CAPÍTULO 34

Kelsey Castle

Summit Lake

15 de marzo de 2012

Día 11

—Listo —anunció Kelsey—. ¡Lo tengo! —Tecleaba eficientemente sobre la MacBook, con la mirada fija en la pantalla.

—Dímelo —dijo Rae. Ella también estaba trabajando y mirando la pantalla de su computadora.

—Brad Reynolds. Vive en Maryland. Al menos, allí viven sus padres. El padre es un abogado importante, especializado en Responsabilidad Extracontractual. Brad asistió a la Universidad George Washington, y estaba en la lista de inscriptos de primer año con Becca. Pero de todos los Brads que hemos investigado, este es probablemente el que aparece en el diario. Encontré un programa de pasantías del que participó Becca en su segundo año. Brad Reynolds estaba en el mismo programa. También vivió en el mismo edificio que Becca durante el primer año. No figura en Facebook, pero tiene que ser él.

—¿Dónde está actualmente? —preguntó Rae.

—No tengo ni idea. Pero encontré una dirección y un teléfono de Maryland. Comenzaré por allí.

—Bien —dijo Rae—. Tengo dos cosas para ti. El profesor es Thom Jorgensen. Ex profesor de Lógica y Pensamiento Crítico en la UGW. Becca fue alumna suya en el segundo año y obtuvo un diez. Ahora trabaja en Cornell. Se cambió durante el último año de Becca. El número de teléfono es fácil de conseguir. Podemos dar con él a través de la universidad.

—Muy fácil —dijo Kelsey.

—Pero hay un inconveniente —dijo Rae.

—¿Cuál?

—¿Dices que él y Becca tenían una relación?

—De algún tipo, sí. Lo menciona bastante en el diario, sobre todo al principio. ¿Por qué?

—El profesor Jorgensen está casado y tiene dos hijos. Entonces, si estaba involucrado con Becca…

Kelsey se quedó mirándola y escribió en su libreta.

—Bien. ¿Qué más?

—El novio del bachillerato… estoy casi segura de que es Richard Walker. Fue a la escuela Northwest Gilford y es de la misma edad que Becca. Cursó estudios de grado en Harvard y ahora estudia Derecho, también en Harvard, cosa que dijiste que Becca mencionaba en su diario. Una publicación antigua de Facebook lo muestra en la fiesta de graduación de la escuela con Becca. Es él.

—¿Información de contacto? —preguntó Kelsey.

Rae regresó a la computadora.

—No debería ser difícil. Podemos conseguir su teléfono a través de Harvard. Lo buscaré.

Kelsey tomó el teléfono.

—Comenzaré con Brad Reynolds. —Marcó el número de la familia Reynolds en Maryland y se llevó el teléfono a la oreja.

—Escucha esto —dijo Rae, que seguía tecleando en su computadora—. La familia de Richard Walker tiene una casa de vacaciones aquí en las montañas.

Kelsey dejó caer el teléfono momentáneamente y entornó los ojos.

—¿Aquí? ¿En las montañas de Summit Lake?

—Ajá —respondió Rae con una sonrisa—. O sea que no tendremos que ir lejos para encontrarlo. Además…

—Eso lo sitúa en la zona la noche en que murió Becca.

—Es posible.

Una voz débil captó la atención de Kelsey, y se dio cuenta de que alguien había respondido al llamado en casa de los Reynolds. Rápidamente, se llevó el teléfono nuevamente a la oreja.

—Hola, ¿señor Reynolds? Sí, mi nombre es Kelsey Castle. Soy reportera para la revista Events, y estoy escribiendo un artículo sobre Becca Eckersley, que fue asesinada hace unas semanas… Ajá, sí… Sé que iba a la universidad con su hijo, Brad, y pensé que podría hablar con él para recabar información sobre Becca.

Hubo silencio durante varios segundos mientras Kelsey escuchaba al señor Reynolds.

—Ah —dijo Kelsey por fin, mirando a Rae—. Lamento escuchar eso.