios importantes de la nueva estructuración de wushu se refiere al ámbito de la progresión del practicante. En los estilos tradicionales no existían sistemas de clasificación de los participantes similares a los conocidos cinturones de color (sistema kyu-dan) de disciplinas como el judo o el kárate. En el wushu moderno, desde 1997 comenzó a aplicarse el sistema duan, cuyo objetivo es evaluar y clasificar la habilidad de los practicantes de wushu de modo similar a otras artes marciales. El sistema requiere que el aspirante escoja, dependiendo del grado a que se aspire (1º a 10º duan), diversas rutinas que demuestren su habilidad con y sin armas, o escoger pruebas frente a un oponente (dui kang).
A pesar de toda esta evolución, el kung-fu se enfrenta a importantes problemas derivados de la creciente inmersión de China en el mundo globalizado. Li Baoru, un experto de lucha china (shuai jiao), comenta que aquellos estudiantes que demuestran habilidad en esta disciplina son reclutados como aspirantes para conformar los equipos olímpicos de deportes como el judo o la lucha libre, abandonando la práctica del shuai jiao. Como nota anecdótica, el propio Li Baoru trabajó como entrenador asistente para el equipo femenino olímpico de judo en 2008, el cual obtendría unos excelentes resultados al ganar tres medallas de oro en las categorías de -52kg, -78kg y +78kg. Esta realidad ha llevado a que artes marciales tradicionales como las ya citadas, o juegos tradicionales como las carreras de botes del dragón (jingdu), el juego del gallito (jianzi), o caminar con zancos (caigaoqiao), entre otros, se vean en riesgo de desaparición por la presión de los deportes occidentales. Conscientes de este peligro, un grupo de eruditos y artistas marciales crearon en 2008 la Asociación Internacional de Guoshu (Zhong Hua Guoshu Zong Hui), celebrando en julio del 2009 la primera Competición Mundial de Guoshu (Shi jie zhong hua guoshu da sai) en Hong Kong. En esta competición se incluyeron deportes tradicionales como el juego del gallito, lucha china, competiciones de combates con y sin armas, tiro de balines…, con el objetivo de promocionar y preservar las prácticas tradicionales chinas.
Practicantes de shuai jiao demostrando técnicas de proyección en un parque de la ciudad de Pekín. Como puede apreciarse los contendientes visten gruesas chaquetas, lo que les permite realizar los fuertes agarres propios de esta modalidad de lucha china.
SANSHOU VERSUS SANDA
A pesar de que actualmente los términos sanda («combate libre») y sanshou («manos libres») suelen utilizarse de forma intercambiable, por lo general san-shou designa competiciones a nivel aficionado, mientras que sanda se refiere a las competiciones a nivel profesional; como ejemplo, una de las competiciones profesionales más populares en Asia hoy en día es la denominada Rey del Sanda (Sanda Wang).
Históricamente, el término sanda no se empleó para referirse al combate libre hasta después del advenimiento de la República Popular China (1949 - actualidad), mientras que, como señala Ma Mingda, el término que se empleó en las competiciones de combate libre durante el Periodo Republicano (1912 - 1949) fue sanshou. El profesor Ma detalla asimismo que los caracteres que describen el sanshou pueden tener sus raíces en los caracteres san she («disparo libre»), utilizados durante la dinastía Han (206 a. C. - 220 d. C.) en relación a las técnicas de disparo con arco y flecha. Este concepto habría evolucionado hasta el actual término sanshou, que fue el elegido por los miembros de la Academia Central de Artes Nacionales para designar los eventos de combate a mano vacía.
Incluso después del ascenso al poder del Partido Comunista, el sanshou continuó siendo parte de la práctica del kung-fu tradicional, tanto en el ámbito miliar como el ámbito civil. Sin embargo, el sanshou moderno evolucionó de manera diferente, como explicaremos más adelante. Según el experto chino de san-shou militar Mizhou Hui, durante el conflicto en la frontera chino-soviética en la isla Shenbao (ubicada en el río Ussury, en la frontera norte de China), entre 1968 y 1969, las fuerzas fronterizas chinas se vieron envueltas en peleas callejeras con sus homólogas rusas, perdiendo en los enfrentamientos debido en parte al mayor tamaño y fuerza física de los soviéticos. Por esta razón el ejército chino envió al Batallón 49 de sus fuerzas especiales, cuyos miembros eran físicamente más grandes. Durante estos enfrentamientos, y para evitar una escalada de violencia que pudiera traer graves consecuencias, las tropas comenzaron peleando a mano vacía y con bastones cortos. Los chinos seguían las técnicas que formaban parte de un manual de entrenamiento militar publicado en 1963, pero a raíz de estos enfrentamientos dichas técnicas fueron modificadas para incluir técnicas de boxeo occidental, que se había mostrado muy efectivo en los combates cuerpo a cuerpo. El 1972 se publicó otro manual similar de entrenamiento militar en el que se incluyeron diversas innovaciones ideadas para contrarrestar la posible ventaja física del enemigo. Estas innovaciones estaban basadas en las experiencias adquiridas durante los conflictos de Corea (1950 - 1953) y Vietnam (1959 - 1975). A modo de ejemplo, uno de los cambios que se plasmaron en el manual fue la modificación de la postura de combate para el cuerpo a cuerpo; en un principio las tropas chinas utilizaban la mano adelantada como escudo, manteniendo la mano retrasada a la altura de la ingle. La nueva propuesta consistía en una postura similar a la utilizada en el boxeo occidental, con las dos manos protegiendo el rostro, mientras los codos protegen el torso.
En general, la práctica del sanshou militar comienza con el estudio de rutinas básicas y progresa hasta la práctica de técnicas de combate y el combate libre. Estas técnicas incluyen el uso de armas como el rifle-bayoneta, la daga, el bastón corto, y técnicas de combate sin armas como patadas, puñetazos, golpes de codo, rodilla y proyecciones. Por su parte, el sanshou civil, cuyas raíces parecen basarse en su equivalente militar, excluye el entrenamiento con armas y el aprendizaje de aquellas técnicas calificadas como letales.
Por lo que refiere al sanshou moderno, en el otoño de 1978 el Departamento Nacional de Deportes (DND) publicaba tres volúmenes con información para la práctica del wushu. El tercer volumen, dedicado a las habilidades de ataque de combate libre (sanda ji ji shu), es uno de los primeros documentos que emplea el término sanda en lugar de sanshou. Posteriormente, en marzo de 1979, el propio DND incluyó el sanshou como evento deportivo experimental, que se probó en competiciones en las ciudades de Nanjing, Taiyuen y Shenyan durante tres años consecutivos. La práctica del sanda deportivo fue impulsada por el Grupo Experimental de Sanda (Sanda shi yan xiao zu) a partir de 1980. Este grupo, perteneciente al Colegio de Deportes de Wuhan, elaboró las Reglas para la competición de combate libre (Sanda jing sui gui ze), que fueron editadas en 1982 con el nombre de Reglas para la competición de sanshou (Sanshou jing sui gui ze), revirtiendo una vez más los términos sanda/sanshou para describir la práctica de combate libre. Un año más tarde, el DND unificaba el material para la enseñanza del wushu y del sanshou, lo cual influyó en el empleo del término sanshou para referirse al combate libre y sanda como su sinónimo. En 1989, el DND adoptó el sanshou como deporte oficial y elaboró las Reglas de competición de wushu sanshou (Wushu sanshou jin shi gui ze), y este mismo año se organizó la primera Competición Nacional Leitai de Wushu Sanshou (Quan guo wushu sanshou leitai sai). Finalmente, en 1990 se fijaron los estándares de habilidades requeridas para la práctica de las rutinas o taolu y del sanshou, integrándose ambos eventos como parte de dicha competición.
Actualmente, la práctica del sanshou deportivo incluye técnicas de boxeo occidental, patadas y técnicas de lucha (shuai). Los atletas combaten sobre una plataforma elevada (leitai) recubierta con colchonetas, vistiendo en la mayoría de las competiciones oficiales pantalones cortos, camiseta y protector de pecho de color negro o rojo, espinilleras, guantes de boxeo y protecciones bucales y para la cabeza. Al igual que sucede con el wushu, el sanshou moderno no escapa de las críticas de reconocidos investigadores de las artes marciales chinas como el ya citado Ma Mingda, quien señala que el énfasis en el combate hace que se pierdan otros elementos tradicionales del kung-fu como las rutinas o el manejo de armas.
COXINGA
La práctica marcial en Taiwán está, como no podía ser de otra manera, íntimamente relacionada con la práctica marcial china. La isla de Taiwán, situada a ciento ochenta kilómetros al este de las costas chinas, fue poblada hace unos cuatro mil años por tribus de etnia malaya-polinesia. Debido a que la isla carecía de importantes recursos naturales que pudieran ser explotados y a la fiera resistencia de estas tribus nativas, hasta finales de la dinastía Ming (1368 - 1644) China no emprendió un esfuerzo para colonizar su territorio.
La figura histórica más famosa en Taiwán es la de Zheng Chenggong (1624 - 1662), más conocido como Coxinga o Koxinga, y en japonés como Tei Seiko y Kokusenya. La historia de este personaje, narrada por el escritor e historiador británico Jonathan Clements, señala que el padre de Coxinga, Zheng Zhilong (1604 - 1661, también conocido como Nicolás Gaspar Iquan, nombre que recibió en Macao cuando tenía dieciocho años) fue un ambicioso joven amante del kung-fu que amasó una fortuna gracias al contrabando de artículos chinos con las islas de Japón y con los países europeos, en un momento histórico en el que el comercio entre China y otros estados había sido prohibido por la corte imperial.
En una de sus muchas travesías, Zheng Zhilong conoció a la dama japonesa Tagawa Matsu (1601 - 1646), de quien se dice que provenía de una familia samurái y con quien se casaría alrededor de 1623 para dar a luz, un año más tarde en Hirado (prefectura de Nagasaki, Japón), a Coxinga. En esos momentos Zheng había regresado a China, sin haber conocido aún a su hijo, para aceptar el perdón sobre sus ilícitas actividades de contrabando que le ofrecía el emperador a cambio de que Zheng y sus colaboradores eliminasen a los piratas de las costas chinas. Gracias a este acuerdo, Zheng se convirtió en una de las figuras más poderosas de su tiempo, comandando una flota de más de cuatrocientos juncos y sesenta mil guerreros. En 1628, Zheng recibió el rango de almirante y otros importantes títulos imperiales.
Es precisamente en esta época cuando, debido a un difícil periodo de sequías, enfermedades y ataques constantes de las tribus manchúes, muchos ciudadanos chinos comienzan a emigrar y establecerse en Taiwán gracias en parte a la asistencia de la flota de Zheng. En 1630, a la tierna edad de siete años, Coxinga fue enviado por su madre al sur de China, con su padre, que anhelaba que recibiese la educación de la que él careció en su niñez.
Los estudios de Coxinga incluyeron la práctica de las artes marciales, que ya había iniciado en Japón y continuaría en China bajo la tutela de su tío paterno Zheng Zhifeng. Gracias a las conexiones y a la fortuna de su padre, Coxinga comenzó a recibir una excelente formación académica, estudiando en profundidad los clásicos de Confucio y aprendió a utilizar la espada con extremada destreza. Para la protección de su hijo —como cualquier personaje de la época con el poder de Zheng, este tenía numerosos enemigos—, Zheng escogió a un selecto grupo de guerreros conocidos como la Guardia Negra, que eran esclavos africanos que habían ganado su libertad en 1622 durante la defensa de Macao frente a los holandeses. En 1639, Coxinga asistió a la Universidad de Nanjing, continuando sus estudios con el erudito y oficial civil Qian Qianyi, a la vez que seguía perfeccionando sus habilidades marciales durante su tiempo de ocio.
Los caóticos años que rodearon la caída de los Ming supusieron un punto de inflexión para Coxinga. En 1646, su padre desertó para unirse a los manchúes, lo que produjo el distanciamiento entre padre e hijo; y es que Coxinga, educado en la lealtad como valor confuciano fundamental, tomó una postura inflexible contra los invasores a pesar de los intentos de estos para reclutarlo, permaneciendo fiel a la dinastía Ming.
Con el propósito de organizar la resistencia frente a los Qing, y en ayuda del prófugo emperador Yongli (1646 - 1662), Coxinga regresó al sur desde Nanjing. Durante su ausencia, las tropas manchúes comenzaron su avance hacia las provincias del sur en 1646, hecho que hizo que Coxinga regresase para proteger a su madre, que en aquellos momentos residía en una fortaleza perteneciente al clan Zheng en Anping (actual provincia de Hebei). A pesar de sus esfuerzos, la señora Tagawa perdió la vida durante esta campaña, aumentando aún más el odio de Coxinga hacia los invasores. En agosto de 1659 Coxinga atacó la ciudad de Zhejiang, que estaba bajo el dominio manchú; durante esta campaña utilizó más de setenta mil guerreros entre los cuales estaba un cuerpo de élite de cinco mil hombres conocidos como los Hombres de Hierro o Guerreros de los Dioses (Shenbing). Esta fuerza estaba conformada por guerreros extremadamente fuertes, que vestían una armadura que los cubría completamente y cuyo espesor era mucho mayor que las armaduras normales de la época. Estas armaduras permitían a quienes las vestían ser inmunes a espadas, flechas y hasta existen citas que refieren que no podían ser atravesadas por las balas. Además, estos guerreros estaban armados con picas y sables que tenían una empuñadura tan larga como la mitad de la altura de un hombre adulto, lo que les permitían constituirse en fuerzas de choque hasta el extremo de poder enfrentarse directamente a la caballería manchú. Algunos historiadores como Jonathan Clements recogen citas que refieren que estas tropas estaban conformadas por mercenarios japoneses al mando de Coxinga.
Tras la toma de Zhejiang, en 1659 las fuerzas de Coxinga asediaron la ciudad de Nanjing. Sin embargo, esta campaña terminó en derrota, por lo que Coxinga debió ceder los territorios recuperados. Tras esta victoria los manchúes, siguiendo el consejo de un desertor Ming, cortaron cualquier comunicación entre la flota de Coxinga y sus colaboradores en el continente, construyendo para ello un muro y estableciendo una zona de exclusión de aproximadamente cincuenta kilómetros entre la costa y el interior en la que se prohibía residir y ayudar a los rebeldes, bajo pena de muerte. Esta acción causó un segundo éxodo de ciudadanos chinos a Taiwán, forzando a Coxinga a considerar la posibilidad de arrebatar la isla a los holandeses, quienes habían establecido un puerto comercial en 1624 con la ayuda de su padre.
Estatua gigante de Zheng Chenggong (1624–1662), más conocido como Coxinga, en la costa de Xiamen, en el sureste de la provincia de Fujian. Incluso hoy en día Coxinga sigue siendo venerado, pues representa el patriotismo y los más altos valores de la ética confuciana.
En 1661, Coxinga comenzó una campaña para expulsar a los europeos de Taiwán, consiguiéndolo un año más tarde. No obstante, sus planes para lanzar desde la isla una campaña sobre China nunca llegaron a cumplirse ya que ese mismo año de 1662, cuando contaba tan solo treinta y siete años, Coxinga falleció víctima de la malaria. Ante la perdida de su líder, la resistencia leal a los Ming se resquebrajó, facilitando en 1683 la toma de la isla por los manchúes. Dos siglos más tarde, en 1895, tras la victoria japonesa en la Primera Guerra Chino-Japonesa (1894 - 1895), Japón pasó a controlar la isla hasta 1945. El siguiente cambio de poder, como ya hemos descrito, se produjo cuando las fuerzas republicanas chinas, que huían del continente tras la ascensión de Mao Tse Tung al poder, ocuparon Taiwán en 1949.
LAS FORMACIONES DE BATALLA DE SONG JIANG
En Taiwán aún perviven algunas tradiciones folclóricas (su tiyu) con una clara influencia marcial. Dentro de las mismas la más importante es la denominada «Formaciones de batalla de Song Jiang» (Song Jiang zhen), cuyo nombre proviene del personaje principal de la ya referida novela Los bandidos del pantano (Shuihu zhuan), Song Jiang. En esta novela, Song, apodado «Lluvia oportuna» (Hu bao yi), es el comandante de los ciento ocho bandidos del pantano, además de un erudito y un aficionado a las artes marciales. Esta tradición no se ha conservado en China, sino solo en el sur de Taiwán, donde incluso se organizan equipos de Song Jiang en las escuelas de educación primaria y se han comenzado a implementar programas similares en las escuelas del norte de la isla. Con ello se pretende asegurar la conservación de esta tradición, que como muchas otras de tipo autóctono están en peligro de desaparición, en este caso por la influencia de los deportes occidentales.
Básicamente, las formaciones de batalla de Song Jiang consisten en grupos de personas de ambos sexos que portan armas y uniformes e imitan diversas disposiciones de combate, que supuestamente habrían adoptado los protagonistas de Los bandidos del pantano. La formación básica se compone de treinta y seis personas que representan el mismo número de personajes de la novela. Otras formaciones incluyen setenta y dos y hasta ciento ocho miembros; sin embargo, debido a la dificultad de organizar grupos tan numerosos de personas la de treinta y seis personas es la más popular. Las formaciones de batalla también pueden dividirse en grupos conformados exclusivamente de mujeres, hombres o niños.
En las formaciones de batalla cada miembro está armado con las mismas armas que se describen en la novela. Entre las mismas se encuentran el líder o bandera principal (tao qi), que representa a Song Jiang, Li Kui «ciclón negro», armado con hachas dobles (shuang fu); Guan Sheng «gran espada», armado con el sable curvo (da dao); Wu Song «el clérigo»; Yan Qing «el portento» y otros armados con el bastón qui mei (qui mei gun); Sun Er Niang «mujer Yaksha», armada con los sables dobles (shuang dao); miembros regulares armados con el sable dazai (dazai dao), otros miembros regulares armados con ganchos (gou zai)… Además de las armas, la formación también se acompaña con música de tambores, gongs y otros instrumentos. El programa de las demostraciones incluye, entre otras, una formación de avance (qiang jin dui xin), una representación de oración en un templo y la entrega de un obsequio (bai miao ji jie li), una formación circular (da quan), o demostraciones con armas (bing qi biao yan) y sin armas (quanshu biao yan). Asimismo también se representan combates coreografiados (dui da) entre los participantes, incluyendo peleas de leones imperiales, que consisten en equipos de dos personas disfrazadas de león denominadas «Formaciones de leones de Song Jiang» (Song Jiang shi zhen). Es posible que por presentar ciertas similitudes con la formación pato mandarín del general Qi Jiguang, estas formaciones, además de derivarse de las prácticas folclóricas que representan a los personajes de Los bandidos del pantano, también fueran influidas por las prácticas marciales establecidas por Qi en las poblaciones costeras del este de China, cuyos veteranos y sus descendientes sirvieron en las campañas de Coxinga.
EL KUNG-FU EN TAIWÁN
Desde finales de la dinastía Ming, las sucesivas olas de emigración de ciudadanos chinos a Taiwán posibilitaron la llegada de numerosos sistemas de kung-fu a la isla. Entre los mismos destacan aquellos identificados como «sistemas del sur», como son el wing chun, el boxeo de la grulla blanca (bai he quan, del cual existen diversas ramas), el boxeo alcanzando gran respeto (da zhun quan) o el boxeo del mono (hou quan). Durante el medio siglo de ocupación japonesa de la isla, entre 1895 y 1945, se patrocinó la práctica de artes marciales japonesas como el judo, el kendo y el kárate, en detrimento del kung-fu y otros deportes tradicionales.
Tras el triunfo comunista en China, en 1949, se produjo un éxodo de artistas marciales de alto nivel relacionados con el anterior gobierno republicano, los cuales llevaron consigo las artes marciales enseñadas en la Academia Central de Artes Nacionales y en otros programas de fomento del kung-fu organizados durante el Periodo Republicano. Entre estos expertos figura la ya citada Fu Shu Yun (nacida en 1915), integrante del equipo femenino de demostración de guoshu en los Juegos Olímpicos de 1936, que enseñó entre otros sistemas xingyi quan, taiji quan o bagua zhang. Wang Jyue Jen (1911 - 1990), otro estudiante de la Academia, enseñó guoshu en Taiwán y más adelante crearía su propio sistema, bautizándolo con el nombre de tian shan pai («escuela de la montaña celestial»). Este sistema fue introducido en Brasil en 1968 y dos años más tarde en Estados Unidos por el maestro Lin Shi Kuang (Willy Lin, nacido en 1938), asistente de Wang. El experto de shuai jiao, Chang Dongshen (1908 - 1986), quien no solo trabajó como instructor en la Academia sino que también estudió en la misma estilos como taiji quan y xingyi quan, enseñó shuai jiao en diferentes universidades, escuelas de policía y colegios taiwaneses, e igualmente viajó a Estados Unidos para difundir la práctica de la lucha china. Han Qingtang (1903 - 1976), experto en chang quan, taiji quan, shuai jiao y qin na, y finalista de la competición de sanshou celebrada en Zhejiang en 1929, también continuó la enseñanza de estos estilos en la isla.
«Formación de batalla de Song Jiang» (Song Jiang zhen), durante el festival cultural Songjiang Baosheng, celebrado en el templo de Baoan, en Taipei, en 2006.
Liu Yun Qiao (1909 - 1992), nacido en Cangzhou (provincia de Hebei), era experto en baji quan, bagua zhang, mantis religiosa de las seis armonías (liuhe tanglang), manos cortantes (pigua zhang) y lanza gigante (da qiang), entre otros estilos, y había servido en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial con la misión de eliminar oficiales japoneses. En Taiwán, Liu entrenó, entre los muchos que se beneficiaron de sus enseñanzas, a los guardaespaldas del palacio presidencial. En 1978 Liu inició la publicación de Wutan, revista dedicada a las artes marciales, así como fundó el Centro de Desarrollo de Artes Marciales Wutan (Wutan Guoshu Tuei Guang Zhong Xing), con el objetivo de preservar los diferentes estilos de artes marciales que había aprendido y propagar el resto de estilos practicados en la isla. Por último, y lamentando no poder incrementar esta lista en todo lo que se merece, citamos al famoso Zheng Manqing (1902 - 1975), un experto de taiji quan de quien se dice aprendió taiji con Yang Chengfu (1883 - 1936). Zheng, que creó una versión simplificada de treinta y siete movimientos del estilo aprendido con Yang, enseñó taiji quan no solo a ciudadanos orientales, sino también a occidentales entre los cuales destaca Robert W. Smith (1926 - actualidad), un famoso escritor estadounidense en el ámbito de las artes marciales a quien cabe agradecer haber publicado a mediados de la década de 1960 las primeras obras en lengua inglesa sobre la práctica del kung-fu en Taiwán.
La práctica marcial en Taiwán ha tratado de preservar los estilos de kung-fu sin la inclusión de aquellos elementos que caracterizan el wushu moderno. Por esta razón las artes marciales taiwanesas han continuado utilizando el término guoshu para diferenciarlo de la práctica marcial en el continente. A pesar del esfuerzo de algunos miembros de la comunidad marcial, la falta de apoyo gubernamental, la concepción retrógrada de algunos artistas marciales, que consideran la práctica marcial como algo secreto, y la excesiva atención a la práctica de rutinas y coreografías ha causado que la calidad del kung-fu practicado en la isla haya disminuido. En 1978 se inauguraba la Federación Internacional de Guoshu de la República China (Zhong hua guoshu guo ji lien meng zong hui), rebautizada recientemente como Federación Internacional China de Guoshu Wushu (ICKF; International Chinese Kuoshu Wushu Federation). Esta federación cuenta actualmente con sesenta y cuatro miembros en la isla y en otros países y organiza competiciones locales e internacionales, seminarios de formación de jueces, así como exámenes para evaluar y determinar los escalafones para los instructores de kung-fu.
Combate de guoshu, en la que se aprecia cómo el luchador amarillo está a punto de sacar a su rival azul del leitai. Obsérvese también la máscara y los guantes que utilizan los contendientes como equipo de protección.
Las competiciones internacionales organizadas por la ICKF incluyen eventos de combate sin armas sobre leitai, en los que los atletas visten uniformes de color amarillo o azul, guantes que permiten agarrar y una máscara que protege el rostro.
Durante los primeros torneos sobre leitai en Taiwán, que comenzaron en 1955, la única protección era un par de guantes de jardinería. En estos primeros torneos se evitaba el contacto con el rostro; no obstante, durante el quinto torneo de guoshu organizado por la ICKF, en 1986, se permitió el contacto al rostro, lo que causó un gran número de lesiones a los participantes y obligó a reconsiderar el asunto del equipamiento de seguridad. En Taiwán, las competiciones más recientes de guoshu se han realizado en una plataforma ubicada sobre un lago, existiendo diez categorías de peso para los hombres y siete para las mujeres. Otro de los eventos es el combate de espada (jian shu), donde los participantes se enfrentan con espadas de bambú vistiendo uniformes como los ya descritos, utilizando también protecciones similares a las del kendo japonés. Otras competiciones de combate con armas incluyen el sable, el bastón largo, la lanza y el sable con escudo, realizándose todas ellas con armas de bambú. También se organizan demostraciones de rutinas con y sin armas. En la actualidad, la práctica del kung-fu en Taiwán se realiza en su mayor parte en parques públicos, escuelas, universidades…, pero no en clubes, privados como es habitual en otros países, debido a que el coste de organizar un club suele ser demasiado alto para los artistas marciales.