Ribera
He caminado por lugares que no pensé que podrían existir; visto seres y aberraciones que no podrías creer; vivido experiencias que robarían la cordura a la mayoría de las personas.
Ribera se disfraza de pueblo costero con un mundo de posibilidades, que te invita a formar parte de sus costumbres, sus festivales y su diario vivir. Me encantaría decirte que es un lugar soñado. Pero no. Es una cámara de tortura de la que no puedo escapar.
Si me lees: ¡no vengas nunca! No te acerques a Ribera. Quienes llegan, nunca se van.