PASO 1:
CONÓCETE A Tl MISMO
No vemos las cosas como son, sino como somos.
—Anai's Nin
Es cierto. Nuestras experiencias determinan no sólo quiénes somos, sino cómo vemos las cosas. Nuestros valores y temores, formados principalmente en nuestra niñez, afectan por toda una vida nuestras relaciones, reacciones y comunicaciones.
Por eso, el primer paso para el éxito en el amor es:
PASO 1: Conócete a ti mismo
Entramos al mundo como barro, listos para ser mol-deados. Y según vamos creciendo, la influencia de nuestros padres, amigos y todas nuestras experiencias nos van formando, trabajando, configurando nuestros caracteres e inculcändonos valores y temores tan pro-fundos que se convierten en patrones de conducta que exhibimos constantemente, pero ante los cuales noso-tros mismos estamos ciegos.
Este proceso nunca se detiene. Según vamos por el Camino de la vida, nuevas experiencias —fracasos y éxitos en el amor, el trabajo y la escuela— nos van afec-tando. Somos como esculturas que nunca se terminan: cada conversación, emoción e interacción puede hacer mäs concretos y delineados esos patrones, o puede impactarnos de una forma que nos ayuda a limar asperezas.
¿Qué significa esto? Que cuando vas creciendo, hay valores que han sido impuestos por tus padres y por la educación que has recibido. Pero por experiencia pro-pia sé que había algunos a los que yo les ponía cierto signo de interrogación. Yo creía que tenía que explorar-los un poquito mäs. No estaba muy segura de ellos. Uno puede leer mucho, puede aprender mucho, pero tam-bién puede cuestionar mucho.
Cuando formamos pareja, estos valores y temores no sólo afectan cómo respondemos a esa otra persona, sino también afectan hasta a quién escogemos. Después de que nos unimos a esa persona, no sólo tenemos que tra-tar con todas nuestras propias programaciones y patro- nes de conducta del pasado, sino también con los de nuestra pareja. Y esta combinación de caracteres forma una reacción dinämica y única.
Vamos creciendo por medio de las relaciones. Cuando nos abrimos al amor tomamos riesgos, porque si de ver-dad queremos conocer a la otra persona tenemos que decirle quiénes somos.
Hay que tener honestidad emocional. Tienes que hablar de tus emociones, de tus sentimientos. Hay per-sonas que me han escrito, “Yo llevo tanto tiempo con mi novio, estamos planeando casarnos, y soy una persona que no le he dicho cómo me siento acerca de ciertas cosas de él”.
Si tú no le puedes decir a esa persona con la cual estäs cómo te sientes, no puedes estar contemplando matri-monio. No puedes estar contemplando acostarte con él. Estäs usändolo a él y él a ti de una manera sexual, porque es obvio que no te ha preguntado cómo te sientes.
Mientras mäs cosas similares haya en la pareja, mäs pro-babilidades de éxito habrä en la relación. Mientras más diferencias haya en la pareja, mayor será la posibilidad de fracasar.
Eso no quiere decir que las parejas tengan que pensar igual en todos los temas. Todos tenemos el derecho de tener nuestra opinión y de poder dialogar sobre dicha opinión. Pero, por supuesto, si el tema —ya sea político, religioso, etc.— se convierte en una cuestión de pelea, es mejor decir, “Esa es tu opinión y ésta es la mía”. En el capítulo de robo y reglas hablaremos con más detalle de esto.
Hay hogares donde uno quiere controlar o uno quiere manipular al otro. Eso forma parte de la personalidad que quiere cambiar quien tú eres. Aquel que tiene su propio libreto te va a tratar de cambiar. “Yo lo cambio” o “yo la cambio ”. Es aquel que es el escultor. Que te quiere cambiar tus ideas. Que se casa contigo recono-ciendo cuäles son tus valores, pero te dice, “Je, eso lo cambio yo”. Esto es una forma de control. De eso tam-bién hablaremos mäs adelante.
Pero, ¿puede uno esperar que cambie la pareja? Mäs vale que sea antes que después.
En cada pareja pueden haber diferencias que se tie-nen que enfrentar. El tema del idioma es un ejemplo que yo he visto en mi programa en Univision Radio. ¿Cuäntos idiomas quieres que tus hijos hablen? ¿Cuän importante es que un niño aprenda un idioma o dos idiomas?
También me llaman muchísimas mexicanas que se han casado con musulmanes. Ahí hay cambio de religión, cambio de idioma y cambio de todo. Es un cambio completo de cultura.
Esas conversaciones tienes que tenerlas antes de decir, “Nos vamos a casar”.
Hay un cuestionario en mi primer libro, iDónde estän las instrucciones para criar a los hijos?, que aquellas parejas que estén contemplando seriamente unirse deben sentarse y contestar. Tengo muchas cartas y correo elec-
trónico que me indican que lo han hecho y que se sien-ten muy contentos de haberlo hecho.
EJERCICIO
Vamos a conocernos de verdad
1. Gustos personales/sociales
Hogar: dónde vamos a vivir Vida social
2. Inventarios de puntos importantes
Valores en común
Necesidades personales
Tiempos tranquilos
Importancia de y gustos en la limpieza
3. Las finanzas
Cómo dividir los gastos
A quién y cuändo le toca manejar las finanzas
¿Ahorros? ¿Inversiones? ¿Tarjetas de crédito?
4. Metas personales
Quehaceres del hogar ¿Quién hace qué? ¿Turnos?
5. Niños
¿Tendrän? ¿Cuäntos?
Disciplina
¿Qué idioma hablaremos en la casa?
¿Quién va a trabajar fuera de la casa?
¿Cuäl posición van a tomar si mamá es una
profesional y la pareja tiene hijos?
Si se toma una posición tradicional y la madre
no trabaja, el respeto hacia lo que hace
¿serä demostrado?
Horarios
Límites
7.Religión
¿Vamos a practicar?
¿Cuäl?
8La familia extensa
¿Qué importancia le daremos?
¿Limitaciones?
Los suegros: ¿cómo tratarlos para llevarnos bien?
9.Relaciones sexuales
Tabúes
Frecuencia
10. Vacaciones/Días festivos
¿Cuäles?
¿Tenemos tradiciones que indican cómo
deben ser celebradas?
Este tipo de cuestionario es personal, individual y calladito. Y puede ayudarte incluso después de que la unión esté establecida. Es como si estuvieras preguntän- dote, £,qué tipo de relación tengo? Nunca debes utilizar esto como balas que vas a poner en tu pistola para dis-pararle a tu pareja, sino para que puedas crear algo positive". “Éstas son todas las cualidades que yo encuentro en nuestro matrimonio. Me gustaría trabajarlas contigo por dos semanas”. Y la pareja debe de hacer lo mismo.
O sea, que él identifique un problema y tu identifi-ques otro para que, entonces, los dos trabajen para ver si pueden mejorar ese punto, sin poner un límite de tiempo —una o dos semanas. No piensen en los otros. Enfoquense en un problema a la vez. Y para eso son los cuestionarios. Porque si tratas de cambiar todo lo que va mal en una pareja en una semana, jolvídate! No va a suceder. Tenemos que basar el cambio en la pareja en éxitos, uno a uno. Ésa es la base del matrimonio. Es como un edificio que estäs reconstruyendo porque se estä derrumbando. Si tratas de hacerlo a todo dar y a todo tiempo, el edificio se derrumbarä. No puedes quitar los cimientos. Si no, tendräs que arrasar con el edificio.
Antes de comenzar cualquier cambio, tenemos que reconocer cuäles son las cosas que son valores claves para nosotros.
Los valores mäs importantes en una relación son las finanzas, la religión y la disciplina en el hogar. Esos son temas que por lo general pueden causar problemas. Por supuesto que el sexo y la forma de practicarlo son un tema extremadamente importante de abordar. ¿Cuäles son tus gustos? ¿Cuäles son mis gustos? ¿Cuäl es tu cul-tura? ¿De dónde provienes? ¿Qué estäs dispuesto a explorar? ¿Qué no estäs dispuesto a explorar?
Las finanzas
La religión
La disciplina de los hijos
El sexo
Por cierto, en el sexo puede haber un poquitito más de flexibilidad en ciertas cosas que la que hay en la religión. Porque si Dios es una cosa muy importante en tu vida y la forma en que practicas tu religión es muy importante en tu vida, no puedes pretender entonces casarte con un agnóstico.
Es como una línea de prioridades que tenemos que identificar para darnos cuenta de que hay veces que tenemos problemas de comunicación en la pareja porque uno de los tanques de amor estä vacío.
Tienes que preguntarte: ¿Cuäles son tus valores ahora y cuäles fueron antes? ¿Por qué te casaste? O, ¿por qué te estäs sintiendo atraído hacia esta pareja? En un papel escribe cuäles son las características por las que te sientes atraído —las características reales, no las que estäs atribuyéndole a esta persona y que en realidad no las tiene—, quitändonos las gafas, quitän- donos los espejuelos y realmente mirando a esa pareja, con la cual o estamos viviendo o nos estamos sintiendo atraídos. ¿Qué es lo que ves en esa persona? Entonces, deträs de esas características, ¿cuäles son los temores que las características de esta persona estän acallando? A lo mejor querías salir de tu casa porque tenías una situación inaguantable. Tenías una inseguridad muy grande y este señor tiene un buen trabajo y te brinda estabilidad económica. Imagina que la preocupación económica ya no sea algo muy importante en tu vida diez años más tarde. Pero si esa persona tiene un revés eco-nómico y se declara en bancarrota— no porque él se haya comportado mal sino porque la vida es así— tú lo miraräs con desprecio. Ya no lo querras porque la razón principal por la cual te casaste con él fue por eso. Sur-girä resentimiento porque uno de tus anhelos era sen-tirte necesitada. A lo mejor no lo sigues siendo, pero continúas pensando en ciertos aspectos del pasado como víctima.
El factor económico es el que contribuye más a los divorcios hoy en día en todos los Estados Unidos. Te sorprende, ¿verdad? A mí me sorprendió. El conflicto económico es la razón número uno por la cual se divor-cia la gente. Pero no te extrañes si el temor deträs de eso era un buen proveedor. Te casaste con él porque parecía ser un buen proveedor y no te estä dando lo que te iba a dar después de quince años, así que se acabó.
Bäsicamente yo creo que si la prioridad tuya era tener estabilidad y tú le has puesto toda la responsabilidad al hombre de tener esa estabilidad económica, por supuesto que la segunda y tercera prioridad no son importantes.
Pero sitúate en el caso de que tienen todo lo que tú quieres, entonces la otra necesidad surge. “Sí, estamos haciendo todo esto, pero él lo estä haciendo por su cuenta y yo por la mía. No hacemos cosas juntos. No hay una conexión emocional”.
Es como una línea donde tú pones, “Esto es lo principal, esto es lo segundo, esto es lo tercero, etc.”. Entonces, una vez que satisfaces esta necesidad, se presenta la próxima. “Ah, pero él nunca va a la iglesia conmigo. Espiritualmente no estamos unidos, se ríe de mi".
O, tercero, “No cree en mí. No puedo hablar de mi profesión, no puedo hablar de lo que hago porque se ríe de mí. Y me dice que su opinión es mäs importante que la mía”. No importa que tengas un título, no puedes hablar de lo que tú haces.
Esos son valores propios que debemos reconocer antes de que se conviertan en problemas en la pareja.
Un tema que muchas veces no se explora suficiente-mente son las metas personales en la educación.
Por ejemplo, “Sueño con aprender inglés, pero después quiero aprender una profesión”. Hablen sobre esa profesión y la razón por la cual quieres o no tener más educación. Pregunten si a la otra persona le gusta o no leer. Por ahí el disgusto por la lectura no indica que no sea intelec-tual sino que puede ser la señal de un problema de disle-xia que no ha sido nunca reconocido como tal.
¿Qué piensas de la educación de tus hijos? Porque muchas personas con las que he tenido la oportunidad de hablar, y que han llegado a triunfar en la vida, me han dicho, “Bueno, yo pude lograr muchas cosas sin estudiar. Yo no tengo que preocuparme de cómo mi hijo va a estudiar”.
Hay pocas cosas que afecten más a las parejas latinas que la inmigración.
¿Cuäl es la función, y cuäl es el impacto de la inmigración al nivel cultural? De nuestras costumbres, £cuá-les son las que mantenemos y cuäles son las que tenemos que desechar totalmente para poder funcionar en esta sociedad en los Estados Unidos?
Todos llegamos cargados de las costumbres y atadu-ras culturales de nuestros países. Podemos llamarlas valores costumbristas. Porque cada país posee sus valo-res propios. Queremos pensar que porque todos somos hispanos, todos somos latinos, todos tenemos las mis-mas costumbres. Sí tenemos muchas cosas en común. Pero también tenemos muchas que nos hacen diferen-tes. Entonces, tenemos que estudiar aquellas que vamos a mantener y aquellas que vamos a desechar.
Por ejemplo, hay una incongruencia que yo he encontrado en las llamadas a mi programa. Por un lado provienen de una cultura donde la mujer se ha que-dado siempre en casa. A los dos o tres años de estar en los Estados Unidos, hay un grupo que dice, “Tú me tie-nes que ayudar, porque yo tengo que seguir man-dando”. Esta divergencia entre esos valores culturales causa un conflicto en aquel muchacho que tiene los padres en su país y que se siente totalmente obligado a mandarles dinero, aunque nadie se lo haya dictado, pero a la misma vez se siente menos hombre si su
esposa tiene que salir a trabajar.
I Cuáles son las
costumbres que quieres
mantener?
La realidad es que cuando cruzamos la frontera, no solamente estamos cruzando una frontera geogräfica sino también estamos pasando a una cultura diferente, a un mundo diferente que hemos decidido adoptar. Es cuestión de borrar muchas de esas diferencias que no son importantes porque vienen del pasado, porque estän dictadas por patrones de conducta de la sociedad del pasado. Podemos cambiarlas para acomodarnos mejor, para poder funcionar mejor como pareja. Y así nuestros hijos también estarän participando en ese cambio. Creo que es conveniente que lo hagamos. No solamente la mujer debe cambiar la falda por un pantalón. Yo creo que también debe ponerse la falda y estar orgullosa de podérsela poner.
He escuchado en mi programa muchas llamadas de personas casadas durante diez o doce años que me dicen, “No, porque yo me casé con una mexicana y yo soy dominicano y por eso somos diferentes”. O, “Soy mexicano y me casé con una americana”.
Entonces, ¿qué quiere decir eso? O como yo le pregunto, “¿Qué es lo que eso realmente quiere decir? Por-que cuando te casaste con ella algo te atrajo, ¿,??? ¿Qué es lo que te estä molestando? ¿Cuäles son las costumbres que te estän molestando?” Y realmente cuando empieza a describirlas no son bäsicamente costumbres americanas o mexicanas, simplemente son características personales de ese ser humano. “Ella quiere bailar todas las noches”. Ella lo quiere hacer y tú no. Pero cuando se conocieron, te gustaba esa felicidad. Ella ha seguido igual y tú has cambiado.
Otras veces es el cambio en el compañero lo que nos preocupa. Especialmente cuando se trata de un cambio de religión, porque eso figura entre los valores más importantes de todo ser humano. Ya sea porque quieres religión, o porque no la quieres. Ya sea porque tu religión es parte de una cultura propia como la judía, o es escogida como la protestante o la católica.
Cuando una pareja se conoce con ciertas ideas espirituales o religiosas y a la mitad del camino quiere cambiar, tenemos que verlo como una señal de cierta intranquilidad emocional y espiritual. Y debemos explorar las razo-nes y motivos por los cuales esta persona quiere cambiar de una religión a la otra.
He recibido suficientes llamadas de hombres y muje- res quejändose, “No, porque él no era así. Porque él era católico, nosotros íbamos a la iglesia”.
No es que una religión sea mejor o peor que otra. Es que ustedes formaron una sociedad diciéndose, “Yo soy esto, esto y esto. Esto es lo que representa mi personalidad cuando me vaya a casar contigo”. Pero ahora a la mitad del Camino cambiaste uno de los valores que son importantes para ti.
¡Ojo! Muchas personas se llaman, por ejemplo, católicas, pero jamäs practican. Entonces, eso quizä haya producido un vacío espiritual en un miembro de la pareja, la cual conoce quizä a unas amistades que practican una religión, que alií se siente cómoda porque hay una vida social. Entonces, yo diría que, combinado con lo que es la vida espiritual, hay un sentimiento de comunidad que estaba faltando en esa relación. Ade-más del dar espiritual.
A menos que lo estés usando como un instrumento, hay muchas personas que ingresan en religiones, y al nivel del subconsciente saben que van a buscar o a añadir un problema más en una relación. Por ejemplo, si esa religión te dicta asistir cuatro veces a la semana a la iglesia, y tu compañero no cree en esa iglesia, significa que cuatro veces a la semana ese hombre va a estar solo o esa mujer va a estar sola en su casa refunfuñando.
I Qué importancia
tiene la religión
para ti?
También las distintas costumbres en las distintas religiones pueden afectar a la pareja. Por ejemplo, en algunas no se pueden celebrar cumpleaños, ni se pueden celebrar fiestas. Y la cultura hispana es bastante fuerte en ese departamento. Entonces, claro, tenemos que mirar las cosas positivas de esa religión. Pero hay ciertos puntos en cada religión que tenemos que explorar antes de tomar una decisión.
El otro día llamó a mi programa un muchacho judío enamoradísimo de una mujer que es agnóstica y con-templa la religión como una tontería, como esto y como lo otro. Dije yo, “Bueno, tú me dices que estäs enamorado. £,Ella respeta tu religión?”
“No, porque piensa que es como el opio de los pueblos,” dijo él. “Pero, yo creo que eso es por ahora”.
Yo dije, “No, eso va a ser por siempre. ¿Es importante para ti tu cultura? Porque el judaísmo va más alia que una religión”.
“Sí, es extremadamente importante. Yo asisto, y yo…”
Entonces, yo le dije, “Bueno, estäs con la pareja equivocada. Sé que no me vas a hacer caso. Pero mantent los ojos abiertos, pues eso te va traer problemas”.
Si la religión es suficientemente importante para ti y tu esposa es de otra religión completamente opuesta a la tuya, la oportunidad de que esa pareja funcione es bastante limitada. La religión judía, por ejemplo, tiene una participación cultural y de comunidad muy grande y después, cuando vienen los hijos, ¿qué van a hacer? Porque si algo es suficientemente importante para ti, debe también serlo para tus hijos.
Entonces, es algo que tienes que determinar. Los niños por lo menos necesitan saber en qué estän de acuerdo papä y mamä. Y la religión es algo extremada-mente importante.
Sumamente importante también es el sexo.
Si hay una incompatibilidad en el área sexual, hay que dividirla en los distintos pasos que ustedes van a aceptar o no van a aceptar. Por ejemplo, puede que no estés de acuerdo con las películas pornogräficas pero sí estés de acuerdo con el sexo oral y con hacer cosas cre-ativas en la cama con tu pareja. Inclusive, puede que estés de acuerdo con el sexo anal. Siempre y cuando usen un condón, por las enfermedades que pue-den ocurrir cuando ese tipo de sexo ocurre.
En efecto, pueden haber cambios en tus pensamientos. Pero cada individuo tiene el derecho de decir si quiere cambiar, si quiere darle un poquitito de permiso, o no darle permiso ninguno.
Por ejemplo, si provienes de un hogar donde del sexo no se hablaba, era un tabú, etc., ya el acto sexual te cuesta cierta timidez hacerlo porque vienes con cier-tas programaciones de tu casa. Si tu pareja te dice un día, “Ah, yo quiero hacer el sexo oral”. ¡Figúrate!
I Cuáles son los
mensajes sobre el sexo
que recibiste en tu niñez?
Por lo general, la mayoría de las mujeres con las que he hablado sobre ese tema han dicho, “Ah, yo no hago eso,” después, puede que cedan. Pero también el problema es que empiezan a decir, “No, no me da placer”. Pero esas son las trabas emocionales que efecti-vamente tú puedes tratar de cambiar. También es posi-ble que puedas encontrar placer en darle placer a tu compañero.
He visto muchas mujeres que después de haber probado el sexo oral les encanta. Que al principio dijeron que no; al principio no les gustaba y después les fue gustando. Siempre que mantengamos bien clara la dignidad de la persona.
Yo creo que ese es el valor más importante. Aquellos comportamientos que nosotros pensamos que pueden dañar nuestra dignidad, alií es donde yo creo que se puede claramente decir, “No va a ocurrir”.
Eso me lleva a la relación de pareja de una muchacha que posiblemente haya sido tan inocente como yo. Que haya sido criada en la misma forma que fui criada yo y que el hombre te diga, “Me gustaría que vieras una película pornogräfica”. Y si tú eres una persona abierta, eres joven, posiblemente la vas a ver. Ten cuidado. Eso no es malo si lo estäs analizando, mirändolo como, “Ay, estä interesante”.
Pero ten cuidado si se convierte en häbito, si se convierte en la única forma en que este señor hace el amor, si se convierte en que las películas que estäs viendo no son de un hombre y una mujer sino de grupos. Si se convierte en que te diga, “Yo tengo una fantasía, yo quiero que tú la actúes con otra mujer”. Y eso no te gusta. Eso significa que tu espíritu te estä diciendo, “No lo hagas”.
Por ejemplo, he recibido muchas llamadas de mujeres que me dicen, “Mi marido tiene esta fantasía. Yo no quiero hacerlo, porque me siento como una mujer usada cuando él me pide que me acueste con otro hombre delante de él”.
Entonces, él puede haberte pedido eso, pero si tus valores no son ésos, no lo hagas. Hay valores que pue-des doblegar, pero hay otros con los que no lo debes hacer.
He conocido también matrimonios que han sido bien claros conmigo y me han dicho, “Nosotros disfrutamos mucho ver películas pornogräficas juntos”.
Y yo les digo, “OK. Entonces, no tienen problemas. Si ustedes dos estän de acuerdo con algo, lo único que yo les pediría es que tuvieran mucho cuidado de tener todo bajo Have, para que mentes que no estän listas para ver esto no lo vean. Bäsicamente, los hijos”.
Tienes que explorar quién eres tú para descubrir con quién estäs. Lo que yo quiero es enseñarles a las personas que asuman responsabilidad, no sólo de quitarse el rol de víctima, sino de saber que el destino estä en las manos de cada uno de ellos. Pueden inclusive, no sola-mente lograr sus metas, sino hacer que las personas que los rodean que son significativos en su vida, como una pareja, puedan también ayudarlos a lograr esa meta. Y para lograr esto es muy importante conocer las caracte-rísticas principales de la gente. ¿Qué es lo que mueve a la gente? Abi estän los valores.
Los valores hablan de nuestros principios, pero los temores nos hablan de nuestra inseguridad emocional. Los temores son los causantes de celos, causantes de inseguridad, causantes de no querer seguir adelante.
Todos sentimos temores. Desde tener miedo a perder alguien a quien amamos, de terminar una relación, o de comenzar una. Temor a envejecer, temor a cambiar de trabajo, temor a tomar decisiones y temor a la intimi-dad. Y todos esos temores pueden afectar a una persona y quizä la pueden canalizar negativamente en la relación de pareja por medio de los celos.
Por ejemplo, si tienes temor a no tener éxito en la vida y tu esposa estä trabajando y siente compasión con lo que estä haciendo, estimulada por su trabajo, y tú estäs en un trabajo que no resistes, pues vas a sentir celos de lo que ella estä haciendo. Puedes, inclusive, interpretar y boicotear la situación comenzando por imaginarte libretos: “A ella le gusta el trabajo porque tiene alguien ahí que le gusta”.
Entonces, tenemos que mirar estos temores como una realidad de la vida. Desde bien pequeños hemos sentido temores. Yo creo que ésa es una de las realidades mäs importantes que tenemos: los temores no desaparecen porque crecemos o maduramos. Los temores siempre van a estar ahí. Y creo que mientras más räpido com-prendamos esta verdad, más fäcil podemos continuar adelante y saber lo que tenemos que hacer.
El temor es una realidad de la vida, no una barrera al éxito. Tenemos el poder de educarnos para tener menos temores o para veneer nuestros temores. Podemos reconocer las causas de nuestros temores y, si bien no borrarlos por completo, por lo menos controlarlos.
En cuanto enfrentas tus temores, tomas responsabili-dad sobre esos temores. No regalas tu poder. Cualquiera que sea tu temor, eres el responsable de manejarlo.
Si no aprendes a manejarlos, los temores pueden afectarte no solamente con tus amistades, sino también en tus relacionesíntimas.
El temor a ser rechazada, por ejemplo, te puede causar aislamiento. Y mientras mäs temor sientes, y mäs te encierres en ti misma, mäs te aíslas y mäs vas a sentir la posibilidad de rechazo.
O, por temor al rechazo de tus amistades te pasas la vida haciendo cosas por ellas, hasta el punto en que no puedes mäs. Te has olvidado de ti misma. Estäs cansada. Entonces viene el sentimiento, “Estän abusando de mí. No me aprecian. Mira todo lo que yo he hecho”. Pero realmente tú te pusiste en esa situación, porque nadie te pidió nada.
El temor a perder tu imagen te hace ser una persona con quien es muy difícil vivir. Si siempre estäs que-riendo tener la razón, vas a esconder tus fallos, vas a mentir, no vas a ser honesta. Si las cosas te estän yendo mal en el nuevo negocio, no le vas a decir a tu pareja lo mal que estän hasta que ya hayas perdido todo. Ocurre con mucha frecuencia con las mujeres que hacen los pagos. Hay veces que, dadas las depresiones o la falta de autoestima, gastan mäs de lo que pueden, dejan de pagar algunas cuentas y no le dicen nada al marido hasta que estän al perder la casa. Yo he reci-bido llamadas de esa índole en el programa mío en Univision Radio. “¿Cómo le digo a mi marido que nos van a quitar la casa?”
Para lograr la
intimidad total, tienes
que permitirte ser vulnerable
con tu pareja.
Tener miedo a ser vulnerable significa que no vas a dar apertura a una relación real. No le vas a enseñar a la persona nada mäs que tu careta social. O la careta que crees que a esa persona le gusta. Hasta que te can-ses de esa careta. Entonces vienen los problemas.
Por ejemplo, puede afectar a la mujer en las relacio-nes íntimas. No le dice al marido que jamäs ha tenido un orgasmo. Le hace creer que lo que él estä haciendo es magnífico. Da los gritos necesarios, los movimientos necesarios, ya que el hombre no tiene ni idea de que no la estä complaciendo.
En otras palabras, cuando te proteges demasiado de rechazos, de vulnerabilidades o del éxito, te estäs limitando como ser humano. Eres un ser en una jaula. Y aprendes a estar cómoda en esa jaula.
Los temores se pueden dividir en distintos pianos.
Vamos a comenzar por aquellos temores que nacen por una situación que acaba de ocurrir. Por ejemplo, tu esposo te fue infiel. Ahí te nace un temor. O puedes tener el temor a quedarte sola después de que los niños se vayan de la casa. Puedes temer ser violada, posiblemente porque fuiste violada anteriormente. Tuviste un accidente y tienes temor a incapacitarte.
Pero todos éstos que estamos mencionando vamos a ponerlos en lo que se le pudiera llamar nivel uno, piano uno: Temores que ocurren cuando una situación nace.
Bajo este mismo piano, vamos a dividir entre aquellos que nos ocurren y aquellos que necesitan una acción por parte nuestra. En esa segunda categoría puedes tener el temor a regresar a estudiar, a cambiar de carrera, a comenzar una nueva relación o a terminarla, a perder peso, a manejar, a hablar en público, a cometer errores o a hacer nuevas amistades. Todos caen en el piano uno. Son orientados por situaciones.
Los del piano dos son aquellos que realmente nacen de nuestro ego. La mayoría de ellos han nacido de nues-tras experiencias en nuestra niñez. Ésos son el temor al rechazo; el temor a que te engañen; el sentirte inde- fenso; y el de per der tu imagen, por ejemplo, si cometes un error, “van a pensar menos de mi".
Entonces, éstos reflejan más los estados mentales tuyos. Reflejan mäs el sentimiento de tu propia autoestima y tu habilidad de poder lidiar con el mundo.
El tercer piano realmente es donde se nos da la respuesta a todos los temores que vimos en el piano uno y en el dos. “Yo no puedo. La razón que tengo temores es que no puedo. Tengo temor a no poder sobrepasar o manejar lo que la vida manda”. Ese es el temor bäsico. “No puedo. No importa lo que sea, no puedo”. “No puedo manejar enfermedades. Dios me ampare si alguien se enferma”. “No puedo cometer errores”. “No puedo perder el trabajo”. “Yo no sé qué haré cuando me ponga vieja”. “Yo no sé qué voy a hacer cuando esté sola”. “No sé qué voy a hacer si pierdo mi dinero”.
Bäsicamente, lo que tienes es temor al éxito porque no quieres manejar las responsabilidades que vienen con el éxito. La verdad fundamental es que si sabes que puedes manejar cualquier cosa, ¿cómo vas a temer a nada?
Para poder disminuir esos temores, tienes que desa-rrollar confianza en tu habilidad de manejar lo que venga.
Hasta que aprendamos a manejar nuestros temores, nuestros temores nos estarän manejando a nosotros. Muchísi- mas veces estos temores determinan la pareja que escogemos. Para casi todos nosotros, las primeras relaciones personales grandes estän basadas en esos temores.
Por ejemplo, de tu niñez puede surgir la necesidad de tener una estabilidad económica, una estabilidad emocional, una estabilidad de comida, de techo. Si conoces a alguien que te estä dando cariño, que te estä dando una estabilidad económica, o te promete una, puedes sentir una gran atracción. Puede que sea una persona mayor a la que le estäs poniendo una cantidad de características que a lo mejor la única que te ha pre-
sentado es como persona trabajadora. O que es una persona que estä demostrando interés de salvarte.
Muchas veces escogemos
nuestra primera pareja como
reactión a los temores de
nuestra niñez.
Muchas personas se marchan de su casa a temprana edad en busca de estabilidad emocional porque estän huyendo de los traumas emocionales de la casa —como para escapar de una situación que ha sido abusiva. Mientras más peli-grosa es la situación donde estäs, de tu origen, de tu casa, mäs räpido te aferras a cualquier tablita que por primera vez te presentan.
Pero mäs adelante, cuando ya te estäs sintiendo un poco mäs segura, te molesta el celo posesivo de esa persona. Entonces la pregunta es: ¿Por qué saliste de la casa de tus padres? “Porque mi novio se ocupaba de todo”. Pero ahora te molesta que se esté ocupando de todo porque ya creciste en ese aspecto. O sea es muy importante determinar nuestras propias necesidades, y sí tenemos que estudiar y analizar cuäles fueron los temores principales de la niñez, pues te van a determinar la primera pareja.
Por ejemplo, si me dices, “Él es una persona muy cari-ñosa”. ¿Es que tienes un vacío de cariño? ¿Es que tu tan-que de amor estä vacío? ¿Por quién? ¿Es tu padre? ¿Es tu madre? ¿Cuäles son las personas que estäs pensando que no te han dado suficiente? O puede ser que te han dado mucho. Puede ser que has tenido un padre extremada-mente cariñoso, que te ha dado de todo. Y ahora estäs mirando un hombre, que es un hombre mayor, que es cariñoso, y le estäs atribuyendo a esa persona una serie de características que personalmente son de tu padre.
Entonces, hay veces que escogemos pareja porque queremos copiar el modelo o porque queremos desechar el modelo totalmente.
Lo que tienes que examinar es qué estä deträs de esos temores. ¿Por qué? ¿Cuäl es la necesidad que tienes porque esa persona te dio demasiado o no te dio? Puede ser el temor a estar sola, temor al aislamiento, temor a la inseguridad económica, temor a fallar. Necesitas que otra persona te resuelva los problemas porque no crees que eres capaz de resolverlos tú misma —o sea, tienes baja autoestima. Este conocimiento, quizä equivocado, puede ser el resultado de muchos años con alguien que te haya dicho que eres una estúpida, o que tú no pue-des. O sea, tienes que luchar contra los temas de la niñez, los temas negativos de la niñez. ¿Cuäles son? Por ahí encuentrasque estäs casada con fulano y ahora estäs protestando, y ahora tienes una infidelidad. Pero, ¿por qué fue que te fuiste con él? “Porque mi padre, mi hermano, mi tío, todos me abusaron”. Entonces, vemos una cadena, y estamos resolviendo traumas de la infancia. Estamos abriendo el Camino y limpiando el pasado para poder tener una relación que sea funcional.
Hay que aprender de las emociones del pasado. Hay que analizar tu presente para discontinuar ciertos patrones de conducta que te causan dolor y fallos en tu vida.
Cuando eres un niño de un hogar donde hubo violencia o de padres alcohólicos o con adicciones, creces teniendo que lidiar con una crisis tras la otra. Niños que crecen con este tipo de adultos tienen temores. Se quedan fuera de lo que estä ocurriendo, metiéndose en su mundo, para que el comportamiento que es totalmente irrazonable o es violento no les afecte a ellos. Dicen, “Bueno, si yo limpio la casa, si arreglo mi cuarto, si yo me mantengo en mi cuarto y no salgo, quizäs esta persona no se altere”.
Desarrollan una habilidad para sobrevivir el caos de ese hogar. Por supuesto que van a desarrollar los sín-tomas cläsicos de la codependencia: autonegación, autoestima baja, van a envolverse con exceso en los pro-blemas de otros. Esto te va a hacer aprender cómo leer los sentimientos de otros, cómo complacer a otras per- sonas. Pero también te enseña a poder ignorar tus propios sentimientos. En un hogar así, los niños tienen temor a traer amis-tades. No traen a nadie a la casa. Entonces, se aíslan.
A menudo los patrones
emocionales dañinos
de la infancia se recrean en
nuestras relaciones como
adultos.
Niños que crecen también en hogares donde la forma de salir de los problemas es trabajar con exceso salen de hogares donde los padres por razones X no se ocupaban de ellos, puede ser porque estaban más interesados en jugar golf que en estar en la casa. O padres que son obsesivos, que tienen comportamientos obsesivos, tienen los mismos problemas que hemos mencionado aquí.
Tienes que tener cuidado cuando vienes de una rela-ción disfuncional de niñez, porque entonces entras en un ciclo de negación, de paranoia, de vergüenza. Por tu deseo de complacer a tus padres, a todo el mundo, te niegas a ti mismo y continúas en una relación que es realmente una lealtad a una relación que no ha funcionado. Si tienes exceso de control propio, vas a ser una persona demasiada rígida. Vas a perder tu espontaneidad y vas a tener una dificultad muy grande en enseñar lo que son tus emociones y el afecto. Hay una gran diferencia entre el control apropiado e inapropiado.
Por ese gran deseo de ser aprobado, de ser querido, de ser amado, te conviertes en una persona que quiere continuamente ser el centro emocional de una familia. Te preocupas de que todas las necesidades emocionales de esa familia se llenen. Eres el respaldo total de una relación con tu novio o tu novia. AI estar preständole continuamente atención a las necesidades de los demäs, por lo general, atraes relaciones que van a ser abusivas o en que tú sólo eres la persona que estä alimentando esa relación.
Si en tu niñez recuerdas que tus padres no te presta-ban la atención suficiente o que para ganar el amor de tus padres tenías que hacer algo para atraer la atención de ellos, puede ser que entres en una situación donde te vas a castigar. ¿Qué quiere decir eso? Que puedes entrar en una relación que va a respaldar esa opinión que tie-nes de ti.
Esta relación te va a hacer sentir hambrienta de amor, va a desatar ira y va a crear un resentimiento. Tú eres la que estä enamorada. Tú eres la que estä dando la pasión a la relación. Tú eres la que estä trabajando para que la relación funcione. Tú estäs haciendo posible tu fantasía.
Por ejemplo, la mayoría de los momentos de contacto son hechos por ti —como llamadas, citas— continuamente estäs tratando de ponerte en contacto con él, y siempre estäs regalando cosas. Él hace muy poco esfuerzo, tú haces todos los esfuerzos. Estäs trabajando demasiado para mantener viva la relación o comenzar la relación. A lo mejor estäs copiando el comportamiento de uno de tus padres. A lo mejor viste que mamä hacía eso para mantener la relación con tu padre. O sea, que te identificaste principalmente con la víctima, pensando que ese comportamiento fue el que mantuvo la relación.
Vamos a irnos al otro lado. Te buscas un compañero que estä mäs interesado en ti que tú en él. Lo estäs haciendo para protegerte emocionalmente. A lo mejor esa persona que te ama es como uno de tus padres y tú juegas el papel del otro. En tu cabeza siempre estabas pidiendo amor, y ahora él te lo pide a ti y no se lo das. O sea, que no te sentiste amada de niña, entonces estäs buscando revancha.
Pero eso es una relación totalmente tóxica. Esta rela-ción te va a hacer sentirte obligada a amar. Te vas a sen-tir como si nunca te dan espacio. Te vas a sentir ahogada o ahogado pues sientes que te necesitan demasiado. Te vas a sentir como si él te pide mäs de lo que tú pue-des dar.
Cuando esto ocurre en estas dos relaciones, tienes que tomar una determinación. Si es una pareja incipiente, no has hecho compromiso y no hay hijos, definitivamente debes salir de esta relación. Si estäs en una relación donde ya hay un compromiso formal, lo que debes es reconocer cuäles fueron tus temores. Debes hablar honestamente con tu pareja, contarle de dónde salen estos temores y hablarle de tu niñez. Si la pareja también puede reconocer por qué él estä siendo así, esto va a abrir una comunicación honesta entre ustedes dos. Él o ella va a tener que aprender a respetar los espacios, a no ser una persona tan sofocante.
En otras palabras, con este tipo de comunicación abierta, analizando emocionalmente de dónde vienen estos temores, va a haber una unión emocional. Va a haber crecimiento en la relación.
Los celos estän basados en temores. Hay un ejercicio que yo recomiendo que conlleva tres päginas. Éste es un trabajo de dúo. En cada pägina, pon el título que ves en el recuadro de la siguiente pägina. Entonces, en la primera pägina, detalla todos los comportamientos que te molestan de tu pareja. Todos, sin comentario de parte de él. Segundo, trata de determinar cuäl es el temor que te hace surgir estos celos. Tercero, escojan estrategias en conjunto para apaciguar esos temores. En esta pägina escribe situaciones donde van a afianzar su amor. Pero eso lo tiene que escribir la persona que tiene los celos, junto con la pareja.
Cuando las personas hacen este ejercicio, toman control de sus celos. A menos que haya razón de tenerlos.
La pareja que se quiere llevar bien debe hablar sobre los temores de cada uno, reconocer cuäles son los temores de la pareja para ayudarla y para ayudarse mutuamente. La pareja continuamente tiene que estar hablando de sus desvelos, de sus necesidades y de sus temores. Si una pareja no puede hablar de los temas mencionados al igual que puede mencionar ir a un baile e ir a fiestas, esta pareja estä basada en algo que no es real. Estä basada en una fantasía.
EJERCICIO | |
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Lidiando c | on los celos |
Primera pägina: | Ejemplos: |
¿Cuales son los | ¿Blla ha estado llegando |
comportamientos que | tarde del trabajo? |
me causan los celos? | ¿Estä pasando mucho |
tiempo fuera de la casa | |
con amigas? | |
¿Se viste de una manera | |
muy llamativa? | |
Segunda pägina: | Ejemplos: |
¿Cuäl es el temor tras | ¿Es el temor a ser |
estos celos? | abandonada? |
¿Es el temor a que se | |
burlen de mí? | |
Tercera pägina: | Ejemplos: |
¿Cuäles serían las | ¿Podemos tener ocasiones |
situaciones o | donde me puedes llamar |
comportamientos | por teléfono desde el |
que me harían sentir | trabajo? |
menos celos? | ¿Puedes dejar de ver a los |
amigos tan a menudo y | |
pasar mäs tiempo en casa? |
En mi programa en Univision Radio, he tenido hombres que me han Uamado muy preocupados porque sus esposas le tienen temor al sexo. Han escuchado el programa y han reconocido que hay una posibilidad de que ellas hayan sido abusadas. Y han aprendido que si ese es el temor de ellas, la mejor forma de tratar ese caso es siem-pre pidiéndoles permiso antes de hacer el amor. “,-,?? amor, te sientes bien hoy para hacer el amor?”
O sea, que el conocimiento de los temores de los individuos en la pareja nos ayuden a levantar la autoestima, a tener compasión y, al final, a amarnos mucho más.
Todo este tipo de cosa creo que nos lleva al camino del verdadero amor. Nos prepara de alguna forma, todas estas experiencias, con papá, con mamá, con amigos, con todos aquellos seres humanos que quieren darnos amor por el amor —no el que nos va a buscar para el sexo sin el amor. Nos prepara para ponernos en el camino de buscar una pareja, porque entonces sabremos diferenciar.
No es, “Me voy a vivir con él porque no tengo quien me mantenga”. No, porque tú te puedes mantener, aunque tengas que vivir en un huequito.
Identificar y confrontar tus
temores te ayuda a tener éxito
en tu relatión.
No es, “Me voy a ir con él porque mi papá no me quiso y él se parece mucho a mi papá, así que voy a ver si lo puedo cambiar a él”. No es, “Me voy a ir con él porque me siento muy sola”. Debes estar contenta de estar contigo misma. Y ademäs, no estäs sola. En este planeta es muy difícil estar sola. Hay tantas personas que nos pueden necesitar. Hay tantos trabajos comunitarios que podemos hacer. Hay tanta ayuda que podemos dar a otros que no tienen a nadie.
La mayoría de nosotros, como seres humanos, crecemos por medio de las relaciones. Crecemos por medio de las experiencias que compartimos juntos. Pueden ser buenas, y pueden ser malas. Porque las relaciones, aunque nos traen mucha felicidad, también nos traen muchos momentos de tristeza. En esos momentos de tris-teza, creo que es cuando más nos encontramos con oportunidades para el crecimiento.
Cuando estamos en una relación y nos topamos con quizä una mentira y la explosión es grandísima porque mintió, preguntémonos nosotros mismos si alguna vez hemos mentido. Puedo garantizar un 100 por ciento que sí hemos mentido. Entonces, quizä hay algo dentro de ti que no te has perdonado. Y tienes que perdonarlo. Que esa mentira de tu esposo no la uses como un flagelo, como para castigarlo, sino para decir, “OK. Mentiste”. Pero pregúntate a ti misma ¿por qué tuve esa reacción tan grande? Quizä es una mentira tuya que no has logrado enmendar. Quizä es un secreto que guardas parecido a lo que él o ella te dijo. Miremos las oportunidades de dolor como oportunidades de crecimiento.
Para llegar a reconocer nuestros patrones de conducta y las influencias del pasado que los estän causando, tenemos que revisar lo que estä sucediendo en nuestro presente.
Todo esto suena muy bonito, pero si no paras la lectura en este momento y realmente contestas estas preguntas por escrito, no vas a lograr cambiar tu vida. Es muy natural apuntar con el dedo, o culpar a otros de lo que nos ocu-rre, en vez de aceptar la respuesta inevitable: nosotros somos los responsables de nuestra vida. Si continúas cul-pando a los demás, jamás arreglaräs los problemas tuyos.
Yo recomiendo que encuentres un lugar tranquilo, como para meditar, donde no tendräs interrupciones. Siéntate ahí con papel y escribe tus respuestas a las siguientes preguntas.
EJERCICIO
Reconociendo los patrones del pasado
£,Qué estä ocurriendo en mi vida que no me gusta? ¿En mi vida personal? ¿En mi vida social? ¿En mi vida emocional?
¿Cómo fue que yo contribuí a esto? Eso indica aceptación de la contribución tuya al fallo, y te hace analizar más profundamente.
¿Es que confié ciegamente? ¿No le presté atención a las muchas señales de peligro? Quizä nunca aclaré cuäles eran mis necesidades.
Cuando algo ocurrió que no me gustó, ¿actué con dignidad y respeto? ¿Demostré desagrado sin herir a mi compañero?
Cortando las ataduras del pasado
¿Qué tengo que hacer para cambiar? ¿Cuäles comportamientos tengo que abandonar y cuäles debo comenzar para cambiar la situación?
Identifica las veces en tu vida —mientras más veces pongas, mäs vas a sacar— que te has permi-tido actuar como la víctima.
¿Cómo fue que actuaste en estas situaciones que permitieron que fueras la víctima? ¿Cuäles fueron los comportamientos que exhibiste?
¿Pensaste en algún momento que fue la vida que te pagó o te jugó una mala pasada? ¿Por qué per-mites esto?