Un Chino en Bicicleta
"Siento el frío de la pistola en la nuca antes de oír la puerta del baño abriéndose de golpe, el brazo flaco y lampiño de una persona que no alcanzo a ver me cruza el pecho y me hace girar en redondo, me abrocho rápido el pantalón y avanzo empujando desde atrás, pienso con culpa en que no tiré de la cadena, quizá ni funcionaba." Así arranca la historia de Ramiro Valestra, un joven porteño que es secuestrado por un chino pirómano, llamado Li, después de oficiar de testigo en el juicio que condenaba a este por haber incendiado once locales en la ciudad. A partir de ese momento, la inmersión del protagonista en la desconocida cultura china de las calles de Buenos Aires será completa. El autor logra un retrato muy especial y un tanto surrealista de un mundo dentro de otro mundo, de una cultura dentro de otra cultura. En ese forzado exilio interior en el barrio chino es donde empieza la nueva vida de Ramiro. Las extravagantes relaciones con todos los personajes que conviven en el restaurante chino Todos Contentos serán la clave para darle verdadero sentido a la vida del protagonista, quien llegará a afirmar: No entiendo que se necesiten tantas casualidades para que uno pueda encontrar la felicidad. Entre predicciones apocalípticas, choques culturales, complots en búsqueda de la verdad, fuegos artificiales, amores apasionados y chinos que no saben ir en bicicleta se entreteje una de las historias más hilarantes que se ha escrito sobre la inmigración china en Argentina.