9. NOMBRAR

Hoy te despiertas tarde. Desde que somos familia seccionada, los fines de semana que te tocan conmigo, dormimos juntas. Cuando abres los ojos yo escucho los párpados separarse como aletas de peces tocando el agua. Vaporosos. Te chupas el dedo con tu security blanket, yo intento que tu mirada se asiente en la mía, pero todavía no estás lo suficientemente despierta. Tienes el pelo en un moño duermes así para que los rulos no se te posen en la cara y te incomoden. Te acaricio la frente, arriba, donde nace el pelo. Sudas a pesar de que estamos a mediados de otoño. Tu piel es dulce y me tranquiliza.

Digo, hoy vamos al parque. Estiras tus brazos y piernas como si fueras un elástico, goma de pelo, creces unos dos centímetros y la camiseta se sube mostrando tu pequeño ombligo. Dices, where, to the playground? Te bajo la camiseta, te doy besos en el cuello, en la mejilla y en la frente. Ríes a carcajadas y abres bien los ojos a pesar de tenerlos todavía espesos. Digo, no, hoy vamos al parque grande. Te das vuelta y abrazas el security blanket, lo mueves, te lo pones en la boca. Lo llamas shups. No he podido sacártelo ni que dejes de chuparte el dedo en estos cinco años. Dices, I wanna go to the playground, mamá.

Yo quiero ir al parque porque necesito pasto, quiero sacarme los zapatos, plantar bien los pies y que la hierba entre por mis agujeros, ser verde en medio de este concreto. Digo, podemos comprar pretzels. Tú sigues dada vuelta, pero te mueves, te ensanchas, giras las muñecas y los pies, te tocas el moño, tu dedo fuera de la boca está arrugado y húmedo. Dices, they sell pretzels at the playground.

Esa plaza es una farsa, piso de espuma flex, toboganes plásticos, escaleras chinas tan bajas que no hay chance de caerse, columpios con cinturones de seguridad. No hay tierra ni suelo donde plantar bien los pies, los niños tan limpios y tan controlados. Miento, yo me iba al parque todo el tiempo con mi mamá cuando era chiquita, ¿sabías? Estos días has estado interesada en mamá la niña. Me has preguntado si de pequeña tenía una CryBaby, si me gustaba el helado, que cuántas amigas tenía, si mamá me hacía la trenza de Ana, a qué jugaba, el nombre de mi mejor amiga, si había bubble gum en Quito. Dices, granny is really old. Te sientas y tocas los dedos de tus pies, cantas una canción que no reconozco, seguro te la enseñaron en el kínder. Tu pijama tiene un unicornio en el centro, es rosa con estrellas blancas, sweet dreams en manuscrita. Digo, por qué le dices granny, Lola, tú sabes que le decimos Oma.

Te levantas y caminas a tu cuarto, vuelves con tu CryBaby, le has puesto de nombre Tiffany. La tiras en la cama, le cantas aaaa, aaaa, mientras le acaricias la nariz. Le dices que se duerma. Dices, is oma gonna die soon? No la conoces en persona. Si nosotras fuéramos, quizá nos podríamos quedar, ser más forrajes verdes fundidos en las montañas y no estos pies que pisan cemento, que toman subtes llenos de gente para llegar a un parque grande sin espuma flex. Digo, no, Lola, la oma no se va a morir, por qué dices eso. Te vas a traer otra ropa para la CryBaby, la cambias y le das el biberón. Pronto vas a presionar el botón y le van a salir lágrimas a esa muñeca. Va a hacer ruidos insoportables y la vas a consolar y luego se le van a acabar las lágrimas y te tocará darle más biberón. Gran ciencia. Dices, when old people die, they become really, really small, like a ladybug, y luego se convierten en babies, mamá. Te miro, estás ocupada jugando, cargas la muñeca, la paseas por el cuarto.

Digo, no sé, Lola, no sé qué pasará cuando la gente se muere.

Digo, la oma todavía no se va a morir.

Digo, tendríamos que ir a verla, no dejarla sola ahora.

Digo, en realidad no fui a muchos parques, Lola, pero sí a montañas.

Digo, te van a gustar las montañas, podemos caminar hacia arriba, enterrar las manos en la tierra para sostenernos e impulsarnos.

Digo, hay unas plantas que te voy a enseñar. Cuando pasaba por ellas me dejaban pinchos cafés por toda la ropa, yo los tenía que sacar con cuidado, uno por uno.

Digo, te va a gustar, mi amor.

Digo, podemos ir pronto, empacar maletas, llevar pocas cosas y quedarnos.

Digo, te voy a hacer probar la chirimoya, mi fruta preferida. Es dulce, se deshace en la boca. Hay que tener cuidado con las pepas porque son pequeñas y resbalan.

Digo, te voy a enseñar los arupos y los capulíes. También las buganvillas que crecen rosas, tu color favorito, y fucsias.

Digo, vas a conocer a la oma, al fin.

Digo, vas a conocer al tío Arón.

Digo, te pueden enseñar a jugar fútbol, si quieres.

Ahí frunces tu cara con desaprobación, tiras a la muñeca en la cama.

Dices, I need to pee, mamá.