El juego de los cementerios
«El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños». Con el caso del Asesino de la Hoguera, Ada Levy aprendió dos cosas sobre sí misma: tiene un talento natural para la investigación criminal y una facilidad innata para buscarse problemas. Su nuevo caso como detective recién titulada promete ser tan o más peligroso. Todo empieza cuando descubre varias tumbas iguales en distintos puntos del país. Todas son de granito verde con ramitos de margaritas en las esquinas y una misteriosa inscripción. Temeraria como es, no puede resistir la ten tación de profanar una de ellas. Lo que encuentra es escalofriante: una pintura y una esclava con la inscripción “Daniel 4/5/1980”. El hallazgo está relacionado con la desaparición de siete niños entre 1981 y 1987, y todo apunta a que ha sido obra de un asesino en serie. Mientras intenta recuperar el equilibrio emocional tras todo lo vivido, la perspicaz e intuitiva Ada se empeñará en resolver el rompecabezas antes de que haya un nuevo asesinato…