Mandar un mensaje SOS en el espacio es arriesgado. ¡Vete a saber quién puede estar ahí fuera escuchando y observando! Aguardas con esperanza y una buena dosis de miedo. Y entonces la ves. Primero no es más que una mota borrosa en la pantalla que se mueve de lado. Luego aparece enfocada. Es como una ameba, pero tiene luces, ventanillas y señales que no reconoces. De repente, la nave (o lo que sea) se detiene junto a ti.
En el espacio no es extraño encontrarse con seres alienígenas. De hecho, tú lo eres para los ocupantes de esta nave que se mueve alrededor de tu cápsula espacial. No sabes qué pensar: ¿son hostiles o se trata de formas vivientes ajenas a la hostilidad y la amistad?
No dispones de mucho tiempo.Te hacen señas para que te unas a ellos. Debes decidir si luchar con la esperanza de ahuyentarlos o acercarte pacíficamente. Ahí vienen. Es difícil precisar si son uno o varios. Es como si estuvieran revueltos.