Capítulo 33
Me gusta que me pida perdón, la actitud que tuvieron los dos ayer no me gustó para nada. Yo paso mucho de estos rollos de machitos que se traen, no van en absoluto conmigo, y esta vez no iba a ser menos. Quizás el día de mañana agradezco que mi pareja se preocupe por lo que quieran los demás de mí o tenga que sacar la cara en alguna ocasión, pero, de momento, me sé defender solita y más aún cuando ninguno de los dos es mi pareja.
De todas maneras, tampoco me hubiese hecho la enfadada mucho rato con este hombre, con una sola mirada ya me tiene más que ganada, así que era inútil tener que intentar fingir.
—¿Vais a querer bajar al pueblo esta noche? —visto que ninguno dice nada, ya rompo yo el silencio.
—¿Para qué? —pregunta Pablo.
—Pues para salir un rato, ya sé que no va a ser el fiestón de tu vida, pero si queríais salir alguna noche…
—Ah no tranquila, contigo tengo suficiente —aclara Sergio.
—Pues nada entonces, fiesta en casa —finjo animación.
No es que no me apetezca, pero creo que prefería algo de música con más gente a mi alrededor, salir a bailar un rato. A ver, que yo bailo en cualquier sitio, vergüenza no sobra, y no tengo problemas en hacerlo sola, eso sí, prefiero tener más compañía.
—¿Qué te apetecía a ti? —me susurra Fer, que este sí que se ha estirado a mi lado.
—Lo que yo quiero no se puede… —me acerco más a él.
—Sorprendido estoy de lo mucho que te estás comportando.
—No llames al mal tiempo. —Esto es ley de vida: cuando se dice en voz alta, es cuando se pifia—. ¿Me abrazas y hacemos la siesta un rato?
Me encanta estar en los brazos de alguien, creo que es la mejor manera de poder dormir. En mi caso, es como si me quitara todas las preocupaciones de golpe, como si volviese a ser una niña pequeña que tuviera miedo y necesitara sentirse protegida. Y claro está, Fer sabe protegerme de sobra.
No sé cuánto tiempo duermo, el suficiente para despertarme en medio de una de sus conversaciones, y soy tremendamente culpable por seguir fingiendo que duermo plácidamente. ¿Quién no lo haría? Están justo hablando de mí.
—¿Estás seguro que ayer no pasó nada? —le pregunta Lucas a Fer.
—Completamente —afirma seguro.
—Yo lo que no entiendo es como todavía no habéis tenido nada —añade Pablo.
—Quizás si no fuese quién es, habría pasado, pero no sabéis la suerte que tengo de tenerla como la tengo, Chloé es como un tesoro para mí. —Vaya, sabía que era importante para él, pero oírlo es otra historia.
—Claro, yo me la encuentro de fiesta y… —sigue Sergio.
—Y nada, mantén tus manitas quietas con ella —le riñe Fer—. Suficiente sufro cuando la traigo a alguna fiesta, y ya no sé si por ella o por el que pille.
—El otro día Mel me dijo que Sandro y ella habían estado dos semanas y que era todo un logro. —Gracias Mel, un tercer grado muy provechoso…
—Fue un mes y sí, es el que más le ha durado. Sandro es buen tipo y podrían encajar porque se entienden bien, en todo, ya sabéis…
—¿Y qué pasó? —pregunta Pablo.
—Pues… que no sabe estarse quietecita la niña… Pol Fandlon.
—¿En serio? —salta Sergio—. Ese tío es un crack, lo último que sé es que lo hizo con una en el gimnasio y no queráis saber detalles. Déjame enviarle una foto con ella.
—Agradezco que sea un buen tema de conversación, pero estoy despierta —antes de que vaya a más, lo freno yo—. Sí, mi récord es un mes, no te hacía falta preguntárselo a Melisa —le digo a Lucas—. Me entiendo muy bien, tanto como me entendería contigo —prosigo con Fer—. No pasó nada, si no, ayer no hubiese venido aquí, —mirando a Pablo—, y no sé que querías decirle a Pol con una foto mía, pero te vas a quedar con las ganas, puesto que la del gimnasio era yo —acabo con Sergio.
Acto seguido, me levanto, si van a seguir con la cháchara prefiero no estar delante. Además, esto de que Pol haya podido contar algo de nuestro encuentro no me ha gustado ni un pelo, no tenía entendido que fuese así y más con estas cosas. Quizás no soy yo la última de la que hablan, sería mucha coincidencia, pero nada es imposible. Lo último que escucho es un «¿En serio era ella?» que segura estoy viene por parte de Sergio, pero, tranquilos, los dejo para que fantaseen con lo que tengan que fantasear.
La siesta me ha sabido a gloria, me estoy levantando temprano estos días, añado que esta semana solo hemos ido a correr un día, pero eso no quiere decir que no necesite descansar. Esto ya se acaba y tengo la sensación que voy a volver bastante renovada. Tampoco es que tenga que volver a una rutina concreta, estoy esperando noticias de mi sitio de prácticas, posiblemente, tenga la opción de quedarme unos meses más con ellos, si no, tendré que aventurarme al mundo laboral y pensar en qué centro mi futuro. Hasta ese momento, tendré vacaciones permanentemente, me convertiré en lo que se llama una ni-ni, espero que no por mucho tiempo.
Como tengo margen, me preparo un baño, la piscina está muy bien, pero el placer que se siente cuando te metes desnuda en agua caliente con música de fondo, es otro nivel. La idea es bajar sobre la siete de la tarde para estar un rato juntos, cenar y luego ya veremos, así que keep calm and relax.