El amor va por dentro

El amor va por dentro
Authors
Robbinson, Miki T.
Date
2016-08-10T00:00:00+00:00
Size
0.36 MB
Lang
es
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Cristina Henderson, es una brillante y exitosa doctora en medicina, especialista en cirugía plástica y reconstructiva. Al finalizar su ponencia en un congreso médico celebrado en Nueva York, un padre desesperado le pide ayuda para su hija, una joven de 24 años, quien tiene la mitad del rostro desfigurado y cicatrices por quemaduras en el resto de su cuerpo. Amanda Karsten, fue atacada dos años antes por un grupo de fanáticos religiosos, que quisieron "darle una lección“, por el hecho de ser lesbiana.

El amor va por dentro , desnudará los sentimientos y las sensaciones de dos mujeres, que aprenderán a amarse más allá de las cicatrices, y de sus propias inseguridades. Esta tierna historia de romance lésbico, será el marco para exponer una profunda reflexión acerca de la homofobia; esa manifestación expresa o tácita, que rechaza y discrimina a todos los hombres y mujeres, que se identifican a sí mismos como parte de la comunidad LGBT+.

Durante siglos, la homosexualidad ha sido juzgada y condenada, por una parte de la sociedad, que amparada en preceptos religiosos, la considera un pecado, “una abominación”. En este sentido, considero que la descripción de El amor va por dentro , no estaría completa, si no comparto una confesión muy personal:

Nací y crecí en el seno de una familia con valores cristianos; supongo que eso, y haber estudiado en colegios católicos, hicieron de mí una persona que cree en Dios. Pero no había llegado ni siquiera a mi adolescencia, cuando comencé a sospechar que “algo no andaba bien conmigo”; no sólo porque no podía experimentar ningún tipo de atracción física por las personas del sexo opuesto, sino porque tampoco podía ser capaz de sentir algo por ellos; y cuando digo “sentir”, me refiero a los sentimientos, a mi capacidad de amar a otra persona.

Sin proponérmelo siquiera, “me enamoré sola” de una compañerita del colegio, luego, de mi mejor amiga; y entonces me dije a mí misma (por primera vez): soy lesbiana, aunque no me atreví a expresarlo en voz alta. Mi primera reacción fue el auto rechazo; ahora sé que esa supuesta homofobia, no era otra cosa que la negación de mí misma; el último recurso antes de aceptar lo evidente, lo inevitable. No lo busqué, no lo elegí, pero lo era; yo era lesbiana, y siempre lo sería.

No obstante, cuando finalmente lo entendí, me enfrenté a otro dilema: ¿Cómo conciliar mis sentimientos y mis preferencias sexuales, con una religión que rechaza de forma directa y literal la homosexualidad? ¿Podría aspirar al "cielo" siendo lesbiana, o tendría que aceptar que iría al "infierno", por ser lo que soy? Amar no es una elección, es un sentimiento que no se busca, sólo se encuentra; pero sentir amor por quien se supone no debería, ¿me convertía en “una abominación”?

Todas esas preguntas necesitaban respuestas; mientras no las obtuviera, “mi secreto” era como llevar una cicatriz que me avergonzaba y me llenaba de culpa; una cicatriz que necesitaba ocultar, aunque el precio por esconderla fuera mi propia soledad. Demoré muchos años en responder a estas preguntas, casi el mismo tiempo que me tomó aceptarme como soy, sin sentir vergüenza, o creerme “culpable”; para luego, dar el último paso…

Esta es la verdadera razón que me motivó a escribir El amor va por dentro .