Los cielos de Curumo

Los cielos de curumo es una narración dispuesta a modo de castillo de naipes en la que se mezclan y ensamblan las vidas de cinco amigas, el perfil urbano de Caracas, la lluvia incesante, la urgencia de los animales carroñeros, el mal que corroe y los signos de la decadencia de un país que no supo ver lo que se le venía encima.

Juan Carlos Chirinos es un cuentista despiadado. Su escritura se muestra aquí en todo su esplendor: cruda, poco compasiva y no por ello menos luminosa. Su análisis del poder es certero porque no rehúye su sordidez, nada le concede la mesura.

Su maestría en el uso del lenguaje y de las técnicas narrativas apabulla. El que lea a Chirinos no se sorprenderá recordando a José Balza, al primer Vargas Llosa, a Céline, a Faulkner o al Cepeda de La casa grande. Son los maestros que parecen alumbrar esta prosa.

Hay que saber mucho de literatura para escribir una historia con el dominio que aquí se pone de manifiesto. Los lectores sabrán apreciar que en esta desoladora trama, tras ese grito que nos sobrecoge como el silencio turbador del vuelo del curumo sobrevolando las conciencias, hay un grandísimo escritor.