Según Pombo, el plan de las acciones en Bolivia fue magistralmente estudiado y concebido por el Che, sin embargo las traiciones y delaciones de gente de su confianza terminaron por jugar en contra suya.
Pombo le cuenta a un periodista cubano de la revista Verde Olivo:
El plan fue magistralmente concebido por el Che, no tiene ningún problema desde el punto de vista de su concepción y de su aplicación, a excepción de los imponderables que provocaron que fallara su primera etapa. En lo demás, creo que es una de la obras, desde el punto de vista estratégico, mejor concebidas, se podría decir, y que hubieran logrado crear el Segundo Vietnam. Eso no tiene discusión. Hay toda una serie de elementos netamente fortuitos —hace una pausa y prosigue—. Se visitaban pueblitos, y los compañeros que formaban La Góndola hacían acopio de abastecimientos... bueno, allí todo estaba previsto, todo. No quedó algo que Ramón (el Che) no atendiera personalmente. Era fantástica su capacidad para preverlo todo. Si llegaban los soldados de régimen, estaba fijado de antemano lo que cada combatiente tenía que hacer, las posibles salidas, puntos de reencuentros, etc., todo aquello que asegurara la supervivencia del destacamento guerrillero en caso de producirse una acción inesperada (Alfredo Trejo Reyes, "Su ejemplo inmortal", Verde Olivo 40, 29-30).
El 15 de abril de 1965, el Che desaparece del escenario mundial. Va al Congo, de allá vuelve a Cuba, y de Cuba llega a Ñancahauzú, donde permanece sin que nadie tenga noticias de ello, salvo su tropa y gente de confianza.
Luego la preparación e instalación del foco guerrillero supuso un éxito absoluto.
Mientras se llevaba a cabo dicha preparación, cada vez que algún boliviano o peruano se enteraba de que sería el Che quien dirigiría la guerrilla, y que se encontraba en Ñancahuazú, el futuro guerrillero depositaba una confianza absoluta, no solo en este hombre, ya legendario en la época, sino también en el éxito que la guerra desencadenaría. Leamos cómo narra Inti el encuentro con Che:
Cuando lo vi me golpearon varias reacciones: turbación por el respeto que le tenía (y mantendré siempre —escribe en 1968—), emoción profunda, orgullo de estrecharle la mano, y una satisfación difícil de describir al saber con absoluta seguridad que en ese momento me convertía en uno de los soldados del ejército que dirigiría el más famoso Comandante Guerrillero. (Jesús Lara, Guerrillero Inti, 11)
Loro, un guerrillero boliviano que era el chófer del jeep que llevaba al Che de La Paz a Ñancahuazú, cuando Pacho le dice quién era el hombre que estaba en el asiento trasero, volvió su vista 180 grados y volcó el auto.
Juan Pablo Chang-Navarro (el Chino), un peruano al que informan del paradero del Che en Bolivia, se ofrece a traer de inmediato a 20 hombres. A ello se niega el Che por razones de fidelidad con el Partido Comunista Boliviano (P.C.B.), el cual aún no sabía con certeza que el Che se encontraba en Bolivia.
Moisés Guevara, jefe de una célula del Partido Comunista Prochino, llevó a diez combatientes, le dijo:
—No pido ni exijo nada, vengo como un simple soldado para luchar a su lado.
Y así, sería muy largo enumerar, centenares de personas que sentían la misma fe ciega al saber que el Che se encontraba allí.
Asimismo, me consta que en Bolivia había muchos miembros del PCB, del Partido Obrero Revolucionario y del Partido de la Izquierda Revolucionaria, todos marxistas, que deseaban ingresar en la guerrilla, pero, cuando se dirigían a los jefes de sus partidos —particularmente buscaban a los dirigenes del PCB— la respuesta era siempre la misma, "Yo no sé nada". Sin embargo, de forma autónoma, varios grupos comenzaron a entrenar para integrarse en un momento dado en la guerrilla, grupos de 5, de 10, y hasta de 15 combatientes.
Uno de ellos en concreto me contó que formó un grupo de 12 personas, con edades comprendidas entre los 20 y los 30 años, que fueron a Santa Cruz, a la zona de Samaipata, con el fin de hacer largas caminatas. Fueron sin armas, querían sentir la experiencia de cómo sobrevivir en la selva y de cómo moverse en ella.
No hay la menor duda de que si Mario Monje no les hubiese traicionado, si el PCB no le hubiese seguido sus pasos, se habrían incorporado a la guerrilla centenares de futuros combatientes. En 1965, en las elecciones para Presidente de la República, el PCB obtuvo 32 mil votos, sin duda, al menos el 10 % era miembro activo del partido, capaz de integrarse a la guerra. En el momento en que se hubiese divulgado y sabido que era el Che quien comandaba la guerrilla, la incorporación habría sido del doble, con lo que hubiese existido una buena red urbana, una buena retaguardia con numerosos enlaces. Y esta retaguardia hubiera sido la que habría incorporado campesinos a la guerra, pues no es el grupo de combatientes el que incorpora a campesinos y a otras personas de las ciudades, sino que es fundamentalmente la red urbana y la retaguardia. Sin embargo, como no había ni red urbana ni retaguardia, mal podía haber nuevas incorporaciones. Esto es tan fechaciente, que no solo no se incorporan campesinos, sino que tampoco se incorpora un único combatiente más a partir del 23 de marzo, cuando comienza la guerrilla y cuando la tropa del Che contaba con 47 guerrilleros.
Cuando el Che llega a Ñancahuazú, prepara inmediatamente 3 campamentos, 5 cuevas y algunas trincheras, las cuales permanecieron en el más absoluto secreto hasta el momento de la delación de dos agentes de la policía introducidos en el grupo de Moisés Guevara. Estamos hablando del 13 de marzo de 1967. Vale decir que durante 4 meses prepara los campamentos que servirían única y exclusivamente para preparar los diferentes ejércitos rebeldes de Latinoamérica que después volverían a sus países de origen. Ñancahauzú no fue concebido como el foco guerrillero a la manera en que lo fue La Sierra Maestra en Cuba. La guerrilla en Bolivia, una vez preparada su gente, se dislocaría de esta montaña al resto del país. Leamos lo que declara Pombo:
—Se quería dejar Ñancahuazú como hospital y almacén de medicinas; para cuando llegara el momento de combatir, lejos de esta zona, tener esa base de retaguardia en el más riguroso secreto.
Así, vemos que Ñancahauzú se concibió como una base de retaguardia destinada a desempeñar varias funcionaes a la vez: campo de adiestramento militar, lugar de reunión política, punto de concentración de las fuerzas, centro de comunicaciones, arsenal, depósito de víveres y de equipo, y escuela de mandos.
Se cavaron trincheras, las cuales defendían del acceso al campo, custodiaban el horno de pan, el teléfono de campaña, que unía la vanguardia con los puestos de observación, el acondicionamiento y el camuflaje de las numerosas cuevas de los alrededores, al almacenamiento de combustible para el motor de alimentación del emisor-receptor, la plantación de hortalizas, lo que suponía varios meses de espera para la cosecha, etc.
Por Ñancahuazú, según orientaciones del Che, entrarían todos los que se incorporaran a la guerrilla en la etapa inicial. De aquí posteriormente serían remitidos al norte, a las zonas de operaciones en proyecto.
Loyola Guzmán, tesorera de la Red Urbana, me dijo cuando la entrevisté en 2001:
—El proyecto no era solo Bolivia, sino también Argentina. Él planteó la unidad, no discutir posiciones chino soviéticas, disolver los grupos y mandos, que el líder saldría de ahí mismo.
El Che era tan previsor que incluso cuando realizan el viaje de exploración el 1 de febrero de 1967, destinó cuatro compañeros a la defensa del campamento principal, a pesar de que este no tenía características de "base de operaciones". Ellos fueron Arturo, Ñato, Camba y Antonio. Coco se quedó en la Casa de Calamina, esperando a Moisés Guevara y a sus hombres. Previniendo la posibilidad de una sorpresa dejó un plan de emergencia, una forma de alarma para advertir, en caso de que ocurriera algún ataque, instrucciones para la retirada, un esquema del recorrido que deberían hacer y, por último, recomendó que cada uno de los hombres llevara siempre dinero de reserva consigo.

LA TRAICIÓN DE MARIO MONJE

En 1966 comienza la preparación del foco guerrillero. Mario Monje, el Secretario Ejecutivo del Partido Comunista Boliviano (PCB) será quien traicione al Che, y esta será la causa principal de su derrota.
Monje tenía pleno conocimiento de que estaba preparándose un foco guerrillero que se instalaría en Bolivia a finales de diciembre de 1965. Veamos las pruebas:
Loyola Guzmán fue aprisionada por las fuerzas de seguridad bolivianas en septiembre de 1967. Durante su prisión comienza a escribir sus memorias, las cuales hace llegar a Inti sorteando todo tipo de dificultades. Sin embargo, el Ministerio del Gobierno encuentra estos documentos cuando realizan el allanamiento de la casa en la que se encontraba Inti quien, al ser descubierto, debió escapar dejando todo lo que había. Estos documentos, escritos de puño y letra por la valiente mujer, fueron facilitados por el propio Ministerio de Gobierno al periódico paceño Hoy, que los publica entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre de 1969. A continuación reproducimos algunos fragmentos intercalados con otros documentos:
Un grupo de dirigentes de la JCB (Juventud Comunista Boliviana) adoptamos posteriormente una posición divergente de la sostenida por el PCB y la JCB. 1966 fue un año de grandes definiciones en la vida de muchos jóvenes comunistas bolivianos. En noviembre de 1965, Antonio Jiménez (Pan de Dios) viajó a Moscú representando a la JCB en los festejos de la Revolución de Octubre, pero en lugar de retornar de inmediato al país, luego de una importante charla con Mario Monje, decidió ir a Cuba, donde recibió un largo entrenamiento.
Mario Monje vive actualmente en Rusia.Inmediatamente después que se publicó el diario del Che desapareció de Bolivia porque tuvo miedo de ser eliminado.
Pregunto a Loyola Guzmán:
—¿A partir de qué fecha se entera usted de que se preparaba en Bolivia una lucha armada?
—A principios de 1966 me busca Mario Monje, así como a algunos dirigentes de la Juventud Comunista, y nos indica que había una lucha armada. Éramos Coco, Loro, Rodolfo, Antonio, Aniceto y yo.
Un segundo testimonio me lo ofrece Víctor Zanier Valenzuela, el hombre a quien le entrega el ex ministro de gobierno, Antonio Argedas, el diario del Che. Le formulé la misma pregunta que a Loyola, y respondió:
—Antes de responderte a esta pregunta, te voy a contar cómo me enteré de las guerrillas: Gonzalo López Muñoz, que era Secretario de la Presidencia de la República, ha sido presentado a Tania por Mario Monje, y en una ocasión López Muñoz me confiesa y me dice: "Me han encomendado que con mis credenciales pase a los centros mineros, porque me dicen que hay que sacar a dirigentes importantes de allá".
Yo, totalmente preocupado, vuelvo a averiguar cómo le había ido, y me dice, "He llegado hasta Catavi, he sacado a tres o cuatro dirigentes pasando el cerco militar y los he llevado a La Paz".
—Y la respuesta concreta a mi pregunta, ¿cuál es?
—Monje, que era un poco oscuro, un día me dijo: "Tú tienes amigos militares, vamos a emprender un proyecto, queremos que participen amigos tuyos en ese proyecto y, de acuerdo a la fortuna que tenga aquello, tengamos éxito o fracasemos, la familia de esta gente será atendida".
—¿De qué fecha estamos hablando?
—No sé precisar, pero ha sido a principios del año 1966.
A los dos testimonios se suma el relato que hace Pombo en su diario, actualmente en las bóvedas del Banco Central de Bolivia.
Escribe el 28 de julio de 1966:
Papi discute con Estanislao (el nombre de guerra de Monje) la nueva situación de acuerdo con las orientaciones recibidas de la isla. Se acuerda comenzar de inmediato la lucha armada, según orientación que Che me dio para Papi. (...) Las guerrillas contarán, según los compromisos, con 20 hombres proporcionados por el P.C.B.
En fecha que no precisa bien Loyola en el testimonio que me da, refiere que Mario Monje incluso se ha entrenado militarmente en Cuba con objeto de formar parte del grupo guerrillero, veamos qué dice a este respecto:
—Monje, en su estancia en Cuba, en varias oportunidades y siguiendo sus concepciones acerca de la revolución en nuestro país, vio la necesidad de formar grupos de jóvenes bolivianos dispuestos a iniciar una lucha armada en el país. Para comenzar esta tarea eligió a los camaradas Coco y Rodolfo, Jorge (Loro) y otros que se hallaban estudiando en La Habana, y decidió incorporarse él mismo a este primer grupo, que por primera vez recibía este tipo de instrucción con vista a objetivos inmediatos (en años anteriores, muchos camaradas, sobre todo del PCB, viajaron también a Cuba a recibir instrucción, pero desconozco el alcance de la misma).
Inti confirma este entrenamiento y hace una acotación:
Este juicio no era arbitrario. Monje había recibido entrenamiento militar junto con otros compañeros que más tarde murieron con el Che. En esa oportunidad, por propia iniciativa, propuso un "pacto de sangre" que los ataba, defendiendo la lucha armada hasta la muerte. (Jesús Lara, Guerrillero Inti)
En el mes de septiembre incluso manifiesta que renunciará al partido para ingresar a la lucha armada:
Conversando con el Coco, nos manifestó que Mario le había pedido que viajase a Cuba para plantear lo referente a su renuncia en la dirección del Partido para integrarse a la lucha guerrillera. (Harry Villegas Pombo, Un hombre de la guerrilla del Che, 39)
Dichos testimonios y apuntes, realizados por los protagonistas de la guerra, muestran con claridad que Mario Monje no solo sabía de la formación del grupo armado, sino que incluso estaba dispuesto a ingresar en la guerrilla. Sin embargo, a partir del mes de agosto comienza a retroceder, como bien anota Pombo en su diario, el 8 de agosto de 1966:
En la noche visitamos a Estanislao (Monje) en su casa. Allí Mibili destacó la necesidad de enviar a algunos hombres, además de los 20 que ya él ha prometido. Estanislao pregunta entonces: ¿Cuáles 20? No recuerda una promesa (...) Cuando Mibili le llamó la atención sobre el compromiso de los 20 hombres prometidos, respondió que tenía problemas con el resto del Comité Central, que lo presionaba para no ingresar a la lucha armada, pensando que las recientes elecciones habían sido un éxito para ellos porque obtuvieron 32 mil votos.
Inti confirma este ofrecimiento cuando escribe en su libro:
Monje estaba informado de la preparación del foco, y nueve meses antes del primer combate, en julio de 1966, ya estaba en contacto directo en La Paz con Ricardo y Pombo. En esa época se había comprometido a designar a veinte hombres del PCB para que se incorporaran a la lucha armada. Un mes más tarde, cuando los compañeros le preguntaron por esos veinte guerrilleros en potencia, contestó: ¿Qué veinte hombres?
Días después, Monje amenazó con retirar a los cuatro compañeros bolivianos que trabajaban con los compañeros cubanos en la preparación del foco desde hacía meses. Tal conducta era no solo la de un hombre vacilante, sino también la de un político extorsionador que quiere sacar el mejor provecho posible a situaciones conflictivas creadas por él mismo.
Pese a estas contradicciones, quien colabora en la preparación del foco y la adquisición de armas es el propio P.C.B., según anota Pombo en su diario el 10 de septiembre:
No comprendemos de qué forma podrá trabajar nuestro sustituto con la disposición de mantenerse aislado del partido y de Guevara. En definitiva, todo lo que hemos podido lograr ahora y en veces anteriores: adquisición de armas y otros equipos, etc., ha sido con ayuda o a través de ellos.
Ese mismo día manifiesta cómo el Comité Central del P.C.B. estaba preparando una guerra continental cuando anota:
En el reciente Congreso del Partido de Uruguay, el Cro. Kolle (se refiere a Jorge Kolle Cueto, segundo en jerarquía dentro del P.C.B.) sostuvo una conversación con miembros de la organización y Brizola.
La dualidad no es solo de Monje, sino también de Jorge Kolle Cueto, de acuerdo con el relato que hace Inti:
El 28 de septiembre, en una reunión que tuvo con Ricardo y Pombo en La Paz (se refiere a Mario Monje), sugirió que se le asignaran tareas a diversos núcleos del partido para garantizar una "mejor organización" de la lucha.
En esa oportunidad fue desleal incluso con su organización, porque planteó "despistar al Secretariado del PCB", ya que "hablan mucho".
Incluso informó de que en el Congreso del Partido Comunista de Uru guay, Kolle había dado cuenta de los planes que existían sobre Bolivia, y Arismendi exigía que todos los Secretarios Generales del PC conocieran el problema. Según Monje, el Secretario General del PC uruguayo había amenazado con informar personalmente si los bolivianos no se decidían a hacerlo. (Jesús Lara, Guerrillero Inti)
Loyola nos narra otro hecho interesante:
Ya en Bolivia, en julio de 1966, fuimos consultados por un grupo de dirigentes de la JCB para seleccionar camaradas que recibieran entrenamiento en Cuba. Directamente se encargó de esta tarea el camarada Aniceto Reinaga, que con este motivo conversaron con él muchos camaradas en diversos distritos del país. A raíz de este hecho planteamos al secretario del PCB, Monje, que se solucionara esta "labor inorgánica". Monje reaccionó, indicando que contra actitudes como la nuestra tendría que luchar para llevar al PCB y a la JCB por otro camino.
Fueron enviados a Cuba 7 camaradas a recibir preparación militar con el consentimiento de Mario Monje; entonces Loyola le pide que envíe algunos más, leamos cómo se expresa en su autobiografía:
Cuando casi inmediatamente planteé a M. Monje enviar a algunos más, él me respondió que por el momento no se mandaba más gente, y que los camaradas elegidos debían ser fuertes ideológica y políticamente para evitar posibles desviaciones.
El Che llega a Ñancahuazú el 7 de noviembre, y antes de que finalizara el mes, mantiene una larga conversación con Inti. Veamos cómo la narra este último:
De allí que en la primera conversación que tuve con el Che le manifestara con franqueza mi desconfianza en la acción del partido y en la conducta de Monje. Incluso le propuse que, dado el cargo que aún ocupaba en el Comité Regional de La Paz, podía reclutar a la mejor gente para engrosar a nuestro núcleo guerrillero.
El Che me respondió que esta actitud era equivocada, pues con el partido las relaciones debían desarrollarse en un plano de mutua lealtad. En la misma oportunidad recalcó con firmeza: "Estoy siempre dispuesto a entregar toda mi experiencia guerrillera al PC, incluso a darles la dirección política de la guerra".
Mario Monje es conducido a Ñancahuazú por Coco el 31 de diciembre de 1966. Hasta esta época Coco era el enlace más importante entre el foco guerrillero en formación y la Red Urbana, jefaturizada por Tania.
El guerrillero Urbano me concedió en La Habana una larga entrevista en 2004. Con referencia al encuentro entre Monje y el Che, su memoria es asombrosa, pues recuerda todo el episodio de forma muy similar a como la escribe Inti en su libro en 1968:
Monje llega a Ñancahuazú a las 9 de la mañana del día 31 de diciembre de 1966. Urbano hace una pausa y continúa: Yo estaba a una distancia de entre 10 y 15 metros de los dos. Monje estaba sentado en la tierra y, sorprendido, le dice al Che:
—Coño, qué flaco que estás.
—Coño, Monje, qué barrigón estás.
Ese fue el saludo verbal; luego de darse un abrazo fuerte, se separan y todos nos saludamos. Pasadas dos horas, aproximadamente a las once de la mañana, el Che le dice a Monje:
—Llegó la hora que tanto esperamos. Te corresponde jugar un momento histórico importante. Serás el segundo jefe militar y el primer jefe político.
—Mientras la guerrilla se desarrolle en Bolivia exijo la dirección total. Si la lucha se efectuara en la Argentina, estoy dispuesto a ir contigo, aunque no más fuera para cargarte la mochila. Pero mientras estemos aquí, en Bolivia, el mando absoluto lo debo tener yo.
—Esto es un criterio absurdo respecto del internacionalismo proletario. El tipo de lucha que estamos planteando sobrepasa los marcos nacionales. Aún cuando estuviera dentro de ese esquema, ¿crees tú que es una posición marxista exigir el mando como un derecho de nacionalidad? Tú estás equivocado. Eso no es internacionalismo proletario. Te voy a poner el siguiente ejemplo: si Fidel fuera a la Argentina a iniciar la guerra, yo me pondría de nuevo incondicionalmente a las órdenes de Fidel, por la posición histórica que él tiene y porque tú bien sabes que lo considero mi maestro. Por ese mismo cariño y respeto que yo tengo a Fidel aceptaría gustoso su mando. ¿O crees que haría cuestión de nacionalidad? Esa misma relación existe entre tú y yo. Las circunstancias históricas me han situado en determinado lugar. Tengo una experiencia militar que tú no tienes. Tú no has participado en ninguna guerra. Ahora te pregunto: ¿Tendrías la misma posición si en este momento no estuviera yo contigo aquí en Ñancahuazú, sino Malinovski?
—Ni aún cuando viniera Lenin mi conducta sería la misma.
—Bien, el problema es de mando efectivo —le dice el Che, y prosigue—. Imagínete que tú eres el jefe de la guerrilla. Pero, ¿qué pasará cuando se sepa que aquí están Che Guevara y Monje? Nadie va a creer que Monje está dirigiendo la guerrilla y que Che Guevara está a las órdenes de Monje. Independientemente de que eso fuera o no así, todo el mundo sabe que yo tengo más capacidad que tú para dirigir esta columna. La falsa modestia no nos conduce a nada. Tú puedes aparecer como jefe, firmar todos los comunicados en nombre de nosotros, pero la dirección real y efectiva la tengo yo.
—La dirección tiene que ser real, y desde el principio debe estar en mis manos. Por mi falta de experiencia te pediré consejo y asesoramiento hasta que yo adquiera capacidad de dirección y pueda hacerme cargo solo de la guerrilla. Tú puedes ser mi asesor más importante.
—Aquí no soy asesor de nadie. No soy partidario de eludir las responsabilidades, y un asesoramiento significa eso, eludir responsabilidades. Nunca me consideré asesor.
—Pero es ridículo que yo aparente ser jefe. Tú sabes que la CIA puede infiltrar esta guerrilla, y el agente de la CIA se dará cuenta inmediatamente de que yo no soy el jefe efectivo. Esa noticia saldrá fuera y todo el mundo pensará que soy un "monigote".
—Si de eso se trata, estoy dispuesto a levantarme todas las mañanas, cuadrarme delante de ti en presencia de la tropa, y pedirte las instrucciones para dejar satisfecho al agente de la CIA. Yo ya estoy aquí, y de aquí solo me sacan muerto. Este es nuestro territorio.
Cada vez que se terminaban los argumentos, Monje volvía al círculo vicioso del mando total y a la categoría de "extranjero" de Ramón (el Che), enredando sus propias contradicciones e inseguridades, las cuales se aprecian claramente en sus diálogos.
Poco antes de terminar la conversación, le dice Monje:
—Dame una oportunidad hasta el día 10 de enero, ahí yo vuelvo con una decisión tomada.
El Che acepta y le responde:
—Monje, te invitamos a una cena típica cubana hoy en la noche.
Después de la extensa narrativa que me hace Urbano, que no interrumpí en ningún momento, vuelvo a preguntarle:
—Inti dice en el libro que escribe Jesús Lara que Monje no pidió, sino que ordenó a los bolivianos que estaban con ustedes a que abandonaran la guerrilla, y que si no procedían así, el partido los expulsaría...
—Sí. Después de que Monje tomó su cerveza, solicitó al Che conversar con los miembros de su partido. Sus palabras fueron de ataque imediato, los amenazó y les dijo que estaban a tiempo de abandonar la lucha, que si no lo hacían serían expulsados del partido, y que sus familiares morirían de hambre por no contar con ningún tipo de ayuda por parte del mismo.
—¿Ocurrió algo más, ya sea anecdótico o digno de destacar, en esa conversación? ¿Ellos aceptaron pasivamente las amenazas?
—No, no aceptaron pasivamente, se pusieron algunos de ellos furiosos. Uno de ellos, no sé cuál, le imploró para que se quedase, pero hubo uno, Carlos, aquel que murió en el viaje de exploración, vino junto al Che, le contó las amenazas de Monje, y le dijo: "Vamos a tomarlo preso ahora y a fusilarlo". El Che no era capaz de hacer eso. Inti y Coco le rebatieron duro, durísimo, y todos se quedaron en la guerrilla, ninguno lo acompañó.
Fotografía de Tania en Ñancahuazú de donde ya no pudo salir.
Monje no cumple su palabra de renunciar al partido y retornar el día 10. Da parte al Comité Central del Partido Comunista de Bolivia y este no hace nada por el Che. Monje no solo traiciona al Che y a su tropa, sino que incluso se convierte prácticamente en un enemigo al frenar el ingreso de los nuevos cuadros a Ñancahuazú que estaban listos en La Paz para incorporarse, a parte de otros que llegaron de La Habana.
Hecho este breve paréntesis, volvamos al testimonio que me da Urbano, a quien le pido datos de Tania, Ciro Roberto Bustos (argentino) y Regis Debray, pues los tres llegan juntos al campamento. Tania incluso desobedece la orden del Che de no volver a Ñancahuazú.
—¿Sabe usted por qué Tania no hace caso al Che y conduce a Regis Debray y a Bustos a Ñancahuazú?
—No le quedaba otra alternativa. Tania era para Bolivia lo que Celia Sánchez fue para Cuba. Ella desconocía lo que ocurrió el 31 de diciembre. Al ser buscada por Regis Debray, quien tiene que entregar al Che una carta de Fidel, busca a Mario Monje para pedirle que alguien condujera a Regis Debray a Ñancahuazú, pero Monje se niega. Tania insiste en 4 ocasiones y las cuatro Monje se opone, es por eso por lo que ella se ve obligada a conducir a Regis Debray. Incluso Mario Monje le entrega una carta para que se le entregue al Che. Es de esta forma que Tania llega a Ñancahuazú.
—¿Conoce usted el contenido de la carta de Monje?
—Sí, le decía al Che que no contara con ningún tipo de ayuda, ya se tratara de gente o de vituallas pues, como no estaba de acuerdo con la lucha armada, no ayudaría a la guerrilla. Che nos reúne y nos dice: "La revolución que no cría paredón va al paredón, creo que está claro, el primer traidor es Monje, y a los traidores hay que fusilarlos".

EL PARTIDO COMUNISTA BOLIVIANO (PCB)
Y LA GUERRILLA DEL CHE

Loyola Guzmán escribe en sus memorias:
Creo que en los días 8-10 de enero de 1967 se realizó en La Paz un Pleno del Comité Central del PCB. (...) Monje pasó a explicar la situación que se planteaba en el país, relatando las partes más salientes de su discusión con camaradas que pretendían iniciar la lucha armada y planteando que la dirección del PCB tomara carta en el asunto y definiera su actitud.
Las discusiones fueron largas, inclusive a escuchar a un dirigente del partido (J. Justiniano), que opinaba que "si los camaradas cubanos quieren que se hagan guerrillas en Bolivia, que ellos se encarguen de proporcionarnos dinero, armas, etc. Y entonces haremos la pelea".
(...) finalmente, el Pleno del Comité Central decidió aprobar lo propuesto por Monje, o sea, participar en la guerrilla con las condiciones ya dictadas por el Secretario del PCB, siendo la fundamental la de obtener la jefatura político-militar y, en último caso, la jefatura política que subordinaría a la jefatura miliar. (Autobiografía de Loyola Guzmán, escrita en prisión y publicada por el diario Hoy, entre los días 31 de agosto y 8 de septiembre de 1969).
La doblez de Monje, que dominaba todo el Comité Central, es muy clara. La resolución aprueba algo que ya sabían, que jamás el Che aceptaría. Vale decir que a partir de este momento el Comité Central del Partido Comunista de Bolivia decidió arrojar a los guerrilleros a su propia suerte, esto es, decidió abandonarlos, dejarlos sin Red Urbana y sin Retaguardia. En otras apalabras, estaban sellando irremediablemente la derrota militar del Che.
Loyola Guzmán resume así la conducta y actitud del PCB:
Ante la situación ya definida, Monje veía ahora la forma en que el PCB participaría en la lucha, y fue precisamente a discutir las condiciones de participación en la reunión de fines de 1966 y principios de 1967. ¿Cuáles eran esos planteamientos? Los enumeraré tratando de ser lo más fiel posible:
a) La lucha guerrillera no tendría éxito en nuestro país, pues la presencia de camaradas cubanos en ella haría que el pueblo estuviera en su contra.
b) Era importante la participación de bolivianos en la dirección y conducción del grupo guerrillero. Por ello planteaba que él u otro camarada boliviano tuviera la jefatura político-militar, si esto no era posible que se le diera la jefatura política que estuviera por encima de la jefatura militar.
c) Se necesitaba unir a los Partidos Comunistas Latinoamericanos para fortalecer la lucha que se iniciaría. Consideraba que contando con el apoyo del Partido Comunista de Cuba a sus gestiones, se podría conseguir una reunión de los Partidos Comunistas de nuestro Continente donde se obtuvieran importantes resoluciones para apoyar la lucha activa en Latinoamérica. Monje estaba seguro de realizar positivamente esta tarea y, una vez concluida, incorporarse a la guerrilla, renunciando a su cargo de dirigente del PCB.
La política de la mayoría de los Partidos Comunistas Latinoamericanos es llegar "al borde de la lucha armada". Es una especie de juego peligroso en el que han adquirido gran maestría. En ese límite se detienen y vuelven a sus posiciones originales para reiniciar la conciliación o sumergirse en la institucionalidad. Cuando han llegado al "borde de la guerra", comercian con los principios, se olvidan de sus muertos y adecuan la teoría de su conducta reformista o traidora.
El PCB no era ni es una excepción. Comprometido con muchos meses de antipación en la preparación y participación en la lucha guerrillera, había escogido a un grupo de compañeros para este trabajo. Pero la dirección mantenía una conducta dual, siempre estaba indecisa, a la expectativa.
La participación del Partido Comunista Boliviano quedó totalmente ignorada en todo el país hasta el momento en que se publica en julio de 1968 el diario del Che. Eso causó un gran impacto y repulsión entre la mayoría de los miembros del Partido Comunista Boliviano debido a la actitud que tuvo Mario Monje con el Che en el diálogo que sostuvieron el 31 de enero —que es mencionado con detalles por el jefe guerrillero—. Así, a exigencia de la Juventud Comunista, se realiza una reunión del Comité Central. Veamos cómo se produce:
El año 1968, poco después de la publicación del diario del Che, en una renión del Comité Central del Partido Comunista de Bolivia, los dirigentes de la Juventud Comunista, que asistían en calidad de invitados "solo con derecho a voz", exigieron con vehemencia que el partido dé a la publicidad todo lo referido a su relación con la guerrilla. (Carlos Soria Galvarro, El Che en Bolivia, Volumen I, 9)
Después de la publicación del diario del Che y de la consecuente renuncia de Mario Monje a la Secretaría Ejecutiva del PCB, huye del país y se refugia en la ex Unión Soviética, donde permanece hasta el día de hoy. Si no se hubiera fugado, probablemente habría sido ejecutado por algún miembro del Ejército de Liberación Nacional, al igual que mataron a varios traidores y torturadores tras los dos primeros años después de la derrota del Che.
Sorteando miles de dificultades, conseguí encontrar a Mario Monje en 2001. Hablé con él varias veces por teléfono con el fin de que me diera su testimonio. Le dije incluso que estaba dispuesto a ir hasta Moscú. Me exigió una carta detallada, la misma que le llegó a través de un intermediario, Elizabeth Burgos, ex-esposa de Regis Debray. Al no recibir respuesta, volví a llamarlo para fijar la fecha de mi viaje, y de pronto, en la mitad de la conversación, entró su esposa en la línea y me dijo: "Vamos a dejar en paz a los muertos", y me colgó el teléfono.

DELATORES: VICENTE ROCABADO, PASTOR BARRERA,
CIRO ROBERTO BUSTOS Y REGIS DEBRAY

En la década de 60 el Partido Comunista de Bolivia se fracciona en dos grupos, uno seguía la línea soviética, el otro la de Mao Tse Tung.
Moisés Guevara, un minero miembro del Partido Comunista Prochino se pone a disposición de la guerrilla del Che aproximadamente a partir del mes de julio de 1966. Recluta 10 futuros combatientes, entre los cuales, cuatro son calificados como "la resaca" de la tropa del Che, y dos desertan de Ñancahuazú el 13 de marzo de 1967 y delatan después la presencia del grupo armado.
Ambos cuentan con lujo de detalles lo que era la Casa de Calamina y dónde estaban los campamentos. Interrogados sobre la presencia del Che, afirman que está presente allí. Esta denuncia del Che, sin embargo merecía poca significancia, pues ninguno de los delatores había visto jamás al Che, ya que llegaron a Ñancahuazú cuando este estaba realizando un viaje de exploración.
Muy diferente era la delación de Regis Debray, filósofo francés autor de un libro sobre la guerra de guerrillas que colaboró con el Che desde la preparación del foco, es decir, desde el primer trimestre de 1966, y que incluso estuvo en Ñancahuazú con él. Cuando sale de la zona de guerra con un mensaje para Fidel y con el encargo de obtener el apoyo de los intelectuales de todo el mundo, es detenido en Muyupampa a finales de abril.
No resiste a los interrogatorios. Dijo haber sido torturado. El 6 de mayo delata la presencia del Che en Bolivia, la prueba es un radiograma enviado desde Camiri, cuya copia cursa en mis manos, y que a continuación reproduzco. En su parte central se dice:
Francés confesó evidencia encontrarse ZONA ÑANCAHUAZÚ. Mismo dirige acción junto INTI.
Copia del radiograma donde Regis Debray delata la presencia del Che.
El original está en manos del autor.
Regis Debray delató la presencia del Che a pesar de haber sido prevenido de que jamás mencionara su presencia, la misma que divulgaría el propio Che en el momento que él considerase conveniente. Como es lógico, al principio de la guerra no era conveniente que el ejército boliviano conociera esta información. La confesión de Regis Debray es pues una traición al Che y, sin lugar a dudas, una de las causas de su derrota militar, ya que a partir de este momento es accionada la CIA y el gobierno de los Estados Unidos, el cual envía agentes de inteligencia y militares efectivos: un total de 20, que entrenan a 645 soldados del ejército boliviano en la hacienda La Esperanza. Sería precisamente esta tropa la que diera fin a la guerrilla del Che.
Ciro Roberto Bustos tiene la misma parte de culpa que los otros delatores, pues su entrega al ejército boliviano llega a tal punto, que no solo dibuja los rostros de todos los guerrilleros, sino que también elabora un plano de los campamentos y cuevas de Ñancahuazú. Gracias a ese croquis el Ejército llega a los tres campamentos y a las cinco cuevas donde, en una de ellas, encuentran documentos confidenciales intercambiados con Fidel Castro, documentos de identidad y pasaportes de todos los cubanos, así como de miembros de la Red Urbana.

CAMPESINOS, SERVICIO DE INTELIGENCIA,
RED URBANA Y RETAGUARDIA

El Che era consciente de que la ayuda del campesinado era vital para el triunfo de la guerra, algo que aprendió en México del General Alberto Bayo, quien entrenó al grupo expedicionario de Fidel Castro. Bayo, en su libro Mi aporte a la Revolución, dice:
La guerra de guerrillas es practicable y segura en aquellos países donde el campesino ayude de manera decidida al elemento guerrillero, pues si el campesinado no ayuda a los insurgentes, la guerrilla se deshace como un rico helado expuesto al sol.
El objetivo del Che desde que llega a Ñancahuazú no es otro que el de contactar con los campesinos, ir creando relaciones y ofrecerles alguna ayuda económica para incentivar el interés de ellos, para que empezaran a producir y poder luego comprarles sus productos. Es el caso del campesino Honorato Rojas, quien recibió un dinero para incrementar su pequeña finca, alquilada a un terrateniente, el que luego traicionaría a Joaquín, y a quien el Che le había planteado la posibilidad de que produjera para comprarle, e ir así creando paulatinamente una base de abastecimiento de extrema retaguardia, lejos, a unos 200 kilómetros de donde se pensaba operar con la guerrilla. Él se proponía tener una base segura en esa zona, sin conflictos.
En el planeamiento de operaciones de guerrilla, la inteligencia es el factor decisivo. ¿Dónde está el enemigo? ¿Qué fuerza tiene? ¿Cuáles son sus propósitos? ¿Cuál es el estado de su equipo, sus abastecimientos, su moral? ¿Son sus jefes inteligentes, audaces e imaginativos, o estúpidos e impetuosos? ¿Son sus tropas fuertes, eficaces y bien disciplinadas, o mal adiestradas y flojas? Las guerrillas esperan que los miembros de su servicio de inteligencia sean capaces de contestar a estas y otras muchas preguntas del estilo.
Bayo dice:
La guerra guerrillera se sostiene entre dos pilares vitalísimos: servicio de información e intendencia. Ojos y piernas. Sin la información que le diga al guerrillero cuándo "piensa moverse" el soldado, para atacarlo, la guerrilla está perdida. Sin el servicio de intendencia que le facilita alimentos abundantes y a su debido tiempo, la guerrilla está muerta. Por lo tanto, os digo y aseguro que aquella ha de poseer esos dos puntales.
Muchas veces vale más una buena organización de contraespionaje que la adquisición de 500 ametralladoras. Con un contraespionaje bien organizado se puede ganar una guerra. Cuando un ejército no tiene servicio de contraespionaje, está llamando con sus nudillos a la derrota.
Este servicio de inteligencia debía hacerlo el PCB, pero como abandona al Che, nunca hubo un servicio de espionaje ni de contraespionaje, siendo esta otra de las causas de la derrota militar del Che.
A partir del 31 de diciembre, cuando Monje traiciona al Che, no se incorporan nuevos combatientes por la sencilla razón de que el PCB no colabora con la guerrilla. Esto condenaba irremediablemente a la derrota, pues a partir de ese momento se dejaba de tener Servicio de Inteligencia. En consecuencia, la Red Urbana no recibió ningún apoyo, con lo que la retaguardia, una de las bases principales de la guerrilla, practicamente no existió.
La retaguardia y la Red Urbana, todavía incipiente, aguardaba noticias de la guerrilla para entrar en movimiento, y esta, a su vez, aguardaba que la retaguardia diera señales de vida y le enviara refuerzos y enlaces.
Ello implicaba que el contingente combatiente de la guerrilla se convirtiera en su propio servicio logístico, es decir, que las tareas que en tiempo de guerra (guerra clásica o guerra irregular) incumben a la retaguardia, son ahora resueltas por los propios combatientes, desviándose con ello de su objeto fundamental, hacer la guerra, maniobrar, sorprender y destruir al enemigo.
Las fuerzas combatientes comenzaron a agotarse en tareas no combativas. La guerrilla perdió su movilidad porque se sobrecargó con todo el peso de la intendencia, de los enfermos, de los heridos...
La búsqueda del alimento, su preparación culinaria y el transporte de mercancías de un punto a otro acabaron casi por constituir la función principal, obsesiva, implacable, de la columna guerrillera, que absorbía la mayor parte de su tiempo y ocupaba la totalidad de sus efectivos.
Parecería que se hubiese formado una "comisión de comida", la cual se trasformó pronto en escenario inalterable, periódico, ineluctable pero, con el paso del tiempo, cada vez más arriesgado. Para poder comer tenían que acercarse a las zonas habitadas, peligrosas por definición. No comer era morirse de hambre; buscar qué comer era igualmente correr el riesgo mortal de la delación inmediata de algún campesino o la detección por el enemigo.
Tania era la jefa de la Red Urbana pero, como quedó dentro de la guerrilla por culpa de Mario Monje, y al ser descubierta su identidad, no pudo volver a la ciudad, lo que disminuyó mucha efectividad a la guerrilla.
A partir del momento en que Tania no sale más de Ñancahuazú, la Red Urbana sufre un gran golpe. Dicha red debía recibir instrucciones desde Ñancahuazú, las cuales nunca llegaron a los miembros de la Red Urbana, cortándoles con ello pies y manos, no sabiendo qué hacer para poder actuar.
Dice Inti:
La vergonzosa deserción del Partido Comunista nos provocó graves problemas. En la ciudad nos quedamos prácticamente sin organización. El trabajo de Coco, Loyola, Rodolfo y Tania era insuficiente para atender nuestras necesidades, cada vez más crecientes.
Estábamos en los umbrales de la guerra y era necesario armar una red clandestina que funcionara en La Paz, se ramificara a otras ciudades y pueblos hasta desembocar en el centro militar. Estas eran las tareas asignadas al PCB. Todavía teníamos que trasladar hasta el monte gran cantidad de provisiones, armas y hombres que se integrarían a nuestra columna. El trabajo de Coco y Rodolfo fue abrumador. Una serie de acontecimientos que ocurren más tarde aparecen como "errores tácticos".
(...)La finca donde estaba la Casa de Calamina debía protegerse con una buena "fachada legal". El Che era partidario de que se llevara a un ingeniero agrónomo para que la produjera, ya que era sospechoso que tan extensa propiedad solo estuviera cultivada por cinco hectáreas de maíz. En cada viaje en el que venían compañeros de la ciudad, el Che insistía en el ingeniero agrónomo, y este no llegaba porque Mario Monje, desde el mes de septiembre de 1966, retira prácticamente su apoyo a la guerrilla, era el Partido que debía ocuparse de esto, Coco le hacía la petición en cada viaje a La Paz a Monje, pero este era sordo. (Jesús Lara, Guerrillero Inti)

COMIENZO DE LA GUERRA

El 23 de marzo el Ejército resuelve ir tras los guerrilleros, sufre una emboscada en Ñancahuazú y comienza la guerra en un momento inadecuado para el Che.
Este comienzo de las operaciones sorprende a la mayoría de los enlaces en el interior de la zona guerrillera, donde quedan bloqueados (Tania, Chino, Dantón, Carlos). De inmediato queda aislada la zona de operaciones del resto del país, y los enlaces en el exterior quedan bloqueados en las ciudades.
El Combate en el Churo determina la derrota militar y definitiva de la guerrilla con la muerte de su Comandante, el Che.

CAUSAS DE LA DERROTA MILITAR DEL CHE SEGÚN EL EJÉRCITO

Los siete libros publicados por militares bolivianos son unánimes en manifestar que las dos causas principales para la derrota del Che son:
1. Que Bolivia tenía un Presidente Constitucional y que el Che, en su libro Guerra de Guerrillas, manifiesta:
Donde un gobierno haya subido al poder por alguna forma de consulta popular fraudulenta o no, y mantenga al menos una apariencia de legalidad constitucional, el brote guerrillero es imposible de producirse por no haberse agotado las posibilidades de la lucha Cívica.
Como el General René Barrientos Ortuño fue elegido presidente constitucional de Bolivia en año 1965 democráticamente, argumentaron que él mismo entró en contradicción con su premisa, siendo entonces esta una de las causas de su derrota.
Sin embargo, ocurre que toda regla tiene su excepción. El general René Barrientos Ortuño llegó fraudulentamente a la presidencia.
Primero, en las elecciones de 1963 se hace designar candidato a vicepresidente mediante un autoatentado y el 4 de noviembre de 1964 da un golpe militar, derriba al gobierno constitucional de Víctor Paz Estensoro y toma el poder. Luego, para dar un aspecto democrático, convoca en 1965 elecciones presidenciales, de las cuales sale vencedor en elecciones espúreas.
2. El segundo aspecto tiene que ver con que el campesinado no ayudó al Che. Esto también estaba mencionado en su libro: que era fundamental el apoyo campesino para el triunfo de una guerrilla.
Esto, como se ha visto a lo largo de capítulos anteriores, no es del todo cierto. Porque, si bien es verdad que no hubo un apoyo campesino como en la Sierra Maestra —como el Che esperaba que ocurriese en Ñancahuazú—, sí que se registró el apoyo, aunque claro, en mucha menor medida porque los campesinos vivían atosigados por los abusos y las amenazas del Ejército.
El hecho de que los guerrilleros fueran invasores extranjeros y castro-comunistas, y dado el espíritu nacionalista del pueblo boliviano, supuso que no se aceptara que este tipo de gente fuera la que intentara tomar el poder en Bolivia.
El Ejército, después de las dos catástrofes que sufrió en Ñancahuazú el 23 de marzo, y en Iripiti el 10 de abril, se repuso y preparó un buen efectivo militar de 645 hombres entrenados por militares norteamericanos en la hacienda La Esperanza.
Desde el 10 de octubre de 1967 hasta nuestros días se ha difundido por la prensa internacional gracias a la influencia notable de la CIA que uno de los culpables de la muerte del Che es Fidel Castro debido a:
1) Haberlo enviado a la Guerrilla de Bolivia para desprenderse de él, porque su imagen lo ensombrecía.
2) Una vez en Ñancahuazú no le dio la ayuda necesaria y, lo más importante:
3) Fidel Castro no hizo nada para sacarlo del país una vez que supo que fue abandonado en Ñancahuazú, a pesar de que hubiera podido elaborar algún método capaz de salvarle la vida.
Las tres afirmaciones son absolutamente falsas:
Es el Che quien quiso ir a Bolivia a hacer su propia guerra, lo que estaba previsto desde el año 1965 cuando, al encontrarse con Fidel, le puso la condición de que una vez consolidada la Revolución Cubana lo dejase partir a libertar otros países del continente.
Desde la preparación del foco hasta los primeros meses de la instalación del Che, la ayuda de Fidel Castro fue enorme: le proporciona 17 hombres que integran a su tropa, dinero, vituallas y asesoramiento.
Comienza su apoyo en 1964, cuando es reclutada Tania y preparada en espionaje y contraespionaje para ir a preparar el foco en Bolivia, de modo que se la envía con dinero de Cuba en 1965 a Bolivia.
Militarmente, era imposible que Fidel Castro intentase a miles de kilómetros de distancia cualquier operación para libertarlo, más teniendo en cuenta que Bolivia es un país sin mar. Si lo hubiese tenido, seguramente lo habría intentado, pero como para llegar a Bolivia necesariamente tenía que atravesar otros países, cualquier operación era militarmente impracticable.