Se suele decir que Vinicius fue poeta en todo lo que hizo. Poeta en sus libros, en sus andanzas y también en sus parcerias (sociedades) musicales, primero como letrista, luego además cantante. Ya en la adolescencia componía letras para canciones al ritmo de la época, el foxtrot, tales como la exitosa “Loura ou Morena”. Mucho después (1953), como anticipo de lo que pronto será una actividad constante, escribe su primer samba, “Quando tu passas por mim”. Y es en 1956, el mismo año en que regresa de París con licencia diplomática, que entra de lleno a la música popular. Ahí es cuando, a instancias de su cuñado, convoca al joven Tom Jobim para componer la música de su pieza teatral Orfeu da Conceição, a punto de ser estrenada. Se consagran de inmediato esos temas como “Se todos fossem iguais a você”, en la voz de Roberto Paiva. La parceria con Jobim resulta en otros dos discos en esa década del 50; en ellos cantan Elizeth Cardoso y Lenita Bruno. Y algunos temas allí incluidos, como “Chega de saudade”, cuentan con el violão de João Gilberto y su característica batida. Son el comienzo de la bossa nova.
En los años 60 se abre una nueva etapa en la trayectoria musical de Vinicius. Por un lado, sigue componiendo junto a Tom Jobim, y de esa asociación surgirán canciones como “Garota de Ipanema” en 1962, el mismo año en que el poeta comienza a cantar en público. A la par, desde 1960 ha ido tramando nuevas sociedades y melodías, con músicos como Carlos Lyra o el guitarrista Baden Powell, con quien labra una intensa y nocturna amistad. Powell, de sólida formación musical, no solía incluir en sus composiciones elementos de la religiosidad popular y el candomblé en que se había criado, y a instancias de Vinicius se entrega de lleno a explorarlos. Ambos logran de ese modo una renovación profunda del samba: el llamado “afrosamba” de canciones como “Canto de Ossanha” y “Berimbau”. Luego llegará la entrañable parceria con Toquinho (“Como dizia o poeta”, aquí incluida, es la primera música compuesta entre ambos) y en el Río de la Plata serán Vinicius, Toquinho y María Creuza los abanderados del samba en conciertos que han sido grabados y escuchados en el mundo entero. Del fervor rioplatense del poeta quedan evidencias como el tango “Amigo porteño”, dedicado a su penúltima esposa, de nacionalidad argentina. Por su parte, en los 70 compone junto a diversos músicos, entre ellos Chico Buarque, y realiza varios conciertos en Europa.
Vinicius, Tom Jobim, Chico Buarque y Manuel Bandeira en la casa de este último en Copabana,
Río de Janeiro, 1968. Fotografía de Pedro de Moraes.