Capítulo 15
He preferido no juntarme con ellos en la piscina porque aún no estoy preparada para verlo en bañador o para que ellos me vean a mí. Nunca he tenido complejos con mi cuerpo, evidentemente que cambiaría cosas de él, pero no me puedo quejar con el físico que me han dado o, al menos, nunca he tenido quejas en ese aspecto. Sin embargo, algo me ha impulsado a no caer en esta tentación por el momento. Llegará tarde o temprano.
Si Jaime está al mando de la barbacoa, es que todo va a ir estupendamente y si antes de las 14:00 horas Lorena ha cedido a beber una cerveza, es que va mejor que bien.
—¡A la mesa! —el grito de Jaime resuena en toda la casa y mis hermanas han sido tan rápidas que se han colocado en las esquinas para tenerse la una frente a la otra y no tener a nadie muy cerca.
Siendo yo misma, me sentaría en el medio, pero me estoy sintiendo muy vigilada ahora mismo y viendo que ninguno de los chicos hace ademán de sentarse, me estoy poniendo de los nervios. Al final, opto por sentarme al lado de Lorena, que sé que si me sobrepaso es capaz de meterme la patada que me merezca.
—Creía que tu sitio era el centro. —Jaime se gira sorprendido con la bandeja de carne en la mano.
—Me han enseñado a comportarme, —miro a Fer de reojo— , cedo mi sitio a los invitados. —Hasta parezco una niña buena.
Sorprendentemente, cuando Fer va a sentarse a mi lado, Pablo le quita el sitio.
—Deja que las conozcamos nosotros. —No sé interpretar si va o no con segundas.
—Hay que averiguar que nos deparan estos días —prosigue Sergio sentándose en frente.
Y aunque los Ramírez les miran extrañados, no oponen ninguna resistencia. Supongo que les han dado el sermón de que somos sus hermanas pequeñas y hay que cuidarnos al máximo, pero eso no querrá decir que dejen de ser ellos mismos.
—Oh, sí, os depara todo diversión, fiesta y glamour —ironiza Melisa pidiendo otra cerveza.
—Muy graciosa, señorita, pero ya saben a dónde han venido —le responde Jaime teniéndole la bebida.
—¿Y de verdad os han convencido? —No lo reconocerá, pero hasta ella está disfrutando más de lo que esperaba.
—Ninguno ha vuelto a casa, así que no creo que estéis tan mal por estas tierras, una nueva aventura es siempre bienvenida —le responde Pablo.
—Eso es porque perderían sus huevos si volvieran —suelto sin pensar.
—No digas bobadas, Chloé —me riñe Fer—. Este retiro nos está sentando bien.
—¿Más que el último fin de semana en Málaga? —pregunta Sergio.
De repente, hay como un silencio en la mesa. Aunque para silencio el de Lucas, que parece que ha empezado a comer y que no comparta mesa con nadie. Un poco rarito, sí. Como ya sabéis, no me gustan los silencios y tampoco creo que haya nada de un viaje de estos que me pueda sorprender. Posiblemente, a mis hermanas sí, no están tan acostumbradas a conocer las aventuras de estos, pero solo por poder ver la cara de Lorena escandalizada valdrá la pena preguntar.
—Así que Málaga fue interesante… Creo que ese no me lo has contado Fer… Ya puedes empezar.
—¿Te los cuenta todos? —Lucas acaba de salir de su mundo.
—Claro, no quieras saber lo informada que estoy… —me marco un farol y temo que me descubra porque su cara es realmente de asombro.
—No te lo conté porque no hay nada que comentar —por suerte no me ha delatado, pero con esa frase quiere decir que por su parte no pasó nada del otro mundo… Lo que quiere decir que el desfasado en este caso fue su hermano.
—Así que Jaime es quien la lió…
—Veo que nos tienes calados —comenta Sergio.
—Pero mis secretos siguen bajo llave… —No tengo tanta confianza con él como para que me cuente las cosas gordas.
—Aquí no hay secretos, desembucha. —Lorena no puede mostrarse indiferente.
—¿Ningún secreto? —La mirada desafiante que le echa da paso a mucha imaginación.
—Ninguno —sentencia.
—Pues Málaga será el primero —replica y, con la mirada, finaliza esta conversación.
Sé que Lorena no se ha quedado muy tranquila, pero tampoco puede mostrarse muy interesada con este tema para no levantar sospechas. Piensa que nadie sabe lo que siente, nada más lejos de la realidad y, tal como son los chicos, si por parte de Jaime es lo mismo, que mucho me temo que sí, ya les habrán dicho que está totalmente prohibido ese acercamiento.
El resto de la comida pasa entre muchas risas. Los chicos son muy afines a nosotras y enseguida nos sentimos todos muy cómodos. Nos han contado alguna que otra batallita por lo que puedo deducir que Lucas es el más responsable del grupo. No voy a poner etiquetas por si acaso o, mejor dicho, porque si ellos las han puesto sobre nosotras, no quiero imaginar la que me ha tocado a mí.