EL SEXO
El sexo es un rito sagrado en la religión del amor mutuo, y como todo rito sagrado es un encuentro en los misterios.
—Ethel S. Person, M.D. Mapping the Terrain of the Heart
Ya hemos visto que conocernos a nosotros mismos y conocer a nuestra pareja mejora nuestra relación. Con eso como base, podemos decidir cuäles son nuestros gustos, nuestras necesidades y nuestros límites. Es conocernos a nivel emocional, espiritual y físico. Ese conocimiento nos abre la posibilidad de crear la intimidad necesaria para el éxito en el amor.
Parte de esa intimidad total que nos une como pareja es el sexo.
Nuestra sociedad le ha puesto —e impuesto también— el conocimiento sexual al hombre, con la interpretación y con la suposición de que la mujer no sabe nada y ellos son los maestros.
Pero como hemos podido observar por generaciones, no todos los hombres son iguales como no todas las mujeres son iguales. Hay buenos maestros y hay maestros muy malos. Por eso, creo que al igual que el hombre debe tomar responsabilidad del cuerpo suyo, la mujer en esta era debe tomar responsabilidad también de su cuerpo.
Me acuerdo que cuando yo era mäs joven, cuando habläbamos sobre la menstruación entre compañeras era simpätico como le poníamos nombres, como clave, y decíamos, por ejemplo, “¿Te llegó Pedrito este mes?” Ese tipo de cosa.
Hay que quitarle ese misticismo. La mujer debe conocer su cuerpo. Conocer su propia anatomía, sus genitales, la va a ayudar a maximizar su placer sexual. Debe dejar aträs un poco los tabúes que existen en nuestra sociedad relacionados con nuestras partes genitales. Debe conocer cuäles son sus zonas erógenas y comprender cuäles son las cosas que le dan placer y cuäles cosas no. Y debe tener la confianza e intimidad para poder explorar y comunicarse con su pareja.
Cada miembro de la
pareja debe asumir
responsabilidad por su
propio placer.
La mujer también debe conocer cuäles son sus opciones para evitar el embarazo. Por supuesto, no quieres tener un hijo cada vez que tienes sexo, ¿,??? Debes saber si estäs dispuesta y te conviene usar un anticonceptivo oral (la “píldora” o “pastilla”) o si prefieres o te es mejor usar un condón. Posiblemente, por razones religiosas o porque eres alérgica a la píldora o al látex en el condón, prefieres notar tus ritmos naturales y evitar el sexo en ciertos días.
Cómo lo haces no es importante. Lo que sí es important¿ es que reconozcas que tienes opciones, que sepas que éste es tu cuerpo y que tú debes ser la que decide si vas a concebir. Obviamente, ningún sistema anticonceptivo es perfecto. Aunque unos son más ciertos que otros, todos pueden fallar. Pero la mujer que quiere tener control de su propio placer debe saber cómo quitarse la preocupación de que va a salir embarazada.
Mentiritas, mitos y el orgasmo
La artista mäs grande en la cama es la mujer. Si yo tuviera un centavo por cada mujer que me ha llamado a mi programa y me ha dicho, “Yo tengo veinte años de casada y mi marido no sabe que no he tenido un orgasmo,” estaría rica. Eso es excesivamente común. Yo les pregunto, “¿,?? se lo has dicho?” Casi siempre me responden, “No, porque tengo miedo de herirlo”.
Creo que si quieres cambiar la situación, se lo vas a tener que decir. No le digas que en quince años no has tenido uno. Pero sí le puedes decir, “Últimamente me siento que no estoy llegando al clímax. No te lo quería decir por no herirte. Pero también me he dado cuenta de que cuando tú haces esto, esto y esto, eso sí me excita”.
De este modo no le estäs diciendo: “Eres un fracaso total”. Esto significa que antes de abrir la boca anali-zaste lo que te gustó y lo que no ya que tú eres respon-sable también de dirigir y de decirle, “Me gusta esto”.
jOjo! Este tipo de cosa se debe discutir lejos de la cama. Nunca evalúen la forma de hacer el amor justo después de hacerlo. Mäs adelante, cuatro o cinco horas mäs tarde, puedes decir, “Me encantó la forma como me acariciaste los pechos. Me encantó la forma como me acariciaste la cara” —lo que te haya gustado.
Creo que estamos ya en un nuevo milenio donde se ha explorado suficientemente que la mujer sí siente placer. La responsabilidad de este placer no cae solamente en manos —literalmente— del hombre, sino también en las de ella. AI poder destruir las murallas de muchos mitos o de timidez y decir la verdad, la mujer puede tomar responsabilidad de sus necesidades y decirle al hombre, “Mira, si me tocas acä, o si me tocas aliá, me gusta más”.
Para poder decir eso se supone que el hombre te ha tocado ya de vez en cuando en esas partes y te ha gustado. O puede ser que las encontraste a través de la autoexploración, que conlleva que no le tienes temor a tus partes, que abrazas tu sexualidad. Como sea. Lo importante es reconocer que la exploración sexual de la pareja no es algo de ¡Pun! ¡Pun! ¡Pun! Es cuestión de besos, de caricias y de masajes para prepararnos para llegar al orgasmo.
El horno y el pastel
AI igual que uno no pone un pastel al horno si ese horno no ha sido previamente calentado, tiene que haber un tiempo de calentamiento para el sexo. Si pones un pastel en el horno cuando el horno todavía estä frío, pues a lo mejor no se levanta la masa de ese pastel.
Así es con el sexo también: la preparación es lo más importante.
Si el hombre pretende excitar a la mujer sólo por medio de la penetración, lo que le va a producir es dolor o, por lo menos, ardor. La penetración, aunque causa mucho placer a la mujer, debe ser hecha una vez que ella ya esté suficientemente excitada.
Por eso, hay que conocer nuestras zonas erógenas.
Sabemos que, por sus terminaciones nerviosas, nos pueden excitar mucho los besos en toda esa área de los labios. Iguales son los senos, donde tenemos los pezones con sus múltiples terminaciones nerviosas que son sensibles al contacto. Hay mujeres que les gusta que le toquen los senos. Hay otras que no les gusta. Eso no las hace ni malas ni buenas, sino que no les gusta.
También tenemos la parte de la vía genital de la vulva, la vagina, los labios mayores, los labios menores y el clítoris, que es posiblemente lo que da mäs placer a la mujer. Adentro tenemos el famoso punto G, que es el punto de concentración de nervios que al excitarse pro-vocan un orgasmo intenso.
Debemos explorar juntos para descubrir cómo y dónde nos gusta que nos toquen.
Para la mujer, por supuesto, los masajes del clítoris son los mäs importantes. Se deben hacer circularmente en toda el área, incluso los labios. La frotación vaginal te va a hacer llegar al orgasmo cuando se hace vaginal-mente y el hombre aprende a hacerla al famoso punto G.
En general, para llegar al punto G se insertan dos dedos, que deben estar lubricados. AI introducir los dos dedos vas a buscar el punto elevado y acanalado en la pared frontal que estä localizada deträs del hueso púbico. Ése es el punto que se conoce como el punto G.
¿Cuidado! Con todos los masajes que tengan que ver con el ärea sexual de la pareja se deben usar cremas que son específicamente para esa área. Si no, pueden haber reacciones malas.
Los movimientos que se deben hacer son movimien-tos como si estuvieras llamando a una persona. Puedes mäs adelante hacer presión, como si tocaras un timbre repetidamente.
Por favor no se vayan a pensar que esto es una tareíta de escuela, que lo tienen que hacer todos los días. Si les da la gana hacerlo todos los días, y tienen el tiempo, a mí no me importa. Pero yo creo que esto debe ser algo especial.
No nos olvidemos de que no todo el mundo reacciona al masaje igual. Hay personas que nunca han experimentado un masaje. Puede que les dé cosquilla. Magnífico. Ríanse. Jueguen. El masaje es como el merengue de la torta. Antes de ponerle el merengue a la torta tienen que tener los ingredientes, tienen que tener la torta y tienen que haber, sobre todo, calentado el horno.
Conociéndome
También, como ya les dije, es importante conocer tu propio cuerpo y conocer qué es lo que te gusta y qué no. Cuando recibo llamadas de mujeres que me dicen que nunca han tenido un orgasmo, una de las preguntas que les hago es, “¿Alguna vez has explorado tu cuerpo? ¿Te has masturbado?”
Casi siempre me dicen
que no. Muchas veces
esto es el resultado de
una crianza donde nunca se habló del sexo. Se consideró tabú o malo.
Una mujer que sabe
cómo darse placer le
puede enseñar a su pareja
como darle placer.
La masturbación no debe ser vista como algo malo. La masturbación es simplemente ir a donde tú sabes que te da placer, de cualquier modo posible —sea con juguetes o con tu mano— y llegar a tu satisfacción de clímax.
Al conocer tú misma qué es lo que te da placer, pue-des compartirlo con tu compañero para que él te pueda hacer llegar a tener un orgasmo.
jOjo! Hay personas que me han llamado que me dicen, “¿Es la masturbación mala?” Yo les digo, no, a menos que estés obstaculizando el resto de tu vida. He tenido personas que me dicen que se masturban siete, ocho, nueve veces al día. Lo hacen antes de ir al trabajo, en el trabajo y después del trabajo.
Cuando hay un exceso de masturbación es señal de una mente que estä deprimida y que el único placer que siente es en esos segundos cuando llega al clímax. Es señal de una persona que se ha aislado y que no quiere tener contacto con otro ser humano debido a una falta de autoestima, timidez o un temor de no ser aceptado.
Pregúntate, ¿Qué puedo estar haciendo con mi vida en vez de esta masturbación excesiva? ¿Es que no confío en que nadie me puede dar ese placer? ¿Es que la única persona que me puede dar ese placer soy yo? Si la respuesta es sí, tienes un problema. Ve a buscar ayuda.
Cuando caliente el sol, y cuando no
Todos no somos iguales, ni en lo que nos gusta ni cuándo nos gusta.
Hay personas que son mañaneras, otras que son nocturnas y otras que a veces son nocturnas y otras veces son mañaneras. A lo mejor tú eres matutino los domin-gos porque sabes que tienes mäs tiempo.
La pareja debe tener bien claro esos gustos. Tiene que reconocer, “O, a mí me gusta mäs el sexo por la mañana contigo”. Pues eso significa que se van a acostar más temprano para poder tener buen sexo por las mañanas. Eso significa que si a ti te gusta ese sexo matutino, a lo mejor tienes que lavarte los dientes antes de hacerlo e ir al baño a orinar —una serie de factores que conlleva ese sexo matutino.
El sexo nocturno, quizä signifique que los dos se bañen antes de acostarse en la cama, porque yo creo que los olores del día hay veces que no son sexuales. Sin embargo, hay parejas que les encanta ese olor. He tenido parejas que me han dicho, “A mí me gusta ese olor. No me gusta que se lave. No me gusta que se bañe”.
Bueno, hablen claramente de eso. ¿Cuäles son los gustos? ¿Qué es lo que te gusta? Eso no obliga a tu com-pañero a hacer todo lo que te gusta. Ni tú debes hacer todo lo que él te pida. Como ya mencionamos en el capí-tulo sobre los valores, hay que respetar a la otra persona. Quizä a ti no te gusta que me bañe, y quizä te gustan mis olores. Pero a mí personalmente, me daría mucha vergüenza. Yo me tengo que bañar. Confbrmate con el olor que queda.
Los ritmos naturales
Así como hay tiempos del día cuando mäs o menos nos gusta el sexo, también hay veces cuando las mujeres tie-nen las hormonas sexuales mäs altas y quieren el sexo mäs que en otros tiempos. Eso viene a coincidir con el momento de la ovulación, mäs o menos en el día 15 de su ciclo de menstruación de 29, 30 ? 31 días, y es cuando hay mäs posibilidad de caer embarazada.
Entonces, hay que seguir los propios ritmos que tenemos nosotros. Hay que reconocer cuäles son los rit- mos de tu esposo y cuäles son los tuyos. Mientras más excitada estäs, más tienes que preguntarte, ¿serä que estoy efectuando la ovulación? ¿Estoy dispuesta a tener un hijo? ¿O es mejor que me proteja?
Durante esa misma temporada, unos catorce días antes de la menstruación, la mujer puede sufrir de lo que se conoce como el síndrome premenstrual. Sus emo-ciones pueden estar afectadas negativamente por la ele-vación de los niveles de sus hormonas. Puede llorar o gritar fäcilmente. Puede sentir dolores en su abdomen y sufrir de dolores de cabeza intensos.
AI reconocer que es causado por las hormonas y recurrente, la mujer y su compañero pueden encon-trar patrones de conducta que minimizan el efecto negativo —evitar el sexo, evitar el estrés— y así llegar a tener una relación más íntima y fuerte.
AI seguir tus propios ritmos naturales, vas a tener más placer. Es obvio. Pero no solamente se tienen que poner de acuerdo sobre cuändo lo van a hacer, pero también sobre cuänto.
¿Qué quiero decir con eso?
He recibido muchas llamadas de personas quejän-dose, “No, mi mujer quiere tener sexo dos y tres veces al día, todo los días”. Entonces, si ustedes dos estän de acuerdo, no me habrían llamado, ¿,??? El problema es que hay personas que tienen distintos niveles de sen-sualidad, de libido.
Otras veces es por la muy común razón de que la mujer no se estä divirtiendo al igual que el hombre. Muchas veces he recibido llamadas como la de una mujer que me dijo, “Este hombre lo único que quiere es cama. Lo hace cuatro veces a la semana”.
Yo le contesté, “Cuatro veces a la semana en muchos casos es un promedio. Pero deja preguntarte, ¿Cuando eran novios, cómo era él contigo?.
“jAy, Jesús! Siempre quería estar arriba de mi".
“Entonces,” le dije, “¿qué te sorprende?”
Barreras en el camino al orgasmo
Debemos reconocer que hay veces que no vamos a llegar a ese clímax —ya sea por cambios propios de nues-tro cuerpo o por problemas emocionales. Puede ser que hemos tenido problemas o que hay estados de ansiedad. Puede ser que hay resentimientos en la pareja que actúan como murallas al placer.
O puede ser que no tienen un lugar donde pueden estar solos para crear la intimidad necesaria. Hay pare-jas que tienen una situación en la casa por la cual tienen los niños durmiendo en el mismo cuarto con ellos.
El hombre tiene un poder de concentración cuando estä haciendo el acto sexual muchísimo más grande que la mujer. Cuando un hombre llega al clímax, se puede caer la casa abajo, pero el clímax perdura. Pero las muje-res, yo creo que estamos alambradas para responder a nuestro medio ambiente porque somos las responsa-bles de ese hogar —que si el niño lloró, que si tocaron la puerta, todo lo demäs.
¿Qué se puede hacer para poder desarrollar esa inti- midad y no la frustración que muchos deben sentir? Si quieren que la mujer llegue al clímax la pareja va a tener que encontrar, por lo menos de vez en cuando, un tiempo aparte de los hijos. Dejen los niños con sus abue-los, con una amiga. Väyanse a un hotel.
Para hacer el acto sexual la mujer tiene que poder desconectarse de la vida diaria y concentrarse en hacer el amor. Tiene que poder cerrar la puerta a los proble-mas. Pero para que ella haga eso, aun cuando haya habido un problema en la pareja, tienen que tener una confianza absoluta. Ella tiene que poder pensar, “Sí, tuvimos un problema hoy pero nosotros nos amamos tanto que podemos hacer el acto sexual y olvidar lo que tenemos en la agenda de problemas”. Sabe que lo va a resolver mañana. Es ese estado de esa confianza en tu pareja de que tú lo amas, que él te ama a ti, y que los problemas son parte de la vida diaria, pero no en este momento. Es poder decir, “Vamos a dejarlo todo a un lado y vamos a disfrutar este momento”.
Esa misma confianza es la que te permite decirle a tu pareja, “Esto me gusta”. Pero eso no es lo mismo que estar dirigiendo el träfico y diciéndole, “Ahora aquí, ahora allä”.
Es mejor decirle a tu pareja las cosas que te placen usando el pronombre “yo” que ya mencionamos en el capítulo sobre la comunicación. Puedes decir, “Yo me siento muy excitada cuando…” Llena tú ese espacio en bianco.
Y no se olviden de incluir en lo que estän diciendo el porqué: “Yo me siento muy excitada cuando me tocas esta parte de mi cuerpo porque he notado que me da como cosquillas”. O, “Siento que me llevas hasta el cielo”. Así, entonces, le vas dando a tu pareja una indicación del grado de placer que te estä dando:
“Yo me siento muy excitada cuando he llegado al orgasmo clitorial pero tú todavía tienes energía para continuar y yo puedo llegar a un segundo o un tercer orgasmo”.
Mientras mäs confianza, mejor orgasmo y mejor climax.
Mírame a los ojos
Si quieren una intimidad mäs intensa cuando estän haciéndose el amor, abran los ojos de vez en cuando. Cuando se estén acariciando mírense a los ojos profundamente.
Cuando haces eso te estäs viendo a ti misma por medio de la mirada de quien tú amas. Te estäs viendo amada por esa persona. Esa conexión es muy fuerte. Hay veces que es tan fuerte que no se puede hacer intensamente. Si ese es el caso tuyo, prueba abrir los ojos de vez en cuando y cerrarlos.
Inventando un nuevo libreto
Cuando estä faltando un poco la excitación en la pareja, muchas veces la solución es fäcil: invéntense un nuevo libreto. Hay veces que es el mismo cuento, en el mismo cuarto, en la misma posición, en el mismo tiempo, en el mismo todo. Creo que hay que cambiar el escenario y el libreto.
No quiere decir que todos los días tengas que hacer un invento en la cama. Pero sí puedes hacer cosas dife-rentes de vez en cuando: jugar fantasías de que hoy yo soy tu enfermera y tú eres mi doctor, o yo soy una caba-retera y tú liegaste a la mesa y me vestí de esta forma. Cambia de lugar. No siempre hay que hacerlo en la cama —hazlo en el piso.
Yo recomiendo mucho a las parejas que cada dos o tres meses, de acuerdo con su situación económica, digan, “Nos vamos a un hotel. Vamos a ir caminando por la playa, después nos vamos al hotel, y por la mañana desayunamos en la cama”. Lo que les guste. Pero que sea algo fuera de la rutina. Es importantísimo.
Y no todo tiene que ser de noche, caballeros. No nos olvidemos que padres que tienen hijos en la noche se han acostumbrado a dormir. Entonces hay ciclos noctur-nos. A lo mejor se fueron al hotel tal por la noche y se quedaron dormidos los dos, porque estän cansados. Eso no quiere decir que no haya sido algo que necesitaban hacer. A lo mejor dormir es bueno, y despertarse después sin el apuro también lo puede ser.
Si a tu marido le gusta los deportes puedes, por ejem-plo, llevarlo a ver uno de los juegos que esté mäs exci-tante. Eso le levanta al hombre las endorfinas. Se sienten excitados. O lleva a los hijos a casa de una amiga y prepärale alguna comida especial, de los gustos de él. Eso también excita al hombre.
A una mujer le puede excitar que la lleves a ver algo que a ella le guste —una película o un concierto, por ejemplo. La mujer tiende a ser más romántica. Tengan una comida suave en el cuarto. Puedes poner algo que venga con chocolate y pueden usar el chocolate después en otras partes del cuerpo. Pueden hacer el juego de “a ver dónde escondí el caramelo,” y hay que encontrarlo.
También debemos recordarnos que el acto sexual no termina con el clímax. Inmediatamente después de ese acto sexual debe haber un período que lo necesita posi-blemente mäs la mujer que el hombre, de ese abrazo, de cariño. No es darle la espalda. Eso es como decir, “Ya acabé contigo y ya no me importas”. Porque también recibo muchas llamadas de mujeres que me dicen, “Después de que entró y quedó satisfecho, se puso a un lado, y se quedó roncando”.
Lo que sucede es que hay un estado fisiológico que le ocurre al hombre cuando llega a su clímax, que le da sueño. Esa adrenalina que sintió, cae completamente. Pero en la mujer, la deja en un estado de cariño, de amor.
Trabas emocionales
Por supuesto que hay que comprender que si hay una mujer que se demora más de media hora, que estä en otro tipo de situación. Puede ser que ella tiene un pro-blema de desequilibrio hormonal, puede ser que estä pasando por unos estados depresivos o que tiene un problema de revivir un trauma sexual pasado.
Pueden ser también otros factores emocionales. Así fue el caso de una mujer que me llamó y me dijo que desde que nació su segundo hijo, no quería tener rela-ciones con su esposo.
“Él trata pero yo, en verdad, no quisiera ni que se me acerque, ni que me abrace,” dijo ella. “No fue un niño planeado, fue así de repente, y yo no quería tener otro hijo. Y luego rompí mi estilo de vida, mi libertad. Todo eso”.
“Fíjate,” le dije, “tenemos varias razones emocionales por las cuales no queremos hacer el amor. Primero estä el temor a volver a caer embarazada. Estos son temas que tienes que procesar para sentirte con más deseo. Abre tu corazón a tu esposo y dile, “Mira, hay veces que no tengo deseo, pero me he dado cuenta de que es por esta y esta y esta razón. Trata de enfocarte en las cosas lindas que te ha traído ese niño y no en las que tú has perdido”.
Yo creo que lo mäs importante es que las parejas, al principio, deben determinar qué es lo que les gusta. Si a ti como mujer no te gusta el sexo, y para este hombre una vez al mes es suficiente, ustedes son la pareja perfecta.
Lo que pasa es que en la sociedad que vivimos se hace tanto énfasis en el sexo, que muchas veces no queremos decir si no nos gusta. Uno, por falta de experien-cia. Otro, porque a lo mejor has sido víctima de traumas sexuales, y no te gusta. Pero decir, “Sinceramente yo no me siento con deseo del sexo” puede ser la puerta que abra a la otra pregunta, “iY por qué?”
Enfrentando el abuso sexual
En mi tiempo de consejera me sorprendí muchísimas veces tratando con mujeres que venían a mí con problemas de relaciones o falta de relaciones y se les era muy difícil determinar por qué. Yo sentía que aquí pasaba algo. Pero esa historia no venía. Hasta que un día me vino a ver una muchacha y era tan fuerte el sentimiento que tuve que deje llevarme por mi intuición y le dije, “¿Cómo era tu relación con tu padre? ¿Hubo abuso sexual?”
Y esta muchacha me miró a los ojos, por primera vez sorprendida, como si fuera la primera vez que ella se estaba enfrentando a su propio abuso. Y dijo, pero sin emoción, “Sí. Mi padre me abusó sexualmente, pero tam-bién se lo hizo a mis hermanas”. Como diciendo, así era la cosa.
Esa sorpresa posiblemente me preparó para muchas de las situaciones que yo oigo en la radio y que en dos minutos en vez de en quince sesiones tengo que encon-trar.
Me impresiona el abuso de la mujer que ha existido por generaciones en nuestros países. Tenemos que romper los eslabones de esta desgraciada cadena. La mujer debe tomar control sobre esta situación. Y las madres también deben quitarse las vendas. Porque les ocurrió a ellas y nadie hizo nada por ellas no significa que esto no es una llamada para que ellas protejan a sus hijas y evi-ten que esto ocurra nuevamente.
En el peor caso la persona queda traumatizada y no quiere tener sexo porque no considera que eso es hacer el amor. Tanto violaron sus fronteras que ha levantado una muralla.
Puede ocurrir que la pareja que escogen es una pareja sensible y, hasta cierto punto, tímida, al cual pueden parar con decide, “No, yo no quiero”. O sea que toman control por medio de la pareja que han escogido.
En otros casos puede que escojan exactamente la figura de un violador, de un hombre duro. Mientras mäs duro y mäs brusco sea el sexo, mientras más dolor sientan, más se sienten amadas.
En el caso más leve, la víctima del abuso tendrä momentos cuando huye del sexo sin saber por qué. O se da tiempo fuera del sexo para recobrar sus energías. Puede que asista a su propia masturbación porque ella es la que se estä dando permiso a hacerlo y así estä con-trolando lo que le sucede a su cuerpo.
Si su pareja quiere ayudar, el paso más importante es pedir permiso. “¿Cómo te sientes?” Compartan con ella: “Me siento amoroso contigo. Me gustaría hacer el amor”.
Es bueno demorarte o quizä usar un preämbulo que le guste a ella. “¿Cómo te gustaría que yo te enamore?”
En otras palabras, es importantísimo pedir permiso. Y si la persona dice, “Hoy no,” respétala. Si la frecuencia de los “hoy no” te estän molestando mucho, por supuesto que la ayuda de un sexólogo o de los grupos de personas que han sido abusadas sexualmente te puede ayudar muchísimo.
La medida perfecta
No son sólo las emociones y las hormonas las que afec-tan al sexo. También hay diferencias fisiológicas. Recibo una cantidad de llamadas de hombres con pene pequeño o pene gigantesco quejändose de que les estän cau-sando mucho dolor a sus esposas, o no les estän dando suficiente placer.
Yo recomiendo que sean creativos. No hay que siempre tener penetración completa para llegar al placer. Pueden experimentar con distintas posiciones que permiten mayor o menor penetración. También hay jugue-tes sexuales que pueden utilizar.
Una señora ya mayor, de Argentina, me llamó a mi programa y me contó que en su país tenían unas cosas que se inflaban, parecidas a pequeños salvavidas, que los hombres que eran muy grandes se ponían en el pene para reducirle el largo que entraba a la mujer. No las he encontrado aquí, pero si ése es un problema que tienes, posiblemente las puedes buscar.
Controlando la eyaculación precoz
Hay muchos factores físicos que afectan el sexo, no sola-mente el tamaño. Uno de los más importantes es la eyaculación precoz.
El hombre cuando empieza a sentir ese sentimiento de placer, le cuesta trabajo parar. Hay una cierta im- pulsividad en el hombre, en vez de reconocer que cuando para y tiene que volver a empezar, posible-mente pueda obtener más placer en la segunda vuelta. O en la tercera.
Una de las cosas que se recomienda para retardar esa eyaculación es cambiar de posición o que tu compañera apriete la cabeza del pene en el momento que tú le digas, y así ayudarte a aguantarte un poquito mäs.
El hombre también puede masturbarse antes y enton-ces, posiblemente, cuando se acuesta con su esposa tarde un tiempo más largo antes de llegar a ese clímax.
Las etapas de la vida: hombres
También vienen cambios con los años.
El funcionamiento sexual de un hombre, de lo que es la adolescencia hasta los 28 ? 29 años, no es igual que el funcionamiento sexual de un hombre de los 30 a los 40, ni es igual de los 40 a los 50, ni lo es de ahí en adelante.
Con los años, muchos hombres sufren de impotencia. Eso no significa que el hombre no funcione. Sí, puede funcionar, siempre y cuando su compañera reconozca esos cambios del hombre y los pueda reconocer en ella también.
Por eso siempre es más importante esa unión emocional de amistad que hay en una pareja para poderse com-prender y para poderse llegar a estimular. Utilicen la visualización y tengan momentos romänticos. Ten en mente, ¿qué es lo que le gusta al hombre tuyo? ¿Qué es lo que lo excita? ¿Qué es lo que lo hace olvidarse de todos sus problemas?
Recordarle de sus habilidades presentes y de los funcionamientos exitosos del pasado es una forma de levantar la autoestima de esa persona, y de ahí a levantar el pene.
Tenemos que recordarnos que no hay cosa más importante para el hombre que el poder sexual. La erec-ción lleva toda la fuerza de su hombría. Pero hay varios factores que afectan su capacidad sexual.
FACTORES QUE AFECTAN LA CAPACIDAD SEXUAL DEL HOMBRE
El estrés
La depresión
El cigarrillo
El alcohol en exceso
Las grasas en exceso
Las drogas
Ciertas medicinas
Enfermedades (como la diabetes y problemas car-diovasculares)
Para muchos de nosotros es casi imposible evitar el exceso del estrés: vivimos en ciudades donde lo que nos rodea son monstruosidades de edificios donde vive mucha gente en muy poco espacio. AI no tener espacio se siente mäs estrés. AI tener que manejar en esos tran-ques tan horribles te aumenta el estrés. Afecta lo que es el funcionamiento sexual.
También afecta ese funcionamiento lo que es el ciga-rrillo, que tupe las venas, y el alcohol. Con moderación el alcohol no es malo. En exceso, sí lo es. AI igual, tienes que darte cuenta de qué estäs comiendo. ¿Estäs comiendo con muchas grasas? Eso tupe las arterias. Todo lo que venga a tener un impacto en tus vías sanguíneas afecta tu actividad sexual.
Tampoco podemos olvidarnos de las drogas. Muchas personas me dicen, “Ay, yo he tenido un sexo increíble cuando usé cocaína. O cuando usé marijuana”. Muchas veces, es tu fantasía la que lo hizo. Otras veces efectiva-mente al principio te excita, sobre todo si eres una persona depresiva, pero con el tiempo no sólo pierde su efecto sino que te afecta de forma muy negativa.
Si tienes un historial familiar de diabetes ten mucho cuidado, porque eso afecta tu poder de erección.
También puede suceder con las medicinas. Cualquiera que tomas puede afectar tu funcionamiento sexual. Hay färmacos que pueden causar la impotencia. Así es con la mayoría de las medicinas que tienen que ver con la cir-culación, con problemas del corazón, la presión alta y el colesterol. Si estä teniendo ese efecto en ti, averigua con tu doctor cuäles son las alternativas que existen.
Otros problemas pueden ser indicación de que tienes que ver a un médico pronto. Si estäs teniendo dificulta-des en llegar al clímax es posiblemente señal de un pro-blema urológico. Una erección que dura mucho tiempo puede ser señal de un problema vascular. Puede ser muy peligroso. Incluso se puede atrofiar el pene y hay que cortarlo.
Las etapas de la vida: mujeres
Las mujeres también experimentan cambios con los años. Uno es que se les va debilitando los músculos pélvicos. Recibo muchísimas llamadas de mujeres que dicen que sus esposos quieren tener el sexo anal, dado que no sienten placer ya por la parte vaginal porque las paredes estän muy fläcidas. AI igual que tenemos músculos en nuestros brazos, en nuestras piernas, en todas partes de nuestro cuerpo y para mantenerlos fuertes tenemos que hacer ejercicio, también es así con los músculos vaginales.
Yo lo que recomiendo son los ejercicios pélvicos de Kegel, usando los mismos músculos que usas cuando estäs orinando y quieres parar el flujo de la orina:
Contraes esos músculos y aguantalos al conteo de cinco.
Los vuelves a relajar por otro conteo de cinco.
Y los vuelves a apretar.
Eso te va a ayudar en el acto sexual, porque cuando estés siendo penetrada y tú mueves esos músculos, no solamente le estäs dando un poco de placer a tu compa-
ñero, sino que puedes llegar más fäcilmente a tu punto G, que te lleva al orgasmo.
La menopausia
Cuando viene lo que es la menopausia, van a venir no solamente los famosos calores y despertarse a medianoche, sino que van a venir también problemas fisiológi-cos como la fragilidad ósea y los dolores de cabeza. Pueden comenzar, incluso, las migrañas. También vie-nen los cambios de temperamento tan fuertes que el hombre dice, “Ya yo no la conozco. Un día estä bien y el otro día me quiere comer”.
Todos esos efectos son causados por cambios en los niveles hormonales. La falta de estrógeno puede traer resequedad. Mujeres que a lo mejor tenían una lubrica-ción increíble pueden dejar de lubricar y hay veces que sus esposos lo interpretan como, “Mi mujer ya no es mujer”. O, “Mi mujer ya no me quiere”.
Todo eso se empeora cuando la relación de pareja no ha sido la mejor posible. Cuando ha habido muchas razones por las cuales una mujer pueda tener resenti-miento, si le llega la menopausia eso se le va a poner diez veces peor que en una pareja que ha tenido una buena relación.
Lo que se necesita es mucha paciencia, porque esto no es pasajero. Hay mujeres que llevan entre quince y veinte años con menopausia. Pero hoy en día hay muchas cosas que se pueden hacer para aliviar el impacto.
Muchas mujeres han recurrido a lo que es la terapia de reponer las hormonas por distintos productos färma-cos. El problema es que ha habido una conexión bas-tante grande entre eso y problemas de cáncer en los senos.
Por eso, muchas mujeres estän utilizando terapias alternativas con productos naturales, como hierbas y vitaminas.
Se ha comprobado que el ejercicio y los productos naturales de soya ayudan a balancear esos procesos hormonales que tanto afectan a la mujer.
Las personas que empiezan a tener esa susceptibili-dad a las infecciones, dado el proceso de menopausia, deben evitar sustancias que las pueden resecar más —como el alcohol, la cafeína, los diuréticos y los anti-histamínicos. Deben tomar, por lo menos, de 32 a 48 onzas de agua al día.
La dieta juega un papel extremadamente importante. El selenio, la vitamina E —que no solamente te va a ayudar con lo de la piel, sino que también ayuda al movimiento de la sangre en la parte pélvica— te ayudan a tener orgasmos.
Todas las comidas que tengan que ver con lo que le llaman fitoestrógenos, que quiere decir estrógenos de plantas, te van a ayudar. La alfalfa es muy buena, como son los panes que tienen grano, nueces, semillas enteras, manzana, apio o perejil. Estos ayudan a levantar células para contrarrestar el adelgazamiento de las pare-des vaginales.
Muchas mujeres han encontrado beneficios con tomar el dong quai, regaliz, cohosh negro y ginkgo biloba. Muchos recomiendan también el kava kava, pero unos estudios recientes han encontrado una conexión entre eso y problemas del hígado.
Por eso yo siempre recomiendo que hablen con un experto en la nutrición y que lean libros, porque casi todos los días se estän encontrando nuevos remedios para los síntomas de la menopausia.
Es importante. AI educarnos y conocer nuestros cuerpos y nuestros gustos, no hay porqué no poder disfrutar una vida sexual dinämica, intensa, romäntica e íntima en todas las etapas de la vida.
Así es también con los siete pasos para el éxito en el amor. Son para toda la vida. Mientras mäs los practi-ques, mäs feliz vas a estar en tu relación.
Mientras más experiencias tengan, mejor se conoce-rän. Mientras mäs compartan, mäs se unirän. Nunca pueden dejar de respetarse. Siempre tienes que recordar que hacer feliz a tu pareja te va a hacer feliz a ti.
Cuando caminan juntos a diario, tornados de la mano, estän en el verdadero Camino del amor. Por cada día que practican los siete pasos, tendrän mäs éxito. Por cada día que solucionen los problemas, tendrän menos problemas. Por cada día que creen esa intimidad total — con toques, miradas, palabras y, por supuesto, sexo— estarän mäs unidos como pareja.
El amor es lo mäs importante en la vida. El éxito en el amor es éxito de verdad.