Los artilleros

 

 

En este poema los artilleros están juntos.

Blancos sus rostros, las manos

entrelazando sus cuerpos o en los bolsillos.

Algunos tienen los ojos cerrados o miran el suelo.

Los otros te consideran.

Ojos que el tiempo ha vaciado. Vuelven

hacia ellos después de este intervalo.

El reencuentro sólo les devuelve

la certidumbre de su unión.