1 Puede que la demarcación kantiana haya prevalecido solamente hasta Husserl. Considérense las dos presencias filosóficas más marcadas a mediados de los noventa: La ontología heideggeriana se fundamenta en un constante «limitar» lo teológico. Lévinas funde ambos modos de discurso.
2 He intentado mostrar la fuerza de este impulso en Real Presences (1989) [Presencias reales, trad. de Juan Gabriel López Guix, Destino, Madrid 1991].
3 En esta idea, reconozco mi deuda con André Neher, L’exil de la parole (1970), B. Rojtman, Feu noir sur feu blanc (1986), y M. Zarader, La dette impensée, Heidegger et l’héritage hébraïque (1990).
4 Cf. P. Beauchamp, Création et séparation (1969).
5 La literatura al respecto es muy amplia. Son indispensables C. Ramnoux, La nuit et les enfants de la nuit (1959), y E. Fränkel, Dichtung und Philosophies des Frühen Griechentums. Cf. asimismo R. Brague, «Le récit du commencement», en J.-F. Mattéi (ed.), La naissance de la raison en Grèce (1990), y B. Deforge, Le commencement est un dieu (1990).
6 Pregunta duramente formulada en el Purgatorio de Yeats.
1 Cf. el autorizado estudio de Miri Rubin, Corpus Christi: The Eucharist in Late Medieval Culture (1991).
2 En esto simplemente sigo a Henry Corbin y especialmente L’imagination créatrice dans le Soufisme d’Ibn‘Arabî [La imaginación creadora en el sufismo de Ibn‘Arabï, trad. de María Tabuyo y Agustín López, Destino, Barcelona 1993].
3 Steiner sugiere un juego semántico entre las categorías morfológicas del término soil: como sustantivo significa «tierra», «suelo», y, como verbo, «ensuciar», «manchar». De ahí que lo impuro (sullied/soiled) contenga en su significado la causa de tal impureza (la caída en el pecado). (N. de los T.)
4 Cf. On difficulty (1978).
5 La literatura al respecto es muy amplia. Cf. el estudio de R. Jacoff y J. T. Schnapp (eds.), The Poetry of Allusion: Virgil and Ovid in Dante’s «Commedia» (1991).
6 Cf. Pierre Courcelle, «Les Exégèses Chrétiennes de la Quatrième Éclogue», en Opuscula Selecta (1984).
7 Cf. la penetrante lectura de R. Hollander, «Tragedia nella “Commedia”», en Il Virgilio Dantesco (1983).
8 Cf. A. Ronconi, «L’incontro di Stazio e Virgilio», en Cultura e scuola 14 (1965), y J. H. Whitfield, «Dante and Statius: Purgatorio XXI-XXII», en D. Nolan (ed.), Dante Soundings (1981), pero queda mucho por aclarar.
9 Gran parte de este material ha sido revisado por T. Bartolini, Dante’s Poets (1984).
10 Sigo la guía lúcida de P. Boyde, Dante Philomythes and Philosopher (1981).
1 Cf. los fascinantes documentos de Le Antiche Memorie del Nulla, Carlo Ossola (ed.)(1997).
1 Los borradores los reproduce Curtis B. Bradford en Yeats at Work (1965).
2 A. T. Tolley, Larkin at Work, 1997, pág. 144.
3 Cf. On difficulty, op. cit.
4 Sigue siendo un clásico el estudio de Raymond Klibansky, Erwin Panofsky y Fritz Saxl, Saturn and Melancholy, 1964 [Saturno y la melancolía, trad. de María Luisa Balseiro, Alianza, Madrid 1991].
1 Gordon Graham, The Internet, 1999, pág. 163.
2 La bibliografía es muy amplia. He encontrado los siguientes títulos que podrían servir como guía: R. Sheilds (ed.), Cultures of the Internet (1996); F. Dyson, Imagined Worlds (1997); M. L. Dertouzos, What Will Be: How the New World of Information Will Change Our Lives (1997); S. Johnson, Interface Culture: How New Technology Transforms the Way We Create and Communicate (1997); M. Heim, Virtual Realism (1998); S. Horn, Cyberville (1998).
3 John Naughton, A Brief History of the Future, 1999, pág. 22.
4 Ibidem, págs. 44-45.
5 Cfr. la sutil discusión acerca de las intenciones de Liebskind en Andrew Benjamin, Philosophy, Architecture, Judaism, 1997.
6 Cfr. Neil Spiller, Digital Dreams: Architecture and New Alchemic Technologies, 1999.